Hace veinte años, en 1978, Jose Miguel Barandiaran escribió
en los comienzos de la nueva andadura de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios
Vascos, en el Congreso de Oñate, la "Breve historia de Eusko
Ikaskuntza", donde explicaba el modo y causas de su creación
y realizaba una valoración más un programa de cara al futuro.
Decía: "Nuestra Eusko Ikaskuntza debe ser una asociación
que se fundamente en la investigación".
En la historia del siglo XX del País Vasco, la Sociedad de Estudios
Vascos ha sido reflejo de la comunidad científica y ha revestido
y reviste una extraordinaria importancia, pues ha sabido ganarse la aprobación
de todo el País Vasco y convertirse en una de las principales instituciones
para tratar y desarrollar la identidad vasca desde un punto de vista científico.
La Universidad de Oñate -institución científica de
alto nivel creada en el siglo XVI-, a pesar de conocer un enorme desarrollo
durante el primer tercio del siglo XIX, tuvo que padecer el cierre por parte
del Gobierno de España, primero en 1841 y posteriormente en 1901.
Otra institución científica ligada a la educación de
alto nivel es el Seminario Real de Bergara, datado de 1776, aunque de corta
trayectoria. En el siglo XX, aun contando con escuelas especiales de alto
nivel, el País Vasco carecía de sistema universitario y, por
otro lado, los estudios vascos pasaban del amateurismo al mundo de la investigación
de alto grado. Es en este entorno donde hemos de ubicar el primer Congreso
de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, en 1918, además
de su institucionalización, junto con el manifiesto político
presentado tras la reunión realizada con los miembros de las Diputaciones
de Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra en 1917, ocasión
propicia para la autonomía política.
De los tres períodos distinguibles, haremos mención a un científico
por cada, en cuanto que fueron orientadores y reflejo de los mismos:
1.- Creación y evolución: Anjel Apraiz. 1918-1936
2.- Reinstitucionalización y centro de investigación: Jose
Miguel Barandiaran. 1978-1991
3.- Renovación y nuevo desarrollo: Gregorio Monreal. 1992
1.- Creación y evolución: Anjel Apraiz. 1918-1936.
Anjel Apraiz, secretario del Ateneo de Vitoria y Catedrático en
la Universidad de Salamanca, pronunció en Bilbao una conferencia
en 1917, proclamando la necesidad de una Universidad vasca para, entre otras
cosas, desarrollar los estudios vascos. Partiendo de dicha idea, el presidente
de la Diputación de Guipúzcoa propuso un Congreso de Estudios
Vascos, y, en 1918, gracias el empuje de las cuatro Diputaciones del sur
del País Vasco y junto con los obispos de las diócesis de
Bayona, Vitoria y Pamplona, se creó el patronato para organizar el
Congreso. Desde el País Vasco continental llegaron a Oñate
investigadores y diputados; también el Rey de España, como
Jefe de Estado, tomó parte el primer día. El Congreso vasco
tuvo un enorme éxito. Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos
se creó para dar continuidad a esa iniciativa, convirtiéndose
en un modo de organizar la nueva comunidad científica vasca que constaba
de dos claros objetivos: desarrollar el nivel cultural de los vascos, crear
la Universidad vasca y la autonomía política, y potenciar
la institución que reuniera a investigadores vascos de diferentes
ideas. Así, el año siguiente, en 1919, se creó Euskaltzaindia
partiendo de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos.
Muchas de las investigaciones y actos culturales de entonces se centraban
en los juegos florales, dotados de un toque romántico. Mas en 1918
la nueva generación estaba ya educada por profesores de universidades
y expertos en nuevas categorías científicas. La categoría
Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos revestía una especial
importancia.
Anjel Apraiz fue nombrado secretario general de E.I., y la dirección
de la institución corrió a su cuenta durante 18 años,
época que dio lugar a multitud de congresos, reuniones científicas,
cursos, publicaciones e investigaciones. Apraiz incluso realizó un
proyecto integrado para la autonomía en 1931, el Estatuto general
del Estado Vasco.
La guerra civil de 1936 aniquiló por completo la Sociedad. Y, a pesar
de que su presidente Julian Elorza y otros cargos dirigentes de la Sociedad
fueran carlistas, es decir, vencedores de la guerra, en la posguerra no
quedó rastro de aquélla. Algunos de sus miembros fundaron
en el País Vasco continental otra sociedad, bajo el nombre "Société
Internationale d'Etudes Basques". En 1948 en Biarritz y en 1954 en
Bayona, se celebraron los 7º y 8º Congresos de Estudios Vascos,
siendo uno de los promotores el investigador Jose Miguel Barandiaran, pese
a que no tuvo continuación. Asimismo, en Sudamérica otros
cuantos miembros fundaron el Instituto americano de Estudios Vascos.
