El Camino de Santiago por la Costa o Camino NorteEscuchar artículo - Artikulua entzun

Angel González, autor de la guía "El Camino de Santiago por la Costa o Camino Norte"
Fotografias:Angel González.

Un poco de historia y alguna polémica

Hace tiempos hubo una polémica en la que uno de los sectores manifestaba que el denominado Camino de la Costa no llegó a existir como tal, los argumentos esgrimidos para tal afirmación se basaban en que en la época en que nació el Camino de Santiago no había poblaciones ni infraestructura de entidad como para que se diese el tránsito de peregrinos por la cornisa cantábrica hacia el occidente. Ello es cierto, debemos tener en cuenta que en el siglo X, Oviedo, capital del joven Reino Astur, apenas contaba con 800 habitantes y Bilbao, que aún no era villa, no llegaba a 300.

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No obstante estudios realizados por historiadores y filólogos, destacando los realizados por Ramón Menéndez Pidal, demuestran no sólo que el Camino de la Costa o Camino Norte existió, sino que sería una de las primitivas rutas de peregrinación a Compostela, de mayor antigüedad incluso que la ruta que la historia ha convertido en “legítima”, el Camino Francés. De hecho, si ahondamos en materia, el tramo que se dirigía del actual Principado de Asturias al, en aquella época, cenobio del Apóstol Santiago fue la primera de las rutas que siguieron los peregrinos jacobeos y, evidentemente, el origen histórico del Camino de Santiago. La dominación musulmana era muy fuerte al sur de los Picos de Europa y, consecuentemente, los peregrinos no podían cruzar territorio islamita sin temor a perder sus vidas, viéndose obligados a hacer su peregrinaje recorriendo el litoral cantábrico. Esta situación perduró hasta que el avance de la Reconquista, y sobre todo, hasta que Sancho III El Mayor, rey de Navarra, desplaza la ruta seguida hasta entonces por los peregrinos hacia el sur, desviando la corriente humana de Pamplona a Estella y Nájera. El ejemplo fue seguido por Alfonso VI el Bravo, primero rey de León y posteriormente de Castilla y León. Asimismo los monarcas de la época favorecieron a los miembros de la Orden del Cluny y del Temple para que estructurasen el camino interior, contribuyendo a crear hospitales, albergues y todo tipo de infraestructuras a la vez que daban a conocer dicha ruta por toda Europa.

Zenarruza, colegiata.
Zenarruza, colegiata.

Ilustres peregrinos recorrieron el Camino de la Costa, como San Francisco de Asís en 1214, o el obispo de Armenia Mártir de Arzendjan en 1494, que redactó su peregrinaje, como harían posteriormente Antonio Lalaing, señor de Montigny, en 1502, el italiano Bartolomeo Fontana en 1539 o los franceses Guillermo Manier en 1726 y Jean Pierre Racq en 1790.

Desde el siglo IX hay constancia escrita de peregrinos que utilizaban el Camino de la Costa. Ya en el año 969 el Conde Osorio Gutiérrez testó a favor del benedictino monasterio de Vilanova de Lourenzá “para proveer a pobres y peregrinos”, lo que nos da una idea de la importancia del Camino del Norte hace ya más de mil años. No hace falta llegar hasta Galicia para encontrar constancia escrita del paso de peregrinos por esta legendaria ruta a lo largo de los siglos y tirar por tierra la teoría de que esta ruta no existió. Nos quedaremos en Euskal Herria y citaremos algunos de los hitos que marcaron el Camino de la Costa por nuestras tierras, que nos servirá para hacer un recorrido por el ayer y el hoy de éste, nuestro Camino.

El camino del Norte a su paso por Euskal Herria. Hitos.

