Tal y como nos comenta Ramón Zallo,
actualmente estamos inmersos en un boom de las comunicaciones.
Si hoy en día la variedad es cada vez mayor, en un futuro
muy próximo la abundancia de canales será tal que
cada uno podrá diseñar su propio menú de
programación. Ramón Zallo, profesor de Comunicación
Audiovisual en la UPV-EHU y uno de los cuatro representantes
sociales en el Consejo de Administración de EITB, nos
adelanta algunas hipótesis sobre las transformaciones
que experimentará la comunicación en nuestro país.
-¿A qué se debe esta abundancia de canales televisivos
que se está experimentando y que, además, se prevé
que irá en aumento? La posibilidad de
recepción de decenas y decenas de canales se debe a una
serie de transformaciones tecnológicas, productivas y
sociales. La ampliación de la red de telecomunicaciones
es la condición técnica para el fenómeno
y un factor de impulso puesto que los satélites, las redes
de cable en todas sus versiones -desde el cobre a la fibra óptica-,
las ondas hertzianas y la digitalización de las ondas
terrestres, permiten la ampliación exponencial de canales.
La complejidad social, la demanda social de medios de comunicación
desde el espacio hogareño, la desreglamentación,
la globalización y la mayor producción informativa
y comunicativa son algunos de los otros factores.
-¿La digitalización
de las comunicaciones impulsa ese proceso? En la actualidad
la televisión utiliza mayoritariamente para la transmisión
final las ondas hertzianas, e instrumentalmente el cable y el
satélite. En un futuro inmediato, por necesidades técnicas
y por imperativo legal, la onda hertziana va a digitalizarse
(onda digital terrestre) permitiendo que circulen algunos canales
más por el mismo soporte (1x4) y con destino al usuario
quien, podrá tener o no digitalizado su receptor. A ello
hay que añadir el acceso a los sistemas de satélite
digital (CSD y Vía Digital) y crecientemente al cable,
que actualmente combina tecnologías de cobre, coaxial
y fibra óptica.
También la producción
de todos los operadores va a digitalizarse, lo que será
especialmente caro al principio, como inversión. A pesar
de ello la digitalización va a permitir mayores prestaciones,
en el sentido de simplificar el proceso de trabajo; fundir y
combinar imagen, sonido y texto con más facilidad; y sobre
todo, reutilizar y empaquetar de distintas maneras, formas y
momentos el acceso, saltándose en parte el usuario la
tiranía de la programación. Hasta ahora si no grababas
en casa un determinado programa en su momento lo perdías.
Con el tiempo y las redes de banda ancha, el Video On Demand
(vídeo a la demanda) permitirá acceder a bancos
de imágenes. Lo mismo pasará en radio. Cabe oir
radio enlatada por Internet. En el futuro el DAB en radio (radio
digital) permitirá oir, con un sonido magnífico,
lo que uno quiere en el momento que quiere.
-Se dice que la calidad
de las imágenes mejorará considerablemente con
la digitalización.
Cuando se terminen de producir las tres digitalizaciones,
es decir, la de la producción, la transmisión y
la recepción -cuando cambiemos el televisor analógico
por uno digital- la calidad de las imágenes se parecerá
a la del cine. Por otra parte, la tecnología que se utiliza
hoy en día en el cine es bastante antigua, y con el tiempo,
a poco que mejore la resolución digital, se podrá
producir cine de manera mucho más barata. Al introducirse
el modelo televisivo de grabación y edición ya
veremos si va a ser para mejor o peor, aunque lo esencial es
que haya talentos creativos. Al no tener que hacer necesariamente
copias y trasladar las cintas, se ahorrará en distribución
y facilitará la programación simultánea.
De esta manera, desde un punto se podrá transmitir por
la red una película a muchas pantallas en salas de diversas
partes. Esto permitirá estrenos simultáneos en
todo el mundo.
-Eso es la convergencia
en las comunicaciones ¿no? Sí. Es una
parte de la convergencia. La convergencia de televisión,
radio y cine con telecomunicaciones, Internet, informática
y electrónica, crea un mundo en el que la misma tecnología
se cruza y diversifica, permitiendo usos múltiples y accesos.
Los grandes cambios se producirán a la medida del crecimiento
de las redes de banda ancha que son las que pueden permitir el
"viaje" rápido de imágenes y la información
compleja. La combinación de las redes, la proliferación
de productores y el interés de los usuarios por paquetes
de servicios globales, llevan a que las vías de acceso
a centenares de canales vayan a poder ser por distintos soportes:
acceso a bases de datos y correo electrónico por telefonía
móvil; mix de telefonía, televisión e Internet
por cable; televisión y películas en el ordenador;
datos en el televisor...
