Desde
1996, Juan José Goiriena de Gandarias preside Eusko Ikaskuntza.
Este médico de 54 años, catedrático de Fisiología
en la Universidad del País Vasco, de la que fue Rector
durante un lustro, dará el banderazo de salida al XV Congreso
de Estudios Vascos. Culminan así casi dos años de
preparativos, de organización y también de reflexión
sobre el pasado, el presente y el porvenir de la cultura y la
ciencia vascas. En una breve charla, Goiriena de Gandarias nos
presenta las líneas maestras del Congreso.
-¿Qué es Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos? Eusko
Ikaskuntza es una entidad de investigación, divulgación
y docencia en materia científica y cultural, que está
implantada en todos los territorios donde la cultura vasca tiene
un desarrollo. Nuestra Sociedad lleva 83 años contribuyendo
al progreso del saber universal mediante el estudio de lo propio,
y promoviendo a la vez que Euskal Herria participe de los flujos
de conocimiento en todos los campos del saber. Se trata, pues,
de elevar el nivel cultural y científico de nuestros territorios
y de favorecer de este modo el progreso y la cohesión social.
-¿Con cuántos
socios cuenta y cuáles son sus principales actividades? Aproximadamente somos
unos 3.000, repartidos en quince Secciones donde los miembros
de Eusko Ikaskuntza estudian e investigan de forma desinteresada.
La actividad a lo largo de cada ejercicio es extensa y multidisciplinar:
se publican decenas de libros, se organizan cursos docentes, conferencias,
foros de estudio, se otorgan becas y ayudas... Ultimamente trabajamos
de manera decidida en la introducción en la red de contenidos
relativos a la cultura vasca: cursos digitales, publicaciones
electrónicas, espacios de intercambio y consulta, etc.
De esta manera llenamos un vacío de capital importancia
en estos momentos.
-La
organización de Congresos como el de esta semana tiene
una larga tradición en la entidad que usted preside, ¿verdad? Tanto
es así que la Sociedad se fundó con motivo del I
Congreso de Estudios Vascos, convocado en Oñati en 1918
para que "personas amantes del estudio y del país"
pudieran exponer sus investigaciones y discutir los aspectos fundamentales
que a la sazón afectaban a la sociedad y a la cultura vascas.
Es cierto que de entonces a hoy la situación ha cambiado:
ahora existen universidades, el número de diplomados superiores
es grande, disponemos de instituciones que nos vertebran social
y culturalmente. Pero eso no quita para que siga siendo menester
preocuparse por los estudios vascos, que sea preciso analizar
de forma global cual es la evolución que sigue el mundo
y ver como podemos incardinarnos en posiciones de ventaja. Quiero
decir que los Congresos de Estudios Vascos en cada momento han
atendido a las necesidades reales que demandaba nuestra sociedad:
unas veces fue la educación, otras la lengua, los asuntos
autonómicos, nuestra inmersión en Europa, o últimamente
la sociedad de la información y las nuevas tecnologías.
-A propósito
de esto último, los dos anteriores congresos giraron en
torno a la Tecnología y la Sociedad del Conocimiento. ¿Es
esta una apuesta de Eusko Ikaskuntza? El XIII Congreso de
1995 versó sobre "Ciencia, Tecnología y Cambio
Social" y el XIV de 1997 sobre "La Sociedad de la Información".
La elección de estos temas no fue caprichosa. Apreciábamos
que en este campo íbamos con retraso y quisimos dar un
impulso a la introducción de las nuevas tecnologías
en nuestra sociedad. Paralelamente, hemos desarrollado una labor
encaminada a sensibilizar sobre la necesidad de nutrir con contenidos
propios de la cultura vasca al sistema de información mundial.
Hay que sacudirse de toda pasividad ante las nuevas tecnologías,
debemos servirnos de ellas para situar y proyectar exteriormente
nuestra personalidad y nuestro patrimonio en todos los órdenes.
-El XV Congreso
tiene un carácter pluridisciplinar, según reza su
título: "Ciencia y cultura vasca, y redes telemáticas".
En
efecto. Empieza un nuevo milenio, asistimos a un proceso de transformación
de la realidad vertiginoso y de insospechado calado. Parece necesario
que hagamos una reflexión de conjunto sobre el estado de
la ciencia, de la cultura y del arte en Vasconia, y ver qué
influencia pueda ejercer en ellas la revolución en marcha.
Asimismo, el Congreso se adentrará en el análisis
de las nuevas coordenadas sociales, institucionales y políticas
que se objetivizan en el contexto de la globalización,
y para ello contaremos con especialistas de gran prestigio en
el ámbito internacional. En resumen, el XV Congreso es
un alto para analizar quiénes somos los vascos, dónde
estamos y hacia donde nos dirigimos.
