¿Qué
entendemos por raza? Durante
los últimos años, cada vez es más frecuente
oír y leer sobre la progresiva desaparición de
las razas autóctonas en el mundo. La
problemática es, la desaparición de parte de
los patrimonios culturales-ganaderos de los
distintos pueblos, la pérdida de un acervo
genético,... Cuando nos preguntamos por qué
debemos conservar las razas de ganado autóctono
podríamos destacar que por su resistencia a
enfermedades, gran fertilidad, buenas cualidades
maternas, longevidad y adaptación a situaciones
difíciles y a alimentos de baja calidad;
características todas ellas deseables para una
agricultura sostenible con bajos insumos y para
el logro de la seguridad alimentaria. Además,
cada día va aumentando la introducción de las
razas domésticas dentro de los parques
naturales, para preservar la riqueza ambiental,
florística y faunística. Con este artículo
pretendo exponer algunas consideraciones que nos
hagan reflexionar sobre la importancia que tiene
para todos preservar nuestros animales de una
posible desaparición.
Lo primero sobre lo que debemos pensar es
sobre el concepto de raza animal. Hay que tener
en cuenta que el concepto de raza es totalmente
artificial y que ha sido creado por el hombre
para conseguir el perro de mejor funcionalidad,
los équidos más resistentes, fuertes o ligeros
y las vacas, ovejas, cerdos, gallinas y cabras
más productoras. Según la definición de raza
dada por Settegast, se define este concepto como
"un grupo de animales de la misma
especie, que presentan parecidas características
morfológicas, biométricas y funcionales y que
se puede diferenciar claramente de otro grupo de
la especie, y que además presentan invariables
estos caracteres en todos los medios ecológicos
y transmiten a su descendencia las
características que ella heredó".
Otras definiciones de raza igualmente válidas
son, la dada por Sarazá en 1.963, en la que se
refiere a la raza como "un conjunto de
individuos de la misma especie que son parecidos
en su plástica, faneróptica, energética y
funcionalidad, y que son capaces de transmitir
por herencia los caracteres que presentan";
y la de Orozco de 1985 en la que afirma que:
"nadie puede impedirle a un ganadero, a
un técnico o a cualquier persona que tenga
acceso a un conjunto de animales definir una
población concreta como raza. Si para ello se
basa en unas características determinadas,
objetivas, uniformes y distintas a las de otras
poblaciones, puede hablar, si quiere, de una
nueva raza. La raza es simplemente estar de
acuerdo con unas características concretas y muy
exigentes, perfección en color, tipo, porte,
medidas de diferentes partes del cuerpo bien
determinadas, etc. Y si la raza está definida
así, no hay ninguna objeción que hacer. La
raza, consciente o inconscientemente, ha sido
hecha por el hombre, aunque con la intervención
del medio actuando a través de la selección
natural". Creo que cualquiera de estas
interpretaciones, pueden servirnos para aclarar
más las ideas. La raza animal, la ha formado el
ser humano apoyándose en lo que ha dado la
naturaleza, la cual nos ha dado especies
silvestres y el hombre desde el neolítico, las
ha ido amoldando a sus gustos y necesidades. Por
lo tanto, la raza es obra del ser humano, es por
ésto por lo que no se debe perderse como ocurre
con las obras de arte, literatura, edificios y
demás componentes del patrimonio cultural de los
pueblos.
La F.A.O. se apoya en tres argumentos para
conservar las razas autóctonas:
1º. Económico o productivo.
Hoy no es interesante conservar una raza concreta
pero mañana puede serlo. De los tres argumentos,
éste es el más débil, ya que conservar
esperando que en el futuro sirva para algo
productivo es dudoso.
2º. Científico. No se deben de
perder las razas o poblaciones con condiciones,
ya que siempre son importantes para su estudio o
investigación.
3º. Histórico o cultural. Es
la más importante y supone el argumento
fundamental. Me llama la atención leer noticias
en la prensa sobre grupos de entusiastas para
proteger, conservar, restaurar o evitar el
deterioro de diversos edificios o monumentos en
los que se justifica el desastre de perder obras
del ser humano con cuatro o cinco siglos de
antigüedad y ciertamente lo es. Asimismo hay
movimientos conservacionistas que luchan
abnegadamente por evitar la desaparición de
especies lejanas como las ballenas, los gorilas o
las selvas del Amazonas. Paradójicamente aparte
de a los ganaderos, a los Departamentos de
Agricultura de las Instituciones vascas y a
algún aficionado, parece que el verdadero
interés en conservar una parte de nuestro
patrimonio cultural, ganadero en este caso, es
mínimo y sólo cuando la situación sea
irreversible nos lamentaremos de lo no realizado.
