Historia
Los
primeros datos de una ocupación en el municipio se obtuvieron
antes de la Guerra Civil, cuando Telesforo Aranzadi y José
Miguel Barandiaran excavaron el yacimiento de la cueva de Lumentza.
Lumentza presenta un amplio espectro cultural que abarca desde
el Paleolítico Superior hasta la cultura romana. Asimismo,
J.M. Barandiaran certificó en los años 60 la existencia
de otro yacimiento, el de Santa Katalina, asentamiento de recolectores
de moluscos. Aquellos estudios y otros posteriores que continúan
en la actualidad han permitido establecer la evolución
de las ocupaciones humanas, de sus modos de vida y de las condiciones
medioambientales en las que éstas se produjeron a lo largo
de un extenso período de tiempo. Algunos indicios en la
cueva de Lumentza han llevado a sospechar que los orígenes
de la presencia humana en este territorio se sitúen hacia
el año 30.000 a.C., en la cultura denominada Auriñaciense.
Por otra parte, en
las últimas excavaciones realizadas en la villa, han ido
apareciendo restos arqueológicos de época romana
(fines s. I d.C.- principios s. V), que indican ya la existencia
de un asentamiento humano de dicha época. Este tema está
aún en fase de estudio y pendiente de que posteriores excavaciones
puedan dar más luz sobre esta ocupación humana.
La historia oficial
de Lekeitio comienza en 1325. Aquel año, María Díaz
de Haro, Señora de Vizcaya, otorgó la carta puebla,
que concedía a la pequeña población la calidad
de villa, garantizándole ciertos privilegios jurídicos,
comerciales, fiscales, militares e incluso religiosos. La carta
establecía, asimismo, unos límites jurisdiccionales
que fueron motivo de conflictos con las anteiglesias colindantes
y los ferrones de la Tierra Llana.
Posteriormente, la
fundación fue confirmada por Alfonso XI en 1334, siendo
bajo su reinado cuando se levantaron las murallas de la villa,
aunque con anterioridad a la carta puebla ya existía una
cerca.
Gozar de fuero propio
permitía a los lekeitiarras una amplia autonomía
de gestión en la administración local, la primera
instancia judicial, el desarrollo urbano, las actividades económicas
y el nombramiento de cargos del equivalente al Ayuntamiento actual:
el Concejo. El Concejo se materializaba en el regimiento de alcaldes
y regidores. Los alcaldes presidían las reuniones, sancionaban
los decretos acordados y zanjaban los conflictos entre ediles
mediante su voto de calidad. Pero eran ante todo jueces.
La carta de aforamiento
otorgaba el patronato de la iglesia de Santa María a la
villa, convirtiéndola en copropietaria de sus bienes, administradora
de sus rentas, designataria de sus clérigos y responsable
de su ornato.
Las ordenanzas municipales,
cuya fecha de redacción se desconoce, pero se presume sean
las de mayor antigüedad de Bizkaia, reglamentaban todos los
aspectos de la vida comunitaria de Lekeitio: sociales, económicos,
religiosos y morales.
La economía
de Lekeitio estuvo siempre condicionada por su posición
costera, disponiendo de privilegios sobre pesca y navegación.
Se orientó también hacia el transporte marítimo
a larga distancia, sin duda más lucrativo que la pesca;
compensaban los avatares de los transportistas, si se terciaba,
las ganancias del corso, la piratería y las acciones bélicas.
Una pléyade de toneleros, anzuelos, calafates, carpinteros
de rivera, cesteros,... permitían la existencia de la pesca
y la navegación.
A los pies de la
iglesia de Santa María se construían y arreglaban
navíos. Entre calles, abrían sus talleres los sastres,
zapateros, alfareros y plateros. Las mujeres tejían el
lino en cantidades suficientes para una pequeña exportación.
Las economías familiares se completarían con el
cultivo de pequeñas huertas, heredades y viñedos.
La pesca ha sido
tradicionalmente el componente fundamental de la economía
de la villa. Sin embargo, el puerto no se distinguió por
sus condiciones de idoneidad. Las noticias sobre reparación
de muelles se remontan a 1381 y en aquella época se situaban
en la zona de la ría. En el s. XV se construyó el
antiguo muelle (Naza Zarra eta Naza Barria) emplazado en el interior
del actual puerto, pero era pequeño y, además, continuamente
se llenaba de arena con lo cual no tenía la suficiente
profundidad. Para solucionar este problema se terminó construyendo
un malecón que impidiera el paso de la arena. Durante el
antiguo régimen y el s. XIX son continuas las quejas de
los pescadores a causa de las deficientes condiciones de su puerto.
En la pesca lekeitiarra
hay que reseñar la importancia de la ballena durante las
Edades Media y Moderna, y así figura el cetáceo
en el escudo de la localidad. Dentro de la pesca tradicional destacan
también el besugo, merluza, atún, anchoa...
Pasando a una visión
global de las actividades pesqueras, hay que resaltar que, Lekeitio,
a pesar de las inconveniencias antes descritas, ocupó entre
1500 y 1900 el segundo puesto entre los puertos pesqueros de Bizkaia,
después de Bermeo. Durante el s. XX fue desplazado por
Ondarroa.
Nombres ilustres
Citamos, por falta
de espacio, los personajes que han tenido cierta relevancia más
allá de nuestros límites.
