Francisco
Larracoechea es el actual presidente de la Asociación Bilbaina de
Amigos de la Ópera y asume en positivo la responsabilidad de enfrentarse
al traslado al Palacio Euskalduna que condicionará de manera clara
el funcionamiento de la ABAO. Esta sociedad de amantes de la ópera
sigue luchando por mantener representaciones atractivas, a pesar del alto
índice de autofinanciación con el que hacen realidad el sueño
de trabajar por y para la ópera. La creciente demanda de público
reafirma el éxito de esta asociación.
-La ABAO, es una sociedad de aficionados surgida hace 45 años. ¿Cómo
se creo y con qué finalidad?
A pesar de que venían compañías de ópera
bastante mediocres, un grupo de aficionados a la ópera, en concreto
cuatro, se reunieron y decidieron poner un poco de dinero, y contando con
las amistades, querían crear un festival de ópera. Fueron
cuatro locos maravillosos que pidieron un préstamo, que unos pudieron
pagar y otros no.
Así empezó la andadura de lo que es hoy en día la ABAO;
hacían ópera con mucha regularidad, pero tal vez sin tanta
profesionalidad. Hoy en día con todo el trabajo que requieren los
ensayos, dar esa continuidad nos parece prácticamente imposible;
debido a las exigencias que haya, a no ser que tengas un teatro para ti
solo, con unos medios técnicos muy grandes y muchísima gente
a tus espaldas trabajando como hace el teatro de New York; ampliar substancialmente
las sesiones es realmente difícil. Si el producto que quieres dar
es un producto bueno, de calidad, esto requiere una preparación a
conciencia.
-Teniendo en cuenta lo caro que supone ofrecer un espectáculo
de ópera, ¿cómo se financian las tres sesiones de ópera
que se dan durante la temporada de septiembre hasta abril?
Este es un aspecto muy importante a destacar. La ABAO tiene una autofinanciación
de un 50%, un 31% recibe de subvenciones públicas y el 19% son subvenciones
privadas. Esto es un hito en el panorama europeo de la ópera, ya
que las autofinanciaciones en el resto de los países no pasan del
%10.
-4200 socios, más de 1000 abonos de empresas. 2300 personas
en lista de espera desde que empezó a formarse hace 3 años
y medio. Nuevo aforo del Palacio Euskalduna: 2100 por función. ¿Cómo
se arreglan para dar la respuesta adecuada?
La lista de espera se formó cuando sabíamos que íbamos
a pasar al Palacio Euskalduna; la gente quería asegurarse una localidad
mejor, el problema es que es prácticamente imposible conseguir entradas
en ABAO, pues la demanda existente es superior, por mucho, a la oferta.
La mayor parte de la entrada de las sesiones la componen los socios. Aparte,
hay tan sólo un 10% de entradas a la venta, y desde enero la gente
se está apuntando para comprar los abonos.
-¿ Qué tiene que hacer un aficionado a la ópera
que no sea socio de la ABAO para poder ser espectador en una de sus sesiones?
Un aficionado a la ópera que quiera asistir a
nuestras sesiones lo que tiene que hacer es venir a la ABAO y si quiere
hacerse socio apuntarse a las listas de espera. Por otra parte, para alguien
que quiera ver exclusivamente una sesión, le sugiero que vaya a la
taquilla, porque siempre hay algún socio que no puede acudir, pero
está claro que eso es un riesgo porque nunca se sabe si habrá
entrada o no hasta el último momento.
La ABAO tiene que manejarse así, no puede sacar a la venta una ópera
en plan de libre disposición, porque todo el mundo sabe la demanda
que existe de determinadas óperas. No podemos hacer 20 "Traviatas"
a sabiendas de la buena venta que van a tener y realizar en cambio dos del
"Oro del Rhin" porque tal vez no tenga tan buena aceptación.
Hay que intercalar grandes óperas con óperas de repertorio,
óperas semi-estrenos y dos estrenos.
-¿La ópera, sigue siendo un espectáculo para
la gente de élite?
