María
Cristina "Leticia" Maldonado Arruti es la responsable
de la denominada Cátedra Libre de Pensamiento Vasco, que
funciona en la Universidad de La Plata en Argentina. Leticia,
de profesión arquitecta, dedica su mayor esfuerzo en tratar
que la colectividad vasca en aquella ciudad ahonde en las raíces
de su cultura. Esfuerzo que le resulta cada vez más difícil
de realizar, por el desarraigo progresivo de aquellos vascos hacia
la referencia de sus mayores.
-¿Qué
es la Cátedra Libre de Pensamiento Vasco? La Cátedra es un
espacio académico donde los vascos, sus descendientes y
sus amigos podemos mostrar los distintos aspectos de la cultura
euskaldun. Fue creada mediante un convenio firmado entre la Universidad
Nacional de La Plata, nuestro Centro Vasco y la Federación
de Entidades Vasco Argentinas. Su trayectoria ha sido de dos etapas:
por la década de los años 80 hubo un convenio que
"hizo aguas" porque no supimos darle el aire necesario para que
funcionara. En 1994 se firmó el convenio que está
vigente. Del buen funcionamiento de la Cátedra nos responsabilizamos
un equipo de personas que desarrollamos esta labor por razones
puramente culturales. Comparten conmigo esta responsabilidad,
Martha González Zaldua, Nidia Labayen, Keka Sáenz
y Alfredo Aldao.
-¿Cuáles
han sido hasta la fecha las actuaciones más relevantes?
Yo resaltaría
que todas han sido importantes pero, de subrayar alguna, diría
que en el 2000 tuvimos dos presencias de mucho peso: Juan Ignacio
Bidarte y Andoni Ortuzar. También en el 2000, cuando el
arquitecto Xabier Unzurrunzaga
dictó un seminario de una semana. La visita más
reciente fue en setiembre de este año 2001: Aitor Esteban.
Pero sin desmerecer a ninguno de estos participantes, la más
relevante fue, sin ninguna duda, la que hizo en 1999 el Lehendakari
Juan José Ibarretxe. Entre otras actuaciones, hemos tenido
un ciclo de Historia Vasca con gran afluencia de público
y este año estamos desarrollando el Tercer Ciclo de Cine
Vasco, entre otras cosas. Si alguien quiere conocer todas las
actividades desarrolladas por la Cátedra no tiene más
que entrar a nuestra página web: www.centrovasco.com
-¿Cuál es el papel de
la Universidad de La Plata en este tema? La Universidad Nacional
La Plata (UNLP) presta su marco institucional, que no es poco,
el espacio físico y los equipos necesarios. La Cátedra
depende de la Secretaría de Extensión Universitaria
a través de la Casa de la Cultura. Esta particularidad
nos permite acceder a cualquiera de las Unidades Académicas.
Así, por ejemplo, el Arquitecto Unzurrunzaga dictó
su seminario en la Facultad de Arquitectura, mientras que el Profesor
Esteban lo hizo en Derecho. Según sea la especialidad del
invitado habilitamos el sitio en la Facultad correspondiente.
-¿Cuáles son los próximos
objetivos de la Cátedra? La gran novedad es
el "Aula Virtual". La UNLP tiene instalada -para su enseñanza
a distancia, fundamentalmente- un Aula Presencial en La Plata,
que se conecta con Aulas Remotas ubicadas en el interior del país
vía satélite. La conexión es en vivo y en
directo y se pueden hacer preguntas por vía telefónica,
por fax o por Internet. Nos han invitado a usarla y la primer
experiencia la tuvimos con el profesor Esteban. Todavía
estamos evaluando los resultados. Para nosotros implica un gran
desafío, ya que si la experiencia resulta positiva podrían
participar de algunos eventos, Centros Vascos que están
a más de mil kilómetros de La Plata.
-Me imagino
que no andará muy boyante desde el punto de vista financiero… Tenemos
unos "Amigos de la Cátedra" -pocos, por la crisis del país-
que aportan una cuota anual con la que financiamos los actos de
orden nacional. En el caso de los invitados internacionales han
sido financiados, en general, por el Gobierno Vasco. Cuando con
esos mecanismos no nos alcanza recurrimos a la tesorería
del Centro Vasco. Una de nuestras mayores aspiraciones es que
Eusko Ikaskuntza pudiera financiar un proyecto por año
de alguno de sus asociados. Eso nos garantizaría un invitado
de primer nivel académico y originario de cualquiera de
los siete territorios vascos.