-
Pedro Bernardo
Villarreal de Berriz (1669-1740). Ingeniero e ilustrado,
autor de la obra "Máquinas hidráulicas de molinos,
herrerías, y gobierno de árboles y montañas",
publicada en el s. XVIII.
-
Juan María
de Altuna (1828-1868). Músico, durangués
de nacimiento, pero íntimamente ligado a nuestro pueblo
como organista de la parroquia, descansa en nuestro cementerio.
Colaboró con Iparragirre (aquél puso la música)
en la composición del himno "Gernika´ko arbola".
-
Eusebio María
Azkue (1813-1873). Profesor de la Escuela de Náutica
y poeta. Padre de Resurrección.
-
Resurrección
María Azkue (1864-1951). Sacerdote, escritor, publicista,
literato, conferenciante, folklorista, músico, lingüista
y autor de numerosas obras. Fue miembro numerario de la Real
Academia Española y Presidente de la Academia de la
Lengua Vasca.
-
Eusebio Erkiaga
(1912-1993). Literato, poeta, novelista y conferenciante.
Miembro de número de la Academia de la Lengua Vasca.
- Santi Brouard (1919-1984)
Festejos de la
villa
San Pedros.
Los San Pedros se celebran en Lekeitio entre el 29 de junio y
el 1 de julio.
El día 29
de junio, después de la Misa Mayor se celebra la procesión
de San Pedro desde la iglesia de Santa María hasta el puerto.
A la altura en que se encuentra la hornacina con otra imagen del
mismo Santo, se realiza una curiosa ceremonia, la Kilin-Kala,
consistente en una quiñada que realizan los portadores
de la imagen, dándole una inclinación hacia el agua.
Existen varias teorías sobre el origen de la ceremonia
que, en alguna ocasión, ha terminado con la caída
del Santo al agua. Se suele entender como un rito propiciatorio
o interrogatorio en relación con la pesca.
A continuación,
se celebra el tradicional baile de la Kaxarranka. El danzante
baila en un arcón sostenido por ocho marineros. Su vestimenta
es muy característica: lleva frac, camisa y pantalón
blancos, pañuelo rojo al cuello y un clavel rojo en la
solapa; porta una chistera en la mano derecha y banderín
rojo con las insignias de San Pedro en la izquierda. Primeramente
baila debajo del arco de San Pedro, en el puerto. Después
recorre las calles, repitiendo el baile delante de la casa del
actual presidente de la Cofradía de Pescadores, delante
del Ayuntamiento y en la plaza.
Es una ceremonia
cuya existencia se conoce desde antiguo, al menos desde el s.
XV, y su origen es el siguiente: antiguamente, los cofrades elegían
anualmente dos mayordomos para que mirasen, cuidasen y repartiesen
las ganancias del año. Los bienes y documentos de la Cofradía
se guardaban en un arca y el día 30 de junio se trasladaba
dicha arca desde la casa del mayordomo saliente hasta la casa
del mayordomo entrante, con gran ceremoniosidad. Este arca se
conserva en la Cofradía y, hoy en día, es la que
sostiene al danzante de la Kaxarranka.
La indumentaria de
antaño era diferente, el danzante simbolizaba a San Pedro,
y a su lado, iban otros dos hombres que representaban a San Andrés
y a San Juan. Esto provocó en el S. XVII duros conflictos
entre el clero y los marineros. Los pleitos se sucedieron durante
todo el siglo, y el conflicto no terminó hasta que se adoptó
una vestimenta de carácter civil, que es la que se emplea
hoy en día. Es por esta razón por la que se conoce
tan bien el origen de esta tradición
El día 30
de junio se celebra el día de "San Pedro Txiki" con una
animada romería en la Tala o rompeolas, que finaliza con
un alegre pasacalle amenizado por la banda municipal de música.
El día 1 de julio es el día de "San Pedro Baltza"
y se celebra con una romería entre las calles Tórtola
y Beheko Kale, ante la imagen del Santo.
San Antolines.
Los San Antolines se celebran entre los días 1 y 8 de septiembre.
Son las fiestas patronales.
Entre numerosos actos
destaca, por su antigüedad y curiosidad la Fiesta de los
Gansos, que se celebra normalmente el día 5 de septiembre,
siempre que no caiga en fin de semana. En Lekeitio, la costumbre
de correr los gansos tiene una tradición documentada de
tres siglos y medio, siendo probable que se practicara en rituales
primitivos de épocas mucho más lejanas.
La fiesta de los
gansos no siempre se ha celebrado en San Antolines, fecha adoptada
al menos desde 1877, sino que también se celebraba el día
de Nuestra Señora de Agosto y el día de San Roque.
Parece ser que también
se corrían gansos en la plaza, aunque la forma tradicional
es sobre el mar, al menos desde 1722. Incluso desde 1666 se sabe
que eran marineros los participantes.
Es una fiesta de
carácter competitivo que ha sufrido cambios a lo largo
de la historia. Antaño solamente tomaban parte los marineros
y era muy rigurosa la velocidad que llevaban (12 remeros y el
patrón), e incluso, si quedaba alguna duda sobre quién
era el ganador, se organizaba una regata entre ellos, que consistía
en dar una vuelta a la isla. Asimismo, la vestimenta que hoy en
día se lleva es de mahón y en otro tiempo fue camisa
blanca y pantalón de mahón.
Jaione Murelaga Izagirre, Alcaldesa
de Lekeitio
Fotografías Lekeitio: Enciclopedia Auñamendi |