La cita es en Los Tilos de Hernani. Después de comer,
justo cuando los txikiteros y demás fauna de este pueblo-República
cumplen con el ritual revitalizante de la siesta. Maialen aparece
con la cara fresca y relajada. Pero al decirle que tendremos que
sacar unas fotos nos comenta que sea cuanto antes, ya que "aprovechando
que no hay nadie mirando saldré mucho más natural".
"Si empieza a venir la gente... madre mía, ¡Qué
vergüenza!, añade. Aunque nada más iniciar la
conversación nos avisa de que es tímida, Lujanbio
habla mirando a los ojos; la suya es una mirada juguetona y que
a lo largo de la entrevista desviará varias veces para saludar
con un alegre "Iepa" a sus amigos que, recién resucitados
de la siesta, empiezan a entrar en los bares.
- ¿Cuál
es la diferencia entre la Maialen persona y la Maialen bertsolari?
La diferencia está en el disfraz. Cuando cantamos los versos
llevamos el disfraz puesto, aunque también es verdad que
nuestra forma de ser también la sacamos a relucir.
- A pesar de subir
al tablado, no se consideran actores.
¡No, para nada! Por el mero hecho de aparecer ante un público
ya parece que eres atrevido y le echas morro a la cosa. Pero no
es así. A mí, por ejemplo, me daría muchísimo
corte si tuviera que hacer teatro.
- Antes usted
era de las que siempre salían "al ataque".
Sí, no sé el motivo; pero es verdad que cuando empezamos
con las estrofas de ocho versos, las chicas jóvenes adoptábamos
una táctica atrevida y respondona. Luego, con el paso del
tiempo, dentro de ese corsé me empecé a sofocar y
he ido cambiando.
-
Quitarse esa imagen no sería fácil.
Desde luego que no, ya que entre el bertsolari y el público
se crea un estereotipo. Pero bueno, creo que he conseguido salirme
de ese corsé y acercarme a otro terreno.
- Una vez conseguido
el "pasaporte" de mujer bertsolari, ¿cómo
le acogieron los "dinosaurios" del bertsolarismo?
Muy bien, ya desde el comienzo. Los bertsolaris veteranos, además
de recibirnos bien, nos han cuidado. Eso sí, sin mimarnos
mucho. Y nosotras, por nuestra parte, los hemos espoleado. En cambio,
a los que más les ha costado acostumbrarse a ver mujeres
bertsolaris ha sido a los aficionados más tradicionales,
que recelaban un poco de nosotras.
- Hoy en día,
al público poco le importa si el bertsolari lleva txapela,
pendientes, piercing o patillas.
Sí, afortunadamente, esos recelos ya han quedado atrás.
Lo que quiere la gente es escuchar versos de buen nivel y le da
igual cuál es nuestra pinta o edad.
- Saciemos la
curiosidad de la gente: ¿Cómo se gana la vida un bertsolari?
Pues en mi caso, además de cobrar un poco por las actuaciones,
realizando encargos, traducciones, versos escritos y recogiendo
documentación para luego contrastarla.
- Por tanto, en
su caso, ser Licenciada en Bellas Artes ha sido una opción
estética.
Algo así. Aunque haya hecho mis pinitos haciendo carteles,
no tenía aspiraciones profesionales en ello. Me pareció
la carrera más adecuada para encauzar esa creatividad mía.
- Entre los bertsolaris,
hay algunos que desafinan más de la cuenta. Yendo eso en
su contra, ¿no deberían recibir alguna lección
de canto?
A decir verdad, no estaría mal, dado que sería para
nuestro propio bien. Porque en definitiva, un verso bien recitado
es más efectivo, vendible y mucho más agradable para
el oído. Es algo que cada bertsolari tiene que sopesar y
que yo sepa, algunos ya se están empleando en ello.
Por otro lado, hay otro mito que dice que el bertsolari no tiene
que recitar el verso, sino "echarlo". Es decir, que tienen
más importancia el texto y las ocurrencias que la entonación.
En ese sentido, hay bertsolaris que, a pesar de cantar bien, no
han tenido ningún éxito como tales. Es un valor importante,
pero añadido.
- ¿Qué
ocurriría si no dispusieran de micrófono?
¡Uy! Que tendríamos que cuidar y trabajar mucho más
nuestra forma de recitar. ¡Qué remedio!