Sin embargo, un problema serio
es que la convergencia tecnológica está siendo
aprovechada para la concentración económica de
empresas que operarían simultáneamente en todos
los ámbitos y sectores, lo que es un grave problema para
la comunicación plural y democrática
-Parece que contaremos
con una gran variedad en televisión. Añadiendo
el cable o la compresión vía satélite y
las nuevas de digital terrestre en todas las televisiones actuales,
quien quiera pagárselo dispondrá de 100 canales
dentro de 8 años. Claro que para qué tantos, si
cada cual utilizará 10 o 15 favoritos y el resto le sobrará.
Con el tiempo, cada cual se hará su propio menú
de programas habituales haciendo navegación por selección
temática con el mando a distancia. Por lo tanto, a efectos
de uso, es menos diversidad de lo que parece. Y es que el crecimiento
de canales televisivos no viene acompañado por un crecimiento
igual de producciones nuevas, retransmisiones de interés
ni un stock suficiente en ficción de calidad. Las
horas de producción están a años luz de
las horas de emisión en todo el mundo. Los programas de
calidad o exclusivos (retransmisiones, films de estrenos..) serán
muy codiciados. O sea, que las infraestructuras son mucho más
formidables que nuestra imaginación y la capacidad de
hacer una producción audiovisual que es cara, aunque ya
se está abaratando en determinados géneros.
Como se ve, el problema central
es qué circula por las redes, quien lo hace y para quién.
En cualquier caso, dará mucho trabajo a la industria audiovisual,
y ésta se convertirá en una industria potente.
La nueva aplicación en 1999 de la normativa de Televisión
sin Fronteras en el Estado Español, es un estímulo
añadido porque en las televisiones generalistas y temáticas
no locales, sean de pago o no, es ya obligatorio reservar el
51% de emisión a obras europeas, aplicar el 5% de los
ingresos a films y telemovies europeos, reservar el 50%
de aquel 51% a producciones realizadas en alguno de los idiomas
del Estado Español, invertir en producción independiente
.
-Hablaba de canales temáticos.
¿Qué ofertarán? La televisión
generalista de servicio público, hasta hace una década,
era escasa (uno a tres canales) pero de mucha calidad: producciones
bien pensadas, con contenidos definidos... Cuando irrumpieron
las televisiones privadas se produjo la variedad pero no la diversidad.
Hubo un bajón de la calidad, ya que las públicas,
viéndose competidas, empezaron a producir el mismo tipo
de programas que las privadas en busca de audiencias. Se supone
que con las televisiones temáticas habrá una multiplicación
de la oferta de programas y una reducción de costes, ya
que su mercado se comparte a escala mundial, pero no está
claro su efecto sobre la calidad. Muchos usuarios están
dispuestos al pago por una doble razón: cantidad y/ o
calidad. Pero la mayor parte de la oferta de 100 a 300 canales
temáticos, especializados, será de relleno, refritos
y redifusiones, es decir empaquetados en todas las formas imaginables
de los mismos programas.
-¿Cuáles
serían los problemas que plantea esta opulencia de la
comunicación?
Desde el punto de vista tecnológico y de
la elección personal, las ventajas son obvias, ya que
multiplican las opciones. Los problemas aparecen desde el lado
social y, como decía antes, también en los contenidos.
Puede darse un problema de inadaptación de un sector muy
importante de la población a las tecnologías más
interactivas, que incluyan búsquedas y autoprogramación,
y que este sector amplísimo, fiel a la televisión,
viva un mundo conceptual y cultural completamente distinto a
quienes utilicen toda la paleta comunicativa. Esto, y que el
sistema televisivo invierte más en programas de horario
de máxima audiencia, es también uno de los
factores que explica que la televisión generalista vaya
a seguir siendo dominante en la próxima década,
aunque vaya descendiendo.
-¿Y en Internet? Hasta un recambio
generacional en las sociedades occidentales habrá un sector
mayoritario que ni tomará contacto con Internet. En consecuencia
se están creando dos grupos sociales que se solapan, en
parte, con los niveles de renta: el rico en información,
que puede pagárselo -especialmente las protagonistas clases
medias- y con capacidad de percibir los cambios, y por otra parte,
aquel que se queda anclado en el sistema comunicativo y de valores
anterior. Pueden crearse dos mundos culturales con hegemonía
de uno sobre el otro, y con problemas de comunicación
interna.
Hasta ahora existía una
"información contenedor", para todos, mucha
de ella inutilizada, a través de un sistema abierto, básico
y casi suficiente, público o privado, vía radiofónica,
televisiva y la prensa. Todos recibíamos casi lo mismo
y cada cual elegía temáticas de su interés
y los decodificaba en función de su formación.