  Virgen del Juncal. Irun.
Virgen del Juncal. Irun.
Foto: Arantza Cuesta.
Allá por el siglo XII en Hendaia se encontraba el Priorato de Zubernoa, y en Irún el Hospital de peregrinos de Santa Margarita, como consta en archivos. Existía entonces una barca que recogía a los peregrinos en el embarcadero de Hendaia y les transportaba hasta el embarcadero de Santiago en Irún, “el paso de peregrinos fue en aumento y un puente de madera facilitaba la travesía” según documentó Luis de Uranzu. La iglesia de Nuestra Señora del Juncal alberga a la Virgen del Juncal, considerada la más antigua de Gipuzkoa, siendo una obra románica del siglo XII. Antes de llegar a Hondarribia encontraremos la ermita de Santiagotxo, originaria del s. XV, de donde robaron una bonita talla de Santiago Peregrino. Hondarribia fue antaño importante punto en el paso de peregrinos, y prueba de ello es que la medieval villa tenía varios hospitales que atendían al peregrino a su paso hacia el occidente, el de San Bartolomé, Santa Magdalena o San Gabriel; era entonces Fontarrabia un pequeño pueblo constituido por casas de campesinos y pescadores, un recio castillo y una iglesia gótica, que se protegía de los ataques franceses mediante una muralla a pie de mar. Llegado a Pasai Donibane el peregrino rezaba ante el humilladero esperando la llegada de la barca que lo trasladase a la otra orilla.

En Donostia los datos históricos apuntan a los hospitales de peregrinos que existieron construidos en extramuros, el de San Antonio Abad junto al río Urumea, y la ermita de Santa Catalina de Siena, ambos demolidos en el s. XVIII tras los ataques sufridos por la villa. Referencia viva de la hospitalidad jacobea está en la recuperada parroquia de Santiago, en Amara. Hoy en día nos queda la visita a la iglesia de San Vicente, de estilo gótico del siglo XVI, y la basílica de Santa María, con una preciosa fachada rococó, a las que habría que añadir la bonita catedral del Buen Pastor.

Virgen de Itziar.  
Virgen de Itziar.
Foto: Arantza Cuesta.
Antiguamente el peregrino para cruzar la ría de Orio debía usar un servicio de barqueros que duró hasta la edificación del puente, no obstante le salía gratis puesto que los peregrinos estaban exentos del pago de dicho servicio, por el que el barquero cobraba un maravedí. Los soportales de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, originaria del s. XIII, ya sirvieron de refugio a varios de ellos; al igual que la ermita de San Martín de Tours (patrón de caminantes y peregrinos).

En la iglesia de Santa María la Real de Zarautz, podremos contemplar la “tumba del peregrino” que no identifica al inquilino por deseo expreso ya que el mismo, al ver que no iba ser capaz de llegar ante la tumba del Apóstol, ordenó que se le enterrase sin poner su nombre en el sepulcro. Siguiendo un espectacular tramo de costa llegaremos a Getaria y Askizu, con otra ermita dedicada a San Martín de Tours. Antes de entrar en Zumaia pasaremos ante la ermita de Santiago.

Subiremos hasta Itziar, otro de los hitos jacobeos vascos, debido a la figura de la Virgen de Itziar, una de las más antiguas de Gipuzkoa (siglo XIII) ya que existía la creencia de que alejaba las enfermedades hasta la llegada a Santiago. Bajando a Deba podemos contemplar la iglesia de Santa María la Real, con una espléndida portada policromada del s. XV con las tallas de los doce apóstoles a tamaño real; junto a la Casa Consistorial hay una hornacina de Santiago Peregrino.

Portada de la iglesia Santa María la Real de Deba.
Portada de la iglesia Santa María la Real de Deba.
Foto: Arantza Cuesta.

Adentrándonos en Bizkaia

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Dejando atrás Gipuzkoa y el litoral nos adentraremos en los verdes valles de Bizkaia, llegando hasta otro de los hitos históricos del peregrinaje vasco, San Miguel de Aretxinaga, cuya iglesia esconde entre sus muros unos peñascos que se sustentan entre sí cual si un dolmen se tratase; en torno a ellos se desarrolló siglos atrás el culto cristiano que dio origen a la edificación de una ermita en el siglo XI, ampliada a la actual en el siglo XVIII. Los peregrinos solían pasar bajo ellos para garantizarse un buen camino hacia su meta en las, aún lejanas, tierras gallegas. Markina-Xemein marcaba un importante hito en el peregrinaje medieval ya que, además de lo indicado, contaba en el siglo XIV con un hospital de peregrinos que se ubicaba en Erdotza, junto al caserío Santiago, según rezan los documentos para “atención de pobres y caminantes”.