- Visto desde
fuera, parece que ustedes los bertsolaris, más que una gran
cuadrilla, forman un clan.
Creo que es verdad, aunque no creas que esa imagen de familia la
hacemos a posta. Por supuesto que hay relaciones mejores y peores,
pero en general tenemos un ambiente muy bueno, con un entendimiento
mutuo y enriquecedor, sobre todo teniendo en cuenta que somos varias
generaciones las que andamos juntos. Por ese lado, la relación
intergeneracional entre los bertsolaris de 18 a 75 años es
mucho más normal en comparación a la que existe en
nuestra sociedad.
- La juventud
y los mayores entendiéndose. ¡Sorprendente!
¡Desde luego! Es un aspecto que chirría en nuestra
sociedad, esa falta de consideración que hay hacia los mayores,
sin dar ningún valor a su experiencia. Pero no creas, lo
mismo ocurre con las palabras de los jóvenes; ¿cuántas
veces no habremos oído la frase: son cosas de jóvenes,
ya se les bajarán los humos. Por todo esto que te digo, los
bertsolaris somos un modelo de entendimiento entre generaciones.
- A iniciativa
de la Asociación de Bertsolaris, acaban de hacer un estudio
sobre los temas más utilizados en el bertsolarismo actual.
¿A qué conclusiones han llegado?
En primer lugar, que hay algunos temas que, aun existiendo matices,
no cambian nunca. Son los temas relacionados con los fundamentos
de la vida: el amor, el sexo, la amistad, el trabajo, etc. Y luego
están los temas anecdóticos, ligados a un lugar o
época determinados, como pueden ser la temporada de caza
o la de sidra.
- ¿Y no
tienen temas "tabú"?
Humm, no se me ocurre ninguna. Hombre, nos ha ocurrido ir a un sitio
y los de allí decirnos: "por favor, no cantéis
sobre este tema". Por ejemplo, en los días previos al
alarde de Hondarribia. De todos modos, muchas veces somos nosotros
mismos los que nos autocensuramos, como cuando al acabar una cena
animada nos planteamos si es o no oportuno mencionar la situación
política.
-
Después del "boom" vivido a principios de los años
90, el mundo del bertsolarismo se ha popularizado, tanto en el número
de aficionados como a la temática. La cuestión de
"salir del armario", por ejemplo, ¿hasta qué
punto les ha llegado?
(Risas) Que yo sepa, entre los bertsolaris nadie ha reivindicado
su condición sexual. Pero por otro lado, hasta hace bien
poco, aunque no fuera un tema tabú, salía en muy pocas
ocasiones. Ahora, por el contrario, es un tema que sacamos a menudo,
porque, al fin y al cabo, los bertsolaris reflejamos los temas candentes
en nuestra sociedad.
- Tanto en el
tema como en el desarrollo de un recital de versos, ¿hasta
dónde llega la responsabilidad del que pone el tema y dónde
empieza la del bertsolari?
Ese ha sido otro de los temas de estudio. La conclusión ha
sido que la colaboración entre ambos tiene que aumentar hasta
el punto de formar un equipo, para así conocernos mutuamente
y dar la sensación de que vamos juntos y no como hasta ahora,
cada uno por su lado.
- ¿Cuáles
han sido las quejas de ellos?
Los que moderan las sesiones y ponen el tema reivindican que ellos
no se limiten a ser los "botones" de turno que "abren"
la puerta a los bertsolaris, sino que se reconozca su protagonismo
y se aprecie su labor creativa.
- ¿Y las
de los bertsolaris?
Nuestras reivindicaciones han girado en torno a que los temas que
se nos propongan no sean esperpénticos ni liosos, sino que
se remitan a temas cercanos y reales, para que así nos den
la oportunidad de recitar acerca de un mundo que conocemos.
- Los bertsolaris,
¿son unos equilibristas sin red? ¿O lo suyo es algo
más parecido al "puenting?
Bueno, lo de la red es bastante relativo, según lo mires
desde arriba o desde abajo. En mi opinión, no tenemos una
red debajo y menos aún cuando tienes que improvisar el verso
en 10 segundos y delante de 500 personas; en esos momentos estás
bastante desnudo. Si bien también es cierto que el apoyo
del público nos hace ver una pequeña red.

- No obstante,
sí que tienen recursos para atarse en ese salto.
Sí, pero sólo para no rompernos la crisma, siempre
ayudados por la psicología a la que recurrimos en ese instante.
