Eduardo Txillida es uno de los escultores
más grandes del siglo XX. Sus piezas están ubicadas
en multitud de lugares de todo el mundo, y su obra ha sido expuesta
en los museos y fundaciones de arte internacionales más
importantes. La lista de los premios recibidos por el donostiarra
es realmente extensa: Premio Internacional de Escultura, los
Premios Graham, Rembrandt, el del Art Institute de Previdence
y el Europa, Prix National des Beaux-Arts, Wolf Foundation Prize,
Príncipe de Asturias, a los cuales se les ha de sumar
el último que acaba de obtener: el Premio Eusko Ikaskuntza
-Caja Laboral. En esta última temporada el donostiarra
vive alejado de los medios de comunicación y resulta casi
imposible realizarle una entrevista, debido a ello recuperamos
parte de la entrevista que Josemari Velez de Mendizabal le hizo
en 1988, en el libro "Gure aitaren etxea".
-¿Es
de la opinión de que el árbol de Gernika sigue
siendo el símbolo de la libertad vasca? Yo creo que sí.
Sin lugar a dudas. Opino que el árbol encierra un gran
simbolismo. Yo propondría lo siguiente: que se tome la
decisión de iniciar una campaña ecológica
en Gernika; que desde la ciudad del árbol, desde Gernika,
se expanda a Euskal Herria y a todo el mundo una idea general:
la de respetar y proteger la naturaleza. Y más concretamente,
proteger los árboles. Querer talar árboles en un
lugar como Gernika es un grave pecado. El otro día me
dijeron que querían derribar un hermoso roble; un robusto
roble que a buen seguro será algún pariente de
"nuestro árbol". Por motivos urbanísticos
que no quiero recordar. ¿No le parece que sería
maravilloso un movimiento a favor de la naturaleza creado en
Gernika y extendido a todo el mundo? ¿Que la gente de
Gernika diera comienzo a una campaña para el mundo entero
a favor de todos los árboles, y en especial de los autóctonos?
Gernika, en lugar de conmemorar su devastación, debería
mirar hacia adelante con esta clase de proyectos en busca de
tolerancia, paz, vida... ¡y tantas y tantas cosas! Yo le
tengo el mayor de los respetos a ese corazón de Euskal
Herria. Nos simboliza a todos nosotros. Simboliza nuestras raíces,
nuestra unión con el cosmos.
-¿Qué se
ha de ver en ese trabajo que ofrece a la gente de Gernika? Como antes he dicho,
Gernika es algo especial para nuestro Pueblo. Imagínese
cuán especial es, que cuando me cambiaron la localización
que yo había elegido para ubicar la imagen -junto a la
Casa de Juntas y relacionada con el Árbol-, quedé
totalmente traumatizado. No "veía" que la imagen
estuviera en su sitio. El cambio de localización no guardaba
ningún tipo de relación con la opinión anterior
sobre la imagen. Yo veo la imagen en un espacio más amplio.
-¿Cuál es
la relación entre el artista y la técnica? La técnica
es necesaria, evidentemente. Sin técnica, no podría
realizar ningún dibujo o imagen. Pero no es tan importante.
La gente la sobrevalora. Yo creo que en el arte no es determinante,
ni tan siquiera básico.
Tengo una teoría
que puede que algún día la desarrolle: el arte
de hoy en día emerge de la falta de habilidad. El padre
del arte actual es sin duda Cezanne. Pero, ¿por qué
motivo tiene Cezanne tal relevancia en el mundo del arte? Pues
por su torpeza; tenía una mano muy torpe. Dice Cezanne
en sus escritos que le hubiera gustado pintar como Delacroix
y otros pintores franceses. Pero carecía de habilidad
para hacerlo tan bien como ellos. Aun y todo, era tremendamente
listo, y de gran sensibilidad. Yo creo que la habilidad manual,
si no llega a dominarse, puede ser peligrosa. Hay que detener
la mano, y antes que el instrumento, que es la mano, el cerebro,
para que lleguen los sentimientos.
