De Melide a Santiago.
Ultimas etapas del Camino. 1-5 de abril de 1999 |
Ricardo Cierbide |
"No
se entiende por peregrino
- sino el que va hacia la casa
de Santiago,
- o vuelve de ella" Dante.
-
- Dedicado a todas y a todos
- amigas y amigos de la Asociación
- y en especial a cuantos habéis
marchado
- en estas hermosas etapas hasta
Santiago
-
- 1-IV-99
-
- 6'15h. Salida. La mañana
está tibia, no sopla el aire y el autobús va repleto
de amigas y amigos Camino de Santiago. Era noche cerrada y hasta
que no llegamos a Burgos no vimos nada. Poco a poco se fue cubriendo
el cielo de nubarrones oscuros, cargados de humedad. Yo me decía
lo del gallego, cuando le preguntaron,"¿ Como queres
o enterroiro na Coruña, si veves en Vigo? Y él
respondió seguro: Pois por joder". Así se
fue poniendo el tiempo y ya en tierras de Palencia comenzó
el aguachirri que ya más adelante era orballo espeso.
La primavera se mostraba cauta y sin prisas por el páramo
castellano-leonés, el cielo plomizo y el fresco casi invernal
nos saludaba a su manera cuando paramos a almorzar a las 9'30h.
-
- A la salida de Astorga comenzamos
el puerto del Manzanal atravesando la dura y agreste Maragatería
por la autopista y dimos inicio al Alto Bierzo con los derrubios
de las minas de carbón, por un paisaje triste, agrio y
hecho trizas por los desmontes y la escoria. En el Bajo Bierzo,
a ambos lados de las laderas, viñicas pobres asomaban
las cepas con la ilusión de romper y asomar los pámpanos
al sol. A nuestra izquierda las cumbres del Medulio o Teleño
coronadas de nieve y como a unos 15 kms. Las Médulas
que narró Plinio el Viejo y donde se empeñaron
los romanos en extraer pepitas y pepitones de oro sirviéndose
de los Astures mediante la "ruina montium" o "arrugia".
Merche nos fue contando que a lo largo de más de 200 años,
obteniendo 3 gramos del codiciado metal a razón de una
tonelada de tierra excavada, llegaron a conseguir como unos 1.800.000
kms. de metal precioso. Total nada.
-
- Como lloviznaba y el paso se
ponía feo, se decidió tirar adelante y dejar la
visita a las minas para el lunes. ¡A ver si hay suerte!.
De Villafranca del Bierzo seguimos carretera arriba hasta O
Cebreiro, que apareció fresquiño, con restos
de nieve. Visitamos a Nossa Señora DO Cebreiro
que sigue desde el siglo XII acogiendo a todos y deseándoles
buen viaje. Bajó una amiga para ayudar como hospitalera
en el albergue. Estaba animosa. Ayer pasaron por él más
de 200 caminantes.
-
- Se nos hace violento pensar
que por este camino fluyese antaño copiosamente la vida.
Por él pasaban los peregrinos jacobeos, rumbo a Santiago.
El Camino entraba en Galicia por el monte O Cebreiro,
cuyo hospital había fundado San Gerardo, conde de Aurillac,
y seguía por aquí, por Incio, Triacastela y Portomarín,
hasta Santiago.
-
O
Cebreiro
- "Como un corazón
aberto
- berce de dozura e paz,
- durme unha ermida acochada
- do cume na soleá.
- Alí, senlleiro, en silenzo,
- de soenllos rende a espada Galahaz.
- ¡Seus ollos ven o miragre!.
- ¡En col da ara do altar.
- A luz infinda relumbra
- O caliz do Sant Grial!"
- Ramón Cabanillas
- La vista desde la cumbre era
espaciosa, dilatada, de mucho alcance, con retazos de prados
y bosque hasta perder la vista y así sin pararnos desde
Pedrafita proseguimos hasta Lugo, entrando por a Rúa
do Xeneral Franco. Ysa se inquietaba por saber dónde
comer y como las viandas preparadas son cosa de guardar y de
provecho, fuimos desde la parada camino del Centro y en un bar
y con permiso del dueño, alli nos quedamos, como unos
12. Sacaron ribeiro común de 10º y nos comimos el
pescadito albardado, la tortilla con gusto y el pan común
de cada día. Después, café y una copita
de orujo. Todo santo, bueno y de provecho. Vamos, como Dios manda
y sin excesos, a lo peregrino.
-
Después,
de postre paseo hasta la Catedral, visita a Nossa Señora
dos Ollos Grandes, el ambulatorio o girola. Contemplamos
los retablos interiores de las puertas del transepto, gozamos
viendo el triforio y las naves románicas de granito bien
labrado. Es una Catedral pequeña, recatada, sin perifollos
barrocos, como los gallegos, recia y digna. La fachada que da
a la muralla es otra cosa, con pretensiones y la talla de San
Froilán. Este santiño lucense debió de ser
un rapaz de mucho aguante y cachaza, vamos, como "un galego
da terra con os ovos ben temprados". Por eso le quieren
tanto y lo tienen por patrón y valedor ante las insidias
del fisco y os preguntoiros de Fraga.
-
- Nos gustaron mucho las jacarandás
en flor, la fachada del Ayuntamiento y el paseo por la muralla
contemplando como pájaros el caserío de la ciudad
a nuestros pies. Vamos que nos dimos un paseo ilustrado y de
postín, sin exceso de gasto y abuso de propinas, o sea
a lo peregrino y casto, como San Froilán.
-
- A las 18h. inciamos en Melide
los 6 kmts. hasta Boente, por corredoiras, entre eucaliptos gigantes,
carballos de toda edad y toxos en flor. El paseo ha sido manso
y suave, como grupa de pollino o cutis de moza, como un tobogán
sin sobresaltos. Nos gustó mucho un vado de riachuelo
por pedrones de granito, grandes como muelas de dinosaurio. Los
huerticos, abonados, con esmero. El minifundio está patente,
la propiedad parece chica, como a retazos, muy cuidada, mimada.
Que vivan a su gusto y antojo. Que acompañen a sus vaquiñas
y las traten bien. Amén.
