-¿La Comunidad Autónoma Vasca tiene
total competencia en materia de emergencias?
No exactamente. En principio, el
Estado se planteaba mantener las competencias íntegras en
la materia, pero a través de acuerdos, a las comunidades
autónomas, se nos reconoció la capacidad de actuación.
Tenemos competencia total, siempre y cuando no se den tres casos
que son: Estado de guerra, excepción y sitio, interés
superior del Estado, que lo tiene que declarar el Ministro de Interior,
o porque la comunidad así lo requiere al Estado. Esto es,
en el día a día, actuamos con total competencia.
-Ante un desastre de grandes dimensiones,
se reúne una mesa de crisis. ¿Qué personas componen
esa mesa?
La representación política
de aquéllos que tienen recursos o responsabilidades en
la respuesta a la emergencia. En caso de emergencia, actúan
Ertzaintza, Sanidad, Bomberos, y además, aquellos departamentos
que tengan que ver con la materia en cuestión, Obras Publicas,
Vivienda u otros. Todos los que sean necesarios en esta situación.
Todas esas personas deben priorizar actuaciones, recursos, y por
supuesto, esas personas están designadas de antemano con
nombres y apellidos. En los casos graves, también asisten
consejeros, diputados generales y alcaldes de municipios afectados.
-¿En
algún momento se ha planteado cuántas personas pueden
llegar a depender de la coordinación de SOS DEIAK?
Los sucesos que mayor número
de personas pueden requerir son los incendios forestales y las
inundaciones. Por ejemplo, en el año 1989, en el incendio
más grave que hemos sufrido en los últimos años,
movilizamos todos los cuerpos de bomberos de la Comunidad, cientos
de voluntarios, Ertzaintza... En total, alrededor de 4.000 personas.
Sin embargo, esto no es lo habitual, ya que normalmente el tipo
de incidente que atendemos, requiere menos personal de emergencia.
Nuestro sistema de emergencias atiende desde la incidencia rutinaria,
como accidentes de tráfico, hasta la gran catástrofe.
-SOS DEIAK ha atendido 140.000 incidentes
en el año 2000. ¿Qué tiempo medio necesitan los
recursos para llegar al punto donde se sitúa la emergencia?
Dentro de una capital, los tiempos
de respuesta pueden ser de tres minutos. Si tomamos como referencia
los incidentes que suceden fuera de las capitales, el tiempo medio
es de ocho minutos, aunque también tenemos puntos menos
accesibles a los que llegamos en 20-25 minutos. Para cubrir zonas
alejadas, como Rioja Alavesa, existen acuerdos con otras instituciones
como la Comunidad Autónoma de la Rioja, para que en un
primer momento, atiendan las emergencias de la zona. En situación
de emergencia, nosotros actuamos en otras comunidades, cuando
así lo solicitan.
-El 112 es el número telefónico
en el que solicitamos la ayuda de SOS DEIAK. Aun así, todavía
algunos ciudadanos utilizan equivocadamente el 088. ¿Desaparecerá
en breve esa posibilidad?
En estos momentos el 85% de las
llamadas las recibimos en el 112. En buena ley, podíamos
haber retirado el 088, porque su utilización es residual.
Sin embargo, entendemos que hay una generación de personas
a las que les cuesta habituarse a cualquier cambio, por pequeño
que sea. Mientras recibamos llamadas, la idea es mantener el 088.
Eso sí, creo que podemos decir, que el 112 está
implantado.
-Hablando de teléfonos, el teléfono
móvil ha salvado más de una vida en estos tiempos
que corren.
Efectivamente.
No hace mucho tiempo, rescatamos a una persona que era muy difícil
de localizar, y lo hicimos gracias al móvil, ya que nos
fue indicando en qué punto exacto estaba. Era el fondo
de un barranco, y sin móvil nos hubiera costado muchas
horas el rescate, con el teléfono fue relativamente fácil.
Por otra parte, la telefonía móvil nos ha supuesto
un aumento considerable del número de llamadas recibidas.
Por cada accidente recibimos numerosos avisos, pero, sin lugar
a dudas, eso es positivo.
-Precisamente en el año 2000, para
atender 140.000 incidentes recibieron un millón de llamadas.
¿LLamamos demasiado al 112?
No, yo creo que es normal. El ciudadano
llama porque tiene un problema. LLama porque está en una
situación difícil, y hay que atenderle.
-Por cierto, ¿qué es el Plan de
Protección Civil de Euskadi?
Tiene dos partes. En la primera,
se recogen las obligaciones de las diferentes administraciones
(Municipios, Diputaciones, Gobierno...), se expone de qué
manera y forma, actuamos ante las emergencias. Así, conseguimos
que las respuestas sean rápidas, organizadas y coordinadas.
En la segunda, se explica cómo se organiza el propio Gobierno
Vasco para dar respuesta a cualquier emergencia no planificada.