Pero, volviendo al caso de Cezanne, yo creo que sus dibujos,
desde un punto de vista del análisis formalista, no son
buenos. Eso, desde luego, desde la perspectiva del concepto que
tiene la gente de hacer dibujos. Para la gente que no sabe nada
de arte. Pero para la gente que algo entiende, esos dibujos son
un milagro.
-Su trayectoria como artista
demuestra conocimiento y reflexión. Un profundo conocimiento,
denotado mediante una continua reflexión a la totalidad.
No obstante, ¿no cree usted que el artista en muchas ocasiones
puede sufrir la incomprensión del resto de las personas? La persona tiene que estar preparada
para cualquier cosa. Recuerdo con cariño aquella anécdota
que me sucedió con mi padre. Yo vivía en Hernani,
estaba casado y con dos hijos. Vivía a cuenta de los demás,
porque mi familia era adinerada. Tengo que reconocer que yo no
sentía vergüenza. En una ocasión vino mi padre,
y al terminar de comer, mientras paseábamos por el jardín,
me tomó del brazo y me dijo: "Un hombre de tu
edad debe ganarse la vida". Y entonces le di una de
las mejores respuestas que he dado en mi vida: "Yo trato
de ganarme la vida... lo que ocurre es que no me pagan".
Para las seis de la mañana ya solía estar en pie.
Trabajaba en la herrería de Illarramendi hasta las ocho.
A esa hora me echaban a la calle... porque llegaba el trabajo
serio. Yo era un loco. Solía estar todo el día
metido en el garaje de mi casa pensando y trabajando en ese mundo
de mis sueños... y al terminar la jornada de trabajo volvía
a la herrería.
-¿No cree que el
hecho de ser artista es, en cierta medida, sinónimo del
fenómeno inalcanzable? No, no creo. Lo que
ocurre es que son unas experiencias bastante raras, pero muy
corrientes para un artista. Hay quien dice que nosotros trabajamos
para alcanzar la fama. En cuanto a mí respecta, nunca
he pensado en ella. Lo que rondaba en mi cabeza era que había
unos temas que me resultaban muy atractivos, y que mi camino
tenía que ir en esa dirección. Ése era,
y sigue siendo, mi destino.
Mientras tanto, en las exposiciones
de arte contemporáneo con frecuencia se suelen escuchar
cosas como: "¡Anda!... otra vaca sagrada..."
"Eso lo haría hasta yo", etcétera.
Cuando oigo lo de "eso también lo haría
yo", les suelo responder: "muy bien, tú
también harías eso, es decir, lo que estás
viendo". Lo difícil de materializar es lo que
no se ve. En una ocasión estaba yo en una exposición
en el Palacio Velázquez de Madrid. Era un modelo del arte
italiano contemporáneo, y, de repente, un matrimonio se
me acercó y me dijeron: "¡Qué sorpresa!
¡Ayúdenos, por favor! Estamos mirando esas cosas,
pero la verdad es que no entendemos nada...". Mi respuesta
fue que en lugar de adoptar una actitud de desconfianza, lo mejor
era adoptar la de cualquier niño, la de plena confianza.
Porque, ¿cuál es la diferencia entre una persona
adulta y un niño? Pues, para decirlo de una forma muy
clara, que tenemos menos confianza, tanto en la vida como en
lo restante.
Cuando un niño entra en mi taller, profundizará
más o menos el tema que está observando, pero jamás
pasará por su mente que ni uno solo de esos trabajos esté
hecho para engañar. Las obras de arte dan la oportunidad
de hacer toda serie de interpretaciones. Velázquez, por
ejemplo, no es sólo uno. Son millones de Velázquez,
dependiendo del que mire. De modo que no creo que sea bueno que
el autor dé demasiadas explicaciones en torno a su obra,
porque sin que se dé cuenta está poniendo límites
al público.
