Antropología
Biológica de la población vasca: la población
actual y su futuro |
Javier
Rosique |
El
conocimiento del origen de los caracteres biológicos y
genéticos más frecuentes en la población
vasca actual permitirá recomponer su historia desde los
primeros indicios del poblamiento en el Musteriense (Ohla e Isturitz
en Benabarra, Lezetxiki en Guipúzcoa, y Axlor en Vizcaya)
y sobre los que se han recopilado los datos más significativos
(de la Rúa, 1990). La reconstrucción de la dinámica
poblacional en base a datos biológicos a pesar de ser un
tema interesante por sus implicaciones en relación al origen
de la lengua vasca cuenta con muchos inconvenientes por la escasez
de restos humanos presentes en los yacimientos arqueológicos,
por la falta de una interpretación uniforme del cambio
demográfico del Neolítico como continuidad de poblaciones
precedentes o como absorción de grupos migratorios y por
la creciente evidencia de heterogeneidad genética entre
las subpoblaciones asentadas en las distintas zonas geográficas
de Euskal Herria (Vidales, 1997;García, 2000). La afinidad
biológica con poblaciones del Cáucaso (Calderón,
1998), con bereberes del Atlas o la evolución local, siguen
siendo hipótesis de trabajo nunca descartadas y presentes
en los modelos sobre el origen de la población vasca. La
heterogeneidad genética actual podría por ello ser
coherente con un modelo de origen múltiple, en cuyo caso
las tres bases poblacionales: caucásicos, bereberes y poblaciones
locales podrían haber contribuido en distinta proporción
al poblamiento antiguo de Euskal Herria. De hecho la Antropología
de las poblaciones de montaña nunca ha descartado que los
cruces de caminos de las montañas fueran en el pasado generadores
de poblamiento.
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Sin embargo, los
antropólogos físicos no se centran exclusivamente
en el estudio de los orígenes ya que la Antropología
Biológica moderna también se preocupa por la población
actual intentando evaluar de un modo global la relación
con el ecosistema y la adaptabilidad biológica a las condiciones
nutricionales y epidemiológicas. Para un antropólogo
físico, conocer el origen de la población vasca
es un tema tan importante como conocer su futuro, pero este segundo
tema será mucho más determinante para la planificación
social que hay que realizar junto con otros profesionales. Deberíamos
preguntarnos si son suficientes las líneas de investigación
actuales para saber en qué condiciones biológicas
se encuentra la población para afrontar su futuro. En la
actualidad las líneas del trabajo en la Antropología
Biológica de la población vasca están mucho
más diversificadas que en el pasado. No cabe duda de que
al menos tres grandes líneas de investigación se
recogen en las tesis doctorales que se han leído en la
Universidad del País Vasco en los últimos veinte
años: Antropología Genética, Antropología
Prehistórica e Histórica y Antropología Morfológica
y del Crecimiento, y que de una Antropología más
o menos descriptiva tanto a nivel molecular como físico
se ha ido pasando a una Antropología analítica,
gracias a la aportación de nuevos métodos y técnicas
y a los conocimientos acumulados sobre otras poblaciones. La Antropología
Biológica actual propone modelos explicativos y trabaja
con un cuerpo de doctrina menos naturalista que a principios de
este siglo y mucho más cercano a los paradigmas interdisciplinares
de la Antropología General. Seguidamente se presenta un
repaso sobre el conocimiento que se tiene de la población
vasca actual desde la Antropología Genética, la
Biodemografía y la Ecología Humana. Tres subdisciplinas
de la Antropología Biológica implicadas en el estudio
del futuro biológico de la población.
Antropología
Genética Cuenta
con un cuerpo de conocimiento abultado acerca de los patrones
de variación alélica de la población vasca
con relación a una gran variedad de polimorfismos genéticos
clásicos. Hasta los años 90, la mayor parte de las
investigaciones han abarcado estudios sobre frecuencias de grupos
sanguíneos y marcadores bioquímicos (proteínas
plasmáticas e isoenzimas). Posteriormente se han ido añadiendo
investigaciones sobre loci altamente polimórficos, en particular,
los del sistema HLA. De la integración adecuada de los
datos genéticos de los que se dispone, se puede decir que
la población vasca constituye un caso singular en Europa,
como también lo son en el resto del continente otras poblaciones
como lapones, islandeses, sardos e ingleses de Cornualles (Cavalli-Sforza,
1988). La población vasca muestra diferencias respecto
a otras poblaciones europeas para varios marcadores genéticos.