-
- Son las 21h. y nos vamos a cenar
al Hotel Xaneiro II. A ceia no Hotel: "Viño Xoven
Xovial y tinto a lo botijo. Sopa de verduriñas salteadas
y de tomar. Auga Cabreia, montaraz, autóctona y salutífera.
E pois a escoller: Sola de peregriño con pataquiñas
prestadas o chuleta de mula dura de fronteira para andar más
presto. Y a los postres, tortiña do santo". Amén.
-
- 2-IV-99
-
- De Melide a Arzúa. Cuentan
las crónicas que en Melide había un hospital "pelos
pobres e romeus que quisessen albergar", que se llamaba
de Sancti Spiritus y que dormían en él, yacían
o regoldaban "dos per leito". A la mañana siguiente,
si surgían sendos, que no multiplicados, proseguían
"O Camiño".
-
- Nos levantamos a las 7h. y después
de las abluciones de rigor y así, como renovados, bajamos
a las 7'30 a desayunar "café co leite", mermelada
espesa y dorada, madalenones orondos y vale. Arrancamos a los
pies de la iglesita románica de Santa María, que
fue de la Mitra Compostelana. Anexo al templo, su cementerio
y unas velliñas charlaron amables con nosotros. El amigo
J. Corcuera debió sacarles unas fotos. Al entrar en el
autobús eran "as oito da maña" y Teodoro-
alias Todor el obispo- fue haciendo propaganda de sus artículos:
paraguas, chuvasqueiros, bordones y otras vituallas. ¿Y
los biquinis?, alguién preguntó. Respondióles:
Esos "para o verao", los tengo de diversa medida y
envergadura, según la dimensión. Después
Juanjo nos dio la orden del día: De Boente a Arzúa,
con unos 6 kmts. Así que suave, piano y ahora comenzamos.
-
- En la pendiente bajando al Boente,
una fontiña de dos chorricos cantarines, un merendeiro
y as vaquiñas pastando, sin borroka ni kalea, mansas.
En la costanada otra fuente "mais forte", de chorro
grande como de caballo bravanzón, de culo orondo y pecho
poderoso. ¡Qué chorro, hermanos, qué chorro,
así como airoso y de remango!. Más adelante comenzó
la cuesta "Das Barrosas". Javi Corcuera nos dijo a
la oreja:
-
- "Para las cuesta arriba
quiero mi burro, que para las cuesta abajo yo me las subo".
-
- Unos metros más arriba
alcanzamos "O Camiño de Preguntoño" y
le pedí consejo a Alberto "cabaleiro de Nanclares"
y me contó que una vez le dijo a un mozuelo :" Y
adónde vas tan decidido? Y respondió: "A preguntar
por j." Y así nos va cuesta arriba. En el sendero
subía una rapaza de carnes prietas, cumplida y garvosa,
de buen donaire. Y ala, con sus rotundideces nos ofrecía
plácido mirar, casto y bueno. Buena contemplación.
Ya en el llano, apretó el trote tan buena inspiración
para mejores paisajes. ¡Que el Señor le dé
"O bo Camiño"!.
-
- Cerca de Portela pasó
un grupo de cabaleiros y les pregunté si eran "da
cofradía do carallo do cabalo de Santiago" y ellos
asintieron con sonrisa. Volví a la carga y les pregunté:
¿Os carallos dos cabalos son como os de Fraga?" La
respuesta fue como de consuelo, pues dijeron que los tenían
redondos y de peso, como "Cabalos da serra". En la
costanilla encontramos a Mario con paraguas grande, como de cofradía
y era tal el rumor del regato que lo escuchamos en silencio y
con reposo. De mucho reconfortamiento. Más adelante empalmé
la hebra con un paisano para saber la diferencia entre "o
orballo y a chuva". En fin, cosa de sutileza, vive Deus.
Y respondió: "O orballo comenza fino y mais tarde
segue a chuva mais o menos forte". A las 10h. parada y bocata
en Arzúa en A cervexería dos queixos. Había
un letrero sobre la caza "do porco bravo", alias jabalí,
que decía: "Consellamos a caza dos vellos y con infirmidades".
Yo me dije: Kontuz, no te asomes mucho y se equivoquen.
-
- A la salida de la villa topamos
con "a carballeira do Prof. Díaz y Díaz",
eminente erudito en latines y palimsestos y catedro de la cosa
en Santiago. Le recuerdo como persona recia, de vigote amplio,
pescuezo a lo toro casi, de estampa mandona, con poderío.
Vamos, persona de pro y con obra de calidad y fuste. En el trayecto
de Arzúa a Salceda, a mano derecha me topé con
una rinconada donde una placa de bronce recordaba la muerte súbita
de un peregrino belga, de 69 años, Guillermo Wat, que
abrazó al Señor el 23 de agosto de 1989. Una pedriña
tenía una plegaria chica en catalán y en ella se
leía: "Entre nosaltres terminarem el camí
per tu". Estamos a una etapa de la tumba del santo.
-
-
- Un poco más adelante
un labrego vejete encapuchado, bajito y con paciencia tenía
tres vaquiñas cogida de un cordel, de color overo y cornamenta
ancha que pastaban a lo suyo, obedientes y mansudas, bien aplicadas.
¡Qué cosa más grande, son el sostén
de la familia y de sana compañía!. A nuestro paso
por A Calle, aldeiña con olor a "merda de
vaca", todo sentía a eso, la hierba, la calle, las
piedras, el aire. Con ese olor tibio y envolvente en el que nacen,
crecen, se reproducen y mueren "os paisanos da terra".
O Camiño pasa debajo de un hórreo a modo de arco,
descendiendo. En la loma, vacas amarronadas con terneros de pocos
meses pastaban, mientras un mamón insistía en los
pezones "da sua nai" con golpes de morro glotón
y ella permanecía serena. Se quería llevar hasta
el calostro.
-
- Y por fin, yo con la patica
izquierda renqueante y dolida, ayudado por mi bordón amigo,
cumplía la etapa a las 13'30h. en el Empalme, a 24 kmts.
del final, tras haber hecho con el resto los 21'30 kmts. desde
Boente. No me penó, por Santiago, haberlo hecho por entre
carballeiras a las que la hiedra golosa verdea, escuchando los
arroyos cantarines, oliendo los eucaliptos y esparciendo los
ojos por las floricas chicas, moradas y blancas. A las 14'15h.
llegamos al hotel y tras lavarnos fuimos pasico a paso Ysa y
el menda para yantar una sopica de arroz, lentillas para comer,
que no para ver, lacón con pataquiñas, previa licencia
de la autoridad eclesiástica y de postre flan de la casa.