Con los nuevos sistemas, la producción y la comunicación
se vuelven personalizadas y para grupos determinados, conformándose
subgrupos sociales diferenciados por temáticas de interés,
con el riesgo de que se diluyan esos focos comunes que hacen
a una comunidad, a un país, a una nación y una
opinión pública, que piensa no igual, pero sí
sobre las mismas cosas.
-¿Todo será
de pago? No, mientras existan
los servicios públicos y el mercado publicitario o los
patrocinios. Pero el acceso a la novedad, a la exclusiva, a la
rara o a la buena información dependerá de la disponibilidad
económica. No olvidemos que lo que viene por satélite
digital o cable es de pago, un servicio privado del que no se
podrán ausentar del todo los entes televisivos públicos,
aunque sea como suministradores de programas de calidad y de
servicios público. Es decir, que tendremos mucha más
oferta, más posibilidades de acceso, pero con tal que
tengamos capacidad económica para comprarlo y claves culturales
para percibirlo.
En lo que atañe a Internet,
la información exclusiva por red, y más estratégica,
será también para quienes la puedan pagar, de tal
manera que se crearía también una segmentación
social por la capacidad de pago -entre empresas, instituciones,
universidades, personas- en el campo de la comunicación.
A escala mundial, unos países serán aún
más ricos en información y otros al revés.
Los flujos no son desde donde hay adonde no hay, sino de donde
hay hasta donde también hay para que haya más.
Como ocurre con la riqueza, se retroalimenta,
vive del que no tiene y, en algún momento, incluso lo
excluye.
-O sea que no caminamos
hacia una sociedad de igualdad comunicativa, sino al contrario.
Caminamos hacia la opulencia comunicativa pero también
hacia una desigualdad comunicativa creciente. Habrá sectores
que tengan el control de las tecnologías, del conocimiento
y el saber, y otros dependerán de lo que puedan comprar
en el mercado. Esto nos plantea un mundo peligroso. Determinadas
claves de acceso a la comunicación están siendo
controladas a escala mundial por grupos como AOL-Time Warner,
Microsoft, TCI, Vodafone... y otras diez, que operan ya de modo
intersectorial en todo lo que tenga que ver con comunicación
y tecnologías de la información: telecomunicaciones,
informática, redes de televisión y cable, gestión
de satélites, Internet, stocks de cine y programas
musicales... Estos son grupos que sí han trasladado la
convergencia tecnológica a la convergencia interna empresarial
y, como consecuencia, nos encontraremos con que pocos grupos
y además con perfil anglosajón y sobre todo americano,
van a tener bases de datos, información, programas...
y los vamos a tener que comprar.
-Esto que nos cuenta supone
un gran reto para una comunidad pequeña como la nuestra. Así es, nos
plantea un reto muy complicado y formidable. Pero paralelamente
al fenómeno de la globalización y, aunque en menor
medida se dan también, la localización y la descentralización.
Esa es nuestra ventaja. El conocimiento de lo cercano y el acceso
a lo global. Nos tenemos
que preparar
para contar con las herramientas tecnológicas. En otro
caso seremos meros compradores. Necesitamos un sistema comunicativo
propio, con suficiente potencia para que accedamos a la red en
busca de lo que nos interese y podamos ofertar hacia dentro -y
en una pequeña parte hacia fuera- buscando ser parcialmente
autosuficientes en aspectos sensibles que tenemos que ir definiendo.
Por ejemplo, la información, la opinión pública
propia, capacidad de hacer alguna ficción, producciones
en todos los géneros, bases de datos con nuestra memoria
histórica, esfuerzo por crear una interpretación
propia sobre casi todo y, especialmente sobre lo que más
nos atañe, de tal modo que sea plausible y comprensible
por nosotros mismos y para otros
... Es decir, que no sólo
seamos receptores de comunicación. Esto requiere una apuesta
tecnológica, pero también de contenidos. Como comunidad
tenemos que generar suficiente información, ideas e imágenes,
como para que otros no nos escriban nuestra vida e historia.
Debemos apostar por crear redes internas de pequeñas empresas
de telecomunicación, tecnología, audiovisual y
así generar un tejido espeso desde el punto de vista comunicativo.
-¿EITB qué
camino debería seguir? EITB está
redefiniendo su proyecto estratégico. Puede hacer dos
cosas: hacer sólo un reajuste interno de mejora en organización,
tecnología e inversión, o bien repensar su función
del contexto de competencia, y de la redefinición del
concepto de servicio público. EITB tiene que pensar el
futuro en forma adaptada al nuevo contexto y reafirmando su papel
en la profundización de la particularidad vasca en lo
cultural, político y decisional. Es desde ahí desde
hay que pensar los reajustes internos y no al revés. Existe
el riesgo de que EITB haga sólo reajustes técnicos
y de gestión y no una reflexión contextual suficiente.
