La
primera incursión americana de la radiotelevisión
pública vasca se hizo conjuntamente con catalanes y gallegos,
hace casi cinco años, lo que para proyectos de comunicación
es un dilatado plazo. El
proyecto resucitó el histórico nombre de Galeuska.
Así planteado, tenía indudables ventajas de producción
y comercialización, y tenía también inconvenientes.
En su propia denominación estaban implícitas unas
y otras. Sin entrar en detalles que nunca se evidenciaron totalmente,
diremos que el nombre marcaba excesivamente, y lo difuminaba excesivamente
también.
Pronto, apenas unos
meses más tarde, hubo que pensar en otro nombre, que era
en realidad pensar en otro proyecto. Nació entonces ETB
Sat, con programación y comercialización autónoma,
con sus ventajas e inconvenientes. La denominación reproducía
la original en euskera (Euskal Telebista), con un adjetivo que
subrayaba la manera de difundir la señal, lo que, en el
momento, le confería un plus de modernidad y poderío
indudable: llegamos a América, y a Europa a través
de la plataforma satelital Vía Digital, a través
de algo tan inalcanzable hasta entonces como el Satélite.
Hace ahora poco más
de un año se creó la dirección Internacional
de EITB y me correspondió a mí encabezarla. Hasta
entonces, había existido un coordinador que simultaneaba
otras ocupaciones de la casa con el seguimiento y comercialización
de ETB Sat. En esa etapa, la programación que llegaba a
América a través de Hispasat y la que llegaba a
Europa a través de Vía Digital era una y confeccionada
a partir de ETB-1 y ETB-2 en un porcentaje variable, tomando en
consideración, naturalmente, todas las limitaciones que
los derechos adquiridos sólo para Euskal Herria imponían.
Las primeras reflexiones
y consultas nos condujeron a la conclusión de que el público
americano y el europeo era distinto. Los demandantes de EITB europeos
–televisión preferentemente, pero también radio,
muchas veces en euskera- eran vascos que estaban fuera de Euskadi,
por motivos diversos, que mantenían una relación
estrecha con el país, que contaban con regresar y que querían
ver y oir lo mismo y de la misma manera que los residentes vascos.
Los destinatarios de EITB americanos –en este caso, casi exclusivamente
de televisión- eran preferentemente vascoamericanos, si
no americanosvascos: venezolanos, argentinos, chilenos, uruguayos,
mexicanos, norteamericanos, etc., de origen vasco en grados y
escalas distintas. Salvo contadísimos casos (algunos religiosos-as,
algunos cuadros empresariales, algunos deportistas y exilados
recientes) se trataba de descendientes de vascos, y pocas veces
de vascos que estuvieran fuera de Euskadi temporalmente. La inmensa
mayoría de ellos no conocía ni conocerá nunca
tierra vasca.
Había
también en América quien se interesaba por lo vasco
sin ser de ancestro vasco, denominación ésta, por
cierto, que utiliza el Censo 2000 de los Estados Unidos de América,
para englobar a los vascos con orígenes en cualquiera de
los territorios vascos de Euskal Herria, hasta el punto de que
al referirse al ancestro francés (el español no
consta de la misma manera) concreta que no incluye a los vascos:
"excepto vascos", especifica. Había en América
de antiguo una influencia, simpatía, curiosidad por lo
vasco, muy generalizada, por motivos diversos, culturales, históricos.
También a ellos les podía interesar la televisión
vasca. Debíamos empezar por ponérselo claro, llamando
a nuestra señal Canal Vasco, y no ETB Sat, que lo mismo
servía para nuestra señal que para otra.
Estos eran o podían
ser ya muchos. Redefinida la audiencia, había que repensar
la programación, y la lengua básica. Habida cuenta
de que la "sombra" de Hispasat no cubre la parte de
los Estados Unidos que va del centro a la Costa Oeste, que es
donde están los vascoamericanos euskaldunes, estaba claro
que la lengua franca era el español, que es como llaman
los latinoamericanos al castellano casi siempre. El euskera tenía
interés para muchos de ellos como materia cultural, que
es lo que nos animó a incluir programas de ETB-1, pero
subtitulados. Los televidentes latinoamericanos están familiarizados
con esta práctica, no en vano consumen mucho producto en
inglés, subtitulado.
Había que
repensar también la comercialización, tomando nota
de que, salvo unos pocos que podían ellos mismos bajar
y pagarse su señal a través de una parabólica
y un descodificador, los más deberían recibir nuestra
programación a través del cableoperador local y,
en algún caso –México-, de plataforma satelital.
Alguien tenía que estar interesado en bajar y decodificar
nuestra señal, y difundirla entre sus abonados, en un mercado
en el que, hoy por hoy y a la espera de que la digitalización
mejore la situación, tiene una oferta de señales
superior a la que puede distribuir. El interés es, se puede
suponer, desigual. No siempre nuestros "encantos" son
suficientemente cautivadores. No siempre los vascoamericanos organizados
en Centros Vascos y Clubes tienen el peso suficiente para "obligar"
a los cableoperadores a colocarnos en su oferta.
En
eso andamos. También andamos en la creación de programas
y productos propios y exclusivos para el Canal Vasco, que irán
creciendo y afinándose. Estamos también a la espera
de un acuerdo con Canal Satélite Digital para subir nuestra
señal –en este caso, ETB Sat- al satélite Astra,
de manera que los vascos dispersos por Europa, tal vez pocos pero
muy interesantes e interesados, puedan ver nuestra programación
en abierto, a través de un satélite que, en la mayoría
de los casos, ya lo tienen en casa. El proyecto es fascinante.
Estratégico. Como país. Como cultura. Como Mercado.
Hay muchos que todavía no se han percatado de ello en Euskadi,
y que sería bueno para todos que lo asumieran. No hemos
hecho más que empezar, pero creemos saber qué y
cómo hay que hacerlo. Harán falta más recursos,
pero no exagerados. Deberán colaborar cuantos tengan interés
e intereses en América, esa América que es un patio
trasero en el que los vascos siempre si sintieron cómodos,
patios unidos desde siempre por el océano, unidos también
desde hace unos años por el satélite, y por la red
universal.
José Félix Azurmendi
Badiola, Director EITB-Internacional
Fotografías: Página web de EITB
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