6 de diciembre: SAN NICOLÁS
Antxon Aguirre

El "obispillo". Fiesta de San Nicolás en Zegama (6-12-88). Foto: Antxon Aguirre SorondoEn nuestra zona, las conmemoraciones por San Nicolás eran las más esperadas por los niños en el calendario festivo anual. Se denominaban "fiestas de San Nicolás de Bari o del obispillo".

"Mikolas", como se le conocía popularmente, vivió en el siglo IV y llegó a ser obispo de Mira, en Licia (Italia), así como participante en el concilio de Nicea del año 325. Sus reliquias fueron en 1087 trasladadas a Bari, localidad a la que está unido su nombre. Su culto se extendió ampliamente por toda Europa. En el Mediterráneo sustituyó al Poseidón de la mitología clásica, y en los países del norte fue asimilado a Papá Noël. San Nicolás es universalmente reconocido como taumaturgo, y los acontecimientos de su vida son argumento para un sinfín de leyendas, algunas de ellas relacionadas con los niños.

En Guipúzcoa la devoción por San Nicolás tenía gran predicamento, como lo demuestra el que en casi todas las parroquias existiera una imagen dedicada a este santo y que dos ermitas guipuzcoanas veneran a San Nicolás, pero no de Bari, sino de Tolentino, cuya fiesta se celebra el 10 de septiembre. Están ubicadas en jurisdicción de Deba, concretamente en sus barrios de Lastur, y de Mutriku. El historiador Lope Martínez de lsasti las menciona ya en el año 1625.

"Antes, en Lastur, daban a cambio de una limosnita unas pequeñas tortas. Tenían ellas encima la imagen de San Nicolás. En días de avenida de aguas se echaban al agua y ésta bajaba. De Lastur traían a Arrona las tortas de San Nicolás".

Vista antigua de San Nicolás de Lastur. Fuente: Enciclopedia Auñamendi.
Vista antigua de San Nicolás de Lastur. Fuente: Enciclopedia Auñamendi.

La villa guipuzcoana de Orio se llama en realidad "San Nicolás de Orio" y a este santo, San Nicolás de Bari, pertenece la advocación de su iglesia parroquial.

En tierras vascas, antes de que arraigaran los Reyes Magos, la gran fiesta de los obsequios para los chavales se efectuaba por San Nicolás, a semejanza de como sigue sucediendo en los países del norte de Europa. Tan profundamente caló esta tradición entre nosotros, que todavía hoy se celebra con pujanza la postulación del "obispillo" en localidades de Gipuzkoa como Arrasate, Legazpia, Zegama o Segura. Ritual que merece la pena conocer, como maravilloso ejemplo que es de nuestras más vetustas tradiciones invernales. Además de compartir la alegría y regocijo de los niños, comprobaremos qué escasos eran los dispendios navideños en tiempos de nuestros mayores: unas castañas, unas golosinas, unos frutos secos, unas galletas...

Otro elemento clásico de esta fecha eran los auroros: cuadrillas de hombres que salían al amanecer cantando loas y rezando oraciones. En Lezáun (Navarra) el día 6 de diciembre, festividad de San Nicolás, los auroros recorrerían las calles entonando:

"Hoy celebra la Iglesia la fiesta
de San Nicolás, obispo ejemplar,
fue en la Iglesia astro luminoso
y el mejor modelo de la santidad;
a tan grande bondad
y milagros acudimos todos
como fuente clara de amor y piedad
".

Respecto a las canciones de San Nicolás, es curioso y digno de señalar la supervivencia hasta hoy de una jerga que es mixtura de euskera y castellano. Algunas de estas estrofas atestiguan la implantación del español en poblaciones euskoparlantes, de modo que los chavales entonaban letras que aun sin entender repetían como loros, dando como resultado auténticos trabalenguas. Véase por ejemplo, esta antigua canción recogida en Legazpia y que es una de las cuatro que los chavales del pueblo cantan todavía hoy:
Partitura

 "Urte berri berri
txerri belarri
otarra bete gaztaina
gainean lukaika bi.

