¿Qué es el marketing?
La
aplicación del marketing en la gestión empresarial
supone el desarrollo de una serie de instrumentos y herramientas
que permiten a la empresa actuar sobre el mercado, detectando
demandas y adecuando su oferta a ellas. El marketing, además
de ser una función de la empresa, es una forma de entender
la relación de intercambio de ésta con su mercado.
La empresa para ser competitiva y lograr los objetivos fijados
debe tratar de mantener relaciones estables y duraderas con sus
clientes actuales, así como buscar nuevos clientes. Para
ello, debe ser capaz de adecuar su oferta a los deseos y necesidades
de unos consumidores cada vez más exigentes, formados,
selectivos e informados. Unos consumidores
que saben que en los mercados actuales la oferta de productos
y servicios es muy amplia, por lo que la competencia entre las
empresas es también mayor. En esta situación, aquellas
compañías que quieran permanecer en el mercado de
forma rentable, tienen que ser capaces de satisfacer a estos consumidores
de forma más eficiente que la competencia y, sobre todo,
tienen que ser capaces de detectar e incluso anticiparse a las
exigencias de sus clientes. El marketing brinda a las empresas
las herramientas necesarias para, en primer lugar, analizar el
mercado y, en segundo lugar, actuar sobre él.
Así, las actividades
de investigación comercial contribuirán, en gran
medida, al conocimiento del mercado y a la adaptación continua
de la empresa a un entorno cada vez más cambiante. De igual
forma, y a continuación de esta fase de análisis,
la empresa debe actuar sobre el mercado seleccionado. Esta actuación
se concreta en el diseño del denominado marketing-mix,
que comprende las políticas de producto, precio, comunicación
y distribución. A través de estas cuatro variables,
denominadas operativas, la empresa plasma sobre el mercado los
principios anteriormente comentados. No se trata, por tanto, de
una labor meramente altruista en la que la empresa considera al
cliente y sus demandas el centro de sus actuaciones, sino que
una empresa orientada al marketing entiende que el conocimiento
de las necesidades y deseos del cliente es la base para poder
satisfacerle mejor que la competencia, lo cual permitirá
a la empresa cumplir sus propios objetivos.
El marketing
en el sector turístico: el caso del agroturismo
La utilización
de los principios y técnicas del marketing en la gestión
de las actividades turísticas es relativamente reciente.
Hay que tener en cuenta que el marketing es una disciplina joven,
cuyos orígenes se sitúan en los mercados de productos
de consumo, siendo más tardío su empleo en los mercados
de servicios.

En el ámbito
turístico es necesario diferenciar el marketing que llevan
a cabo las distintas Administraciones Públicas para dar
conocer e impulsar el turismo en una zona geográfica determinada
y el marketing que desarrolla de forma individual cada empresa
privada, tratando de que su oferta sea elegida frente al resto
de ofertas competidoras.
En el primer caso,
el marketing que se emplea se basa principalmente en la realización
de actividades de comunicación a través de campañas
publicitarias en medios de comunicación y mediante la participación
en ferias especializadas en las que se muestra el atractivo de
una zona concreta.
Esta labor de
promoción que desarrolla el sector público debe,
sin embargo, ser complementada por la actuación privada
a través del diseño y ejecución de las políticas
de marketing que mejor se adecuen al público objetivo seleccionado
por cada empresa.
Centrándonos
en el caso del agroturismo en el País Vasco, la aplicación
del marketing en este sector ha sido hasta hace poco casi inexistente,
limitándose al desarrollo de acciones promocionales impulsadas,
en su mayor parte, por la Administración Autonómica.
Esta situación, que en un primer momento tenía sentido,
puesto que fue la Administración Pública la que
impulsó el desarrollo de esta modalidad turística,
en estos momentos resulta insuficiente. La necesidad de satisfacer
las demandas de unos turistas muy diferentes a los de épocas
pasadas, junto con el aumento de la competencia tanto a nivel
de destino como de empresa, hacen que los responsables de los
agroturismos deban emplear en su gestión las técnicas
y principios del marketing para poder ser competitivos y rentabilizar
sus negocios.
Las peculiares
características de esta forma turística, el hecho
de que se lleve a cabo en zonas poco explotadas turísticamente,
medioambientalmente protegibles y en muchos casos necesitadas
de recursos, supone un gran condicionante a la hora de ofertar
estos servicios, fijar objetivos y diseñar actuaciones
de marketing. La razón estriba en que el beneficio último
que se persigue con su comercialización debe repercutir
necesariamente en una mejora de las condiciones económicas,
sociales y culturales del ámbito rural donde se lleva a
cabo. Y todo ello, considerando el entorno. Estas dos premisas:
incidencia positiva en el medio rural y conservación de
éste, implican el necesario establecimiento de un modelo
de gestión específico par el turismo rural y una
labor de marketing que tenga en cuenta dicho contexto. En concreto,
señalamos a continuación algunas actuaciones de
marketing que pueden contribuir al desarrollo del agroturismo,
respetando el entorno y generando beneficios tanto para oferentes
como para demandantes, así como para la propia población
rural.