Eso son ciclos; la ópera siempre ha tenido fama de ser sólo
para ricos, pero eso no tiene por qué ser así. Se ha rejuvenecido
todo, y la gente está descubriendo el verdadero encanto de la ópera,
que tiene una música maravillosa.
La ópera es un movimiento social importante en todo el mundo, y la
"premièr" es la "premièr". A la ópera
acude gente de todos los estilos y evidentemente hay público que
va exclusivamente a mostrar vestuario y a vivir el ambiente que ofrece este
encuentro social.
En este sentido, los medios de comunicación y el marketing tiene
una importancia suprema. La ópera y la ABAO han pasado por momentos
realmente difíciles; ahora afortunadamente el ambiente de ópera
está mejor. Puestas en escena hay muchas, pero cantantes hay pocos,
y de mucha calidad, todavía menos.
-La mayoría de las actuaciones que ofrecen son óperas
italianas del siglo XIX y difícilmente se pude asistir a una sesión
de ópera vasca. Los trabajos de Usandizaga "Mendi mendiyan"
o "Amaia" de Guridi, ¿no podrían ser también
óperas exitosas en Bilbao?
Indudablemente serían existosas. Para traer a estas óperas
a los mejores cantantes del mundo, primero tienes que pagarles mucho más
dinero para que se aprendan la ópera en euskera. Las óperas
del siglo XIX son óperas que existen en todo el mundo. Además,
tú le das a un gran cantante un tema en euskera y él se plantea
la cuestión de donde puede cantar una ópera en este idioma,
y la conclusión que saca es que para cantarla tres veces en su vida,
no le compensa, a no ser que le suponga un ingreso lo suficientemente estimulante.
La ABAO no se puede permitir esos lujos. Nosotros tenemos fama de ser muy
realistas con los números. Pasamos una auditoría cada año
y esa auditoría se presenta a los patrocinadores públicos
y privados. Por supuesto la ABAO estaría encantada de representar
una ópera vasca, pero claro, quien pueda que nos lo pida, y la ABAO
está dispuesto a incluso buscar los cantantes que pudieran aprenderse
la representación en euskera.
-Una ópera de una repercusión social tan fuerte como
"Zigor" de Escudero y letra de Lekuona fue encargada por la ABAO
para que se hiciera en versión de concierto, no teatral. En cambio,
en Madrid se realizó en versión teatral. ¿Por qué
aquí no? ¿Tienen ustedes intención de escenificar esta
obra?
Sí, efectivamente la ópera es de la ABAO y hay incluso
grabaciones de la BBK.
Nosotros hemos hecho un estudio a fondo sobre este tema, hablamos con el
maestro Escudero, que estaba encantadísimo. Es una pena, pero hemos
vuelto a la conclusión , que ese tipo de representaciones no es compatible
con nuestras características, nosotros no tenemos capacidad económica
para escenificarlo.
Una ópera, por ejemplo, como la de Madrid, que está bajo la
tutela del Ministerio de Cultura, sí se puede permitir este tipo
de lujos. El director del teatro de Madrid, el señor Cambreleng,
no tiene problemas si no cubre el presupuesto y necesita 100 o 200 millones
de pesetas más. El presidente de la ABAO sí tiene esos problemas.
-¿Entonces se puede decir que el arte tiene precio?
Evidentemente sí condiciona. Hay que
ser realista. Nosotros tenemos un presupuesto, y justo con ese dinero tenemos
que intentar algo que sea atractivo. Los grandes errores de todas las teatros
del mundo es colocar al frente del teatro a un artista, porque al final,
lo artístico es artístico. La gente que cree que estos grandes
fenómenos van a poner siempre lo mejor encima del escenario y que
no les importan los números, que creen que el arte no tiene precio,
se equivocan totalmente.
En la ABAO estamos acostumbrados a tratar con divos números uno,
que a veces vienen y exigen que les pongas una silla forrada con piel; si
no les das lo que piden, se marchan.
