El fuerte de Guadalupe (1900-2000)
Juan Antonio Sáez García

Finalizada en 1876 la III Guerra Carlista, el Gobierno español planteó la necesidad de organizar las defensas de la frontera con Francia, de San Sebastián y del puerto de Pasajes y -de paso- asegurarse el dominio del territorio ante una posible intentona carlista. Para estudiar esta cuestión se constituyeron entre 1876 y 1884 una serie de comisiones militares que determinaron diseñar en el marco de la defensa pirenaica un campo atrincherado en torno a Oiartzun.

El concepto de campo atrincherado sustituyó al sistema defensivo basado en Plazas fuertes, obsoleto ante la generalización de nuevas técnicas de guerra, especialmente por el mayor alcance y exactitud de tiro aportado por la artillería de ánima rayada.

Un campo atrincherado puede definirse como un conjunto de fortificaciones permanentes artilladas (fuertes) situadas en ciertos puntos prominentes de un territorio, que se flanquean mutuamente y apoyan a efectivos militares que evolucionan en sus proximidades. Es decir, se ha sustituido la Plaza fuerte, por un territorio más o menos extenso que sirve de barrera a una posible invasión.

El proyecto del Campo atrincherado estaba constituido por una primera línea de fuertes próximos a la frontera francesa: Guadalupe, Jaizkibel, Arkale, Belitz, Erlaiz y San Marcial, formando un arco en torno a Oiartzun, Fuenterrabía e Irún. Una segunda línea de fuertes se establecería con los de San Marcos y Txoritokieta. Por problemas económicos sólo se llegaron a levantar los de San Marcos (1888), Txoritokieta (1890) y Guadalupe (1900), iniciándose las obras de excavación en Erlaitz.

Los citados fuertes son similares a los levantados en Francia entre 1874 y 1885 por el ingeniero francés Raymond Séré de Rivières (1815-1885). Su técnica constructiva y diseño cayeron muy pronto en la obsolescencia. Por una parte los fuertes de este tipo fueron pensados y ubicados en función de los posibles emplazamientos de la artillería enemiga, pero no tuvieron en cuenta la posibilidad de ataques aéreos. Por otra parte, la propia artillería evolucionó rápidamente aumentando los calibres y las cadencias de tiro y mejorando la munición. Así, frente a los impactos de los nuevos y cada vez más poderosos "obuses-torpedo" (1885) se oponían construcciones de mampostería o de hormigón no armado, "blindados" por una cubierta de unos dos metros de tierra o arena compactada que a duras penas podían evitar sus demoledores efectos.

La dispersión de las baterías (caso de los festen alemanes) y, más tarde, el empleo masivo de hormigón especial (h. 1895), de hormigón armado (h. 1910), de las campanas de acero (ya muy extendidas en Europa para 1900) y la subterraneización (líneas Maginot y Siegfried, en Francia y Alemania respectivamente) fueron las soluciones aplicadas en Europa que no tuvieron ya equivalentes en Guipúzcoa.

El fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe es el mayor de los tres que se terminaron con la intención de constituir el Campo atrincherado de Oiartzun (Oyarzun en la documentación de la época). Está situado en el sector oriental del monte Jaizkibel que forma parte del término municipal de Hondarribia (Fuenterrabía), al NE del Santuario de Nuestra señora de Guadalupe, del que toma la denominación.

El proyecto definitivo fue formado por el Teniene Coronel de Ingenieros Juan Roca i Estades, que tomó como referencia el anteproyecto realizado por la Comisión encargada del estudio de la defensa del Pirineo en Guipúzcoa.

Situado a 190 m de altura, podía ser dominado con algún peligro únicamente por la posición francesa de Biriatou y, con menor eficiencia, por otras situadas a retaguardia de ésta. Otras posibilidades de ataque eran las que podrían provenir de la toma del monte Jaizkibel por parte del enemigo (donde también estaba previsto la construcción de otro fuerte) o de los disparos de artillería que pudieran realizar desde el mar los buques hostiles. Del territorio guipuzcoano, en principio, no parecía que podría sufrir ataque alguno, puesto que el resto de las alturas próximas estarían ocupadas -al menos en proyecto- con otros fuertes previstos dentro del Campo atrincherado. En cualquier caso sería la primera fortificación en entrar en combate en caso de una invasión francesa.

El fuerte está constituido por tres obras, denominadas del Centro, de la Derecha y de la Izquierda.

