A
pesar de ser un
tema que afecta a toda la sociedad, la ordenación del
territorio sigue siendo algo desconocido. En los últimos
años se ha mejorado en este aspecto pero, en opinión
de Marisol Esteban ahora el reto es que esos planes se cumplan.
-¿La ordenación
del territorio es un tema que preocupa a la sociedad civil?
Los temas de los que se ocupa la ordenación del territorio
son temas que preocupan, y mucho, a todos los ciudadanos, porque
tratan de cuestiones de cómo mejorar la calidad de vida
del entorno en el que estamos, crear zonas de recreo, dotar de
viviendas suficientes, preservar el medio ambiente o cómo
crear infraestructuras de comunicación o tecnológicas
etc. para potenciar la mejora económica. Creo que son
temas que afectan a la vida cotidiana de todos los, ciudadanos
aunque quizá, la ordenación del territorio como
tal, es algo desconocido.
-¿En este ámbito
se lleva una política adecuada tanto en la Comunidad Autónoma
Vasca como en Navarra e Iparralde? ¿Cuáles son
sus principales problemas?
Las tradiciones de Iparralde y de las Comunidades Autónomas
del País Vasco y Navarra son diferentes. Mientras que
en el Estado francés siempre ha habido una tradición
mayor de realizar una política territorial, en el caso
español hay una tradición más corta. Aunque
creo que en los últimos 15 años se están
poniendo en marcha políticas y estrategias claras en este
camino. Pero quizás en el ámbito de la parte sur
estamos con menos recorrido que en el norte, con menos tradición
y con menos experiencia. De todos modos, pienso que en la parte
nuestra se están haciendo cosas en el sentido de lo que
se debe hacer. Las dos comunidades, tanto la del País
Vasco como la de Navarra, fueron
pioneras en el Estado español en poner en marcha una legislación
que permitiera posteriormente llevar a cabo políticas
y estrategias en lo que se refiere al ordenamiento del territorio.
Se han empezado a plantear los planes (como por ejemplo las directrices
del territorio), se ha realizado una estrategia por la cual se
están desarrollando previsiones para todo el ámbito
geográfico de la Comunidad Autónoma, y también
se van elaborando planes para territorios más concretos,
comarcas o también para problemáticas sectoriales.
En este sentido se está llevando una política que
concuerda con las estrategias que son parte de los países
europeos. Los problemas que hay en cuanto a las políticas
que se están diseñando, son el riesgo que corremos
son, que éstos después no se ejecuten, o que no
condicionen la construcción del territorio.
El objetivo de los planes para la ordenación del territorio
es establecer un marco de actuación para otras políticas
sectoriales como la administración del Gobierno Vasco
o también para otras administraciones como son los municipios
con unas políticas más territoriales. El objetivo
es encuadrar estas comitivas y la gran incógnita todavía
es si realmente estos planes de ordenación territorial
van a ser capaces de condicionar estas políticas sectoriales
o las políticas de otras administraciones inferiores.
Hasta ahora la influencia no ha sido excesivamente grande.
Las políticas sectoriales por ejemplo tienen mucho más
peso en la construcción del territorio de lo que puede
ser una política de evaluación del territorio.
En nuestro caso el proceso está siendo al revés.
Hay un problema de definición de lo que es un plan de
ordenación del territorio y después de cómo
garantizar la eficacia de los mismos.
-Siendo territorios tan
dispares, algunos municipios acusan exceso de ocupación
urbanística ¿qué medidas se toman o se deberían
tomar para solucionar ese problema?
Eso es una herencia que tenemos
de las épocas pasadas, fundamentalmente de los 60 y de
los 70, y que tiene muy difícil solución. Sobre
todo en el entorno de Bilbao o Gipuzkoa hay municipios mucho
más poblados que el entorno de Pamplona, Vitoria o que
la parte de Iparralde. Los problemas de densificación
fundamentalmente se localizan alrededor de Bilbao y Donostia
y eso tiene muy difícil solución. Lo que está
construido está ahí y por lo tanto, es algo con
lo que habrá que trabajar y a lo que habrá que
dar solución. El objetivo es qué tipo de estrategia
se puede desarrollar para mejorar las condiciones de vida en
esos entornos.