Hay que buscar un equilibrio entre el decorado, el arte escénico
y la calidad de la cantante. Ir a una ópera y hablar sólo
de la cantante o viceversa, sólo del fabuloso decorado es en mi opinión,
un fracaso.
-¿Se han planteado ustedes la idea de realizar una cuarta
sesión cada mes?
Sí, desde luego, eso sería una ilusión a largo plazo.
De momento, tenemos hasta el año 2002 todas las representaciones
acordadas, por tanto, este importante cambio vendría como pronto
hacia el 2003-2004. Supondría un riesgo tan grande de dinero que
de momento no se puede, pero sin duda, dar este paso representaría
un gran éxito para la ABAO y para la ópera en Euskadi en general.
-En la temporada 1999-2000 una nueva era comienza para la ABAO.
¿Qué cambios en general va a traer este traslado del Coliseo
al Palacio Euskalduna?
El cambio respecto al personal que componemos la ABAO no va a sufrir
grandes cambios. Tenemos un coro que ensayan todos los días como
verdaderos profesionales, y yo estoy convencido que responderán en
el Euskalduna tal y como lo han venido haciendo en el Coliseo.
-El Palacio Euskalduna presenta unas dimensiones bien diferentes
a las del Coliseo de Albia. ¿Cómo se va a afrontar el incremento
de gasto que va a suponer este cambio?
El gasto es evidente que está ahí. En el Coliseo de Albia,
el coste medio de una representación gira sobre los 30 millones;
en cambio en el Euskalduna, se necesitará un presupuesto alrededor
de los 40 millones.
El alquiler asciende a unos 190 millones anuales, y una entidad tan humilde
como la ABAO se ha planteado con detenimiento la posibilidades reales que
existen de afrontar este gasto.
-¿Las cuotas de los socios sufrirán asimismo un incremento
en sus abonos?
Evidentemente la grandeza del palacio Euskalduna va a suponer una subida
de precios en todo orden. El socio va a notar un pequeño incremento
pero las condiciones del Palacio Euskalduna son realmente superiores; estamos
convencidos de que el socio se verá recompensado. Es un reto importante,
y la respuesta del público va a ser vital; nosotros confiamos plenamente
en ellos, pues hasta la fecha han demostrado siempre estar a la altura de
las circunstancias y ahora también responderán.
-¿Será necesaria la contratación de nuevo
personal técnico?
Se necesitarán cuatro técnicos de mantenimiento, y más
electricistas. La comisión escénica, que es la responsable
de las contrataciones de escena, aumentará sin duda de personal.
La capacidad escénica del Euskalduna es lo que nos tiene un poco
preocupados. Tiene un escenario mucho más grande que el Coliseo,
y sabemos que nos va a costar mucho estar al cien por cien, pero afrontamos
el cambio con mucha ilusión, y en dos años, poco a poco, esperamos
llegar a un 80 o 90 % de aprovechamiento de las posibilidades del espacio
escénico. El espectáculo rey del Euskalduna va a ser la ópera
y asumimos la responsabilidad que esto conlleva, por lo que pondremos todos
los medios técnicos que estén a nuestro alcance.
-¿Qué objetivos tiene la ABAO de cara a este futuro
de cambio tan importante?
Lo primero que buscamos es asentarnos y empezar a acostumbrarnos a este
nuevo escenario. Luego, por supuesto vendría el mantener los socios,
puesto que perderlos resultaría realmente triste. Tenemos una demanda
bastante importante del exterior; nos han pedido que pongamos autobuses
desde Burdeos, Santander...
Por otra parte, ofrecemos asimismo, clases magistrales de canto y estamos
ilusionados con la idea de crear en nuestra sede de la ABAO unos especie
de másters de canto con el fin de reforzar la especialización
que tanto se necesita para que jóvenes de aquí se puedan dedicar
a esta profesión que requiere tanto esfuerzo.
Pero sin duda, nuestro más cercano objetivo es tener contentos a
los socios y dominar esta nueva situación que se va a crear en el
Euskalduna, acontecimiento que afrontamos con gran espíritu de lucha
y de ilusión. Fotografías:
Oskia Yaben |