- ¿Está en
contra de las Escuelas de Arte? Yo no creo en la
enseñanza del arte. El arte no se puede transmitir a través
de las vías corrientes de la educación, ¡ni
pensarlo! El arte es algo que se aprende de por sí. Pero
no se puede enseñar. Los módulos que un profesor
quiere transmitir pueden ser perniciosos para el arte. Por otro
lado, la transmisión de los conocimientos es muy peligrosa,
porque no se transmiten sólo los conocimientos, sino también
los mundos cerrados y los acontecimientos. Es decir, que en los
puntos de vista de un artista se pueden aplicar los de otro artista,
claro está, pero eso debe decidirlo el ignorante, el alumno,
nunca el profesor.
-Circula por ahí
una teoría que proclama la necesidad de desprenderse de
los trajes vascos en nombre de la universalidad... Yo no creo en eso.
Yo creo que cuanto más cómodo se sienta uno mismo
con su personalidad, más universal es. La única
conexión con el universo se consigue a través del
reforzamiento del punto base. Yo soy como el árbol cuyas
raíces están aquí. Las ramas se dirigen
hacia todos los sentidos, porque así debe ser. Nadie debe
ponerse límites a sí mismo, ni en las cosas que
va a aprender, ni en las posibles culturas a utilizar. Pero,
a pesar de que el origen de los temas que se tienen entre manos
sea muy diverso y diferente, no dejarán de pasar por el
cerebro, y, cómo no, de la sensibilidad de ser de un lugar
en concreto. A mí se me conoce como escultor vasco. Y
eso es lo que imprime carácter a mi obra. Es fundamental
mantener eso. Yo no creo en la famosa internacionalidad que tanto
se proclama hoy en día, en los temas de que hay que superar
los sentimientos de patria, país y territorio. La internacionalidad
hay que entenderla precisamente mediante esos sentimientos...
Las personas que dicen sentirse ciudadanas del mundo y nada más,
me dan pena. Yo también soy ciudadano del mundo, claro...
pero desde la Euzkadi que es mi Patria.
EDUARDO TXILLIDA (Donostia, 1924) |
*Breve
biografía*
1924 El 10 de enero nace Eduardo Txillida. 1950 En las iniciales exposiciones en Francia
muestra sus primeras piezas: "Forma", "Torso"...En
1951 regresa a Donostia y elabora su primera escultura: "Illarik". 1954-58 Realiza las puertas de la Ermita de
Arantzazu. 1962 "Exposición titulada "Three
Spaniards: Picasso, Miró, Chillida" en el Museo de
Bellas Artes de Houston. 1965-73 Ilustraciones en los libros "Le
Chemin des Devins" de André Frenaud, "Meditation
in Kastilien" de Max Hozler, "Die Kunst und der Raum"
de Heidegger, y "Más allá" de Jorge Guillén. 1977-82Tres
inauguraciones: "El Peine de los Vientos" en Donostia,
"Lugar de encuentros III" en Madrid y la Plaza de los
Fueros en Vitoria-Gasteiz. 1986-88 Inaugura las esculturas "La casa
de Goethe" (Frankfurt) y "Gure Aitaren Etxea"
(Gernika). 1991 Se realiza la exposición "Chillida
íntimo" en el centro "Calcografía Nacional" 1993-95 Instala las esculturas "Diálogo
y tolerancia" (Münster), "Puerta de música"
(Santiago de Compostela), "Homenaje a Balerdi" (Donostia)
y "Homenaje a Rodríguez Sahagún" (Madrid).
Es nombrado miembro de honor de la Academia de Arte y Letras
de Nueva York y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El Gobierno de Canarias le encarga la obra Tindaya. 1997 Doctor Honoris Causa por la Universidad
del País Vasco. Recibe en Vitoria el premio Vasco Universal
del Año. 1998-99 Exposiciones antológicas sobre
la obra de Txillida en el Museo Reina Sofía de Madrid
y en el Guggenheim de Bilbao 1999 Obtiene el premio EUSKO IKASKUNTZA-CAJA
LABORAL al mejor curriculum científico. |
Fotografías: "Gure
aitaren etxea - CHILLIDA", Enciclopedia Auñamendi
y Euskaldunon Egunkaria
Euskonews
& Media 49.zbk (1999 / 10 / 8 - 15) |