Ysa tomó merluza a la gallega. A las 16h. volvimos los
dos a descansar porque mi rodilla lo pedía. Para mañana
nos quedan otros 20 kmts., desde Ras al Monxoi-Monte del Gozo,
en dos tramos, el primero hasta Lavacolla y el segundo hasta
el Gozo.
-
- Por la noche fuimos al Restaurante
Xan Xaneiro de la misma familia, al pueblo de Toques, en plan
de sacrificio, ayuno y mucha penitencia, a degustar cigalas.
Los vinos mejoran, branquiños sin sombre, pero de gusto
y tinto Rioja Berberana, carta de Plata, tempranillo con garnacha.
¿Y el IVA?. Estos galeguiños no dan al fisco ni
bon día, por aquello de Vota a Fraga y te quedas con
la b.
-
- Y ahora os contaré A
ceia de Trimanción de mucha vigilia y trinque. Primero
llegaron las cigalas, grandes, fresquiñas. A dos por dente
y después más. Con branquiño ribeiro las
fuimos comiendo sin recelos, a lo penitente y sin remilgos. Los
cuatro de la mesa final éramos: Mariví, Milagros,
Ysa y el cronista. De segundo, lo mismo, troceado y con salsa
marisqueira. Y a lo tercero, merluza a la plancha y yo tomé
un trocet más por lo de la etapa siguiente. El amigo Unzalu
se preguntó preguntoiro y ¿qué dispones
del tinto Berberana, así sólo comenzado?. Y yo
le errespondí como indígena, lo guardamos para
el almuerzo de mañana con recaudo. Y así fue con
autorización y acierto.
-
- Llegaron los postres, un helado
de buen corte y un chorrete de wisky de acompañamiento.
No tomé café, sino orujo Martín Codax de
45º, robusto, claro y de trago recio. Un consuelo. Falamos
de todo, de los Vascos en el Oeste y su p. vida solitaria, de
la martingala "da nossa casa" y tanto majara que se
lo cree y traga y de otras cousiñas más simples,
como el gusto de vivir y convivir, del andar y ver, de los caminos
hechos, sus colores y sabores. Eso es todo. Buen provecho. On
egin dizuela, denontzat. Juanjo y consorte habéis organizado
una cena guapa, generosa y de buen gustar.
-
-
-
- Se cantó con alegría
y buena voz. Yo sólo recuerdo las que siguen:
- 1.-Ondiñas venen,
- ondiñas venen e van.
- No te vayas riancheira,
- que te vas a marear.
- No creas que porque canto
- teño o corazón
alegre.
- Que so come os paxariños
- que si no cantan se morren.
- Ondiñas venen,
- ondiñas venen e van
- No te vayas riancheira,
- que te vas a marear.
- 2.- Desde Vitoria a pie
- una cuadrilla de amigos
- los lugares del Camino
- temos como o testigo.
- Desde Vitoria a pe,
- con alegre devoción.
- Es chegar a Compostela
- nuestra mayor ilusión.
- Y así otras más.
Con tanto brebaje, amigos, si la rodilla se funde, me quedo en
puerto. Vaya masaje.
-
- 3-IV-99
-
- 9'15h. La mañana salió
serena, con nubes altas, sin peligro de lluvia, de buen presagio.
El autobús nos llevó hasta el empalme de Ras, a
24 kms. de Santiago. Arrancamos a las 9'50h. para parar a las
10'30h. en el cruce de O Burgo. Yo llevaba en el macuto la garrafiña
de Rioja banda de plata como repuesto y cortamos un trocico de
la hogaza y le añadí el atún. Un grupo de
caballistas se nos acercó, vestidos de peregrinos a lo
clown y sombrero de ala ancha. Casi ortera. Nosotros paramos
en un rellano de la estrada que llevaba a O Burgo y allí
bebimos del Rioja, otros traían reserva del 93. A las
11h. emprendimos de frente la cuesta entre carballos y eucaliptos
que nos condujo al alto de Cimavilla. A la derecha dos limoneiros
con fruto casi maduro y un par de loureiros arropaban una casa
de labregos, vieja y casi abandonada. La cuesta continuó
unos 20 ' y pronto iniciamos un camino ancho entre toxos en flor
amarillenta durante buen rato. Atrás dejamos Santa Irene
con un área de descanso de buen gusto, con bancos de granito
pulido, una calzadiña arreglada, fuente y asador. Se ve
todo reciente. El albergue, chulo y de buen ver.
-
- Sigue que sigue, son las 12'30h.
y mi patica izquierda comenzó a acusar sufrimiento y dolor
que se me pegaba al muslamen derecho, sin duda a causa del descompás.
El amigo bastón, alias makila, me ayudaba fiel y con su
ritmo. ¡Qué bien te portas, compañero y qué
bien te dejas llevar!. Poco a poco, seguimos Teodoro de Salvatierra,
Eloy, Ysabel y yo y comentamos cosas del pasado , las formas
de vida y entender, las penurias y el presente. Ninguno de los
cuatro entendíamos tanto desquicio y protesta, tanta bronca
y desperfecto, tanta violencia y chulería de la muchachada
azuzada por los del oficio y sueldo en nuestra Tierra Vasca.
Decíamos, ¿qué bravatadas preparán
esta noche para gritarlas mañana en Iruña-Pamplona,
en Donostia-Sanse o Bilbao. ¡Rediós, qué
sinsentido!. Y así es.
-
- La bajada desde donde anuncian
el aeropuerto comenzó para nosotros y nos hicimos una
foto ante la estela esculpida con los símbolos del Peregrinaje.
Al fondo, Santa Lucía de Sabugueira con unas casas de
piedra enrojecida por el óxido de hierro. El regato mostraba
la margen de tierra roya. En el ribazo una vaquiña pardona
pastaba la hierba lozana y la temperatura sería de unos
20º. En el arroyo lavaba la ropa "una vella" a
la vieja usanza. Uno labrego vello, rechoncho y bajo sostenía
de uncabo sus tres vaquiñas y la paisana de c. ancho,
también bajita y con botos de campesina iba a su encuentro.
