Dirige el Departamento de Etnografía
del Instituto Labayru, y coordina el Atlas Etnográfico
de Vasconia. Labayru es la sede social de los Grupos Etniker
Euskalerria y en su Euskal Biblioteka ubicada en Derio (Bizkaia)
se recoge la información que obtienen los cerca de 80
investigadores pertenecientes a estos grupos que están
realizando encuestas de campo con destino al Atlas. En este centro
se contrastan y se clasifican los datos; se completan éstos
con datos bibliográficos y se procede a la redacción
del Atlas Etnográfico de Vasconia diseñado por
D. José Miguel de Barandiarán. Un trabajo extenso
según Gurutzi Arregi, que finalizará cuando se
publiquen los 20 ó 22 tomos. Dice bromeando, que si llegan
a publicar toda la serie de tomos les tendrán que hacer
un monumento. No es para menos.
-¿Se considera antropóloga
o etnógrafa?
Siempre digo que más que antropóloga soy etnógrafa;
porque me dedico a registrar de la manera más minuciosa
y fiel posible los hechos de nuestra cultura tradicional; cómo
ha vivido nuestro grupo humano y también la evolución
que se está operando en este grupo cultural. La antropología
por su parte tiene más pretensión; el estudio del
hombre y de las conductas humanas desde puntos de vista culturales
y sociales, incluidos tambien los aspectos más interiores
como pueden ser los psicológicos, etc.
A mí siempre me ha interesado el estudio de nuestra cultura:
las costumbres de nuestro pueblo, los modos de vida, las comunidades
humanas y las instituciones que han existido en torno a ellas;
los ritos y el estudio de la religión popular, etc. Es
un trabajo para mí apasionante.
-¿Quién le
animó a investigar acerca de la etnografía vasca?
Ander Manterola, que actualmente dirige el Instituto Labayru
y es director del Atlas Etnográfico de Vasconia. Él
fue el que a varios estudiantes nos puso en contacto con D. José
Miguel de Barandiarán, y así formamos el grupo
Etniker-Bizkaia en 1973. Asimismo, durante mis estudios en la
universidad hice una investigación sobre "La función
de las cofradías vecinales de Zeanuri" y también
un estudio sobre la ermita de San Lorenzo que pertenecía
a una de estas cofradías. Algún tiempo después,
la Caja de Ahorros Vizcaina me otorgó una beca y me dediqué
al estudio de las ermitas de la Merindad de Durango. Los que
dirigían el Instituto Labayru pensaron que sería
interesante ampliar aquella investigación a toda Bizkaia;
así comencé mi largo recorrido por todas las ermitas
de Bizkaia. Recorrí pueblo por pueblo, barrio por barrio,
acompañada de un hermano mío que me hacía
los planos, de un fotógrafo y de un geógrafo que
tomaba la orientación, la altura y las coordenadas geográficas.
Durante estos años hablé con más de dos
mil personas de los entornos de las ermitas; recogí también
la bibliografía que se había escrito sobre estos
lugares de culto, e hice investigación documental a través
de los libros de cuentas de las ermitas y los libros de fábrica
de las parroquias para ver si podía de alguna manera recuperar
noticias de aquellas que habían desaparecido. Fruto de
este trabajo fue la obra Ermitas de Bizkaia en tres tomos que
me publicaron el año 1987 el Instituto Labayru y la Diputación
Foral de Bizkaia. Estudié y catalogué un total
de 814 ermitas. Recientemente, en el año 1998, Labayru
y la BBK han publicado mi tesis doctoral "Origen y significación
de las ermitas de Bizkaia" que es una profundización
de aquel primer trabajo.
Para mí ha sido un trabajo muy gratificante, porque he
entablado contacto con mucha gente, con gente que ha vivido su
vida junto a las ermitas; todos me atendieron muy bien. Recogí
muchísimos datos y tengo mucha documentación sin
publicar. Cuando me jubile me gustaría hacer estudios
de las ermitas por comarcas.
-¿Cuándo
comenzó la elaboración del Atlas Etnográfico
de Vasconia de los Grupos Etniker?
Este trabajo en el
que estamos inmersos comenzó hace treinta años.
El inicio de los Grupos Etniker que están funcionando
en todo el territorio de Euskal Herria comenzó en los
años setenta en la Universidad de Navarra. El núcleo
de los investigadores nos hemos ido formando primero con D. José
Miguel de Barandiarán y después con Ander Manterola.
En principio comenzamos recogiendo datos para redactar monografías
locales, cada uno la de su propio pueblo. Posteriormente, en
1987, decidimos orientar la investigación conjuntamente
todos los grupos regionales, e hicimos una planificación
temática para un plazo de cinco años; esta planificación
incluía tanto investigación como edición.