¿Qué se está haciendo?
La disminución de la biodiversidad
generalizada en todo el planeta, ha servido de
revulsivo a los países desarrollados en este
escaso último cuarto de siglo. Es ahora cuando
se ha iniciado una etapa de sensibilización por
parte de organismos institucionales hacia esta
problemática, sucediéndose una serie de eventos
que creo importantes de reseñar:
En la actualidad, existe un interés
generalizado a nivel mundial sobre el estudio y
conocimiento de las razas y agrupaciones raciales
autóctonas domésticas, basado tanto en la
resolución de la F.A.O. de 1946 que trataba
sobre la conveniencia en "identificar,
evaluar, utilizar eficazmente y conservar los
recursos genéticos animales fuesen cuales fuesen
su cosmopolitismo o, por el contrario, su
limitación a áreas muy restringidas y con
escasos censos"; como en la encuesta
actualmente propuesta por la Federación Europea
de Zootecnia (EAAP) y la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (F.A.O.) para el banco de datos de
los recursos genéticos animales; o el Reglamento
(U.E.) nº 1467/94 del Consejo de 20 de junio de
1994 relativo a la conservación,
caracterización y utilización de los recursos
genéticos del sector agrario publicado en el
Diario Oficial de las Comunidades Europeas.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica fue
adoptado durante la Cumbre de la Tierra celebrada
en Río de Janeiro en Junio de 1992. Conservar la
biodiversidad significa mantener la variedad de
especies y recursos genéticos, así como el
entorno en el cual las diferentes especies
coexisten y están interrelacionadas.
El pasado mes de Diciembre de 1995, la
Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación editaba una nueva
edición de la Lista de vigilancia mundial para
la diversidad de los recursos domésticos en la
que se incluían varias razas domésticas vascas.
La situación a nivel mundial está empeorando
año a año ya que de las de alrededor de 5.000
razas de animales domésticos existentes en todo
el planeta, unos 1.500 están en peligro de
extinción. El 30% de las razas domésticas
existentes en el mundo están en peligro de
desaparición, de ellas 638 están en Europa y
cada mes desaparecen seis razas domésticas en el
mundo. La F.A.O., considera como razas en peligro
de extinción, aquellas en las que existen como
máximo 1000 hembras reproductoras, o un máximo
de 20 machos reproductores. Cuando el número de
hembras reproductoras es de 100 ó menos y el de
los machos de 5 ó menos, la raza se considera en
estado crítico.
Esta última cita, de reciente publicación en
el Diario Oficial de las Comunidades Europeas se
fundamenta en el deber que tienen los Estados
miembros de conservar los recursos genéticos y
salvaguardar la diversidad biológica. Esto se
pretende conseguir por medio del establecimiento
de un sistema permanente de intercambio de
información y concretamente, de consultas
recíprocas sobre los programas de conservación,
recolección, caracterización y utilización de
los recursos genéticos agrarios. Este primer
programa acaba de ser aprobado por un período de
cinco años. Las normas para la realización del
programa incluyen la realización de un
inventario permanente de los recursos genéticos
agrarios de la Unión Europea, actividades
concertadas, proyectos con gastos compartidos de
conservación, caracterización, recolección y
utilización de esos recursos genéticos y
medidas auxiliares. Los proyectos serán objeto
de contratos con gastos compartidos y la
participación financiera de la Comunidad en la
ejecución de los mismos, no podrá sobrepasar el
50% de su coste total. La concesión por parte de
la Comisión Europea de 70.000 millones al
programa agroambiental del Estado español a
finales de septiembre de 1994, en virtud del
Reglamento (2078/92), supone que más de 2.000
millones serán destinados a la conservación de
razas de ganado en peligro de extinción. Entre
ellas se incluyen las razas: Betizu, Terreña y
Pottoka. El reglamento también contribuirá al
desarrollo de proyectos de investigación, de los
que Bruselas aportará un 50%, durante al menos
cinco años.
Dentro de estas iniciativas incluimos la
legislación promulgada por las Instituciones
Vascas referentes a: "Plan Estratégico
Rural Vasco" y la "Ley de
Conservación de la Naturaleza" en las
que se recogen diversos aspectos de esta
problemática.
