Mi padre nació
en el barrio de Alzate de Vera de Bidasoa, Navarra, el 1 de marzo de 1899.
Su padre, Fermin Irigaray Goizueta, conocido en las letras vascas con el
sobrenombre de "Larreko" (Burguete 1869-Pamplona 1949), era médico,
y su madre, Felisa Irigaray Apat, era también era de Burguete (Burguete
1869-Pamplona 1956).
Pronto la familia se trasladó a Irurita, al Baztán, cuando
el padre fue nombrado médico de dicho pueblo.
Recibió sus primeras clases en la escuela de Irurita, y de 1909
hasta 1915 cursó el bachiller en Lecároz. El ambiente generado
por su padre en casa -que también extendió entre sus hermanos-
y la influencia de un pequeño pero importante grupo de la escuela
de Lecároz (A. Celestino de Caparroso "Arrigarai", A. Eusebio
de Echalar, etc., que tenían relación y amistad con mi padre),
fueron la semilla y fundamento de su conciencia vasca.
En 1915 mi padre obtiene el puesto operatorio en el Hospital de Navarra
de Pamplona, por aquel entonces situado en la calle Santo Domingo, y la
familia se traslada a esta ciudad. Así pues, pasó su infancia
y adolescencia en Irurita, y por eso se consideraba a sí mismo de
Baztán. Al finalizar sus estudios en Lecároz, en otoño
de 1915 partió hacia Zaragoza para estudiar Medicina, donde realizó
los cursos de 1915-16 y 1916-17. Los cuatro siguientes, de 1917 a 1921,
los realizó en Barcelona. Allí se intoducirá en el
ambiente de otros estudiantes vascos (C. Arnat, L. Apraiz, Ezquieta, J.
Garate, T. Irigoyen, etc.). En ese período comenzará a profundizar
sus conocimientos sobre la literatura vasca. La lectura de los clásicos
de Laburdi le dejará una profunda huella para siempre, definiendo
sus tendencias e inclinaciones literarias. Trató de extender esta
afición a sus amigos. Se divirtió mucho en Barcelona, y siempre
guardará buen recuerdo de los años que allí pasó.
Los estudios doctorales, a realizar con trabajos prácticos, los
cursó en el Hospital Basurto de Bilbao, desde mayo de 1922 hasta
octubre del año siguiente.
Su grupo de amigos de Bilbao lo formaban, entre otros, Aldasoro, F. Belaustegigoitia,
J. Garate -de nuevo-, T. Hernandorena, Lasterra -de Mañeru, crítico
de bellas artes-, M. Usandizaga y J. Viar. Pasó un breve período
en Dima de Arratia como médico sustituto. En Bizkaia, además
de seguir con los estudios de medicina, trabó amistades que durarían
toda su vida, y se convirtió en seguidor y amante del euskara.
Más tarde marcharía a París para continuar con sus
estudios de especialización, en primavera de 1924, y también
a Alemania.
Al volver a Pamplona, trabajó en la Casa de Socorro del Ayuntamiento.
Por otra parte, estaba cada vez más involucrado en el mundo de la
cultura vasca. Era miembro de la sociedad "Euskeraren Adiskideak"
(Amigos del Euskara) de Pamplona, en la que se hallaba la gente de a favor
del euskara, como J. Agerre, B. Arbea, D. Beunza, J.M. Huarte, A. Darnaso
de Inza, J. Larreche, L. Oliver, P. Roch, M. Paz Ziganda, E. Zubiri "Manezaundi",
etc.
Durante un tiempo, en 1933, fue miembro de la comisión; Larreko
fue presidente de Eusko Ikaskuntza. Se hizo miembro en 1924, y como representante
de la sociedad "Euskararen Adiskideak" estuvo en la comisión.
Participaba en sus funciones. Conoce también los mayores y más
conocidos impulsores culturales (R.M. Azcue, A. Campion, G. Lacombe, G.
Mugica, J. Urquijo, etc.), y amistó con algunos de ellos. Por otra
parte, en casa conservaba gran amistad con E. Zubiri "Manezaundi",
J. Elizalde "Zerbitzari", Kepa de Enbeitia y otros más.
Comienza a escribir en revistas: "RIEV", "Gure herria",
"Yakintza", etc.; también escribe de vez en cuando en el
periódico nacionalista "La voz de Navarra", de Pamplona.
En ocasiones utiliza el sobrenombre "Irular" (nombre de una colina
cercana a Irurita).
La primera redacción es de 1926. En 1927 asistió junto
con J. Urquijo y G. Lacombe a la asamblea sobre filología que iba
a tener lugar en la ciudad de Den Haag. Fue comisionado de Eusko Ikaskuntza-Sociedad
de Estudios Vascos. Comienza a hacer las primeras investigaciones sobre
la geografía de la lengua andando de pueblo en pueblo y recogiendo
datos, recopilando noticias. En todos esos caminos se hizo con un buen número
de interesantes libros, con los cuales al paso de los años formaría
una valiosa biblioteca. En 1929 fue nombrado miembro correspondiente de
Eusko Ikaskuntza.
En 1933 formó parte de la comisión permanente de Eusko
Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, y el 21 de diciembre de 1934 fue
nombrado secretario de la misma para los años 1935-1939, supliendo
el vacío dejado por Lizardi. Estaba bastante involucrado en ella,
como también con sus miembros y ayudantes (J. Miguel Barandiaran,
G. Bähr, L. Eleizalde, J. Elorza, O. y A. Apraiz, etc.).
Con la guerra de 1936-39, llegan tiempos duros. En el apenado y cerrado
ambiente de Pamplona la incertidumbre y el peligro acechan a todos los involucrados
en el campo vasco.
De todos modos, tras los difíciles años de la guerra, los
caminos de la cultura vasca comenzarán a florecer: estará
unido a ellos desde el principio. También en su casa conservó
el euskara y el nivel cultural. El año 1914, R.M. Azkue consiguió
resucitar Euskaltzaindia-Academia de la Lengua Vasca al amparo del Departamento
de Cultura de la Diputación de Bizkaia; y así, junto con Eladio
Esparza en nombre de Navarra -no sin difucultades, por el historial que
tenía- fue nombrado miembro de números de la citada Academia.
Corrían abril y mayo de 1941. A continuación tomará
parte en las funciones de Euskaltzaindia-Academia de la Lengua Vasca (concursos
de literatura y de bertsolarismo, asambleas, conferencias, etc.), y volverá
a ponerse a escribir: traduce a Schuchardt en periódicos como "Euskera",
"RSVAP", Boletín de la sociedad, etc. De nuevo en el campo
del euskara, de otro modo, en otra situación -porque las huellas
dejadas por la guerra eran profundas-, totalmente concentrado.
José Ángel Irigaray,
director del Kafe Antzokia de Bilbao e hijo de Aingeru Irigaray |