Entonces comenzamos la elaboración del Atlas tomo a tomo.
En diez años hemos publicado cuatro tomos y el quinto
está en la imprenta. El primero dedicado a "La alimentación
doméstica" apareció en 1991; el de "Juegos
infantiles" en 1993; en 1995 apareció el dedicado
a los Ritos funerarios y en 1998 el que trata sobre los Ritos
del Nacimiento al matrimonio. Esperamos que el quinto tomo que
está dedicado al modo de vida pastoril y ganadero, salga
en mayo o junio de este año; de hecho algunos capítulos
están ya impresos; tendrá unas 800 páginas
como los tomos anteriores. La verdad es que es un trabajo inmenso
y dificultoso por las vueltas y vueltas que hay que dar a los
datos, a la verificación de los mismos y sobre todo a
su plasmación en un texto comprensible al lector.
-El tiempo corre en vuestra
contra. Lo digo porque ya será difícil encontrar
gente que tenga conocimiento de costumbres antiguas.
En algunos temas sí estamos llegando tarde. Por ejemplo,
el tema de la medicina popular ha sido costoso. Muchos testigos,
que eran excepcionales han fallecido. Era gente que hace 15 años,
cuando yo comencé a hacer la encuesta, tenían 80
años y reflejaban o recordaban la cultura de principios
de siglo. Al morir esa gente, se lleva consigo todo su saber.
Nosotros tratamos de registrar una cultura que se nos está
yendo de las manos, y por ello es muy urgente el registro sistemático
de este patrimonio etnográfico. Personas de 40/50 años
no saben muchas cosas que saben sus hermanos mayores de 60 años,
y éstos tampoco han vivido muchas cosas que vivieron sus
padres o abuelos. Por esto estamos dando máxima importancia
a la investigación de campo. Los grupos Etniker hacemos
una campaña de investigación anual. Aparte de los
temas elaborados y editados tenemos ya realizadas las investigaciones
de campo sobre Medicina popular, Indumentaria, La casa, Mobiliario
y enseres domésticos. La Campaña de este año
2000, la estamos dedicando a estudiar La familia y el año
que viene unos harán la encuesta sobre Agricultura y otros
sobre Pesca y navegación.
-¿Qué impresión
le causó a Don José Miguel el primer tomo?
En noviembre de 1991, cuando a D. José Miguel le faltaban
pocos días para cumplir 101 años, tuvimos la gran
alegría de entregarle impreso el primer tomo del atlas.
Fue para él una de las grandes alegrías que tuvo
en sus últimos tiempos. Nos dijo muy emocionado que moriría
contentísimo, porque veía que los trabajos que
inició hacía tiempo se estaban realizando y además
muy bien. Fue para él un momento de gran satisfacción,
muy superior a la que le proporcionaron los numerosos homenajes
que se le venían tributando.
-Gurutzi Arregi pertenece
a la escuela de Barandiarán. ¿Qué características
tiene esta escuela?
Todos los miembros de Etniker pertenecemos a la escuela de Barandiarán.
Para nuestras investigaciones seguimos la metodología
por él formulada. Para nuestros registros de datos nos
valemos de la guía para una encuesta etnográfica
elaborada por Don José Miguel; comprende 850 cuestiones
o preguntas agrupadas en ocho grandes capítulos. Con el
fin de salvar el peligro del etnocentrismo, nos sometemos también
a una formación etnográfica general.
Nuestras técnicas de investigación son la observación
y la información. Asimismo, una de las características
de nuestra metodología consiste en que la investigación
en cada localidad sea realizada por un encuestador nacido en
ella o vinculado a la misma. Esta condición posibilita
una relación más natural con los informantes locales,
también es más fácil el acceso a su mundo
interior. Yo soy natural de Durango y realizo la investigación
en mi pueblo. Un factor importante es que he sido culturizada
en ese grupo humano, y así, cuando me planteo un tema
de la encuesta, puedo recurrir primero a mis vivencias o recuerdos
de una cultura que he vivido: por tanto la primera informante
soy yo misma. Conozco también quiénes pueden informarme
en los diferentes temas que trato de estudiar.
La interlocución con testigos vivos permite un ahondamiento
en el tema. Podemos hacer preguntas sobre lo que vemos y a los
que viven. Podemos hacer todas las preguntas que queramos. Pero,
como nos insistía D. José Miguel de Barandiarán,
esto no se puede hacer con los hechos de la antigüedad.
De los hechos prehistóricos queda la morfología,
pero de ahí no pasamos.