-
- Yo me recordaba unos versicos
de un romance popular leonés, que viene a cuento:
- "Por las sendas que conducen
- al sepulcro del Patrón
- un peregrino camina
- con su concha y su bordón.
- Viene de tierras lejanas
- a cumplir una promesa,
- los pies descalzos sangrando,
- descubierta la cabeza.
- Por el tiempo que camina
- lleva crecida la barba.
- Las lluvias y los calores
- ya le han tostado la cara.
- Pide limosna en los pueblos
- rezando con devoción.
- Trae capa de paño pardo
- y en la mano su bordón".
- De allí se sigue un sendero,
primero estrecho y poco a poco más amplio que lleva a
Lavacolla, donde dijo Laffi a fines del s. XVII en su Viaggio
"... aquí nos refrescamos bien, mudando los vestidos,
porque sabíamos estar cercanos a Santiago". La palabra
viene de la latina lavamentula, como escribe Aimeric Picaud
en su Guía del s. XII, y allí se hacían
las abluciones de afuera y de la p. de dentro, según los
casos, por amor al Apóstol "apostoli amore lavare
solent". Yo llegué, así como, estropeadico,
renqueante y como jodido, pero llegué sano y cogotón,
porque así es uno y está bien. En la tasca, según
se alcanza la carretera, a la izquierda, Juanjo el guía
había ordenado un aperitivo de ensaladilla. Pagamos la
cerveja y me senté en un taburete. En un letrero se leía:
- "Pide os nossos viños
- Albariño e Barantes
- na Lavacolla".
-
- En una mesa corrida, junticos,
casi apegados, comimos todos. Yo tomé caldo galego de
pote: grelos, verza, tres o cuatro alubiñas y caldo con
pimentón y con sabor a porco. Entraba bien. Otros, alubias
con tocino do porco y después filete de vaca con pataquiñas.
De vino, branquiño de 10º fresquiño. Café,
dos sorbetes de orujo. Y así compuestos, arrancamos para
el penúltimo tranco . En nuestro alrededor estábamos
Ricardo Ruiz Marquínez, "O xilgueiro da cofradía,
alias paxarin", Elena Lama, Isa y yo. Elena nos contó
sus historias, las de su familia en la preguerra y sus ocho hermanos,
las andanzas de su padre general y yo escuchaba pensando en el
diario.
-
- Antes de comenzar el yantar,
apoyado en mi bastón, durante un cuarto de hora y a golpe
de lo que iba viniendo, sin papeles les conté a todos
cómo se inciaron las historias de Santiago, la barca "da
pedra", cómo Teodoro y Anastasio, los discípulos
del Santo lo trajeros desde Jaffa. ¿Cómo, con cabeza
o sin cogote?. Pues, la verdad, hay para todos. No todos opinan
igual. En realidad, ¿qué más da?. La verdad
es que el único testimonio histórico del inicio
del culto a Santiago Boanergues, hijo de Zebedeo y Salomé
y hermano de Juan, también llamado El Mayor, para distinguirlo
del otro más chico, fue el supuesto descubrimiento del
Area marmórea por un tal Paio o Pelayo hacia el
813. La noticia llegó a oídos de Teodomiro, obispo
de Iria Flavia, esto es Padrón, y pronto lo supo Alfonso
II de Asturias, a la sazón en Cangas de Onís y
rey de las tierras más apartadas del Noroeste hispano,
protegidas por la cadena de los montes asturianos y las montañas
que se prolongan más al Oeste y la mar océana siempre
brava que rompe en las costas gallegas por Finisterre-Fisterra.
-
- Este era el refugio cristiano
frente al Islam del Andalus de los Omeyas. El descubrimiento
de las reliquias de un cuerpo santo era el santo y seña
para salir de la postración, del complejo de inferioridad
en que se hallaban sumidos frente la poder imbatido procedente
del Sur y que en muy pocos años, allá por el 712,
se había apoderado de casi toda la Hispania goda. Lo tomaron
como si fuera un despertar de un sueño, y a partir de
ese momento se fue creando, tomando fuerza la Reconquista. Necesitaban
un empuje, como pasaría algo más tarde en Clavijo
el año 842 con la leyenda de un Santiago galopando sobre
un corcel, cual adalid de las tropas de Orduño II, rey
de los galegos y asturianos. Así ocurriría pasados
los años en tantos y tantos momentos de guerra entre cristianos
y musulmanes en el Oeste y en el Este remoto. Lo que importaba
no era la objetividad de un hecho, sino su aceptación,
a ser posible, milagrosa, extraordinaria, portentosa, del más
allá. Y así fue.
-
- El buen rey Alfonso II, con
sus cuatro acompañantes, porque no había más,
se trasladó a este chico lugar, emplazado sobre un antiguo
castro -distinto del castornudao, Sr. Corcuera-, que pasaría
a romanizarse y que albergaría entre los siglos I al IV
un compositum tellus o cementerio, como lo atestiguan
los abundantes restos encontrados en el subsuelo de la Catedral.
De la expresión latina se derivó la popular Campus
stellae, de donde procedería la voz Compostela.
Más tarde, en el siglo VI seguirían enterrándose
los suevos y ahí termina. Entre tanto hueso y tanto resto,
¿ qué hay de Santiago?. A ciencia cierta no se
sabe nada, ni falta que hace. Lo que tenemos es un sorprendente
edificio, un maravilloso templo testigo de un culto que se extendió
por Europa entera, a partir de un origen sencillo y pobre con
más pretensiones que le podían esperar la realidad
del momento. La fe, la piedad, los sacrificios de miles y miles
de peregrinos convirtieron en lugar sagrado y perpetuamente vivo
esta ciudad de Santiago y este venerado caamino jacobeo que nos
conduce hacia ella.
-
- La figura carismática
del santo insufló de energía a la España
cristiana y con los reyes Alfonso VI y Alfonso VII, Cluny, el
apoyo de Navarra en la persona de Sancho III el Mayor, y tantos
y tantos que se pusieron en marcha a partir del siglo XI, bendecidos,
animados y enriquecidos por las indulgencias papales, se convirtió,
sin duda alguna, en una inmensa, continua Romería
hacia el confín de las tierras del Oeste, Compostela.
