A lo largo de la historia se
puede encontrar continuamente la presencia tecnológica
en el arte. En concreto, la evolución de la música
depende en cierta medida del desarrollo tecnológico
de cada época. Como ejemplo, se podría observar
este desarrollo en la construcción de cualquier
instrumento musical: nuevas técnicas, nuevos
materiales, ampliación de la tesitura y de la
potencia sonora, etc. El perfeccionamiento del
instrumento también es debido a una exigencia técnica
que se encuentra en la partitura: el compositor
pide al interprete un esfuerzo interpretativo que
puede traducirse en que el fabricante dote al
instrumento de una nueva característica técnica.
Podríamos aplicar el mismo proceso a aquellos
instrumentos musicales basados en la Electrónica
y la Informática. En este caso es esencial la
colaboración entre compositores, interpretes,
ingenieros, programadores, y por último,
fabricantes que concentren todo este esfuerzo
multidisciplinar en el diseño de nuevos
instrumentos musicales. Habría que remontarse a principios
del siglo XX para encontrar a músicos que pedían
un avance cualitativo ya que consideraban
necesario incorporar nuevos timbres a la paleta
orquestal. Como respuesta, en aquella época se
intentaron incorporar nuevos sonidos a un orden
musical de diversas formas: aparecen nuevos
instrumentos mecánicos, la percusión orquestal
pasa a un primer plano, se preparan los
instrumentos acústicos tradicionales de tal
forma que se obtengan o resalten ruidos ajenos a
su funcionamiento habitual, etc.
Con el desarrollo
de la electrónica el compositor pudo grabar,
manipular y reproducir el sonido con fines
compositivos. A mediados de este siglo varios
compositores comenzaron a utilizar en sus obras
sonidos y ruidos grabados del medio ambiente
("Música Concreta"), mientras otros
obtenían nuevos materiales sonoros utilizando
exclusivamente instrumentos electrónicos ("Música
Electrónica"). Estas corrientes se unifican
con el término "Música Electroacústica"
que aparece en 1959, y se podría definir así a
aquella música en la que se utiliza de una forma
creativa cualquier equipo electrónico, estableciéndose
por tanto un compromiso con la tecnología.
La aparición
determinados aparatos generadores de sonidos,
como el sintetizador, marcaron toda una época en
el desarrollo de esta música. Recientemente el
ordenador ha supuesto una auténtica revolución
en todos los aspectos, siendo hoy en día un
elemento fundamental para el compositor. En
definitiva, todas estas nuevas técnicas permiten
controlar con precisión los parámetros
fundamentales del sonido tales como la altura,
intensidad, timbre y duración. Esto quiere decir
que el compositor puede inventar nuevos sonidos,
moldearlos, transformarlos, moverlos en el
espacio, etc. De esta forma se abren nuevas e
interesantes vías en la interpretación, la
investigación o la experimentación, impulsándose
de alguna forma la labor creadora del músico.
Laboratorio de
Música Electroacústica del Conservatorio
Superior de Música "Jesús Guridi" de
Vitoria-Gasteiz.
El origen del
Laboratorio comienza en el proyecto para la
construcción de un nuevo edificio que albergase
la Escuela de Música Jesús Guridi de Vitoria-Gasteiz
(actualmente Conservatorio Superior de Música).
Con el compositor Carmelo Bernaola como impulsor
de dicho proyecto se crea en 1987 el Laboratorio
de Música Electroacústica en una de sus aulas,
dándose de esta forma el primer paso en la
incorporación de la Música Electroacústica en
las clases de Composición e Instrumentación.
Durante todos estos años la actividad del
laboratorio se ha centrado en la producción de
obras electroacústicas y la participación en
conciertos, ciclos de música, seminarios, etc.
Caben destacar las Jornadas de Música Electroacústica
de Vitoria-Gasteiz (1987, 1996, 1997, 1998 y 1999),
Concierto-Homenaje a Jorge Oteiza en Vitoria (1989),
Musikaste-XVIII Semana Musical en Rentería (1990),
Seminario Internacional sobre Música y
Ordenadores en Cuenca (1993), Ciclo de Música
del Siglo XX en Vitoria (1994 y 1995), SONAR-Advanced
Music Meeting en Barcelona (1994), Muestra de Música
Electroacústica en Cuenca (1994, 1995 y 1996),
Festival Internacional de Música Electroacústica
en Madrid (1994, 1995 y 1996), Festival
Internacional de Música Electroacústica de
Bourges, Francia (1995), Festival Internacional
de Música Contemporánea de Alicante (1996 y
1998), y IV Jornadas de Informática y Electrónica
Musical en Madrid (1997), VII Semana de Música
Contemporánea de Leioa (1997).
El Laboratorio
ofrece también soporte técnico a los conciertos
organizados por el centro, complementa la formación
académica en las nuevas tecnologías aplicadas a
la música, ofrece un archivo sonoro de las
actividades realizadas a lo largo del curso (conciertos,
cursos, seminarios, etc.), y organiza las
Jornadas de Música Electroacústica que se
celebran anualmente en Vitoria-Gasteiz. Estas
jornadas ofrecen una serie de conciertos y
actividades que exponen los múltiples aspectos
de la creación musical actual. Se programan
varios conciertos que tratan de mostrar las últimas
tendencias en la composición con medios electrónicos
e informáticos, con la aportación de un amplio
abanico de estudios y laboratorios de producción
electroacústica de todo el mundo. Una de las señas
de identidad de las jornadas es la presencia de
compositores vascos, cuyo trabajo ha podido
escucharse ya en los principales foros culturales
de nueva creación musical.
Otro objetivo básico
de las jornadas es incorporar las nuevas tecnologías
al proceso de formación del músico y dar a
conocer todos
aquellos avances que pudieran impulsar de alguna
forma su creatividad. Para ello tambien se
programan habitualmente toda una serie de
actividades complementarias de marcado carácter
pedagógico en el Conservatorio.
Alfonso García de la Torre, compositor y profesor en el Laboratorio
de Música Electroacústica |