Claro que tiene un límite mientras no cambie la Ley de
Creación del Ente. Hoy podría abordar cambios no
incompatibles con la ley sino que la aplican y la desarrollan,
y puede sugerirle al legislador los temas que quedarían
pendientes de una revisión en el Parlamento.
El sistema de comunicaciones
actual, no es como cuando se creó EITB. Hoy en día
existen tantos competidores, que hay que saber encontrar el lugar.
Como criterio fundamental no se puede luchar por las audiencias,
hay que luchar por la legitimidad, la identidad, la particularidad,
la calidad del sistema televisivo vasco. Asimismo EITB no se
debería conformar con ser un operador televisivo. Tiene
que entrar en el mundo de Internet, como portal, y debería
ser suministrador para algunas redes de cable y satélite.
Debe ser el animador del sistema de comunicaciones vasco, ya
que es el que está mejor implantado y situado.
-Con el sistema digital
ETB tendrá varios canales más. ¿A qué
se podrían destinar? Desde el punto de
vista de oferta de canales, actualmente ETB, tiene dos programas
centrales (ETB1 y ETB2), dos por satélite sustancialmente
a base de repeticiones empaquetadas (ETB Sat para los operadores
privados de satélite digital y ETB América para
la diáspora, aunque todavía no llega a la
Costa Oeste de EEUU, cosa que parece que puede ocurrir pronto)
y dos para Euskaltel (Superbat y un mini Canal Promo, de promoción
de ETB).
Como se ve, como canales propios
y autónomos respecto a terceros hay solo dos. Al digitalizar
para el 2008, y mediante compresión de imágenes
podrán pasar por cada canal 1x 4 programas - algunos indican
que 1x5- lo que permite pensar en unos 8 a 10 programas para
esas fechas y para destinos internos y externos. Qué hacer
con esas posibilidades es un reto cultural, si tenemos en cuenta
que como usuarios accederemos a centenares de fuentes de información
y de imágenes.
Junto
a los cinco que hay (1, 2, Sat, América y Superbat) soy
de la opinión, y lo digo para iniciar un debate, de que
tendría que haber un canal de "todo noticias"
(un all news) y de formación de opinión
pública, bilingüe. Asimismo, pienso que podría
tener una programación de tipo cultural, en euskera, utilizando
programas de stock histórico y nuevos de actualidad. El
canal América creo que habría que reconvertirlo
en canal Europa/América mediante selección de lo
mejor, cumpliendo la doble función de mostrar al exterior
lo que somos y estableciendo lazos con la comunidad vasca de
la diáspora. Cabría también otro canal para
desenganches territoriales y locales de entidades mixtas locales
o comarcales, público/privadas, en un ámbito en
el que la competencia con el Grupo Correo va a ser dura. También
sería posible un canal específicamente deportivo.
Hacer todo esto no es muy caro. Lo caro son ETB 1 y ETB 2. Buena
parte sería utilizar los mismos recursos para más
cosas, empaquetándola de otra manera, y producir nuevos
programas de formato barato y llamando a compartir inversiones
con entes privados, públicos y fundacionales en determinados
canales y programas.
-¿Y el papel de
Euskaltel? Por ahora, en Euskaltel
todo son incógnitas. Es un operador privado de cable -y
con el tiempo también en digital terrestre y/o satélite-
con algunas responsabilidades públicas y en el que hay
una cantidad de capital semipúblico significativo. Euskaltel
todavía no tiene definido un proyecto comunicativo para
la televisión, un diseño tanto de funciones socioculturales
como de funciones de entretenimiento propio de una privada. Lógicamente
necesitará rentabilizar su inversión y concretar
una programación que combine las características
de una televisión de pago atractiva, con una televisión
que es vasca y con algunas funciones, pocas, de servicio público
(programas locales, en euskera) que deberían estar definidas
por ley. De hecho necesitará programas. Por ahora es una
operadora convencional, en expansión según avance
el cableado y la calidad motivadora de la programación.
Hoy no produce nada ni está implicada en promover la producción
audiovisual. Hasta el momento le ha comprado bastante programación
a Sogecable. Sin embargo, de confirmarse su toma de participación
(10%) en TeleBizkaia y su eventual interés en entrar en
TeleDonosti (vinculada minoritariamente a Diario Vasco) y en
Canal Gasteiz, significará que no es un mero operador
sino que tiene vocación de programador local tanto en
cable como en enter y que, en cualquier caso, no le quiere dejar
libre el ámbito local al Grupo Correo (Tele 5, TeleDonosti,
Zarautz Cable, Bilbovisión).
Fotografías:
Maria Agirre
Euskonews & Media 65.zbk (2000
/ 2 / 4-11)
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