-¿Tenéis relación
con otros movimientos culturales vascos de Argentina? Si. De hecho muchos de los
invitados que han participado pertenecen a otros Centros Vascos.
Por ej.: Pedro Greaves Ochandiano es del Laurak Bat (Bs.As), Enrique
Aramburu es de la Fundación Juan de Garay, o Susana Ipolito
es de San Nicolás. El mismo Aula Virtual sería un
sitio de encuentro e intercambio con otros Centros Vascos.
-¿Y de Euskal Herria? Básicamente con
Eusko Ikaskuntza, aunque esperamos ahondar en ella y ampliarla
a otras instituciones.
-¿Cómo
se vive en segunda y tercera generación la pertenencia
a una comunidad, la vasca, tan distante geográficamente? Con
mucha nostalgia... Uno ha escuchado, desde chico, las historias
de la amona o del aitona, y obviamente de sus casas. Yo las he
conocido a través de mis padres y tíos, porque no
conocí a los abuelos. Por ejemplo, mi abuelo, cuando necesitaba
un peón para trabajar en el campo, miraba en el diario
la llegada a Buenos Aires de algún barco que hubiera tocado
puerto vasco. Después se iba al "Hotel del Inmigrante"
y buscaba algún euskaldun zaharra. ¿Por qué? Porque
a esa persona la sentaba a la mesa de los grandes -los chicos
comían en silencio en una mesa separada- para hablar con
él en euskera.
-¿Qué es lo que, como
movimiento cultural, más echáis en falta, cara a
fortalecer vuestra capacidad de acción? En los Centros Vascos ya casi
no quedan vascos nativos. Sumado a ello, la distancia transoceánica
que nos separa de Euskal Herria hacen que el esfuerzo para alimentar
nuestro acervo cultural y para difundirlo, sea cada vez más
costoso. Indudablemente hay un aporte desde la segunda y tercera
generación, pero no es suficiente.
-Aprovechando la ocasión
me permito preguntarte ¿Cómo ves la actual situación
de Argentina? ¿Por dónde se debería actuar para
devolver la confianza e ilusión a la sociedad argentina? ¡Que respuesta difícil!
Pero me parece que la cuestión pasa por la crisis de los
valores, sobretodo de la ciudadanía próxima a Capital
Federal. En el interior del país, me parece, que las cosas
son un poco distintas. En general, en Argentina ha surgido una
clase dirigente corrupta. Me sobran los dedos de una mano para
contar los que se salvan de ese calificativo. Nadie puede dudar
sobre la responsabilidad que les cabe a los países desarrollados
sobre el estado en que estamos el resto de los países.
Pero de ninguna manera eso libera de culpa a los funcionarios
que entregaron mi país para su enriquecimiento personal.
No puedo dejar de pensar que el cohecho es un delito de a dos...
Es muy duro ver chicos de 8 ó 10 años que viven
en la calle, que duermen debajo de los andenes, que consumen "crac"...Creo
que la única manera de salir de este atolladero es potenciando
esa red solidaria que se va generando a través de comedores
comunitarios donde los más pobres demuestran que son más
generosos que los más ricos. Necesitamos una sociedad nueva
que deje de ver bien al que "roba pero hace". Esto, obviamente,
lleva mucho tiempo.
-¿Y cómo
ves el panorama político social de Euskal Herria? ...
Otra respuesta difícil: Aquí –en Argentina- lo único
que "tiene prensa" son las noticias sobre la violencia de ETA
y sus aliados. Si una no tuviera otro tipo de información
pensaría -como tantos en mi tierra- que los vascos son
todos metebombas. Yo se que no es así -como tampoco
en Argentina éramos todos extremistas o represores en la
época de la subversión y del proceso militar. Tuve
la oportunidad de conocer Euskal Herria en 1997 y volver durante
"la tregua". Fue una experiencia tan magnífica que daba
placer respirar ese aire de confianza que latía en el "Zazpirak
Bat". La violación de Derechos Humanos como la violencia
de allí me duelen tanto como los que se cometían
en mi tierra. Fotografías: Cedidas por María Cristina
Maldonado Arruti
Euskonews & Media 147.zbk
(2001/12/14-21)
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