-
- ¡Qué gratos suenan
estos versos populares de F. García Lorca ! :
- "Dice un hombre que ha
visto a Santiago
- en tropel con doscientos guerreros.
- Iban todos cubiertos de luces
- con guirnaldas de verdes luceros
- y el caballo que monta Santiago
- era un astro de brillos intensos".
-
- A través de las rutas
procedentes de Alemania que confluían con las de Francia,
miles y miles de peregrinos atravesaron España por la
terrible cadena pirenaica por los puertos de Somport y Roncesvalles
y las tierras bajas de Irún, o los caminos del mar, desde
Noruega, Suecia, Dinamarca, Inglaterra, Irlanda o los Países
Bajos y trajeron consigo sus cantares, sus cultos, su comercio,
el arte y la literatura, europeizando la Hispania norteña,
configurando su historia. Y esto, amigos, fue un milagro fabuloso.
-
- Resulta increíble leer
la serie de reyes, personajes, obispos y peregrinos que llegaron
al extremo de la cristiandad, peregrinando hasta aquí
a Compostela, una vez que el terrible azote de Almanzor dejó
de ser un peligro, pasado el año 997, desde Godescalco,
obispo de Puy, el eremita Simeón de Armenia, acaso el
Cid Rodrigo Díaz de Vivar, Baudoin junto con Ingelram
obispo de Lille, Sigfrido, arzobispo de Maguncia, Arsgot de Burwell,
el primer peregrino inglés, San Guillermo de Vercelli
y San Teobaldo de Mondovi, primeros santos peregrinos de que
tenemos noticia, a tantos y tantos más que se suceden
a lo largo del siglo XI.
-
- Pronto comienza a levantarse
sobre los restos pobricos y humildes la nueva basílica
en 1075 bajo el mandato del obispo Diego Peláez que inició
las obras con la ayuda económica de Alfonso VI. El mayor
impulso vendría con Diego Gelmírez, hombre enérgico,
ambicioso, astuto y duro y tomará las riendas de la empresa
con la ayuda de Doña Urraca y Alfonso VII. En 1102 la
obra de la cabecera estaba terminada, al año siguiente
el Pórtico de las Platerías y en 1105, el antipendio
o frontal junto con el cimborrio para el altar del Apóstol.
En 1112 se colocaba la última piedra. Será más
tarde cuando la obra de Gelmírez se verá ampliada
y embellecida por el Maestro Mateo, en el último cuarto
del siglo XII, con el Pórtico de la Gloria, entre el 1168
y 1188. Constituye la muestra más bella y lograda del
románico europeo, por la calidad de su estatuaria expresiva,
por los pliegues de sus vestidos, la vivacidad de sus rostros,
la reproducción de los instrumentos. Toda un joya.
-
- No me voy a extender más,
sólo contaros lo que quise deciros para anunciaros el
gozo de la visita tan esperada por todos, desde aquel lejano
14 de septiembre del 96, cuando casi los mismos amigos que ahora
estamos, inciamos con Juanjo y Julita este largo Camino.
-
- Comidos y descansados, proseguimos
nuestro andar, esta vez hasta O Monte de Gozo, el Monxoi
de los textos medievales, desde donde los romeros jacopitas de
bordón y calabaza, esclavina, vieiras y escarcela, veían
por vez primera las torres de la Catedral de Santiago. Y así
fue, hacia las 6h. de la tarde. Nos agrupamos en un corroncho
y los amigos emocionados se abrazaron, se besaron, se felicitaron
de contento y satisfacción. Habíamos llegado. Merche
invitó a cantar "El peregrino alavés".
La tarde estaba radiante de luz y de alegría.Yo me acordaba
del relato de Laffi y a pesar de las molestias que me causaba
la pierna izquierda, me dije para mis adentros, como cada uno
de los que allí llegamos: "Ha valido la pena".
Era hermoso de verdad.
-
- Aquí me vienen a la mente
unos versiños de Dora Vázquez que os quiero recordar:
- "¡Qué longo
viaxe tras
- romeiro, meu romeiriño!
- ¡Cómo estará
tu saial!
- ¡Cómo irán
eses peciños!.
- ¿Ves os soutos de Galiza?
- ¿Ves a prata dos sus
ríos?
- ¿Ves o verde dos seus
abros
- e os piñeiros, queridiño?
- Ergue os teus ollos ao ceo
- e mira pra'quel montiño.
- Tras d'el está Santiago.
- ¡Agora xa vas pretiño!".
-
- Descendimos suavemente Y Juanjo
nos fue dando las llaves de las habitaciones. A Isa y a mí
nos correspondió la 344. Me reposé un par de horas
para aliviar mi rodilla que me avisaba con el dolor su fatiga
y malestar. A las 20'30h. nos volvimos a juntar para descender
al hotel y cenar. El branquiño fresco y apetecible nos
sentó pero que muy bien. Después se sirvió
crema de espárragos, tronco de merluza con pataquiñas
y de postre flan. Una cena sana, bien compuesta y servida. Al
fin, ya a las 23h. llegaron los del segundo grupo. Como era ya
tarde, nos recogimos contentos, yo muy cansado, para entrar mañana
con fuste en Santiago.
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- Entrada en Santiago y visita
al santo. A las 8'30h. bajamos a desayunar unas frutas, café
con leche, marmeladiña y un croissant. Salimos, así
a lo guapo, colina abajo, pasamos un puente, siempre a la izquierda
y ya en el barrio As Fontiñas los amigos Paco Fernández
y Chelo nos saludaron desde su casa. Fue un encuentro muy sabroso
y juntos todos, precedidos por los gaiteiros contratados por
Juanjo, fuimos siguiendo el casi milenario trayecto que ya en
su día Aimeric Picaud narró allá por 1135,
por la Via Francigena que cruzaba la ciudad de Este a
Oeste desde tiempos muy antiguos, continuaba por A Rúa
do Camiño, dejando atrás el barrio de San
Lázaro y la iglesita del santo, pasando por la
Rúa de San Pedro, la Rúa dos Concheiros,
la Plaza de Cervantes, la Rúa do Campo y
la Azabachería. ¡Cómo sonaba la gaita
y la pandereta en las ruiñas enlosadas que recordaban
a tantos y tantos peregrinos que nos precedieron en los años
santos jacobeos, desde que allá por el año 1181
el papa Alejandro III concedió al sepulcro de Santiago
el privilegio del Jubileo. De vez en cuando se veían pintadas,
la verdad hay que decirlo, así como discretas y como avergonzadiñas,
que decían: "O 25 de julho día da independência",
"Galiza free", y alguna otra, que para todo hay gustos.