La Obra del Centro dispone de un solo frente de 111 m de longitud. Consta de un parapeto exterior de 8,5 m de espesor y 1,8 m de altura interior, que cae en talud exterior (en ocasiones tallado en la roca natural) hacia el foso, reposando sobre un muro de mampostería de 1,2 m. de alto sobre el que se erguía una verja metálica de 3,5 m de altura. El terraplén de combate (donde se situaban los cañones) tiene una anchura de 6,5 m y en él podrían instalarse, según el proyecto original, hasta 8 piezas de grueso calibre, separadas en grupos de a dos por tres traveses-abrigo. Debajo del través central se encuentra un almacén de distribución de municiones para el servicio de las piezas de esta obra, mientras que los traveses laterales cuentan con pequeños repuestos para municiones. El talud interior cae 1,5 m, en ángulo de 30º sobre un terraplén de circulación de 3,5 m de anchura que está en comunicación subterránea con la obra de la Izquierda y, al descubierto, por medio de una escalera, con un patio alargado al que se abre el citado almacén de distribución. El patio está comunicado por medio de un túnel con la Obra de la Derecha.

La Obra de la Derecha se compone de tres frentes (Este, Nordeste y Norte) y de una batería al descubierto (sur). Los frentes Este y Nordeste y Batería del Sur, tienen su organización interior análoga a la de la Obra del Centro pero, a diferencia de ésta, cada pieza de artillería se situaría, según el proyecto inicial, entre dos traveses, pudiendo armarse con 11 piezas de grueso calibre.

Bajo el través central del frente del Este se sitúa el almacén de distribución de munición para el servicio de todo el armamento al descubierto de esta Obra. En el interior del resto de los traveses de la obra (excepto en el frente Norte) existen bóvedas con triple función: abrigo para los servidores de las piezas, repuesto de munición y (en tiempo de paz) alojamiento de las piezas artilleras menores (cañones de batalla), de ahí su amplitud.

Patio de la obra de la Derecha. Túnel al patio de la batería de la obra del Centro. A su dcha. la rampa al terraplén de comunicación del que parten pequeñas rampas a los asentamientos de cañones, situados entre grandes traveses.

El frente Norte (orientado hacia el mar) tiene cota ligerametne más baja que los demás y en él pueden instalarse 5 piezas de grueso calibre desenfiladas mediante un través-abrigo dotado de un repuesto de munición. No dispone de terraplén de circulación y su parapeto tiene dos metros de anchura menos (8 m) que el del resto de los frentes de la obra, que disponen de 10 m.

Batería para cuatro obuses de 210 mm. Tiene forma curva y está protegida por el blindaje superior del cuartel de Artillería que tiene enfrente.

La obra incorpora bajo el través del frente Norte una batería acasamatada de fuegos curvos con capacidad para 4 obuses de bronce de 21 cm y su repuesto de municiones. Frente a la misma, separados por un patio estrecho y alargado, de cota 1 metro por debajo de la de la batería, se levanta un cuartel, de planta también curva, con capacidad mínima de 88 artilleros. Su blindaje térreo superior sirve de través para la citada batería. A la izquierda del patio se abren los alojamientos para los oficiales de artillería y una comunicación con la obra de la izquierda.

Otro patio, situado entre el frente del este y el cuartel, proporciona la comunicación con los otros patios de la Obra, con las otras obras y, mediante rampa, con el terraplén de combate del frente Norte y con el terraplén de circulación del resto de los frentes de la Obra. Dos poternas que también parten del patio permiten la comunicación con la semicaponera del Este y la caponera del Sureste.

En el lugar donde se insertan dos traveses en escuadra se encuentra un asentamiento diseñado para una o dos piezas de 150 mm al descubierto donde, según el proyecto, podría llegar a colocarse algún día (cosa que no se hizo) una cúpula acorazada. En su proximidad se encuentra un segundo emplazamiento, si bien no aparece en el proyecto original donde se instalaron tardiamente piezas antiaéreas.

La Obra de la Izquierda consta de tres frentes y una batería al descubierto. Con relación a las otras dos obras destaca la presencia de una galería abovedada cuya parte exterior conforma la escarpa, abriéndose en ella grupos de 3 aspilleras (una horizontal, dotada de cierre metálico, y dos verticales) que contribuyen a la defensa del foso. A través de la citada galería de escarpa se comunican la caponera del SW y la media caponera del W.

Galería de escarpa de la obra de la Izquierda en la que se repiten una serie de dos aspilleras verticales y una horizontal.

