La situación que vive actualmente
la Medicina Legal se podría calificar como una época
de cambios tanto en su contexto científico como en su
calidad de materia docente teniendo en cuenta la vertiente social
de esta disciplina. Cambios que son normales en la totalidad
de la estructura de la Medicina. Estas modificaciones que experimenta
la Medicina Legal son una consecuencia directa de su contribución
a solucionar problemas de tipo social. Es decir que la evolución
histórico social y comunitaria, con toda su problemática,
es la que va configurando la disciplina. Esto se traduce en un
necesario reajuste en los programas docentes de la asignatura
a medida que pasan los años.
La
Ciencia Forense, o también llamada Ciencia Médico-Legal,
engloba un conjunto de ramas de las Ciencias en general, y de
la Medicina en particular, que contienen aquellos conocimientos
específicos médico-biológicos, útiles
para la resolución de los problemas que plantea el Derecho.
Es una disciplina que conlleva unos conocimientos amplios y heterogéneos
y que en la actualidad ha adquirido un gran desarrollo, debido
al gran avance de las ciencias de las cuales se alimenta.
A pesar de que la Medicina Legal
como disciplina Universitaria y de la Medicina Forense
y Judicial vinculada a la Justicia poseen un origen común,
se observa que a lo largo de la historia ha existido un paralelismo
pero no una verdadera confluencia entre ambas. Lo cierto es que
en la actualidad la actividad pericial es desarrollada casi exclusivamente
por los Médicos Forenses dependientes del Ministerio de
Justicia.
Pero al mismo tiempo, el asesoramiento
de los médicos ante los Tribunales es cada vez más
frecuente, más importante y abarca cuestiones más
complejas, con lo que la participación de los profesores
universitarios de Medicina Legal está aumentando considerablemente.
En realidad, las técnicas instrumentales desbordan muchas
veces el campo de la propia biología y la naturaleza de
los problemas sobre los que hay que dar una respuesta científica
son cada día más complejos y requieren equipos
humanos multidisciplinarios completos y diversos en todas las
ramas en que se subdivide la Medicina Legal.
Todo esto ha exigido un nuevo
replanteamiento y la creación de una ciencia que englobe
con mayor precisión lo que antes albergaba la Medicina
Legal: la Ciencia Forense.
El ejercicio de la Medicina Legal
en nuestro país se ha desarrollado, de modo preferente,
a través del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses
como funcionarios al servicio de la Administración de
Justicia de carácter técnico facultativo con la
misión específica de prestar a los órganos
de la Administración de Justicia en el orden penal, civil
y laboral, la colaboración y servicios propios de su profesión
en los casos y en las formas establecidos por las leyes.
No parece razonable seguir actuando
con un completo olvido de las tendencias actuales en materia
de Medicina Legal, que pasan no sólo por la referida especialización
por campos de conocimiento, y requieren, además, la necesidad
de trabajar en grupo, la exigencia de una formación continuada
y la introducción de una función investigadora
y docente. En definitiva, se hace necesaria la potenciación
y desarrollo de los Institutos de Medicina Legal como
fórmula para mejorar la situación actual.
Los objetivos que deben perseguir
estos Institutos son en síntesis los siguientes:
1. Uniformidad en los criterios diagnósticos.
Tanto en el terreno tanatológico como en el clínico,
tema éste último de especial importancia en lo
relativo a las toxicomanías, eje medular de buen número
de procesos penales.
2. Mayor capacidad pericial. En este sentido, desde
una perspectiva judicial resultan imprescindibles los resultados
de los laboratorios y, en particular, del laboratorio de criminalística
forense para estudiar y reconstruir la escena del delito.
3. Centralización de los estudios, con base
científica suficiente y consiguiente capacidad de relación
en plano de igualdad con organismos similares. Base esencial
para cualquier proyecto posterior de formación.
4. Posibilitar la existencia de capacidad investigadora
de los médicos forenses.
5. Coordinación entre tales Institutos y la
Universidad, a través de la creación de una comisión
de docencia.
6. Definición de los niveles de colaboración
entre los Institutos de Medicina Legal y el Servicio Vasco de
Salud, el Departamento de Interior del Gobierno Vasco, los centros
penitenciarios, así como con otros organismos similares
nacionales y extranjeros.
7. Introducción de recursos informáticos
como herramienta de trabajo uniforme y de simplificación
de las labores administrativas.
Precisamente en diciembre de 1998, el Departamento de Justicia
del Gobierno Vasco ha aprobado la creación del Instituto
Vasco de Medicina Legal que entrará en funcionamiento
en 1999 bajo el siguiente esquema:

Por otra parte, en lo que respecta a la vertiente universitaria,
la enseñanza de la Medicina Legal corresponde a los Departamentos
Universitarios responsables de las Areas de Conocimiento de Medicina
Legal y Forense y de Toxicología.
Respecto a la formación
universitaria de Medicina Legal en la Universidad del
País Vasco / Euskal Herriko Unibersitatea, actualmente
se imparte en el 2º Ciclo de la licenciatura de Medicina
(sexto curso) con una duración cuatrimestral.
Los siete Profesores encargados
de la docencia se distribuyen en las cuatro Unidades Docentes
de Medicina vinculadas a los Hospitales concertados de la
red pública de Basurto (Vizcaya), Cruces (Vizcaya), San
Sebastián y Vitoria.
Los Profesores se reagrupan en
el Area de Conocimiento de Medicina Legal y Forense que establece
la coordinación de la disciplina y garantiza la uniformidad
y orientación que ha de exigirse. Este Area de Conocimiento
pertenece al Departamento de Especialidades Médico
Quirúrgicas, junto con las áreas de conocimiento
de Anatomía Patológica y Obstetricia y Ginecología
Dr. Francisco
Etxeberria Gabilondo, Profesor de Medicina Legal y Secretario
del Instituto Vasco de Criminología Facultad de Medicina
y Odontología.
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