Las Navidades son
un término en plural que comienzan el 24 de Diciembre,
en Nochebuena, y terminan una vez pasados los Reyes.
En lugar de citar las costumbres que se extienden a toda Bizkaia,
en esta ocasión nombraré las de las cercanías
de Gorbeia, haciendo un resumen de lo redactado en el capítulo
2.12 de mi libro "Gorbeia inguruko Etno-Ipuin eta Esaundak".
Para celebrar las Navidades se precisan menús navideños,
pero en este mundo el tiempo no pasa en vano, y, en consecuencia,
las costumbres van cambiando.
Antes, la mayoría de los alimentos navideños procedían
del caserío mismo, como por ejemplo carne de cerdo, cecina,
huevos, aves, nueces, miel, pan de horno, hortalizas, en especial
la berza, y un largo etcétera.
Aun disponiendo de todo eso, siempre se realizaban unas compras
extraordinarias con motivo de las fiestas de Navidad, como pescado
y dulces; es decir, sustentos que no provenían del caserío.
Una de las costumbres es la de la cesta Navidad. Los hijos e
hijas de los caseríos que se casaban volvían en
Navidades donde sus padres. Pero, claro, aquellas familias solían
ser enormes, y al casarse y tener hijos, ¿qué sucedía?
Pues que la familia aumentaba. Así que cada hijo/a que
venía a casa traía consigo una cesta de Navidad
para luego degustar su contenido entre todos. La costumbre era
de traer en la misma los alimentos que no se conseguían
en el caserío.
Una vez preparados éstos y llegada la Nochebuena, la cena
solía ser el centro de atención, que comenzaba
una vez rezado el rosario.
Sólo citaré los alimentos más significativos.
Para empezar, el pan de horno. Antes de dar comienzo a la cena
de Nochebuena, el padre de la casa rezaba. Luego, cogía
el pan, le hacía la señal de la cruz con el cuchillo
y daba un beso a la primera rebanada que partía, y tras
santiguarse con ese cuscurro, lo guardaba bajo el mantel, pues
decían que era bueno para sanar las mordeduras de perros
rabiosos. Como primer plato, el más común era el
de berzas cocidas con aceite. Aceite he dicho, no manteca, porque
antes en la cocina se utilizaba la grasa de cerdo, pero en Nochebuena
a la col se le echaba aceite para así guardar vigilia.
Hay una copla en torno a estas berzas cocidas:
"Aite Joaniko seme Periko
zer daukak afariteko
orio-aza gozo gozoa
opil beroagaz jateko"
(Padre Juaniko, hijo Periko/ ¿qué tienes para
cenar?/ ricas berzas cocidas con aceite/ para comerlas con pan
caliente).
A continuación, caracoles en salsa de tomate. También
este plato tiene su motivo. Puesto que antes el día de
Navidad se hacía vigilia, había que preparar algún
sustituto de la carne. El postre más conocido era la salsa
de nueces o intxaur-saltsa, los cuales, al no existir los adelantos
de hoy en día, se molían en el almirez. Hay mucho
que contar sobre las nueces. Por ejemplo, que se utilizaban tanto
para la intxaur-saltsa como para los aguinaldos; por eso se guardados
en sacos, no fuera que los niños los comieran y se quedaran
sin nada para Navidades.
Pero los niños son niños, así que nada más
quitarles la cáscara a las nueces y una vez peladas, se
apresuraban a coger y comerlas. Su corteza es muy dura, y en
nuestro paraje, para asustarnos, nos decían: "Loituten
badozuez eskuak, badatoz intxaurmantxeruak". Tras la cena
se cantaba, pero casi siempre se jugaba a cartas hasta las tantas
de la madrugada. Al día siguiente era Navidad. Gran día
para la iglesia. A la mañana se preparaba chocolate para
despejarse y así se desayunaba. Ése era el desayuno
ligero del día de Navidad. Incluso se cantaba:
"Natibete bete-bete
San Esteban txokolate".
En Nochevieja se celebraba otra cena. En el caso de los casados,
si las Navidades se festejaban en casa de uno, la Nochevieja
en la del otro. La comida era muy parecida. Pero había
una peculiaridad; parece ser que los jóvenes del pueblo
empezaban a hacer travesuras aquella medianoche. Ataban los carros
a los árboles, deshacían los almiares y cosas así,
pero, claro, ¡luego venía lo que tenía que
venir! ¿No sería mejor andar en paz?
De todos modos, os contaré la broma que unos jóvenes
de Zeberio hicieron en la vecindad de Uriondo. Salieron de noche,
cogieron un burro, y lo ataron en la cadena de la campana del
portal de la ermita. Un poco más arriba pusieron un poco
de hierba seca, a la altura de no poder alcanzarla, y ¿qué
ocurrió? Pues que el burro, deseoso de comer aquella hierba,
cada vez que realizaba un movimiento hacía sonar la campana.
¡Qué alboroto! Todo el vecindario estuvo con los
pelos de punta pensando si no se trataría de personas
del otro mundo. Quienes más disfrutan en las Navidades
son los niños, tanto antes como ahora. Antes había
menos variedad de regalos, y los niños se contentaban
con otras cosas.
En Año Nuevo las niñas y niños iban de casa
en casa pidiendo el aguinaldo, pero para eso tenían que
cantar lo siguiente:
"Urte barri
txarri belarri
daukanak ez daukanari
nik ez daukat eta niri."
(Año Nuevo, orejas de cerdo/ quien tiene (da) a quien
no tiene/ yo no tengo, luego a mí).
El aguinaldo de Año Nuevo solía ser el de las
mujeres. Se les daba dinero, pero sobre todo nueces, avellanas,
pasas, chocolate, castañas, etc. El día de Reyes
hacían otro tanto, y el aguinaldo se les pedía
a los hombres, cantando:
"Apalazio zaldune
iru erregen egune
iru erregenetatik zotzak eta paluek
Martin Antonioren kontuek
Martin Antoniori eroan deutsoz
iru ollada katuek
orrek azurrok batu ezinda
ak darabizan saltuek
saltu ta saltu katuek."
He aquí pues, sucintamente, la reseña sobre
las costumbres navideñas de las cercanías de Gorbeia.
Son costumbres de los tiempos de nuestros abuelos y abuelas,
aunque en muchas casas permanecen muy vivas, si bien algunas
de ellas no más que en calidad simbólica.
Con el transcurso de los años, muchas costumbres van envejeciendo
y desapareciendo, pero, parándome a reflexionar, diría
lo siguiente: junto a nuestras costumbres está el euskara
de esas experiencias, y si dejamos que ese soporte vital del
euskara se pierda, ¿cómo encaminaremos el futuro?
¿Por qué no hacemos de puente para encaminar el
pasado hacia el futuro? ¡Está en nuestras propias
manos! ¡Feliz Navidad 1998 y próspero Año
Nuevo 1999! Juan Manuel
Etxebarria Ayesta, Miembro del grupo Etniker |