Los brotes del bertsolarismo
* Traducción al español del original en euskera
Iñaki Murua

Algunas personas mayores de hoy en día y sus padres acostumbraban a hablar con rima. A menudo empezaban sirviéndose de cualquier excusa y, siguiendo el juego, solían hablar así largo tiempo. ¿Por qué tendrían esa costumbre? Yo creo que en la sociedad actual la memoria ha sido sustituída por papeles y libros, pero no hace mucho la transmisión se realizaba en casi todos los casos oralmente; conservaban el contenido en su memoria tanto en prosa como en bertso, ya que la mayoría no sabía leer ni escribir. Para recordar los mensajes tenían que recurrir a pequeñas trampas, y el hacerlo en rima ajustada era (y es) una forma de facilitar el trabajo. Así es como los mayores tenían y tienen una memoria tan asombrosa y recitan toda una serie de bertsos como si se tratara del rosario. Nos quedamos perplejos al rememorar el desafío que tuvo lugar entre dos pastores de Aia; cada pastor cantó más de una centena de bertsos, y dado que el juez decidió concederles un empate, les mandó volver a cantar los bertsos que habían cantado previamente, para así proclamar un vencedor, y se dice que uno de ellos los repitió todos. ¡Cuando para nosotros resulta imposible incluso cantar uno solo!

Todo esto sucedía dentro de un modo de vida que se desarrollaba al paso de los bueyes, sin las prisas ni el estrés de hoy en día, donde la fuente de información eran, en lugar de tantos periódicos, diarios y noticiarios, los bertsos, y las sidrerías eran los editoriales. El lugar actual del tóner lo ocupaba entonces la sidra, donde la carne y las nueces eran los impresos que convertían el cerebro en un tonel de mensajes. No existía otro modo de formar los eslabones de la transmisión.

Ahora, sin embargo, no hay nadie que no sepa leer y escribir, y es obligatorio escolarizarse hasta cumplidos los dieciséis años. Incluso los niños de los lugares más remotos conocen el bertsolarismo gracias a las asignaturas escolares. Pero ¿basta lo que se imparte como asignatura para asegurar las futuras generaciones del bertsolarismo? Dicho de otro modo, ¿es conveniente trabajar sobre el bertso y el bertsolarismo en grandes grupos (con 20-25 alumnos o más) al tener ante nosotros gente de tan dispares caracteres e intereses?

Imagen basada en una foto cedida por Euskaldunon Egunkaria.
Con la actividad en la escuela de bertsos, el alumno obtendrá esa destreza para la vida, a la que con frecuencia no concedemos importancia pero que resulta completamente necesaria.

Respondiendo a esta última pregunta, creo que a la hora de trabajar el bertso en grandes grupos hay que actuar con mucha sensibilidad. Más de una vez ha sucedido haber aprendido de memoria no sé cuántos bertsos, cantarlos, inventarlos... y luego, enfermar nada más escuchar un bertso. Porque tenemos a los bertsolaris en la radio, en la televisión... Cena de bertsos, festival, trama... Y eran y son auténticos vascos, ¡pero se aburrieron tanto trabajando sobre un tema que al menos por entonces no era de su interés! Por lo tanto, tengamos cuidado de tratar los temas sin exponer claramente los objetivos; de lo contrario podemos quemar el terreno donde pretendemos sembrar la semilla del futuro.

Diría que basta con dar la información general sobre el tema y sobre las posibilidades que ofrece para la vida. Suscitad curiosidad e informad sobre los modos de ahondar. Ahí están las escuelas de bertsos, que las hay en todas partes y de todos los niveles: hay 900 alumnos en las más de 65 escuelas de bertsos aprendiendo a cantar bertsos, a poner temas, a ser críticos, jueces... o profundizando con no se sabe qué fines. Ayer todavía estábamos en las sidrerías, y miren por dónde ya se produce la continuidad de las generaciones; ayer decíamos que se nace bertsolari, pero hoy hemos demostrado que sí que se nace, pero que también se hace.

Y la principal inquietud de quienes estamos volcados en ello (ya que la finalidad es la de asegurar los futuros eslabones) deriva de evaluar los puntos fuertes y las carencias de nuestra actividad. Debemos organizar y coordinar mejor las escuelas de bertsos en los siguientes apartados:

ð Tenemos que acordar una programación conjunta y por niveles para la totalidad de las escuelas, y nos estamos esforzando en ello.

ð Tenemos que asegurar la preparación de los profesores. Evidentemente, en lo que respecta al bertso y a todos sus detalles la tenemos asegurada, pero ¿conocemos el carácter, las vivencias, las necesidades... del estudiante de esa edad? ¿Y sabemos actuar frente a éstos?

ð El alumno tiene ante sí otras muchas alternativas en la misma hora en que se imparte la clase de bertsos; ¿respondemos en el nivel de la competencia al ofrecer y vender nuestra opción? ¿La relación con respecto a los padres la tenemos sistematizada o los alumnos vienen a nosotros por sí mismos? No es lo mismo captar alumnos en zonas euskaldunes o el esfuerzo que hay que realizar en zonas más castellanoparlantes. Me temo que incluso los niveles y los objetivos son diferentes, desde el soñar con ser bertsolari hasta la función de fomentar el euskara.

Todo esto no se consigue con sólo contratar a un profesor. Se requieren una seria organización y la implicación de diversas entidades culturales del municipio, empezando por las familias de los alumnos y contando con la participación del ayuntamiento.

¿Y de qué forma ayudará la actividad de la escuela de bertsos al alumno? Por el momento no obtendrá ningún título especial, pero sí mucha destreza para la vida cotidiana, destreza a la que con frecuencia no concedemos importancia pero que resulta completamente necesaria, puesto que por ejemplo:

  • Aprenderá a cantar y a disfrutar cantando.
  • En esta nueva época en la que estamos adquiriendo la costumbre de decir todo con cuatro palabras, enriquecerá su léxico, lo dominará y le gustará jugar con las palabras.
  • Trabajará y desarrollará la memoria.
  • Además de adquirir la costumbre de buscarles más de una solución a los problemas y tratar de mejorar los resultados en grupo, aprenderá a respetar y aceptar las opiniones ajenas.
  • Adquirirá mediante la experiencia las básicas tácticas y técnicas de la capacidad de comunicación, aprendiendo a valerse de la expresión corporal, escogiendo adecuadamente la entonación, el modo de cantar y la melodía... Dentro de la educación reglada, la escuela suele obligar sobre todo a engullir los contenidos, pero las funciones de ahondar y desarrollar las capacidades las encontramos, al menos por ahora, dentro de la lista de las carencias. Uno de los valores añadidos de la escuela de bertsos, puede que el más importante, tanto para los bertsos como para la vida, es éste: la capacidad de comunicación.
  • Adquirirá la costumbre de pensar, de improvisar, mediante la capacidad de síntesis y de esquema. Además, esta actividad llevará al alumno a habituarse a recurrir al humor, a la alegría, a la ironía... todas las veces que pueda.

La escuela de bertsos ofrece una inmejorable oportunidad de hacer interesantes aportaciones a la persona de forma lúdica, una enriquecedora ocasión que la Asociación de Bertsozales no dejará pasar en balde.


Iñaki Murua, Miembro del Grupo de Transmisión de la Asociación de Bertsozales
Imagen: Euskaldunon Egunkaria


Euskonews & Media 56.zbk (1999 / 11 / 26 - 12 / 3)


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