En el frente Noroeste se levanta una gran construcción rectangular a prueba de bomba formada por tres plantas. La planta inferior sirve, a la par que de alojamiento para 120 individuos de tropa, de continuación de la galería aspillerada de escarpa (constituyendo un sector ligeramente más ancho que el resto de la misma). La planta intermedia tiene función de cuartel, con capacidad para 276 hombres, disponiendo en su extremo oriental de un almacén de distribución de municiones, comunicado con la planta superior por medio de un montacargas. Esta última -al igual que el cuartel inferior- está formada por nueve bóvedas. De ellas, la parte meridional de las tres occidentales están ocupadas por una batería de fuegos curvos destinada a ser artillada con tres tres obuses de 21 cm que permiten el disparo hacia el SW-SE. El resto de las bóvedas orientadas hacia el SE están en reserva para ser artilladas en caso necesario por piezas de 15 cm. En la parte de las bóvedas orientada hacia el NW se abren cinco cañoneras, por las que otros tantos cañones de 15 cm montados sobre marco bajo podrían disparar hacia la mar, dejando cuatro bóvedas en reserva, de forma que, en caso necesario, podrían abrirse en el blindaje térreo exterior las correspondientes cañoneras.

Precede a esta construcción por la parte del Sureste una gran máscara de tierra sobre la que podía disparar sin problema la batería de fuegos curvos. Para que los cañones (en reserva) orientados hacia el sur pudieran disparar a través de la máscara se proyectaron originariamente cañoneras-túneles. Entre la máscara y el cuartel queda un patio alargado y estrecho que facilita las comunicaciones. Bajo la máscara se sitúan las cocinas y letrinas, con acceso desde el patio.

Patio principal de la obra de la Izquierda, ocupado en su diseño inicial por el pabellón del gobernador, de oficiales y almacenes. A él llega el túnel de entrada y salen las comunicaciones que se dirigen al resto del fuerte. En primer plano, túnel de acceso al patio situado entre el cuartel de Infantería/casamatas de artillería y la máscara de protección.

Los frentes Oeste, Sudoeste, Batería del Este y la parte del frente Noroeste no ocupado por la construcción a prueba, están organizados para el emplazamiento de artillería a barbeta desenfilados mediante traveses-abrigos y repuestos. En ellos pueden montarse: 4 piezas en el terraplén de combate del sector del frente Noroeste no ocupado por las casamatas, 4 en el del Oeste, 2 en el del Sudoeste y 5 en la Batería del Este. Además existe un emplazamiento circular para una o dos piezas de 15 cm (similar a otros existentes en la obra de la izquierda) del que en el Proyecto se dice que también en él podría instalarse en algún momento una cúpula acorazada.

En el patio principal -triangular- se hallaban los pabellones para el Gobernador y oficiales, almacenes de víveres y combustibles, así como diversas dependencias, dotadas algunas de ventanas de característico diseño.

En este patio desemboca el acceso del fuerte, que entra serpenteando en trinchera y túnel, por debajo del glacis, hasta el nivel del foso principal. El túnel está interrumpido por un pequeño foso (salvado por un puente corredizo) que es defendido lateralmente por las aspilleras y lanzagranadas laterales (orificios redondos de trayectoria descendente) del cuerpo de guardia y frontalmente por una ametralladora y fusilería en aspilleras. Una vez en el foso principal, se llega a una segunda puerta en túnel, desenfilada con respecto a la primera y dotada de otro foso con puente corredizo. A través de este túnel, en pendiente ascendente, se accede al patio triangular, desde donde arranca la red de comunicaciones con todas las Obras.

En el citado patio, frente al acceso exterior, se encuentra una rampa que establece la comunicación, al descubierto, con los terraplenes de circulación y de combate de las baterías a barbeta de los diferentes frentes de la Obra de la Izquierda, comunicándose éstos con la batería acasamatada y cuartel por un túnel y escalera cubierta. A la derecha se halla el túnel que comunica con el terraplén de circulación de la Obra del Centro y, a la Izquierda, otro túnel comunica con el patio del cuartel de Infantería y éste, a su vez, con la Obra de la Derecha.

Foso, aspilleras de la galería de escarpa y cañoneras de las casamatas de la obra de la Izquierda. A la izquierda de la fotografía la caponera de cabeza.

Rodea a las tres obras un foso de 7-8 metros de ancho y diversa pendiente (con objeto de adecuarse al relieve natura)l. La escarpa de la Obra de la Izquierda, como ya se ha afirmado, dispone de una galería aspillerada, mientras que en el resto está formada por taludes de escarpa. Al pie de éstos se establece un muro de sillería de 1,2 m de altura coronado por un caballete sobre el cual se levanta una verja metálica, que en el proyecto tenía 3,5 m de altura. Este hecho supone una adaptación al posible impacto de los obuses-torpedo, puesto que la reja resultaba menos dañada por ellos que las escarpas tradicionales de mampostería.

