La mujer en el desarrollo de la industria eibarresa
* Traducción al español del original en euskera
Maider Beistegi

Hacia 1950, una vez transcurridos los años de la posguerra, y haciendo frente a las dificultades exitentes, Eibar decidió impulsar su industria adaptándose a los nuevos tiempos. Así, las empresas que antes de la guerra se dedicaban a fabricar armas pasaron a elaborar otra serie de productos como bicicletas, piezas para automóviles y utensilios para la casa, industria que gracias a empresas como Alfa, Orbea Hermanos Garate, Anitua y Cía, Beistegui Hermanos y Olave, Solazabal y Cía tuvo un gran crecimiento. Con motivo de este auge, mucha gente decidió trasladarse a Eibar, cuya población en tan solo cinco años se vio doblada. En la década de los 60 contaba con casi 32.000 habitantes, un 55% del cual era de procedencia extranjera. La falta de espacio para recibir a tantas personas y la premura de las familias eibarresas de cubrir sus necesidades económicas en los años de la posguerra llevaron a crear la figura del "apupilo" o huésped que alquilaba una habitación de la casa con derecho a cocina.

Trabajadores en 1945.
Fuente: Ayto. de Eibar.
Archivo municipal. http://www.egoibarra.com

A partir de los años 50, las mujeres desempeñaron un destacado papel en la vida y economía de Eibar, sobre todo en el sector de la máquina herramienta que empezaba a florecer. Por lo general se ponían a trabajar con aproximadamente 14 años, al abandonar sus estudios. El 4 de febrero de 1925, la emblemática empresa Alfa decidió dejar la armería y adentrarse en la industria de máquinas de coser, siendo así la primera empesa del Estado que se dedicaba a tal menester. El primer taller estuvo ubicado en la calle Vista Alegre. Por aquel entonces las hijas tenían por costumbre continuar en el mismo oficio y empresa en la que trabajaban los padres, y también era frecuente que recurriendo a la rotación trabajaran en más de una empresa.

En los años anteriores a la guerra, los hombres y las mujeres de Alfa no compartían el mismo horario, dado que las mujeres tenían que cubrir otras necesidades. Si bien la mayoría de las empresas eibarresas trabajaban de 8 a 12 y de 13,30 a 17,30, se acordó modificar el horario de las mujeres de Alfa, para que trabajaran de 8,15 a 11,45, y de 14,15 a 17,15. De este modo, disponían del tiempo suficiente para hacer las camas por la mañana y preparar la comida durante el cuarto de hora del mediodía, y entraban un poco más tarde a las tardes para poder fregar, y salían antes para realizar las compras. Las mujeres, a pesar de trabajar siete horas en total, cobraban las ocho. No obstante, al finalizar la guerra se estableció el mismo horario para los hombres y las mujeres, y empezaron a cobrar a la semana, primero las mujeres y luego los hombres.

Factoría Alfa de máquinas de coser. Eibar

Los Alfistas

Las máquinas de coser de la cooperativa industrial Alfa, primera en el Estado, alcanzaron un inmenso éxito tanto en España como en Europa. En sólo diez años aumentó en cinco su producción. Al tratarse de un núcleo industrial de tal relevancia, Eibar fue frecuentemente visitado por los reyes. De hecho, en una de las visitas la reina propuso que las máquinas de coser almacenadas en el stock fueran enviadas las escuelas. Los trabajadores de esta cooperativa, que recibían en nombre de "alfistas", se mostraban muy orgullosos de pertenecer a ella, y tenían una perspectiva diferente sobre las relaciones laborales y sociales respecto a los trabajadores de otras empresas.

Primera máquina de coser Alfa, fabricación en Eibar.

En los años de la posguerra, aproximadamente 1.000 familias vivían de los beneficios producidos por Alfa, que exportaba sus máquinas a más de 70 países. Era una especie de pequeña empresa cuyos trabajadores gozaban de ventajas que otras empresas no proporcionaban, dado que disponían de escuelas para sus hijos, comedor, economato, caja de ahorros y biblioteca, entre otros.