Investigación
comercial: en este ámbito es necesario incidir especialmente
en el estudio y análisis de los agroturistas, identificando
sus motivaciones y necesidades así como los distintos perfiles
existentes. Esta última circunstancia puede hacer recomendable
segmentar el mercado, buscando orientar la oferta de cada agroturismo
a un grupo concreto de turistas a los que poder satisfacer de
forma más eficiente sus demandas. Junto con el estudio
de los clientes, también es destacable la necesidad de
análisis de los competidores y de las diferentes actuaciones
llevadas a cabo por cada uno de ellos.
Marketing-mix:
El marketing-mix, tal y como indicábamos anteriormente,
es la combinación de las cuatro variables de acción
comercial que tiene la empresa: producto, precio, comunicación
y distribución. El correcto diseño y coordinación
de estas políticas comerciales, permitirá a la empresa
hacer que su producto resulte atractivo para el agroturista y
lo elija frente otros competidores.
En
cuanto a la política de producto, ésta debe
centrarse en la elaboración de la oferta de la empresa
turística. Dicha oferta está constituida por la
combinación de recursos turísticos, tanto naturales
como creados por el hombre, y adaptados a las necesidades y deseos
de cada grupo específico de clientes. Igualmente, y dado
que además del alojamiento y del disfrute del paisaje y
del entorno, el turista demanda otras actividades para cubrir
su tiempo de ocio, es necesario añadir a la oferta básica
toda una serie de servicios añadidos que constituyen la
oferta complementaria y que pueden hacer que la estancia del turista
sea más placentera, participativa e incluso prolongada.
Asimismo, deben diseñarse actuaciones encaminadas a prestar
todos estos servicios con unos estándares mínimos
de calidad que el cliente demanda y que satisfagan sus expectativas.
Estas y otras actuaciones, pueden contribuir, en parte, a reducir
la estacionalidad, común a todo el sector turístico.
Una vez diseñado
el producto agroturístico es necesario fijar su precio.
Para ello, desde el área de precios, se deberá establecer
un precio atractivo para el cliente, de tal forma que se adecue
a su capacidad adquisitiva y al mismo tiempo permita a la empresa
obtener una rentabilidad mínima. Normalmente, la competencia
vía precios no es recomendable, siendo preferible competir
a través de la calidad, el servicio y la oferta complementaria.
La forma de distribuir
el producto agroturístico es otra tarea a llevar a cabo
desde la dirección de marketing. La política de
distribución debe buscar la forma más adecuada
de hacer que el cliente tenga acceso a la contratación
de estos servicios. Habitualmente, la práctica totalidad
de las reservas de los agroturismo vascos se llevan a cabo de
forma directa, canalizándose a través de Nekazalturismoa
(la asociación de propietarios de agroturismos en Euskadi).
La asociación informa y pone en contacto directo a los
propietarios de los agroturismos con las personas interesadas.
Otras vías, menos empleadas aunque con previsible desarrollo
futuro, son las agencias de viajes y el empleo de las nuevas tecnologías.
Internet se constituye así en un medio para efectuar reservas
o para canalizar de forma más rápida las peticiones
de reservas, sin ningún tipo de intermediación.
En cualquier caso, será el estudio de los turistas rurales
el que indique cuáles son los canales de distribución
más idóneos para acceder a ellos y si el turismo
en el medio rural debe desarrollar formas de distribución
específicas o, por el contrario, puede aprovechar las ya
existentes en el sector turístico, realizando las adaptaciones
pertinentes.
Un buen producto
con un buen precio y una buena distribución, no son hoy
en día circunstancias suficientes para garantizar su éxito
en el mercado, puesto que es necesario también comunicarlo
y darlo a conocer al público al que va dirigido. De esta
labor se encarga la política de comunicación.
Así, los establecimientos de agroturismo, independientemente
de las actuaciones que de forma coordinada efectúen, deben
tratar de comunicar cuáles son las características
diferenciales de su oferta, ya sea, por ejemplo, su ubicación
en una zona
especialmente atractiva, la calidad de sus instalaciones, el trato
familiar, la posibilidad de realizar paseos guiados por la zona
o aprender a elaborar queso de forma artesanal. Cada agroturismo
tiene que tratar de diferenciarse del resto y transmitir esas
diferencias a los turistas, para que lo elijan entre toda la oferta
existente. La aparición en guías, la publicidad
en diferentes medios de comunicación, la asistencia a ferias
o el marketing directo, son algunas de las posibles vías
a utilizar. El mensaje que se transmita al turista debe ser capaz
de hacerle comprender la realidad que se va a encontrar, es decir,
que debe informarle, pero también motivarle e impulsarle
hacia la compra.
En resumen, puede afirmarse que
actualmente el marketing supone un instrumento de gran ayuda en
la gestión empresarial de todo tipo de empresas y, por
tanto, también en el caso de los agroturismos.
Lucía Mediano Serrano, profesora
de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
Fotografías: Páginas web del agroturismo "casa
artetxea" y Pirineo navarro |