Pocos kilómetros nos separan del siguiente hito jacobeo vasco, al que llegaremos subiendo una empedrada calzada, se trata de la Colegiata de Ziortzia o Zenarruza. Cuenta la leyenda que un águila cogió en sus garras una calavera de la osera de Santa Lucía, elevándose y dejándola caer sobre Zenarruza, lo que fue interpretado por los parroquianos como un acto sobrenatural que les indicaba que la ermita de Santa Lucía debería trasladarse a Zenarruza, en cuyo lugar se levantó el edificio que en 1380 sería recabado como colegiata; una placa antes de pasar bajo el arco que lleva al interior del recinto nos recuerda la leyenda. El recinto lo afianzan varios edificios, el pórtico, la iglesia, el claustro, la torre y las casas del abad y los canónigos. La iglesia presenta portada gótica y un retablo plateresco rico en ornamentos, un Santiago Matamoros y Andra Mari gótica del s. XIV. El claustro es renacentista de dos alturas y con techumbre de vigas, adornado con vieiras, es el único que encontraremos en Bizkaia de éste tipo. En sus dominios se fundó en 1386 un hospital de peregrinos, en donde ya desde tiempos remotos se acogía a los necesitados y andariegos que se dirigían hacia Santiago de Compostela, como sigue haciéndolo hoy en día la pequeña representación cisterciense que se mantiene en el conjunto histórico, nos ofrecen cantos gregorianos, compartir su comida y, sobre todo, hospitalidad y una agradable conversación.

Orio, ermita de San Martín de Tours.
Orio, ermita de San Martín de Tours.

Bajando hasta el municipio de Munitibar pasaremos ante la ermita de Santiago, con una interesante imagen del Apóstol (la guardan en un baserri próximo) y la ermita de Santa Lucía, de donde cogió el águila la calavera para dejarla en Zenarruza.

Mutriku, puerto.
Mutriku, puerto.

Gernika, era encrucijada de caminos jacobeos ya que en este punto se unían los peregrinos que habían desembarcado en Bermeo con el Camino principal. Acogió a los peregrinos de antaño en una casa hospital que se encontraba junto a la iglesia de Santa María la Antigua. Junto al viejo Árbol juradero encontraremos la iglesia de Santa María que presenta una hermosa portada gótica que nos ofrece un largo desfile de figurillas entre las que se encuentra Santiago Apóstol.

Llegados a Goikolexea encontramos un bonito crucero y la iglesia de Santos Emeterio y Celedonio, con un precioso retablo a caballo entre gótico y renacentista, en el que están representados Andra Mari con el Niño Jesús y en los laterales los apóstoles entre los que se halla Santiago con sus atuendos de peregrino. En el pórtico observaremos una mesa, en torno a ella se reunían los vecinos para tratar los asuntos del pueblo antes de que naciese el concepto de “casa consistorial”. En Larrabetzu aún podremos distinguir la típica villa medieval de peregrinación, es decir, una sola calle alargada cuyas casas alineadas forman el núcleo urbano en torno al Camino.

De Zarautz a Getaria.
De Zarautz a Getaria.

Ya en Lezama encontraremos el humilladero de la ermita del Santo Cristo, de portada abierta, permitiendo ver el interior que conserva un mural con motivo de la peregrinación jacobea. Tuvo también Lezama hospital de peregrinos allá por el s. XVI.