Nuestras investigaciones de campo, tal como nos recalcaba, han
de ser sistemáticas. Sistemático se contrapone
a lo elemental. La investigación elemental sería
estudiar un elemento aislado de la cultura: la ermita como edificio,
un útil de pesca, la fabricación del pan. Lo sistemático
es estudiar ese elemento dentro del sistema cultural; por ejemplo
si estudiamos un útil de labranza como puede ser el arado,
habría que estudiarlo dentro del modo de vida agrícola,
dentro de la roturación previa a la siembra y además
en su evolución a lo largo del tiempo, desde el arado
romano al arado de vuelta arrastrado por el tractor.
-Ha entrevistado a mucha
gente. Me puede mencionar alguna costumbre que le hayan contado
y le ha impresionado o llamado la atención.
Ésta es una pregunta típica de periodistas. Me
preguntan lo mismo cuando me hacen entrevistas sobre las ermitas.
Todos los hechos que recogemos son hechos actuales o han estado
vigentes hasta hace pocos años, por tanto no son raros
para nosotros; estos hechos pertenecen a una cultura que la estamos
viviendo todavía. Si hiciera la encuesta a los indios
o a los papúes, quizá me llamarían la atención
algunos hechos, pero aquí no. Piensas a veces, "mira
qué interesante este dato o este otro", pero, lo
que se dice, llamar la atención
Pudiera ser que si haces esta pregunta a una persona de Etniker
más joven te diga que le han impresionado algunas cosas;
pero yo tengo 63 años y muchas cosas las he vivido. Fíjate
por ejemplo en el tema de los juegos infantiles; en mi niñez
había jugado a todos los juegos que luego, como etnógrafa,
recogí en Durango. Además la etnografía
no pretende el registro de cosas extraordinarias, exóticas
y olvidadas; va al registro de los hechos que configuran la vida
cotidiana; es ese mundo del "día a día"
el que nosotros tratamos de recoger; el que nosotros estudiamos
es un mundo próximo.
-¿Pero sentirá
algo especial al entrevistar a gente que le da datos interesantes?
Sientes satisfacción, pero más bien al final del
trabajo cuando ya elaboras el documento. También es gratificante
que un buen informante formule bien los datos que le pides o
que recuerde cosas que tú no sabes. Pero la verdad es
que el trabajo etnográfico es más bien arduo; muchas
veces hay que verificar los datos obtenidos porque te ha fallado
la memoria, o no los has tomado en su integridad y hay que volver
al lugar y a la persona que te los comunicó.
-¿El
campo de la antropología y etnografía ha avanzado
mucho en el País Vasco?
Ciertamente y la prueba es que en el País Vasco se publican
varias revistas dedicadas exclusivamente a temas etnográficos.
Hoy tenemos el Anuario de Eusko Folklore creado por D. José
Miguel de Barandiarán en 1921, también Cuadernos
de Etnología y Etnografía de Navarra; los alaveses
publican Ohitura, los vizcainos Etniker-Bizkaia y Kobie, sin
olvidar Cuadernos de Sección de Antropología-Etnografía
de Eusko Ikaskuntza. La revista Munibe de la Sociedad de Ciencias
Aranzadi también dedica un número anual a la antropología.
Además se hacen interesantes aportaciones desde los Museos
Etnográficos a través de exposiciones, catálogos,
memorias, etc. La Universidad del País Vasco y la de Navarra
así como la de Deusto imparten cursos de materias vinculadas
a la etnografía y a la antropología.
-¿La investigación
que realizan se fundamenta exclusivamente en el pasado?
Se fundamenta en el presente, porque los que nos aportan los
datos viven. Pero tenemos también que hacer constar la
evolución, los cambios que se están operando. En
esto insistía D. José Miguel de Barandiarán.
Por ejemplo, los jóvenes de ahora hacen gaupasa todos
los fines de semana; este hecho que persiste desde hace algunos
años lo hemos comenzado a registrar de modo sistemático:
en qué consiste, dónde tiene lugar, quiénes
participan, etc. Este hecho es nuevo; de jóvenes, en Durango
hacíamos un par de verbenas al año y era entonces
cuando íbamos a las 2 de la madrugada a casa.
En el tema de la indumentaria, estudiamos también los
cambios actuales; fíjate, un sobrino mío se ha
teñido el pelo de amarillo; antes únicamente llevábamos
pendientes las chicas y ahora ya ves que también los llevan
los chicos. En éste y en otros muchos aspectos la sociedad
evoluciona y nosotros tenemos que ir recogiendo esos hechos que
pertenecen ya a nuestra cultura.
Una vez que editemos los 20 tomos del Atlas Etnográfico
habrá que volver a empezar; pero tendrán que ser
otros los que lo hagan. De todos modos ya hemos comenzado a acumular
nuevos datos para añadir a los temas hasta ahora publicados. Fotografías:
Maria Agirre
Euskonews & Media 74.zbk (2000
/ 4 / 7-14) |