Por el contrario, todas las contraescarpas están revestidas de sillería caliza, excepto en los sectores en que cambia de dirección (zonas en ángulo), en los que el revestimiento era de arenisca. Ésta última roca tiene la propiedad de amortiguar los posibles rebotes de los disparos realizados desde las baterías de flanqueo.

De izquierda a derecha Parapeto de fusilería, contraescarpa, con su escalera doble, foso y caponera de cabeza con su fosete.

El flanqueo del foso se realiza mediante tres caponeras (NW, SW y SE) y dos semicaponeras (NE y W) blindadas, dotadas de diversas cañoneras, aspilleras, matacanes, orificios lanzagranadas, repuestos de munición y pequeños sectores anexos de escarpa aspillerada. El armamento previsto para estas baterías estaba constituído por ametralladoras (en las semicaponeras) y cañones de tiro rápido (en las caponeras). La caponera situada en la confluencia de los fosos N y NE dispone de visera en cada uno de sus dos flancos protegiendo la cañonera y aspilleras.

Estas baterías que flanquean el foso disponen de una puerta protegida situada por el interior e la verja metálica y de un fosete (foso en el foso) de 1,2 m de profundidad por 1,5 m de ancho que impide el acceso a cañoneras o aspilleras cuando éstas están a baja altura a la vez que sirven de receptáculo para evitar que la caída de materiales derivados del combate suponga la anulación por enterramiento de aspilleras y cañoneras.

Las dos semicaponeras y la caponera del NW disponen de accesos al foso sirviéndose de puentes corredizos o levadizos sobre el fosete que permiten los movimientos de las tropas de infantería establecidas en el camino cubierto. Éste último tiene una anchura media de 3 m, limitado hacia el fuerte por el foso y hacia el glacis por un parapeto para fusilería. Esta obra rodea totalmente el fuerte por la parte exterior de los fosos. Para acceder al camino cubierto desde las baterías flanqueantes, la infantería haría uso de las escaleras instaladas en la contraescarpa del foso. Si tuviera que replegarse esta fuerza debido a los embates enemigos, quedaría todavía cubierto el glacis por el fuego de fusilería procedente de parte de las baterías artilleras, que también disponían, entre los cañones, de una banqueta de fusilería.

La guarnición original del fuerte fue estimada en un batallón de infantería (unos 500 hombres), una compañía de artillería (aprox. 100 hombres) y pequeños destacamentos de administración militar, sanitario y zapadores-minadores.

El armamento que era capaz de acoger el fuerte según el proyecto ascendía a 69 piezas de artillería (38 a barbeta, 22 en casamatas y 9 en baterías de flanqueo), pero el armamento asignado inicialmente en el proyecto por recomendación de la Junta Local de Armamento fue de 44 piezas: 17 cañones Ordoñez C.H.E (Cañón Hierro Entubado) de 15 cm (mod. 1885) montados en marco alto para las barbetas; 5 cañones de las mismas características, pero montados en marco bajo, para las casamatas; 7 obuses de 21 cm CG (mod. 1885) para las dos baterías de obuses; 6 cañones de batalla; 6 cañones de tiro rápido Nordenfelt para las caponeras; 2 ametralladores Nordenfelt para las semicaponeras y una ametralladora para la defensa del acceso del fuerte (frente a la primera puerta).

Los cañones Ordoñez mencionados tenían una longitud de 4,5 m y un peso de 5,5 toneladas, sin contar el peso de la cureña, carriles, etc. Podían disparar proyectiles de distinto tipo (granada ordinaria, bala-granada y carga explosiva) cuyo peso estaba comprendido entre 42 y 50 Kgr, con un alcance útil de 10 Km. Los montajes sobre los que estaban instalados eran de hierro y disponían de ruedas que giraban sobre carriles en torno a un perno pinzote fijo en el suelo. Los obuses de 21 cm (mod. 1885) tenían un alcance útil de 6,8 Km.

Los cañones Nordenfelt (57 mm) de tiro rápido tenían una longitud de 1,5 m y un peso de 215 Kgr.; permitían un disparo cada dos segundos, pudiendo disparar proyectiles convencionales o botes de metralla. Estos últimos tenían 135 balas, sustituyendo en las caponeras ventajosamente a otro tipo de cañones, a las ametralladoras y a los fusiles, con la ventaja de que la munición empleada no dañaba gravemente el recubrimiento de escarpa y contraescarpa.