-En numerosas ocasiones los accidentes
traen consigo no sólo un daño físico, sino
también un daño psicológico. ¿SOS DEIAK trabaja
en ese campo?
Esta es una materia en la que veíamos
la necesidad, pero no teníamos muy claro cómo articularla.
Tras el accidente de Biescas nos dimos cuenta, de que la actuación
de los psicólogos era imprescindible, con lo que pusimos
en marcha un programa con el Colegio de Psicólogos. El
objetivo es que mediante cursos de formación se puedan
atender esas necesidades. A su vez, vamos a publicar una serie
de materiales para divulgar este apartado, y además, formaremos
a bomberos, ertzainas.., para que sepan cómo reaccionar
ante problemas psicológicos que se puedan presentar. Será
un recurso más, como tenemos perros de rescate o espeleólogos.
-¿SOS DEIAK tiene marcados una serie de
puntos negros en nuestra geografía?
Podríamos
hacerlo, pero suelen ser puntos que requieren soluciones muy complicadas.
Por ejemplo, en LLodio solemos tener corrimientos de tierras,
incluso con peligro para unas viviendas. En ese caso, es el Ayuntamiento
el que debe marcar la pauta a seguir. ¿Otros puntos negros? Donde
hay una empresa química, hay un punto de conflicto a futuro.
Hasta ahora no hemos tenido problemas, las empresas han colaborado
con nosotros. Por otra parte, en Euskadi vivimos dos millones
de personas en 7000 kilómetros cuadrados, con densidades
de 1000 habitantes por kilómetro cuadrado en algunos puntos
de Bizkaia, con los problemas que eso origina. La densidad, la
actividad industrial, al fin y al cabo, la actividad del hombre
es tan importante en Euskadi, que nos obliga a estar preparados
ante cualquier eventualidad.
-De los 140.000 incidentes atendidos el
año pasado, el 40% fueron accidentes de tráfico.
Yo creo que tenemos un índice
de accidentes importante, como también tenemos una gran
densidad de carreteras. A las siete de la tarde de cualquier día,
entrar en Bilbao cuesta media hora, y eso a la vista de todos
está. No somos ni mejores ni peores conductores, ni más
disciplinados ni menos. Tenemos tal densidad de habitantes, que
a pesar de las mejoras en las infraestructuras viarias, los accidentes
se convierten en inevitables. Aun así, estamos en la media
europea de accidentes.
-En todos estos años al frente de
la Dirección de Emergencias, a nivel personal, ¿cual es
la tragedia que más le ha marcado?
Es difícil decir una. Por
presión del momento, y porque era una de las primeras veces
que nos ocurría algo de esas características, un
escape de una fábrica en Alava, en el que estuvimos 24
horas sin saber muy bien lo que estaba ocurriendo. En aquella
ocasión, la empresa no colaboró en exceso. Así
que viendo el peligro que podía existir, desalojamos un
congreso de 400 personas que se celebraba en las cercanías
de la empresa. Las inundaciones de Guipúzcoa en 1988 también
fueron un momento crítico. El trágico resultado
se saldó con 14 muertos.
-¿Debemos temer por vivir cerca de la central
nuclear de Santa María de Garoña?
Yo creo que las centrales nucleares
en un momento dado han sido imprescindibles, sin ir más
lejos, en la época de la crisis del petróleo. Con
lo que entiendo que debe haber una serie de medidas muy importantes
para tratar que no ocurra nada. De hecho, al establecer una central
nuclear, el nivel de papel que se origina para controlar su seguridad,
pesa más que el propio reactor. Por otra parte, se tienen
que hacer simulacros en condiciones, teniendo a la gente preparada
ante cualquier imprevisto. A pesar de todo, creo
que
sacralizamos en exceso las consecuencias de un accidente nuclear.
Es verdad que puede producir un daño irreparable, pero
solamente en determinadas circunstancias. Resumiendo, creo que
las centrales nucleares de Europa Occidental son seguras. Otro
tema son los pequeños escapes de una fisura que puede haber,
o Chernobyl, donde se trataba de sacar un rendimiento, saltándose
todo tipo de medidas de seguridad. Minimizaron el daño
que puede producir una central nuclear, y las trágicas
consecuencias todos las conocemos. En cuanto a los simulacros,
tienen muy mala prensa, y con razón, porque no se han hecho
las cosas como se debiera. Los simulacros nucleares, como otros
simulacros, son totalmente necesarios, aunque nosotros, la Comunidad
Autónoma Vasca, no tenemos competencia para planificarlos,
ya que ésta es una función exclusiva del Estado.
Planteamos recursos legales a esta medida, pero el Gobierno español
se cerró en banda. Al final, el Estado ha aceptado que
nosotros realicemos un Sistema Vasco de Actuación de Emergencias;
esto quiere decir que no tenemos competencia de dirección,
pero sí de actuación.