Puede señalarse la frecuencia más baja del grupo
sanguíneo B en Europa y la más elevada de O. Se
presenta además la frecuencia más alta del haplotipo
r (cde) del sistema Rhesus y de los genes del sistema CMH de clase
III como el gen del factor properdina BfF1 y de los genes componentes
del complemento C3f y C4f. Los primeros estudios del sistema HLA
basados en técnicas serológicas se centraron en
el análisis de la clase I (HLAA, B y C), detectándose
muy bajas frecuencias de B35 y elevadas de A29, A30, B17 y B18
en vascofranceses y de A29, A30 y B18 en vascoespañoles.
Calderón (1998) indica que la población vasca se
distingue por la contribución de los alelos A1, B35, B7,B8
y B12 y por los haplotipos A29-B12 y A30-B18. Esto ciertamente
no implica homogeneidad de la población vasca sino la presencia
de tendencias que distinguen al grupo pero no al individuo. Es
decir, los genes, alelos y haplotipos más o menos frecuentes
en población vasca, en general, no están ausentes
en las poblaciones circundantes pero adquieren frecuencias distintas.
Debido a las características genéticas existentes
para el sistema HLA, algunos autores indican que ha sido la deriva
genética el factor principal que ha llevado a la diferenciación
a este grupo humano. Las múltiples relaciones sugeridas
a partir tanto de las frecuencias alélicas como haplotípicas
del sistema HLA son compatibles con varias de las teorías
principales sobre el origen de la población y fundamentalmente
no logran desechar el supuesto origen caucásico, bereber
o local.
La Antropología
Genética se ha preocupado hasta ahora en escribir más
sobre el origen que sobre el futuro de la población vasca.
Sin embargo, la elevada de frecuencia de genes de susceptibilidad
a ciertas enfermedades como la fibrosis quística y varios
tipos de patologías oncológicas presentes en la
población requiere un análisis de la relación
entre genes y factores ambientales y nutricionales que influyen
en el estado de salud de la población actual.
Biodemografía No
ha logrado acumular tantos datos como la Antropología Genética,
pues los trabajos en esta disciplina consumen gran cantidad de
tiempo y hay pocos proyectos en la Universidad del País
Vasco que potencien este tipo de investigaciones. La singularidad
genética de la población vasca puede ser el resultados
de sus patrones matrimoniales presentes o pasados. La estructura
de la población vasca es uno de los factores determinantes
en el cambio de sus frecuencias génicas a corto plazo,
por lo que constituye un elemento de vital importancia cuando
se pretende explicar la variación genética observada
en una entidad poblacional dada o bien cuando se pretenden hacer
inferencias sobre el futuro de la población. Las variables
con mayor incidencia en la estructura de la población son
la deriva genética, el flujo génico y el nivel medio
de consanguinidad de la población general, que son respectivamente
funciones del tamaño efectivo, de la movilidad o dispersión
de los individuos y de los patrones o sistemas matrimoniales predominantes
en la población (Alfonso, 1998). En la población
vasca a pesar del gran volumen de datos biológicos disponibles,
aún existen notables vacíos en importantes campos
de estudio, como es el caso de los patrones matrimoniales en particular.
Dentro del País Vasco, se han desarrollado algunos trabajos
sobre patrones de la consanguinidad por comarcas como unidad poblacional.
Además se ha observado una cierta singularidad de la subpoblación
vasca de la provincia de Álava, donde se detecta el mayor
coeficiente medio de consanguinidad de la población de
España. Para el conjunto de la provincia de Álava
entre 1831 y 1980, se han observando niveles apreciables de consanguinidad
estrecha (tío-a/sobrina-o y primos hermanos) en comparación
con los detectados en poblaciones de la España Central.
Los niveles de consanguinidad en Álava, disminuyen a partir
de la segunda década del siglo XX. Esto se ha relacionado
con la temprana irrupción de la industrialización
dentro del área vasca. Las investigaciones concernientes
a la estructura demográfica de las subpoblaciones vascas
haciendo uso genético de los datos demográficos
son muy escasas, por lo que el argumento de que las particularidades
demográficas de las tres provincias vascas ha debido jugar
un papel en la diferenciación que se manifiesta en cuanto
a niveles de parentesco genético (Manzano, 1991) son especulativas.