- Era una delicia con el sol,
la música festiva que nos precedía, la alegría
en los rostros, la satisfacción de haber llegado. Yo me
apoyaba en mi amigo y comentábamos las historias, los
relatos, las anécdotas del viaje y el gusto de estar juntos.
Descendimos atravesando el arco de la antigua Puerta Francígena,
más tarde llamada Porta do Camiño y al final,
la maravilla, la hermosura de la Plaza del Obradoiro con
la fachada grandiosa que levantó el arquitecto Fernando
de Casas Nóvoa entre 1738 y 1748, como un gran arco de
triunfo dándonos la bienvenida. A su derecha en un ángulo,
la gran Torre de las Campanas y al Este La Torre del
Reloj. En el Centro de la gran fachada otras dos torres gemelas,
esbeltas, muy altas, adornadas con pináculos y rematadas
por unas torrecillas de granito bien labrado, con la cruz. La
luz de este domingo de Pascua aún embellecía más
el conjunto.
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- Después de admirar y
más ver, subimos la escalinata del siglo XVI para contemplar
el Pórtico de la Gloria. Peregrinos y más peregrinos
no cesaban de entrar, una riola de gente esperaba para dar la
cabezada a los pies de Santiago sedente y después de un
ratico, apoyándome en mi bordón entramos en la
Catedral. El peregrino, lleno el corazón de gozo y enriquecido
su espíritu por las ciudades, personas, monumentos y paisajes
que el Camino de Santiago le ha ofrecido, llega por fin frente
al Apóstol. Paco nos dijo que con motivo de la Misa de
las 10, saldría la procesión con el busto-relicario
llevado por los cofrades y acompañado de los músicos
con instrumentos antiguos y seguido del cortejo litúrgico
de los oficiantes. Así que nos dirigimos por la nave de
la epístola en dirección al crucero, cerca de la
entrada de la Puerta de las Platerías y gozamos del paso
cadencioso del cortejo ceremonial, a los acordes del fagot y
la trompeta y en un momento dado irrumpió el órgano
con la Fuga en Re menor de Bach llenando el recinto. El efecto
fue grandioso de verdad. Pasados unos minutos dio comienzo la
danza airosa y elegante del botafumeiro que ascendía hasta
las bóvedas del transepto. ¡Qué hermosura!.
-
- Con Paco e Ysa proseguimos nuestra
visita, primero a la Capilla de Santa María de la Corticela
o de los Vascos, a la que se accede por unas gradas de piedra
hasta la portada de seis arquivoltas. Tiene tres naves y fue
edificada muy temprano, la primera de todas, por el siglo IX,
casi inmediato al primitivo templo de Alfonso II. Aquí,
en un principio, confesaban y comulgaban los peregrinos. Pasamos
un ratico sentados y allí terminé mi plegaria,
que recité muy bajo. Después visitamos despacio
la Capilla del rey de Francia, donde Diego Gelmírez depositó
en 1102 el cuerpo de San Fructuoso que se trajo, no precisamente
con buenas artes, de la catedral de Braga, así como otros
bienes de consideración para sufragar los gastos de su
grandiosa catedral. Vimos también la de Santa Fe, hoy
llamada de San Bartolomé, la de Nuestra Señora
la Blanca, la de San Pedro y la de Mondragón.
-
-
- El altar mayor, en la cabecera
de la nave central, brillaba como un ascua de plata dorada, resplandeciente,
barroco, con sus columnas salomónicas y su enorme baldaquino
sostenido por ocho vigorosos angelotes, rematado en los extremos
por las esculturas de las tres virtudes cardinales y la figura
de Santiago Matamoros, que parece que va a saltar sobre nosotros.
Al fondo, presidiendo el conjunto, la estatua sedente del Apóstol
del s. XIII, recubierta de plata y oro en un camarín barroco
iluminado por la lámpara que regalara el Gran Capitán.
Unas escalerinas dan acceso a su parte posterior para abrazar
al santo y a los lados de la girola descienden otras para llegar
a la cripta que guarda, según cierta tradición,
los restos de Santiago en una urna de plata mandada hacer en
1879 cuando fueron redescubiertos, a causa de su ocultación
en el siglo XVI, por temor de ser destruidos por Drake el Corsario.
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- La multitud impedía admirar
las capillas, el claustro, el tesoro y los museos. Otra vez será.
Los tres, Paco, Ysa y yo salimos otra vez para entrar de nuevo
por la Puerta del Perdón, haciendo cola. Admiramos los
altorrelieves del Maestro Mateo que están a ambos lados,
así como las tres estatuas peregrinas de Santiago y sus
discípulos del siglo XVIII. Ysa se quedó para tener
un sitio bien aparente para la Misa de los Peregrinos y quedamos
en juntarnos. Nosotros deambulamos por las rúas. Todo
estaba muy limpio, bien puesto y nos paramos en una taberna para
degustar unos albariños con unas empanaditas y hablamos
de todo, de Galicia, la de antes y la de ahora, de la lengua
y sus hablantes, de los vinos blancos, los ribeiros y albariños,
sus clases y cepas, vendimia y vinificación. ¡Qué
rato más sabroso!.
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- A las 13'30h. cientos y cientos
de peregrinos fuimos saliendo del templo, satisfechos por el
encuentro en la Casa del Señor y juntos los tres nos dirigimos
al encuentro de Chelo para tomar su coche hasta el restaurante
cerca de su casa. La comida fue excelente y los vinos de calidad.
Demasié. Subimos a casa para degustar un orujo viejo y
escuchar música gallega. Las niñas escuchaban nuestro
relato y estaban contentas, como sus padres y nosotros también.