En la Comunidad Autónoma Vasca cabe destacar
por una parte el "orgullo" de algunos
ganaderos vascos que además de haber incluido
razas foráneas de mayor producción saben
conservar, la herencia de sus mayores; pero el
lento aunque a la vez continuo goteo de la
sustitución de la ganadería por otras
actividades, hace que algunas razas
lamentablemente se hayan perdido y otras estén a
punto de hacerlo. Además los diferentes
Departamentos de Agricultura tanto del Gobierno
Vasco como de las Diputaciones Forales de
Bizkaia, Alava y Gipuzkoa están potenciando a
base de becas, proyectos de investigación y
trabajos propios de sus departamentos, estudios
que están sirviendo para conocer y mejorar
diversos animales de nuestra cabaña ganadera
vasca como los referentes a las ovejas Latxa
y Carranzana, el poney Pottoka, la
vaca Pirenaica, perros como el Euskal
artzain txakurra y el Villano de las
Encartaciones, Euskal oiloa en aves y el
Proyecto sobre conservación de las razas vascas.
Nuestra biodiversidad mantenida durante
siglos, trasvasada en algunos casos a otros
países, hace unos décadas que comenzó a
declinar ante la presencia de razas seleccionadas
procedentes del exterior, que al estar "de
moda" en su día los aumentos de producción
sin importar otros factores, hizo que algunos de
estos animales foráneos más productivos,
rentabilizaran mejor las explotaciones y pudieran
afrontar la mayor demanda de productos que la
explotación demográfica requería. Esta
expansión de las razas cultivadas, típicas de
sistemas intensivos de producción se produjo en
detrimento de las razas propias de extensivo,
potenciando a su vez esta regresión paulatina de
despoblación de los núcleos rurales.
¿Cúales son las pautas que se
siguen?
Desde luego, lo primero que debemos hacer para
la conservación de un grupo de animales es
conservarlo en vivo. Esto debe ser prioritario y
dejar como programas de segundo orden desarrollos
genéticos como la criogénesis. El poder
contemplar los animales mantiene las ilusiones de
los ganaderos, estimula a los aficionados y
facilita el trabajo en su recuperación.
Siguiendo las directrices del Programa Mundial
de la F.A.O. para la Ordenación de los recursos
de los Animales de Granja, las actividades que se
deben llevar para evitar las desapariciones de
las razas son:
1º. Inventario: apoyado en actividades
para determinar las razas que corren peligro de
extinción, así como los medios para
protegerlas. Dentro de este apartado se incluyen:
Revisión bibliográfica, caracterización de
razas conocidas (censo, estudio zoométrico,
faneróptico, fotozoométrico y genético),
definición de los posibles modelos de
conservación y de la prioridades de cada una de
ellas, fomento de la conservación de las razas
en peligro en sus hábitats nativos, valoración
y estimación de la capacidad funcional de los
animales, obtención de esperma y material
reproductivo de poblaciones en vías de
extinción. Es mejor conservar embriones
congelados si se puede que semen.
2º. Tanto en las razas de
aprovechamiento económico como en las que se
conserven por la sencilla razón de que las
crearon nuestros antepasados y no queremos
perderlas, se trataría de establecer una
continua colaboración con los parques naturales
para intentar establecer programas de tipo
zoo-demostración-enseñanza que sirvan de
formación didáctica y que resulte atrayente a
los visitantes. Además se trataría de ampliar
esta colaboración con la red de agroturismo y
caseríos que sirvan como un aspecto cultural
más que ofrecer a los clientes de estas ofertas.
3º. Constitución de asociaciones de
ganaderos y aficionados a distintas razas.
4º. Ferias, exposiciones y concursos
en las que se muestran las distintas razas
autóctonas y donde se realizan monográficas de
cada una de las razas. Estos eventos no son
buenos para demostrar que son los mejores
animales pero son favorables, interesan al hombre
de campo y ciudad.
Enfocados desde un punto de vista autonómico,
es importante que se conozcan las razas. Como
aglutinadora de todos los certámenes y como
punto obligatorio para los que quieren conocer un
poco más nuestros animales, se celebra cada año
en la Feria de Markina (Bizkaia), el segundo
sábado del mes de Octubre, una muestra con la
totalidad de las razas vascas inventariadas y con
las que se está trabajando en los últimos años.
Mariano Gómez, Doctor en
Veterinaria y Licenciado en Biología |