Estoy en pleno rodaje de una película.
Y pienso que este hecho me ayudará a explicar con más
detalle mi trabajo, el trabajo del director de fotografía,
una profesión que en ocasiones no se situa en su auténtico
contexto. La película, en la que estoy, es de las más
complicadas. Para mí, todas las películas en las
que he participado, han tenido un punto de dificultad, han resultado
atractivas o interesantes técnicamente. Pero, (y que bien)
ésta supera con creces a cualquiera de las anteriores.
Es más ambiciosa de imagen, es de género misterioso
y la cantidad de efectos fotográficos que se dan en ella
la convierten en la más técnica y creativa que
ha pasado por mis manos.
Por
ejemplo, hoy mismo, la secuencia me pedía un ambiente
de interior de día, aunque iluminado por la luz de un
quinqué. Esto quiere decir que las cortinas estaban echadas,
la luz se vislumbraba a través de los tejidos y las hendiduras,
y los personajes quedaban retratados por una luz cálida
que aparentemente nace de un quinqué situado en el decorado.
Ayer, el efecto luminoso consistía en una penumbra de
luz de luna en interior noche con ventanas abiertas. Es decir,
la luz de la escena, aparentemente verosímil, tenía
que llegar como si fuera la luna la fuente de luz principal.
Por ello, el tono se acercaba al frío y las sombras eran
algo dulces. La piel de los rostros de los protagonistas, blanca
aunque no muy brillante. Y el otro día la escena se desarrollaba
en un interior día convencionalk., Las ventanas estaban
en el encuadre, el exterior de esas ventanas simulaba un día
de niebla, en el que los árboles y vegetación quedaban
inmersos en un halo blanco algo indefinido. Debo aclarar que
este exterior, que se ve a través de las ventanas, consiste
en una tela inmensa en la que se dibujan los elementos naturales
que nos vamos a encontrar en el decorado real de esta película,
cuando vayamos a rodar los exteriores...Por todo esto que cuento,
queda claro que mi trabajo es la luz, la iluminación,
la creación de los ambientes y de la atmosfera fotográfica.
Y esta es la verdad, aunque tambien haya otros asuntos en la
mochila de un director de fotografía. Por ejemplo, la
cámara. Esa maravillosa máquina, que nos asocia
directamente con la imagen, antes que el fotómetro o la
lupa de contraste. Hay ocasiones en las que el director de fotografía
también lleva la cámara, aunque no es su cometido
fundamental. En esta película, sin ir más lejos,
la cámara la lleva otra persona, que se encarga del encuadre
y que en conexión directa con el realizador, programa
los movimientos, los ejes, las miradas de los protagonistas,
etc. La cámara es uno de los principales colaboradores
del director de fotografía por lo que interesa llevarse
bien con ella. Vivir con intensidad sus movimientos. Sentirla
como algo propio...
Antes, cuando hablaba de la atmósfera
de una película, he estado a punto de olvidarme de algo
fundamental: la luz de los actores. Pienso que en la mayoría
de los proyectos cinematográficos los actores,
los protagonistas, tienen que ser atractivos para el público
y tienen que tener buena luz. Sus rostros deben destacar en la
pantalla. Esto es parte sustancial de este negocio y del ámbito
mítico que rodea a conocidas figuras de la cinematografía.
Y nosotros somos radicalmente responsables de este tema, asi
como los maquilladores y peluqueros. Por ello, no solo debemos
recrear ambientes sino también favorecer la imagen de
los personajes que se mueven en el.
En realidad, tenemos que estar
en permanente conexión con casi todos los departamentos
y participar en casi todas las salsas que componen la producción
de una película. Si antes hablaba de ambientes, debemos
tener voz para decidir el tono de las paredes o el color del
vestuario. Eso significa hablar y hablar con todos antes de dar
el primer claquetazo.
Siempre he pensado que una película
se hace, o casi esta hecha, antes de que corra el primer metro
de emulsión cinematográfica... En nuestro trabajo,
la preparación es fundamental. Estamos obligados a ver
todos los escenarios, las localizaciones, con mucha antelación
y responsabilizarnos de las decisiones que se toman en esos días
cruciales. En esta película que estoy rodando estos días,
la preparación fue una asignatura compleja, ardua, exigente.
Pero, de esa preparación, sale ahora, como inspirado por
el ser divino, el resultado
fotográfico que, al menos, yo esperaba y deseaba para
ella. Por ejemplo, fue un parto definir el color de las paredes
del decorado o la distribución de las paredes móviles
para la situación de la cámara...Eso en el terreno
de la dirección del arte. Fue necesario asímismo
la realización de numerosas pruebas para la elección
del tipo de película, emulsión sensible, por sus
características de "rapidez" y de contraste.
(En este caso, kodak 500ASA). Y en el terreno específico
de la especialidad fotográfica fue necesario definir con
precisión el tipo de material de luz, si tungsteno, si
HMI. (La luz que empleo proviene de proyectores fresnel con lámparas
tungsteno y luces fluorescentes). También los filtros
adecuados para los ambientes, la mezcla interesante para combinar
la luz de día, con la luz de las velas o los quinqués
para llegar a la conclusión de que la diferencia de temperatura
de color ideal entre conversaciones con el laboratorio para el
revelado y la elaboración de los copiones, en tanto que
son ellos los que elaboran el color...Nuestro trabajo es muy
técnico aunque, en ocasiones, también se acerca
a la tarea de un capataz de obra puesto que todo este material
del que hablo, sobre todo el de iluminación hay que situarlo
en el decorado en un tiempo record. Para ello necesitamos del
trabajo de un grupo de personas, llamados eléctricos,
que siguiendo nuestras indicaciones inundan el "plató"
de trípodes, proyectores, banderas y "ceferinos",
convirtiendo el espacio escénico en algo irreconocible.
En fín, a fuerza de querer definir con precisión
como es un director de fotografía, debo decir que es una
rara mezcla de creador, de tecnico y de capataz. Y si pienso
que alguna de estas funciones debe prevalecer sobre las demás,
creo que es la de ser creador y tener una conciencia estética
y plástica de la imagen. Y esa conciencia nace justamente
el día en que un guión está ante tus ojos.
Y te sientes capaz de interepretarlo fotográficamente.
De llegar a un concepto de luz y de color. El rodaje vendrá
después, pero la película ya tiene que estar escrita
en tus ojos en ese momento. Javier Aguirresarobe, director de fotografía
Fotografías: La primera está publicada en el libro
de Juan Miguel Gutiérrez "Sombras en la caverna.
El tempo vasco en el cine" y las siguientes, en el libro
de Carlos Roldán "El cine del País Vasco:
desde Ama Lur a Airbag" (Ikusgaiak-2 y Ikusgaiak-3, cuadernos
de cinematografía de Eusko Ikaskuntza" |