2.- Reinstitucionalización y centro de investigación: Jose
Miguel Barandiaran. 1978-1991.
En 1976 el trayecto de profunda transformación política
había comenzado su andadura, y gracias al ímpetu de los miembros
del primer período Jose Miguel Barandiaran y Agustin Zumalabe, así
como con la ayuda oficial de las cuatro Diputaciones, en 1978 se organizó
en Oñate una nueva asamblea de la mano de los miembros de la llamada
Junta Permanente, reconstituyéndose de nuevo Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos. Se nombró presidente a Jose Miguel Barandiaran,
quien en su conferencia señaló que Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos debía saber adaptarse a la nueva era: "pero
hemos de tener en cuenta que el mundo actual no es como el de la preguerra.
Ahora hay técnicas, construcciones, supremacías, fábricas
y un montón de preocupaciones y problemas que azotan al ser humano
como el viento la hojarasca; mas en este continuo movimiento hay también
ciertas cosas que perduran para siempre y que deben conocerse y asentarse
en ellas". En este nuevo mundo que contaba con nuevas Universidades
y centros de investigación, la Sociedad de Estudios Vascos tenía
por objetivo el ser una asociación investigadora.
Bajo la dirección de Jose Miguel Barandiaran la institución
volvió a ponerse en funcionamiento, organizándose secciones
de investigación, publicándose revistas, entre otras la Revista
Internacional de Estudios Vascos (RIEV), realizando Congresos, etc., y contando
ya con más de dos mil miembros. Sin embargo, a medida que los años
transcurrían, la participación de las instituciones públicas
fue debilitándose y retirándose, al no entender la función
e interés que las entidades académicas como Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos cumplían en las sociedades civiles modernas. Por
ello, a finales de la década de los 80 reinaban la reflexión
y preocupación entre sus miembros.
3.- Renovación y nuevo desarrollo: Gregorio Monreal. 1992.
Tras el fallecimiento de J.M. Barandiaran, en la Sociedad de Estudios
Vascos se meditaba sobre cómo afrontar los nuevos retos, especialmente
para superar la marginación y responder a las iniciativas de la sociedad
vasca. El programa de G. Monreal reivindicaba unas acciones muy concretas;
además de las actividades hasta entonces desarrolladas, fijaba nuevos
retos: actuar en la articulación de la comunidad científica
vasca, elevar el nivel de los estudios vascos, introducirse en la red de
la internacionalidad, propagar la cultura, potenciar y aumentar los grupos
investigadores, y continuar firmemente con la expansión y comunicación
de los trabajos realizados. Además de lo expuesto, la Sociedad de
Estudios Vascos debía crear nuevos lazos con las instituciones, y,
más concretamente, incrementar las vías de financiación
de las investigaciones. Todo ello se consiguió bajo la presidencia
de G. Monreal, renovándose la aprobación a Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos por parte de las instituciones vascas, así como
del Gobierno español. El 75º aniversario se celebró con
gran renombre en Oñate, contando con la participación de las
habituales instituciones públicas, siendo muy destacable la alta
representación de todas las universidades.
Los Congresos de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos vienen celebrándose
cada dos años; se han creado premios, firmado convenios con Universidades,
debiendo citarse especialmente las relativas a Oxford y Nevada, organizado
cursos universitarios de alto nivel (por ejemplo Jakitez, dirigido a instruirse
en estudios vascos, que cuenta con 100 profesores). Resta decir que durante
esta fase Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos se ha reorganizado
como una entidad científica a nivel del País Vasco, y que
su aceptación es ya incuestionable.
Con Juan José Goiriena de Gandarias de presidente, Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos sigue por el mismo camino, apostando por nuevos retos:
como centro de investigación, por citar un ejemplo, cuenta este año
con 48 investigadores, y son 160 los miembros que reciben ayudas para finalizar
sus estudios. Por otra parte, se está creando el Eusko Ikaskuntza
virtual, una novedosa iniciativa que pretende extender Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos al nivel mundial. Las nuevas redes de información
son especialmente valoradas debido a que han llegado a ser imprescindibles
para propagar la cultura, y más aún en una sociedad basada
en los conocimientos. Otro emblemático proyecto es el que trata de
llevar a cabo la nueva Eusko Enziklopedia.
Por lo tanto, a punto de estrenarse el nuevo siglo, Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos se afianza como un robusto centro de investigación
científica, y siendo punto de referencia de la comunidad científica
vasca, lo es también de la industria cultural ante las instituciones
públicas del País Vasco. |