Escuelas de Alfa. Sección niñas. 1960. "Máquinas de coser Alfa, S.A. 50 Aniversario". Fuente: Ayto. de Eibar. Archivo municipal
http://www.egoibarra.com

También en la fábrica Beistegi Hermanos S.A. el trabajo de las mujeres fue especialmente importante. De ellas se decía que eran "las que mejor acabado daban a los punzones". Muchas trabajaban fabricando sopletes. Una vez contraído matrimonio, la acostumbraban a dejar la empresa, aunque otras muchas seguían en ella. Por aquel entonces los domingos también se solía trabajar.

Las condiciones de trabajabo eran muy duras, trataban con materias contaminantes y sin medidas de protección. Por otra parte, hay que tener en cuenta que hasta el año 1944, en el que se estableció la seguridad social, los trabajdores no cotizaban. También en la empresa Etxabe, Arizmendi y Cía, SL trabaja un elevado número de mujeres fabricando carretes de las ruedas y pedales para las bicicletas, así como en la fábrica de Mateo Careaga, en labores de pantografía. A señalar que en esta época la grabación se erigió con fuerza en Eibar, si bien posteriormente estas fábricas introdujeron modificaciones para convertirse en joyerías. Durante los años en que tuvieron lugar las transformaciones, en Solaun, Rubio y Ormaetxea (que más tarde sería Solac) las mujeres ocupaban también los altos cargos. La tarea de las obreras solía ser muy dura y trabajaban en muy malas condiciones, con productos muy contaminantes y sin apenas ventilación por ausencia de ventanas. Se ocupaban de bañar en níquel, estaño y plata los reflectores de las cafeteras, tostadoras y calefacciones, por lo que en cuanto el líquido se les derramaba encima, se apresuraban a cambiar de vestimenta, ya que el producto quemaba la ropa. Por otra parte, en cuanto veían aparecer manchas en su piel, cambiaban el oficio por otro de mayor comodidad.

Grupo de trabajadoras de Alfa en Eibar.
Imagen cedida por gentileza de:
http://www.alfahogar.com

Las mujeres de aquella época declaran que en los años de la posguerra estaban muy bien preparadas para integrarse en el mundo laboral. En cuanto acumulaban conocimientos de contabilidad, mecanografía y taquigrafía se ponían a trabajar, y a pesar de que en un principio se las destinaba a trabajar en talleres, muchas de la siguiente generación comenzaron a trabajar en oficinas.

Ciertamente, la mujer eibarresa ha tenido un gran peso en la industria. En Solac, por ejemplo, trabajaban 200 mujeres, y también eran muchas las empleadas de Beistegi Hermanos, Orbea y Alfa.

La crisis del petróleo de 1982-1983 sacudió fuertemente a Eibar, que volvió a sumirse en una especie de depresión acentuada por los cambios políticos, la pérdida de cobertura de varias empresas, la escasez de nuevas tecnologías y la falta de actualización.

Al día de hoy, sin embargo, muchas empresas han olvidado aquellos duros años y cuentan con un amplio mercado de máquinas herramientas, automociones, industrias transformadoras y nuevas tecnologías. En este país que fusiona pasado y presente, hay todavía pequeños talleres que fabrican escopetas a mano y pulcros obreros que se dedican al grabado.



Maider Beistegi
Documentación: Ayuntamiento de Eibar, testimonios de las eibarresas que trabajaron durante aquella época, Comisión Egoibarra

Euskonews & Media 194. zbk (2003 / 01 / 10-17)

Dohaneko harpidetza | Suscripción gratuita | Abonnement gratuit |
Free subscription


Aurreko aleak | Números anteriores | Numéros précedents |
Previous issues


Kredituak | Créditos | Crédits | Credits

Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua

Eusko Ikaskuntzaren Web Orria

webmaster@euskonews.com



QUIENES SOMOSPolítica de privacidadAvisos LegalesCopyright © 1998 Eusko Ikaskuntza