Hacia las 18h. volvimos al Centro, recorrimos las rúas,
pasamos a visitar el monasterio de San Payo y tuvimos suerte,
estaba abierto. En cambio encontramos cerrados la Colegiata del
Sar, Santa María Salomé y el monasterio de San
Martín Pinario. No así el claustro de Fonseca con
sus azaleas en flor.
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- A las 20'30h. teníamos
la cita para acudir juntos a cenar o lo que sea y después
de unos 20' llegamos al fin a un Moiño convertido
en extraño chamizo, muy frecuentado para tomar productos
do porco, un vinejo áspero y participar en el Conxuro
da Queimada para risa de muchos, regocijo de comediantes
y diversión general. La verdad es que se nos ha hecho
un poco tarde y a las 12'30h. nos alojamos en el Hotel México,
dando así fin a nuestra estancia en Santiago.
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- Vuelta a Vitoria. A las 8'30h.
ya estábamos desayunados y tomamos el bus en dirección
a la autopista que nos iba a llevar hasta Villafranca del Bierzo,
atravesando Galicia en buena parte por donde llegamos. El día
era hermoso, luminoso, cálido y primaveral. Dejamos las
tierras suaves de Triacastela y Samos con sus jugosos prados,
los frutales en flor y las choperas verdeando. Poco a poco fuimos
ascendiendo hasta Pedrafita a 1099 mts., y a nuestros paso vimos
la obras audaces para la autopista, con pilares de hormigón
de más de 30 mts. de altura, y allá al fondo el
río cantarín y fresco descendiendo desde las cumbres.
La vegetación iba cambiando y a mí me chocaba el
sistema de riego de los prados chiquitines, como retazos de verde
surcados por acequias del mismo tamaño, que recogían
el agua de las cuestas empinadas. En las lomas altas, aldeiñas
colgadas. ¡Qué vida tan ruda han pasado estas gentes
de la sierra, Dios Santo!. Más arriba los calveros por
donde sopla el viento y la lluvia bate. La población de
Pedrafita, más moderna, tenía mercado, cocían
pulpo, repleta de tenderetes, como en fiesta.
-
- Descendimos por el Valcarce
-Vallis carceris- 'valle de la cárcel' y recordamos
aquella marcha preciosa desde Portela a O Cebreiro aquel 7 de
junio del 98, de cuatro horas de ascenso por caminos escarpados,
el castillo de Autares como guarida de bandidos, más arriba
Ambasmesetas, Vega de Valcarce y el airoso castillo de Sarracín,
el caserío de Ruitelán y el precioso lugar de Herrería,
donde almorzamos, la aldea de Faba y O Cebreiro. Pronto comenzaron
los cerezos en flor que se sucederían durante todo el
trayecto hasta dejar el Bierzo. Las obras de la autovía
están martirizando el valle y se ve como descostillado,
partido a zarpazos, en carnes vivas. Esperemos que todo se arreglará
y volverá a estar sano.
-
- Y al final, por una carretera
extrecha nos fuimos encaramando para llegar a una aldea, Orellán,
dejando en el fondo del valle el lago de Carucedo, donde remansaban
las aguas desde las grandes minas que pronto íbamos a
ver. Desde la aldea sube un camino ancho y en lo más alto
los inmensos socavones de Las Médulas. Surcando
las montañas se ven los regatos que conducían el
agua desde los neveros del Teleño a 2000 mts. y una vez
represadas, las utilizaban para el desplome de las tierras auríferas,
color rojizo intenso, como nos explicó Merche. El agua
llegaba por canales tallados en las laderas y una vez excavados
los pozos verticales y las galerías transversales provocaban
el desplome del terreno con la fuerza del agua y así iban
bateando la arena, separando los rijos de los pedrones. El desplome
fue inmenso, causa asombro tanto esfuerzo prolongado durante
más de 200 años. Se calcula que fueron necesarios
unos 30.000 mts. cúbicos de agua diarios para reventar
la montaña previamente acribillada por los mineros astures,
gente arrojada y experta, condenada a trabajar en aquellos pozos
y galerías. Y así desventrando capa a capa la montaña
llegaron a conseguir hasta 1.500.000 kgs. de oro. Fue el geógrafo
Plinio quien nos dejó el relato minucioso de esta inmensa
explotación.
-
- Eran ya las 13'30h. y era preciso
continuar nuestra vuelta. Dejamos atrás los castillos
de Corullón y Cornucel que con el Sarracín vigilaban
la subida al puerto. Comimos en Benavente a las 16h. y faltaba
un buen trecho. Teodoro, que tiene porte de obispo y es muy majo
y ocurrente, nos contó una anécdota de sus clientes
y nos hizo mucha gracia. "Una vez le llegó un cliente
que quería le hiciera una filosera. Todo extrañado,
nuestro amigo le preguntó, ¿qué es eso?,
pues no le entiendo. Sí, hombre, sí, pues muy sencillo,
como una ventana con unas tablicas para dejar pasar la luz. ¡Ah!,
contestó Teodoro, lo que Vd. quiere es una celosía.
Pues, sí, eso". Lo que son las cosas, pero se entendieron.
A los postres se cantaron unas letricas en honor de Juanjo y
Julita y todo el mundo se sentía contento y se les hizo
entrega de un detalle por haber culminado con bien la larga Romería.
-
- Después proseguimos el
viaje por la tierra llana de Castilla, Palencia, Valladolid y
Burgos y a unos 16 kms. comenzó la caravana. ¡Qué
vamos a hacerle!. Nos costó hora y media atravesar Burgos
y a las 23'30h. llegamos al punto de salida. Un viaje hermoso.
Salió muy bien y este cronista pone fin al episodio con
las cuatro cuartetas del Romance de Gaiferos, que es como un
retrato del duro caminar del peregrino, como un recuerdo de nuestro
empeño mantenido con constancia desde aquel lejano comienzo
en julio del 96. ¡Que Dios nos bendiga a todos!. ¡Qué
el buen trato, la compañía y la amistad nos acompañen
y que el Señor recompense con su presencia a los que nos
dejaron y el consuelo ayude a los que quedaron aquí sin
su grata compañía!.