De todos modos, teniendo en cuenta que estamos siempre jugando con
la improvisación, siempre tenemos el riesgo de resbalarnos.
- ¿Le ha
ocurrido alguna vez no acertar con la rima y quedarse totalmente
"en blanco"?
Sí. Mas de una vez se me ha olvidado el final del verso y
quedarme totalmente callada. ¡Uf! Es muy duro, son unos segundos
interminables, por mucho que la gente te vea como más humana
y te quiera empujar con su mirada.
- Al acabar de
echar el verso, es cuando el bertsolari suelta su adrenalina.
Pues sí. Cuando estás a punto de fallar sueltas la
adrenalina y la sientes subiendo y bajando. Esa es precisamente
nuestra motivación, nuestra dosis. Si no, no merecería
la pena. Al hilo de eso, hace poco estuve viendo las fotos de la
Final del Campeonato de Bertsolaris y de verdad, daba pena ver qué
caras teníamos lo que estábamos compitiendo. ¡Qué
sufrimiento, cansancio y tensión! ¿A costa de qué
tenemos que estar en ese plan tan penoso durante ocho horas?
- Un poco masoquistas
sí que son.
Un pelín sí. A pesar de estar al borde, aguantamos
la presión y al final conseguimos nuestro premio. Ese anhelo
es precisamente el que nos lleva a darle la vuelta a esa situación.
- El agradecimiento
del público es agua revitalizante para el bertsolari.
Cierto. Por ejemplo, cuando vamos a recitar a zonas no euskaldunes,
el que cada verso nuestro sea como un regalo para los de allí.
O el ver que la gente siente tus versos, se implica y se ríe
nos da mucha fuerza.
-
Y durante los campeonatos, ¿les puede más eso que
los sacrificios de la competición?
Hombre, yo creo que sí, porque el Campeonato de Euskal Herria,
al ser una vez cada cuatro años, es como nuestra Olimpiada.
Pero también es cierto que el grado de exigencia es muy alto.
Al igual que los deportistas, es nuestra responsabilidad llegar
en el punto justo de forma y no hacerlo pasado de rosca.
- Como si fuera
un entrenamiento deportivo.
Van a la par, por mucho que las nuestras sean otro tipo de series.
Eso es algo que se comentó en el último campeonato:
que si es conveniente cuidarse mucho, que si el día del campeonato
es mejor madrugar y comer bien antes de que éste empiece
a las once, etc. Pero creo que uno de los pocos que se aplica esa
vida sana es Andoni Egaña (sonríe como diciendo: a
ver qué me contesta cuando lo lea); los demás funcionamos
más por intuición, independientemente de lo que se
nos venga encima. Con todo, es innegable que para recitar buenos
versos es fundamental tener la cabeza en su punto y ahí intervienen
muchos factores: salud, momento personal, ganas de recitar, etc.
- A los bertsolaris
les mueve la pasión hacia el idioma, a semejanza de los trovadores
de la Edad Media.
No sé si llegará a tanto. Pero es cierto que el bertsolarismo
puede ser una herramienta muy útil no sólo en la recuperación
de una lengua, sino a la hora de enganchar a los más jóvenes
y no digamos ya en las zonas no vascófonas de la Margen Izquierda
o Araba, o incluso en lugares donde el euskara está en retroceso
como Nafarroa e Iparralde. ¿Y por qué Porque en caso
de saber transmitir bien el verso, puede resultar un juego divertido,
en tanto en cuanto el euskara es un idioma flexible.
- Ya que menciona
la flexibilidad del euskara, en su opinión, ¿hasta
qué punto se pueden / deben utilizar los castellanismos?
Esa es una cuestión que siempre va a estar ahí. A
mi entender, los castellanismos, en la medida que constituyen herramientas
de comunicación y si son más efectivos que otras formas,
¿por qué no utilizarlos? Pero al mismo tiempo, eso
denota una carencia nuestra, en el sentido de tener que utilizar
un castellanismo pensando que en euskara carecerá de fuerza.
- Las palabras
nuevas sí que son del todo lícitas.
Yo soy del todo partidaria de un argot para el euskara. Además
es un terreno muy poco trabajado. En ese aspecto, es de destacar
el trabajo que están haciendo Asisko Urmeneta y Kike Amonarriz
para crear nuestro propio argot, reflejo de la comunicación
del día a día.