San Nikolas coronado
confesor es muy ondrado
ale, ale, alegría
todo el mundo alabaría.

Aquí estamos cuatro
cantaremos dos
una limosnita
por amor de Dios.

Aingeruak gara
zerutik gatoz
poltsa badegu baina
eskean gatoz.

San Nikolas coronero
confesero mari andrés
alarguna dontzellea
cantaremos alegría
bost etxetan sei ate
zazpi etxetan su ote.

Aingeruak gara
zerutik jeitsi gara
una limosnita por amor de Dios
".
 

En Legazpia, la víspera de la festividad del santo, a la tarde, se juntan los chavales y hacen una cuestación junto con el "obispillo", chaval vestido de San Nicolás (con sobrepelliz, capa, mitra y báculo), la trikitixa y los músicos del conservatorio local. A ellos se agregan a lo largo del recorrido madres con niños más pequeños, concluyendo todos en la calle Mayor, donde se reparten entre todos los críos los cacahuetes colectados (que han sustituido a las castañas citadas en sus canciones: la razón, según me decía un organizador es que "era un lío asarlas").

Otras poblaciones que aún se celebra esta fiesta son Arrasate y Zegama. En la primera a la mañana de tal festividad los chavales se colocan bajo el balcón del Ayuntamiento y con toda la fuerza de sus pulmones entonan la canción conocida por ellos como "Bolo-bolo", en demanda de la tradicional lluvia de caramelos y frutos secos, juguetitos e incluso algún balón que siempre cae. Aquí se ha perdido la figura del "obispillo", quedando como únicos vestigios del viejo rito la canción y el donativo que corre a cargo del Ayuntamiento.

San Nicolás en Arrasate. Foto: Antxon Aguirre Sorondo
San Nicolás en Arrasate (6-12-1990). Foto: Antxon Aguirre Sorondo

Los que sí salen postulando en compañía de su correspondiente "obispillo" son los escolares de Zegama de entre 3 y 6 años. Antiguamente era designado por el maestro, recayendo en el más aplicado, y le escoltaban los veinte mejores alumnos de la clase. Era, pues, todo un premio para los elegidos. Tras la postulación el maestro repartía el dinero recaudado entre los chavales, y el "obispillo" comía ese día con el párroco, los sacerdotes y el maestro, presidiendo la mesa como si fuera el propio San Nicolás en persona.

San Nicolás en Segura (6-12-1989). Foto: Antxon Aguirre SorondoSin duda, el lugar donde se celebra San Nicolás con mayor solemnidad es la villa de Segura (en la imagen). Como todos los años, a las 10 de la mañana del día de su fiesta, un niño de 6 años ataviado de "obispillo" acudirá acompañado de sus compañeros a la parroquia para recibir, en un breve y entrañable acto, la bendición por parte del párroco en el altar de San Nicolás. Según dicen los seguratarras, al niño obispo "se le trata tal que si fuera el mismo San Nicolás". Tras el acto emprenden la postulación, con el "obispillo" montado en una potxoka (pequeño caballo autóctono), dirigiéndose hacia el barrio de Gañardi en cuyo convento de monjas termina el acto. Por tradición se les obsequia con productos de la tierra, como manzanas, castañas, higos, aunque algunos vecinos se decanten ya por los caramelos y chucherías (pero nunca dinero). Muchas de estas celebraciones hoy se suelen trasladar al domingo más próximo, para facilitar una mayor asistencia que la que se lograría en día laborable.

También en Salvatierra (Alava) salía hasta 1994 un niño a guisa de obispo. Casi al amanecer asistían todos los escolares a la primera misa, ubicándose el obispillo en el lado del Evangelio en lugar privilegiado. Tras los oficios salían en postulación por las calles. Con sus variantes, ritos similares se hacían en poblaciones como Azpeitia, Lazkao, Orio, Oiartzun, Zumárraga, Ataun, etc.


Antxon Aguirre Sorondo, miembro de la sección de Antropología de Eusko Ikaskuntza

Digitalización de partitura y música: Elena Moreno Zaldibar


Euskonews & Media 57.zbk (1999 / 12 / 3 - 10)


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