Peña (1988), utilizando la información procedente
de Actas de Matrimonios, llevó a cabo un estudio de la
estructura de la población asentada en el Valle de Orozco
(Vizcaya), analizando las variaciones espacio-temporales del parentesco
a partir de modelos basados en isonimia y en matrices de migración.
En definitiva la biodemografía de la población vasca
ha sido desarrollada hasta ahora como una materia básica
con incursiones aplicadas al estudio del origen, la heterogeneidad
y, en menor medida, del futuro de la dinámica de la población.
La dinámica de la migración transcontinental en
el medio urbano supondrá un tema para abordar en la Antropología
Biológica vasca del futuro.
Ecología
Humana Su desarrollo
es actualmente fragmentario por la escasez de proyectos de investigación
en la Universidad del País Vasco, pero cuenta con un cuerpo
de conocimiento muy interesante para los estudios sobre el futuro
de la población vasca. Algunos estudios que han abordado
el crecimiento y desarrollo humanos, se muestran como instrumentos
válidos, no solo para inferir conclusiones antropológicas,
sino para proporcionar indicadores para la planificación
educativa y sanitaria. El conocimiento de las pautas de crecimiento
y desarrollo para cada población y sus tendencias al cambio
secular, sientan las bases de la variabilidad normal del proceso
ontogénico de individuos y poblaciones, hecho que no puede
ser ignorado por el médico; por su parte, el epidemiólogo
habrá de utilizar las medidas antropométricas para
evaluar el estado de salud.
En la actualidad
se están desarrollando diferentes investigaciones, en la
provincia de Vizcaya, tanto en medio rural como urbano, destinadas
tanto a obtener los patrones de crecimiento de esta población
mediante el ajuste matemático de los datos (Rebato et al.,
1993, Rosique et al 1996/97, Rosique et al., 1993, Rebato y Rosique,
1994), evaluar su estado nutricional, cuantificar el fenómeno
de tendencia secular (Rebato, 1998), así como estudiar
las variaciones de la heredabilidad de los rasgos métricos
durante el crecimiento, entre otros objetivos. Estas investigaciones
permitirán también próximamente elaborar
referencias locales para evaluar el crecimiento estatural y ponderal
y otras variables de carácter nutricional en la población
vasca. Los modelos matemáticos han servido para estudiar
la cronología del desarrollo corporal, en ambos sexos,
encontrándose la secuencia de llegada al estirón
de la longitud del tronco adelantada respecto a la longitud de
las piernas.
Desde el punto de
vista de la Ecología Humana la talla de los chicos y chicas
vizcaínos refleja pocas diferencias entre el medio rural
y urbano. Los varones urbanos son 1,1 cm más altos que
los del medio rural y las mujeres rurales son 0,6 cm más
altas que las del medio urbano (Rosique, 1992). Esto indica que
el medio rural goza de factores nutricionales e higiénico-sanitarios
que se pueden equiparar a los del medio urbano. A pesar de ello
se evidencia una reducción estatural en las niñas
de matrimonios endógamos de La Costa de Vizcaya a la que
contribuye en especial el segmento del tronco. En cambio, la endogamia
no parece influir en los varones. Por otro lado no se encuentran
diferencias estaturales debidas a la pertenencia a distinto nivel
socioeconómico para ambos sexos (Rosique et. al., 1996/97).
Pero comparando sujetos en crecimiento, tras controlar estadísticamente
las posibles diferencias de edades, se puede encontrar en Vizcaya
cierto efecto del tamaño familiar en la distribución
del peso corporal y del peso adecuado para la talla. Es decir,
los hijos varones de familias con un mayor número de hijos
(3-4) son más ligeros que los de familias con dos hijos.
Este dato tiene consecuencias en la distribución epidemiológica
del sobrepeso y la obesidad ya que sus desviaciones serán
más homogéneas en mujeres que en varones en función
de las características familiares de los chicos y chicas
en período de crecimiento. A pesar de ello en el medio
urbano, Bilbao, las niñas pertenecientes a familias con
menos recursos presentan una mayor acumulación de grasa
central (grasa del tronco) que las niñas de familias con
nivel socioeconómico mayor.
