A 5 kilómetros de Azpeitia (Gipuzkoa)
se encuentra el barrio de Nuarbe. No tiene más que 100
habitantes, aun así, el grupo de sokatira más fuerte
de Euskal Herria procede de allí. La sokatira es un deporte
muy arraigado en este barrio. Nuarbe no tiene bares, ni infraestructuras
culturales. Pero hay un lugar que conserva con entereza una de
las más antiguas modalidades de deporte popular, parte
importante de nuestra cultura: el museo de la sokatira. Pequeño
y curioso, los habitantes del barrio siguen trabajando para que
el Museo de Sokatira de Nuarbe sea la semilla de un proyecto
más amplio.
El Museo de Sokatira ofrece al visitante
la oportunidad de conocer de cerca ese deporte popular. Con ese
objetivo abrió sus puertas en 1995.
Luis Mari Gurrutxaga, presidente
del grupo de sokatira de Nuarbe y profesor que ha trabajado concienzudamente
para llevar el museo a buen fin, nos ha proporcionado los detalles
al respecto.
"El museo está estructurado
en distintas secciones. Entre otras cosas, el que lo visita se
puede sumergir en la historia del grupo de sokatira. Con el transcurso
de los años hemos recogido abundante material en torno
a la sokatira: fotografías, medallas, datos técnicos
e históricos y un largo etcétera. Por eso, se nos
ocurrió agruparlos en un museo, para que las generaciones
venideras puedan ver la importancia que ha tenido la sokatira
entre nosotros", nos dice Luis Mari.
Antes de la apertura del museo, parte
del material recogido estaba expuesto en el que era el único
bar del barrio, Loreto. A principios de la década
de los 90, ése era el principal punto de encuentro de
los deportistas y aficionados del grupo de sokatira de Nuarbe.
Pero la iniciativa fue azotada por la desgracia, puesto que en
el 93 el bar sufrió un incendió.
Sin embargo, los de Nuarbe no
cedieron y volvieron a ponerse a trabajar. Fijaron los inicios
del que en los años posteriores al incendio del Loreto
sería el museo.
Un museo erigido gracias al
trabajo vecinal
"Tras el incendio del bar, se nos
ocurrió desarrollar un proyecto más elaborado.
¿Por qué no poner en marcha un museo sobre la sokatira?
Con ese propósito, nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento
de Azpeitia y con la Diputación de Gipuzkoa. Les expusimos
nuestra intención de fundar el museo. Estas instituciones
nos ofrecieron su ayuda", explica Luis Mari.
Pero la Diputación de
Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Azpeitia no fueron los únicos
que les prestaron ayuda, ya que todos los habitantes de Nuarbe
se aunaron a favor del proyecto.
Una vez obtenido el local, el
museo se remató gracias al trabajo vecinal. Gracias a
todo ello en el barrio disponen del que hoy día es el
único museo de Euskal Herria dedicado a este deporte popular.
El Museo de Sokatira de Nuarbe
está situado junto a la casa del sacerdote, en la vieja
escuela.
Se inauguró oficialmente
en 1995. Desde entonces, cada viernes, lo visita un buen número
de jóvenes de las escuelas de la CAV. El museo lo puede
visitar cualquier persona, siempre y cuando pida hora en el Ayuntamiento
con antelación.
La visita dura en torno a una
hora. Mari Carmen, la señora del desaparecido bar Loreto,
guía a los jóvenes a través del museo. La
entrada es gratuita.
Qué observar
El museo dispone de 100 metros cuadrados.
Está dividido en distintas secciones. En cada una de ellas
se recoge información sobre algunos aspectos de la sokatira:
la evolución del grupo de Nuarbe, las condiciones técnicas
y distintas modalidades de la sokatira, la sokatira en Euskal
Herria, la historia de este deporte popular en algunos países
y grupos humanos, las clasificaciones internacionales de cuando
era deporte olímpico... y un largo etcétera.
También se pueden ver
dos montajes audiovisuales.
"Hemos elaborado dos vídeos.
Uno da cuenta de la evolución del grupo de Nuarbe. El
otro, sin embargo, se refiere a la práctica de este deporte
tanto en Euskal Herria como internacionalmente. El principal
objetivo del Museo es didáctico" afirma Luis Mari.
De todos modos, éste incondicional
de la sokatira que imparte clases en varios colegios del valle,
opina que hay que reforzar el museo.
"El trabajo realizado hasta
ahora ha sido muy importante, porque hemos creado el único
museo sobre la sokatira existente en Euskal Herria. Sin embargo,
creo que nuestra iniciativa es bastante limitada. Mucha gente
no tiene conocimiento de la existencia de nuestro museo. Por
lo tanto, en mi opinión, el museo debería estar
en manos de las instituciones, para que pueda estar debidamente
gestionado. Todo ello nos daría la oportunidad de mejorar
el museo, y, a continuación, la de darnos a conocer en
toda Euskal Herria", declara Luis Mari Gurrutxaga.
Que así sea, para que
la cuerda no se desgarre. Ainhoa Irazu, periodista |