- Romance del Peregrino
- ¿A ond'ir'a aquel romeiro
- meu romeiro, a dond'irá?
- Camiño de Compostela
- non sei s'alí chegará.
- Os pes leva cheos de sangre
- e non pode mais andar.
- ¡mal pocado, pobre vello!
- Non sei s'alí chegará.
- Ten longas e brancas barbas,
- ollos de doce mirar,
- ollos gazos, leonados,
- verdes com'auga do mar.
- Chegaron a Compostela
- e foron hasta o logar.
- D'esta maneira falou
- gaiferos de Mormaltán.
- Plegaria a Nuestra Señora
y al Señor Santiago
- Recogidos ante tu tumba nos
sentimos recompesados de tan largo caminar. Y con este broche,
que es la oración dirigida a Santa María y al Apóstol,
ponemos fin a la ruta:
- Geure Ama Andre Maria
- eta Done Yakue maiteei.
- Aquí estamos, al fin,
- poniendo término
- a nuestro andar y recorrer,
- después de tantas etapas
- del Camino.
- Venimos a ofreceros
- nuestras vivencias pasadas,
- nuestras cuitas y pesares,
- nuestro afán de convivir.
- Venimos a pediros
- porque sepamos perdonar
- y ensayar otra vez.
- Volver a repetir, a ayudarnos
- mutuamente,
- volver siempre a empezar.
- Os pedimos por nuestros mayores,
- porque cuenten con nosotros,
- que no les falte nuestro consuelo
- y amor.
-
- por nuestros hijos todos,
- los mayores, los medianos y
más chicos.
- Que les queramos por igual,
- que encuentren siempre en nosotros
- ayuda y comprensión,
- cariño y mucho corazón.
- Os pedimos por los parientes
y amigos,
- por los más dolidos y
sin amparo,
- por los que esperan trabajo,
- por los desesperados,
- por todos. Amén.
- Por nuestra gente,
- dividida, enfrentada, suspicaz,
- cerrada por la violencia,
- el fanatismo, el desafecto
- y el malestar.
- Que la paz y el entendernos,
- que la convivencia y el respeto
- y la amistad, ¿por qué
no?
- inicien un leve paso,
- sean posibles, ¡Señor!.
- Que la renovada primavera
- torne a nosotros,
- rebrote y nos traiga ilusión.
- Que los pueblos del Este,
- Kosovares, Albaneses,
- Macedonios y Servios
- se vuelvan a mirar,
- a no matar y a convivir.
- Que sus ancianos puedan vivir
en paz,
- que sus mujeres y mozas sean
respetadas,
- sus creencias puedan coexistir,
- a pesar de tanto loco,
- asesinos, matones
- y sanguinarios sin fin.
- Señora Santa María,
- Señor Santiago
- cuya estrella brilla en Compostela
- desde tantos siglos acá.
- Os ofrecemos nuestras etapas
de andar,
- con frío y con calores,
- con lluvia y orballo,
- con cansancio y torceduras
- a lo largo de estos tres años
- de tozudo caminar.
- Geure lurraren alde,
- geure bihotzetik:
- Lagundu iezaguzue, Mezedez.
- Guere lagun maiteok zarete,
- izango zaretela, uste dugu.
- Anaitasunaren bidean
- jarraituko gara, beti.
- Amen, Alleluya, Gora.
- Vitoria-Gasteiz, 8-IV-1999
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- Relación de
las etapas
- 1.- 14-7-96. Francia (frontera)-Roncesvalles
- 2.- 15-9-96. Roncesvalles-Zubiri
- 3.- 29-9-96. Zubiri-Pamplona
- 4.- 10-11-96. Pamplona-Puente
la Reina
- 5.- 24-11-96. Puente la Reina-Villatuerta
- 6.- 1-12-96. Villatuerta-Azqueta
- 7.- 23-2-97. Azqueta- Los Arcos
- 8.- 2-3-97. Los Arcos-Viana
- 9.- 9-3-97. Viana-Logroño
(La Grajera)
- 10.- 23-3-97. Logroño-Nájera
- 11.- 6-4-97. Nájera-Santo
Domingo
- 12.- 13-4-97. Santo Domingo-Tosantos
- 13.- 4-5-97. Tosantos-San Juan
de Ortega
- 14.- 18-5-97. San Juan de Ortega-Burgos
- 15.- 8-6-97. Burgos-Hornillos
del Camino
- 16.- 29-6-97. Hornillos del
Camino-Castrojeriz
- 17.- 6-7-97. Castrojeriz-Boadilla
del Camino
- 18.- 12-7-97. Boadilla del Camino-Carrión
de los Condes
- 19.- 13-7-97. Carrión
de los Condes-Calzadilla de la Cueza
- 20.- 21-9-97. Calzadilla de
la Cueza-Sahagún
- 21.- 28-9-97. Sahagún-El
Burgo Ranero
- 22.- 1-11-97- El Burgo Ranero-Mansilla
de las Mulas
- 23.- 2-11-97. Mansilla de las
Mulas- León
- 24.- 14-3-98. León-San
Martín del Camino
- 25.- 15-3-98. SanMartín
del Camino-Astorga
- 26.- 28-3-98. Astorga-Foncebadón
- 27.- 16-5-98. Foncebadón-Molinaseca
- 28.- 17-5-98 Molinaseca-Cacabelos
- 29.- 6-6-98. Cacabelos-Portela
- 30.- 7-6-98. Portela-O Cebreiro
- 31.- 27-6-98. O Cebreiro-Triacastela
- 32.- 28-6-98. Triacastela-Sarria
- 33.- 10-10-98. Sarria-Portomarín
- 34.- 11-10-98. Portomarín-Palas
de Rey
- 35.- 12-10-98 Palas de Rey-Melide
- 36- 1-4-99. Melide-Boente
- 37.- 2-4-99. Melide-Empalme
de Ras
- 38.- 3-4-99. Empalme de Ras-Monte
do Gozo
- 39.- 4-4-99. Monte do Gozo-SANTIAGO.
- 40.- 5-4-99. Vuelta a VITORIA-GASTEIZ.
- Ricardo Cierbide, historiador
- Ilustraciones: Javier Corcuera
- Fotos: Isabel Roa
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