Antes de que Bilbao fuese villa ya se rendía culto a Santiago a orillas del Ibaizabal o Nervión. Hasta el año 1300 en que Diego López de Haro fundase la villa medieval en la margen izquierda para salvaguardar el puerto y las actividades comerciales de su población, los escasos edificios con que contaba eran un barrio de Begoña y su población se componía principalmente por agricultores y marinos en torno a un humilde y pequeño puerto fluvial y un puente románico que obligatoriamente tenían que pasar los peregrinos y todos cuantos requerían cruzar la ancha vía fluvial. El caminante medieval encontraba en Bilbao, donde hoy se sitúa el Casco Viejo, sus Tres Calles (luego Siete), la plaza, el embarcadero y la iglesia de Santiago con su cementerio. En el centro del Casco, sobre la anterior iglesia de Santiago, se alzó como iglesia principal allá por el s. XV, la Parroquia de Santiago que fue ampliada a medida que crecía la población conviniendo como catedral desde 1949 (por cierto la única dedicada al Apóstol junto a la compostelana). Por su Puerta de los Peregrinos o Puerta del Ángel, adornada con vieira y bordones, pasamos al claustro cubierto de crucería. El Apóstol Santiago, patrón de la villa, se representa en la catedral con una figura en madera de 1956. Saliendo del Casco podremos cruzar el puente y en la calle Urazurrutia veremos una hornacina que guarda una popular y pequeña figura de Santiago Matamoros sobre su corcel.

Subimos hacia Castrejana, cruzando el río Cadagua por el Puente del Diablo, sólida obra de sillería irregular, cuya leyenda nos dice que fue obra de una joven que vendió su alma al diablo a condición de que en una noche levantase el puente que le permitiría despedir a su amado que había de partir hacia la guerra; el alma de la joven fue salvada por San José, que puso la última piedra al amanecer. A poca distancia llegamos hasta la ermita de Santa Águeda, en la que podremos observar un bajorrelieve en madera del s. XVI y una vidriera, ambos dedicados a Santiago.

La gótica iglesia de Santa María de Portugalete presenta un bonito altar de Santiago Matamoros en la batalla de Clavijo. En Muskiz, tras visitar la iglesia de San Julián, abandonamos tierras vascas para seguir nuestro peregrinaje por Cantabria, retomando nuevamente la costa.

El Camino del Norte hoy en día

Hasta aquí pasado y presente del Camino de la Costa o Camino Norte, el futuro está en nuestras manos. Camino se hace al andar y todos debemos andar un poco para hacer Camino.

Pero el Camino de Santiago lo andan los peregrinos y, hoy en día, muchos de los peregrinos que hacen el Camino de la Costa lo comienzan en Cantabria o en Asturias. ¿Cuál es el motivo? Muy sencillo, Asturias y Galicia están perfectamente dotadas tanto de albergues de peregrinos como de señalización fija que indica al peregrino por donde seguir en cada uno de los cruces que se encuentra, Cantabria cuenta con menos albergues de peregrinos, pero está bien señalizada.

Albergue Irun.
Albergue Irun.

¿Qué pasa con el tramo vasco? La labor desarrollada por las Asociaciones de Amigos del Camino es encomiable, los 200 kilómetros que separan Irún de Muskiz se encuentran señalizados con las populares flechas amarillas pintadas con esfuerzo y recursos propios. Pero esta señalización es temporal y, a veces, borrada por desconocimiento o interesadamente; en cambio la señalización “oficial” (paneles, mojones, …) perdura. No hay una red de albergues de peregrinos que permitan el descanso de los caminantes que transitan la ruta y la impregnación en el ambiente jacobeo. Las Instituciones poco han hecho al respecto, salvo honrosas excepciones como el Ayuntamiento de Irún, que ha señalizado el Camino a su paso por la ciudad y ha habilitado el primer albergue de peregrinos de Euskadi, por el que, a tan solo dos meses de su apertura, ya han pasado peregrinos de Alemania, Austria, Bélgica, Noruega, Francia, Italia, Gran Bretaña, Dinamarca, Holanda, Croacia, Brasil, México o Israel por mencionar alguno de sus orígenes. Todo un ejemplo a seguir, tal vez los dirigentes vascos deberían mirar un poco hacia atrás y tomar ejemplo de nuestro antepasado, Sancho III El Mayor, y darse cuenta que el peregrino de hoy en día ni viene a pedir, ni está deambulando, si no que viaja con tarjeta de crédito en el bolsillo y con gran lastre cultural en la mochila.

Webs recomendadas sobre los Caminos de Santiago:

Asociaciones de Amigos de los Caminos de Santiago en Euskal Herria:

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