Y como a los chavales les gusta, puede ser un puente para que empiecen
a disfrutar con el euskara.
- Recientemente,
Jon Sarasua ha recitado unos versos en castellano. ¿Es eso
señal de un aperturismo para recitar también en este
idioma?
No, ha sido un experimento puntual con motivo de la visita de unos
mejicanos. Pero no creo que eso vaya a suponer la incorporación
del castellano en nuestros versos. De todos modos, este tipo de
cosas nos vienen muy bien, pues nos permiten cogerle el truco a
la riqueza de otro idioma.
- Ya que menciona
la riqueza, hablemos de viajes. La Maialen persona, ¿ha vuelto
más realizada de los cinco viajes del proyecto Pangea?
No se si más realizada, pero sí que me he observado
a mi misma fuera de un contexto de seguridad, para de esa manera
ver cómo me siento y me comporto en un lugar extraño,
lejos de los míos. Y no cabe duda de que así, una
se conoce mejor a si misma.
- Denos una imagen
que se le haya quedado en la retina de cada uno de los países
que ha visitado. Los Estados Unidos:
Me sorprendió gratamente su naturaleza; el Yosemite Park,
por ejemplo. Y luego también una ciudad como San Francisco,
tan cosmopolita y liberal. Igualmente, la forma de vida de los euskaldunes
de allí me pareció particular y especial.
- Australia:
Los colores, de unos tonos que hasta entonces yo no conocía.
Antes no podía imaginarme que la tierra pudiera ser tan roja
y el cielo tan azul. Las dimensiones y grandiosidad del paisaje.
- Argentina:
El alarde de la naturaleza, un contraste de climas y parajes totalmente
opuestos, desde Iguazú hasta los glaciares de la Patagonia.
La cordialidad de la gente.
- Rusia:
Las dificultades para viajar, así como la frialdad y falta
de amabilidad de los rusos/as. Seguramente, sus crudas condiciones
de vida no les dejan demasiadas ganas para ser agradable con el
turista. Si yendo en primavera nos pareció durillo, imagínate
lo que será en pleno invierno.
- Jordania:
Justo lo contrario: la cordialidad de la gente y el clima sofocante.
Como en todos los países árabes, mucho misterio, sobre
su cultura y sus creencia; sobre todo me quedé con las ganas
de conocer el mundo de las mujeres: ¿cómo será
su vida de puertas adentro? Está claro que al menos desde
nuestros valores, no podemos emitir juicios de valor acerca de su
realidad.
- En Jordania,
por ejemplo, ¿percibió una concepción distinta
del tiempo?
Sí, muy distinta. Cuando el principal cometido es sobrevivir,
se antoja imprescindible vivir el presente, tomando decisiones para
el momento e utilizando los recursos disponibles. Me viene a la
memoria cómo vivía la gente fuera de las ciudades,
ganándose la vida como podían en el desierto y cuando
aparecían los turistas, improvisaban y se ponían a
hacer de guías para ellos. Como filosofía de vida
está muy bien, lo que pasa es que aquí todos llevamos
una vida cuadriculada, con la agenda llena de citas y cosas que
hacer.
- Viajar se ha
puesto de moda. ¿Qué le parece?
Viajar es enriquecedor y te hace bien. Pero al mismo tiempo está
muy mitificado. Ahora parece que todo el mundo tiene que salir por
pelotas con destino a lugares exóticos; y que el que no lo
haga es un pobre hombre. Pero no es así. De hecho, los únicos
pobres hombres son los que viajan por pura pose.
Maialen
Lujanbio
Hoy en día resulta habitual encontrarse
con mujeres bertsolaris. Sin embargo, una de las
primeras en cruzar el puente fue Maialen Lujanbio
Zugasti (Hernani, 1976). Y a la chita callando
ha ido progresando; tanto, que en el último
Campeonato de Bertsolaris terminó segunda,
por detrás del vencedor Andoni Egaña.
A tenor de la opinión de los más
entendidos, además de estar ya en la élite,
no queda lejos el día en que Maialen se
vista con la txapela de campeona, tales son sus
aptitudes para el bertsolarismo y a las que ella
suele añadir giros de artista ; no en vano
es licenciada en Bellas Artes, a fin de encauzar
ese caudal creativo del que hace gala.
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Beñat Doxandabaratz
Fotografías del autor
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Euskonews & Media 194. zbk (2003 / 01 / 10-17) |