Lo que se puede hacer es quizás
lo que en gran medida se está haciendo, que es dentro
de los propios entornos intentar en la medida de lo posible,
encontrar algunos solares vacantes, realizar algún tipo
de equipamiento o algún tipo de servicio que pueda faltar,
y sobre todo, utilizar los espacios colindantes para precisamente
dotarlos de los equipamientos, servicios y zonas de ocio que
les puedan faltar. Los problemas de densificación de ciertos
municipios es algo con lo que hay que convivir, está construido
y disminuir la densidad significaría demoler. Es una opción
en la que nadie está pensando y ni parece razonable ni
deseable.
-En cuanto al espacio rural,
¿recibe el soporte necesario?
En nuestro entorno las zonas rurales y las zonas urbanas forman
un todo, aunque evidentemente tienen sus especificaciones. Es
decir, en el fondo responden a una misma lógica territorial.
En estos momentos no es posible plantear el desarrollo del mundo
rural sin pensar en cual es su vinculación y su relación
con el entorno urbano. Porque principalmente las amenazas que
está recibiendo el entorno rural provienen precisamente
de ese mundo urbano que se extiende hacia todo el territorio
colindante. Pero también la supervivencia del entorno
rural depende en gran medida de su vinculación con el
entorno urbano.
Hay que encontrar nuevos esquemas de
desarrollo económico para esas zonas para que pueda perdurar
ese entorno rural y por lo tanto, a los habitantes que viven
en ese mundo rural tienes que ofrecerles unas posibilidades de
actividad económica. Y esas actividades económicas
van a estar muy vinculadas con las zonas urbanas, bien porque
suministren alimentos autóctonos o bien porque sirvan
como zona de esparcimiento y de ocio pero de una manera controlada
como puede ser el turismo rural.
Yo creo que se está apoyando el entorno rural sobre todo
como medida de protección al mismo. El tipo de estrategia
que se está empleando va por buen sentido, preservar ese
entorno rural para que siga existiendo, pero permitiendo que
se produzca un desarrollo, porque si no es condenarlo a ofuscarse.
Son las estrategias del desarrollo rural sostenible. Es decir,
la preservación del entorno medioambiental pero garantizando
que se pueda desarrollar una actividad económica, y grandes
retos como compaginar ambas circunstancias.
-Algunos planteamientos
infraestrucuturales realizados en los últimos años
en el País han causado reacción entre los colectivos
ecologistas. ¿Se entiende siempre en su punto correcto
las relaciones entre administración y movimientos ecologistas?
No sólo en nuestro entorno, yo diría que en todos
los países las relaciones entre la actividad de la administración
y los grupos ecologistas, suele ser si no de conflictividad,
de desencuentro en muchas ocasiones. Porque posiblemente los
objetivos que enmarcan la actividad de uno y otro no siempre
coinciden. Los movimientos ecologistas suelen poner en primer
y casi exclusivo lugar objetivos medioambientales, mientras que
las administraciones
en general suelen introducir también otro tipo de objetivos.
Cuando hay objetivos diferentes se entra en colisión y
hay que llegar a un equilibrio, y por lo tanto, no siempre las
prioridades coinciden. Los desacuerdos son la tónica normal.
Habrá que hacer esfuerzos de entendimiento por ambas partes.
El movimiento ecologista, no sólo en nuestro entorno sino
en el entorno desarrollado, ha servido para concienciar sobre
los problemas y para modificar en gran medida también
la política de las propias administraciones. La actividad
que mantiene el movimiento ecologista, obliga a la administración
a reflexionar sobre cuestiones como la obligación de hacer
estudios sobre impacto medioambiental, que de otra manera no
se hubieran producido. Esto no quiere decir que en algunos momentos
puedan aparecer ciertos excesos en las reivindicaciones que se
planteen por parte de estos movimientos. Yo tengo claro que la
preservación del medio ambiente es un tema fundamental
y básico, pero es evidente que también la gente
tiene que seguir viviendo. Nuevamente como en el tema rural hay
que ser capaces de intentar hacer convivir las dos posturas.
-¿Cómo ve
la situación de Euskal Herria en comparación con
el resto de países europeos?
La casuística en cuanto a problemáticas territoriales
es enorme en Europa y muy diferente. No se puede hablar de una
casuística de la Comunidad Autónoma del País
Vasco, de los países Europeos o de Iparralde. De hecho,
la situación en Iparralde es muy diferente de la que podemos
tener en el entorno del Bilbao metropolitano, porque son zonas
que territorialmente tienen unas características muy diferentes.