-Aunque se
vaya a hablar mucho de globalización, de instituciones
multinacionales o de redes telemáticas, el Congreso incidirá
también en las cuestiones antropológicas. El "quiénes
somos" al que acaba de referirse. Desde el nacimiento
de Eusko Ikaskuntza las investigaciones antropológicas
y arqueológicas han tenido una importancia singular. Recuérdese
que el cargo que yo ocupo durante muchos años lo ostentó
D. José Miguel Barandiaran, el patriarca de la antropología
vasca. Pero esta, como las demás materias, se ven hoy afectadas
por el salto tecnológico. La antropología del siglo
XXI tiene abordajes nuevos: por ejemplo, el desarrollo de la bioquímica
y de la biologia molecular trae consigo que tengamos instrumentos
y metodologías para ahondar mejor pertrechados en el pasado
del hombre. Significativamente, esta sección lleva por
título "Un futuro para nuestro pasado".
-Sobre papel
resulta muy atractiva la propuesta de la Sección 3: "La
voz de la sociedad civil en Euskal Herria". Hoy ya nadie discute
que el grado de madurez democrática de un país se
mide por la fortaleza de su sociedad civil. En los últimos
años se abre paso la idea de que la globalización
no sólo debe ser un asunto económico,
sino también de valores, en la medida que la libre circulación
de mercancías y de capitales debe tener su correlato en
las libertades, en la justicia y en el reparto de las riquezas.
Conseguir que el nuevo modelo de sociedad planetaria que se está
forjando sea positivo para la mayor parte de la humanidad es uno
de los temas preferentes de las sociedades civiles. En Vasconia la vida asociativa
es muy activa. Como Eusko Ikaskuntza —que también es una
sociedad civil pura— muchas otras organizaciones cubren unos espacios
que no cubren las instituciones públicas. En el Congreso
tomaremos el pulso a este fenómeno: ¿cuáles son
los retos y dificultades que afronta la sociedad civil vasca en
el umbral del nuevo milenio?, ¿qué recursos y potencialidades
cuenta de cara al futuro? Allí se oirá la voz de
los propios actores sociales que trabajan y militan a favor del
cambio social desde ámbitos tales como el ecologismo, la
solidaridad internacional, la lucha contra la exclusión
social y la pobreza, el derecho al trabajo, el feminismo, el pacifismo,
el euskera, etc.

-En un Congreso
como el que nos está describiendo parece lógico
que, en vísperas de la entrada en circulación de
euro, se trate sobre la construcción de Europa. Claro, porque más
allá de «europtimismo» o del «europesimismo» que predomine
coyunturalmente, la conjunción de los pueblos que formamos
el continente es un hecho ya irrefrenable. La dinámica
mundial nos empuja a ello. De modo que, desde este rincón
de Europa donde vivimos, debemos sacar las consecuencias del trabajo
que tenemos por delante para construir, entre todos, la nueva
Europa, y repensar cómo insertarnos en ese contexto. Reflexionar
hacia el futuro, no sólo hacia el pasado. Dado el alto
nivel de los ponentes, estoy seguro de que las conclusiones que
se obtengan en esta sección serán de gran utilidad.
-Las secciones
de artes y letras contarán con la presencia no sólo
de estudiosos o teóricos, sino también de creadores.
¿Qué aportación se espera? El XX fue un siglo
de oro para el arte vasco. Hemos tenido generaciones de escultores
extraordinarios, músicos e intérpretes mundialmente
reconocidos, pintores, arquitectos, literatos… Pues bien, si queremos
que el XXI sea igual de fructífero, si no más, tenemos
que empezar por sentar desde hoy mismo las bases. ¿Y cuáles
son estas bases? Las artes y las letras son también una
parte, y no menor, de la sociedad del conocimiento y se ven influenciadas
por la evolución de las mentalidades y por el progreso
científico-técnico. Es un hecho que la revolución
tecnológica y de pensamiento está transformando
las disciplinas artísticas y, diré más, incluso
el propio concepto del Arte y su compartimentación en géneros.
Sobre ello intercambiarán experiencias y opiniones durante
tres días nuestros creadores en las artes plásticas,
musicales, escénicas, en el cine, la literatura o el bertsolarismo.

-Por último,
cuántos ponentes participan en el Congreso. Alrededor de un centenar,
procedentes de Alemania, Bélgica, España, Estados
Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Italia, Portugal
y Suiza, amén, claro está, de todos los territorios
de cultura vasca. Cabe afirmar que estamos ante el Congreso más
internacional de los quince hasta ahora celebrados. Es un síntoma
más de la apertura de la sociedad vasca hacia el exterior. Fotografías: Gernika Fotógrafos
Euskonews & Media 145.zbk
(2001/11/23-30)
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