El fuerte contó desde el principio con suministro de agua corriente. Un caudal de 2,7 l/sg a presión de 5 atmósferas llegaba por medio de un conducto forzado de fundición de 4 Km de largo, que era distribuida por medio de fuentes instaladas en los patios de cada Obra, así como a las cocinas, letrinas, lavaderos, etc. Bajo el patio principal de la Obra de la izquierda se encuentra un aljibe cilíndrico con capacidad para 18.000 litros, que debía de permanecer siempre lleno. Para el desalojo de las aguas negras y pluviales, contaba también con un complejo sistema de conducciones.

Además de las obras descritas, el proyecto del fuerte contemplaba cuatro baterías auxiliares. Éstas formaban parte del mismo, pero no estaban servidas por su guarnición ni su artillería debía instalarse en ellas, sino que estaban destinadas a ser ocupadas y servidas en tiempos de guerra por el ejército operativo en el Campo Atrincherado. Su razón de ser se centra en complementar la artillería del fuerte y en defender sus proximidades, que en ocasiones quedaban fuera de tiro. Además, por regla general, la construcción de las baterías auxiliares estaba realizada de forma que no pudiera ser empleada por el enemigo para ofender al fuerte, en el caso de que llegara a tomarlas, puesto que además quedaban bajo su fuego directo. Estas baterías eran las del Purgatorio (al SW), la de Garaicoechea (NE), la de Percacenea (SE) y la del Calvario (entre el fuerte y el Santuario). La de mayor envergadura era la proyectada en la colina de Garaicoechea, que también era la más alejada del fuerte.

De las instalaciones auxiliares sólo pueden contemplarse en la actualidad una gran explanada y una batería situadas ambas en las proximidades de la entrada del fuerte. La citada batería (a barbeta) tiene parapetos interiores con una altura de 1,8 m. y está desenfilada mediante tres traveses que disponen en su interior de un repuesto al que se accede por medio de unas escalerillas, permitiendo la instalación de, al menos, cuatro piezas de artillería pesada, quedando algún espacio para una banqueta de fusilería. Por la parte opuesta al parapeto está protegida por una excavación en el terreno, que hace de espaldón. La proximidad al fuerte permite su fácil acceso desde éste.

Tras la inauguración del fuerte el único entorno bélico que afectó al mismo (por menos de dos meses y de forma muy limitada) fue la Guerra Civil 1936-1939, llegando a servir durante algún tiempo como prisión. El fuerte permaneció militarmente activo (aunque obsoleto en la mayor parte de sus funciones originales) hasta la década de 1970. Algunas de sus dependencias acogieron en ciertos momentos funciones diferentes de las que originariamente tuvieron. No obstante, al mantener su estructura original, es preferible que hoy en día sean consideradas de acuerdo con su función originaria y no con la sobrevenida (y así se ha hecho en los gráficos adjuntos).

Cuando el Ejército abandonó el fuerte fue desprovisto de todo contenido (armamento, mobiliario, maquinaria, etc.), sufriendo algún deterioro añadido tras varios años de olvido. Cuando pasó a depender del Ayuntamiento de Hondarribia se realizaron en él algunas labores de rehabilitación, procediendo a la pavimentación del foso, originariamente cubierto de césped (circunstancia que tal vez debiera de haberse respetado), a la reposición de la verja metálica (con menor altura que la original), realización de labores de desbroce, limpieza, vallado, etc.

En 1992 la Viceconsejería de Cultura del Gobierno Vasco resolvió incoar expediente para la inclusión del fuerte en el Inventario General de Patrimonio Cultural Vasco. Esta tuvo lugar mediante Orden de 16 de diciembre de 1994, pasando a ser considerado como Bien Cultural, con la categoría de Conjunto Monumental.

El fuerte puede circundarse libremente por el exterior; en horarios limitados es posible recorrer el foso, mientras que la visita (parcial) a su interior sólo es posible (de forma guiada) durante los fines de semana estivales.

BIBLIOGRAFÍA

ROCA (1889)
Memoria descriptiva del Proyecto del fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe / Juan Roca y Estades. - 1889. - AM Hondarribia.
SÁEZ GARCÍA, Juan Antonio
Viejas piedras... / Juan Antonio Sáez García. - San Sebastián: Michelena, 2000. - 264 p.


Juan Antonio Sáez García

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