Esta casuística la encontramos también
en toda Europa. Yo creo que los problemas territoriales que encontramos
en muchas zonas del País Vasco son problemas que se encuentran
en muchas otras zonas europeas, y el tipo de estrategia que se
está intentando poner en marcha tampoco se diferencia
gran cosa de las que encontramos en otros países europeos.
En algunos casos se acertará más, en otros menos,
pero tanto por el tipo de problemática como por el tipo
de estrategias que se están empleando, tampoco se aprecian
grandes contrastes con territorios similares que están
en Europa.
-¿Qué opina
de la protección que ofrece el ordenamiento jurídico
ante las infracciones que se puedan cometer en materia de la
ordenación del territorio? ¿Se adoptan las mediadas
adecuadas?
Sobre todo cuando hablamos de temas de infracción en materia
de ordenación del territorio, inmediatamente nos vienen
a la cabeza las infracciones sobre el medio ambiente, porque
son quizás los desastres que más se suelen escuchar
en los medios de comunicación. ¿Las infracciones
que se cometen tienen una sanción adecuada? Si se ha producido
un desastre del tipo de que en un río por determinados
vertidos se muere la fauna y la flora por 10 o 15 años,
alguien puede plantear que no hay sanción que
pueda castigar esa situación. Lo que hay que hacer es
una labor, yo entiendo, de plenación y de aplicación
de la normativa de prevención. Ahí quizás
habría que hacer esfuerzos para que la normativa que existe
se aplique para poder evitar ese tipo de desastres. Porque suceden
en demasiadas ocasiones y te queda la sensación de que
si se hubieran tomado las medidas de prevención adecuadas
que están marcadas en la legislación, los desastres
no se habrían producido. Es un problema de la normativa
que existe, pero es sobre todo un problema de exigir el cumplimiento
de la misma. En ese aspecto la administración tiene mucho
que hacer.
-¿Llegaremos algún
día a poder trabajar con planteamientos infraestructurales
similaren en los diversos territorios de Euskal Herria? ¿Se
hace lo suficiente por las distintas administraciones en elaborar
un mapa único?
Cada vez más, vamos hacia una coordinación de las
políticas tanto en materia de ordenación del territorio
como en otros ámbitos. Además yo creo que ésto
va a seguir en aumento, pero no solamente ya con Iparralde o
con Navarra. Por ejemplo, en el caso de la Comunidad Autónoma
del País Vasco con una Comunidad que está hacia
el oeste como puede ser Cantábria. Eso es porque los problemas
de los que trata la ordenación del territorio no conocen
fronteras, y necesariamente los problemas hay que solucionarlos
en el marco en el que se desarrollan. Por lo tanto, yo creo que
sí vamos a ir hacia una mayor coordinación, y debemos
ir además hacia una mayor coordinación de las políticas
por parte de los gobiernos de esos territorios.
¿Si vamos a ir hacia un mapa único? Si se plantea
como un mapa cerrado, que termina en sí mismo y que de
alguna forma dentro de ese mapa es posible plantear una política
con un gran nivel de autonomía, yo creo que lo que estamos
presenciando en estos momentos es la ruptura de las fronteras
y de los límites administrativos, y más en este
campo.
La ordenación del territorio
es también una política en la que empieza a haber
iniciativas fuertes en el marco europeo. Hasta ahora la ordenación
del territorio en gran medida no había sido tratada por
la Unión Europea. Así como podemos hablar de una
política de energía o de empleo, no había
una política de ordenación del territorio a nivel
europeo. Cada vez se van dando pasos para configurar esta política
porque muchas de las decisiones que se están tomando son
decisiones que se deben de tomar en el ámbito europeo,
y que luego van a condicionar a territorios más pequeños
como puede ser el nuestro. Por lo tanto, sí que vamos
hacia una coordinación de las políticas. Pero en
cuanto a si vamos a definir un territorio en el cual podamos
definir políticas autóctonas de ordenación
del territorio, en algunos casos sí pero en la mayor parte
de las cuestiones yo creo que habrá que saltar ese ámbito
territorial e irnos a una escala superior. Porque cuando por
ejemplo, se plantean las infraestructuras ferroviarias, estamos
dando el salto y estamos superando incluso otros estados. Fotografías:
Estibalitz Ezkerra
Euskonews & Media 85.zbk (2000
/ 6-30 / 7-7) |