Las mejoras que ha
experimentado Europa en las condiciones de vida de las últimas
décadas, también han influido en el aumento intergeneracional
de las tallas vascas. Las estimas para los últimos 30 años
indican que los varones han experimentado un incremento medio
de 5,5 cm (Rosique, 1992). Las tallas adultas en ambos sexos eran
en general superiores en promedio a las de la mayoría de
las poblaciones españolas. A pesar de ello, al final de
la década de los 90, la talla que se alcanza al concluir
el período de crecimiento es algo menor que la que se alcanza
en grandes ciudades como Madrid. Esto puede reabrir los debates
acerca de si los sustratos genéticos que contribuirían
a mayores tallas en sociedades más heterogéneas
genéticamente están contribuyendo a este fenómeno
o si realmente hay factores mesológicos diferenciales que
pueden estar enmascarados en una aparente similaridad en las condiciones
de los medios urbanos.
Actualmente se está
realizando en Vizcaya un seguimiento antropométrico diacrónico,
al repetir en años sucesivos la estima de las tallas o
pesos que alcanza la población a cada edad durante el período
de crecimiento. Este trabajo tiene la ventaja de constituir una
acción activa que revela una preocupación sanitaria
consciente y contribuye a una evaluación más precisa
de los cambios de la población en relación al nivel
de vida y a las condiciones nutricionales. Por último,
los efectos de los factores genéticos y ambientales sobre
el proceso de Crecimiento se están analizando mediante
estudios basados en individuos biológicamente emparentados
y en estimas de la heredabilidad (Rebato et al., 1997, Rebato
et al 2000). El parecido familiar para características
que implican el desarrollo esquelético es mayor que para
características que implican tejidos blandos, como es el
peso corporal. Este patrón típico del adulto se
establece después de la pubertad y ha podido ser cuantificado
en los estudios familiares de fratrías de Vizcaya.
Las diferencias en
la acumulación regional de la grasa corporal en sujetos
en crecimiento también han sido estudiadas en Vizcaya en
función de la distribución geográfica. En
la población escolar de Gernika y Bermeo se han encontrado
sujetos con mayor acumulación de grasa regional (grasa
del tronco en chicos y de la parte inferior del cuerpo en chicas)
que en la población escolar de Uribe-Costa (Rosique, 1992).
La Ecología
Humana no aborda el nivel individual sino del conjunto de la población
o de muestras representativas, utilizando los denominados indicadores
de crecimiento y determinados indicadores de la maduración
sexual (edad de menarquia, caracteres sexuales secundarios, etc.),
puede observar y vigilar el nivel de salud de la población
mediante la realización de controles periódicos
y desempeñando, en definitiva, un papel predictivo. Es
una disciplina que se relaciona directamente con el estudio del
futuro de la población Las mediciones realizadas por el
antropólogo unidas posteriormente al criterio médico
poseen un valor informativo irreemplazable. El antropólogo
debe informar al pediatra de la existencia de patrones diferenciales
entre las subpoblaciones, y de los datos parentales o genealógicos
y de los cambios demográficos y sociales: reducción
del tamaño familiar, hábitos o comportamientos sociales,
etc. También posee un papel relevante en el seguimiento
diacrónico de los datos antropométricos y de los
parámetros madurativos que constituyen la base de las referencias
para evaluar a la población. Por ejemplo, las referencias
para evaluar el peso y la estatura cambian con el tiempo y hay
que actualizarlas en función de la población local.
Conclusiones Los
estudios de poblaciones del pasado en el área vasca no
representan el único objeto de estudio de la Antropología
Biológica y ni siquiera el estudio del origen del poblamiento
antiguo a pesar de su interés en relación al origen
de la lengua vasca. Las subdisciplinas de la Antropología
Biológica que se ocupan de la población actual como
la Antropología Genética, la Biodemografía
y la Ecología Humana miran al futuro de la población.
El éxito demográfico no depende sólo de la
natalidad y de la mortalidad, sino de la relación entre
genes y ecosistema y de la capacidad de adaptabilidad de una población
a las condiciones nutricionales y al estilo de vida de las sociedades
modernas. La población vasca ha experimentado cambios seculares
de sus características biológicas y de su respuesta
a las condiciones del ecosistema y son estos cambios los que el
antropólogo intenta abordar en el estudio de los modelos
predictivos para conocer la adaptación o la desadaptación
biológica en el tiempo. El futuro dependerá de los
desafíos del ecosistema para la salud, de la susceptibilidad
genética de la población a ciertas patologías,
de los estilos de vida que se difundan culturalmente, de la estructura
higiénico-sanitaria y de la absorción de la población
transcontinental.
Agradecimientos
Agradezco a
la Dra. Esther Rebato Ochoa por el material los consejos
que me ha facilitado para completar este artículo. |
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