"Gracias
a usted estoy acá". No menos de 1500 exiliados vascos
y sus descendientes podrían decir esto mismo que una vez
le dijo un desconocido a Diego Joaquín Ibarbia, el secretario
y gestor intelectual del Comité Pro Inmigración Vasca
en Argentina.
Durante la década del '40 esta organización avaló
el ingreso en la Argentina de miles de vascos que pudieron escapar
de un mundo en guerra e integrarse en este país como ciudadanos
de primera. Por eso, el agradecimiento a ese grupo de hombres que
prestaron su influencia para asistir a los vascos en desgracia se
mantiene hasta el presente.
En honor a la verdad
La historia del Comité tiene en Ibarbia al verdadero protagonista
y al motor de sus realizaciones; aunque esto no siempre se ha reconocido
y quizá quedó un poco oculto debido a la trascendencia
de otras personalidades que prestaron su nombre, su firma o su influencia,
pero que no necesariamente trabajaron en el día a día
para conseguir sus logros.
Ibarbia gestó la idea a partir de ver cómo se había
movido la colectividad holandesa en Argentina para asistir a sus
compatriotas en desgracia; y convocó a sus conocidos para
compartir la idea: de esas reuniones surgió el Comité.
Muchos fueron los que apoyaron la iniciativa de un modo u otro,
como Carlos Alberto Erro, José Urbano Aguirre, Saturnino
Zemborain, Adolfo Bioy, Nemesio Olariaga, Juan Esperne, Ramón
Mendizabal, Pedro de Goicoechea, Elpidio Lasarte, Fermín
Ortiz Basualdo, Iván Ayerza, Martín Pereyra Iraola,
Jorge Artayeta, Pedro Imaz, Raúl Chilibroste, Raúl
Martín Puchuri, Luis de Ibarra, Sebastián de Amorrortu,
Mariano Olaciregui, José Cigorraga, Isaac Ayerza, Aurelio
Payssé, Baustista Elole, Féliz Loizaga, Juan B. Ibarra,
Florentino Ayestaran, Vicente Colmegna, José María
Cantilo, Carlos A. Noel, Felipe R. Salazar y Miguel Casares, entre
otros.
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Reunión en el Jockey Club de Buenos Aires
en homenaje al Lehendakari José
Antonio Aguirre en la que están presentes varios miembros
del Comité. Sentados
(de izquierda a derecha): Florentino Ayestaran, Saturnino Zemborain,
¿?
[desconocido], el Lehendakari, José Urbano de Aguirre,
Nemesio Olariaga y Diego
Joaquín Ibarbia. |
Erro y Goicoechea fueron elementos clave: el primero por dar forma
al decreto que se acercó al presidente y el segundo por sus
gestiones en la casa de gobierno.
Uno de los testimonios escritos más destacados sobre la
historia del Comité es el libro Homenaje al Comité
Pro Inmigración Vasca en Argentina (1940). Allí,
en su parte central, se reproduce un texto de Andoni de Astigarraga,
que indica que "el 30 de agosto de 1939, merced a las gestiones
realizadas por la Delegación del Gobierno de Euzkadi [...]
queda constituido en Buenos Aires el Comité Pro Inmigración
Vasca". Lamentablemente el escrito no refleja la verdad:
la idea de su creación fue de Diego Ibarbia. Merced a sus
gestiones se constituyó; y gracias a su impulso y con el
concurso indispensable de otros prosiguió su actividad.
Posteriormente, la Delegación del Gobierno Vasco acercó
posiciones teniendo en cuenta la importancia de la acción
que se podía realizar. Y ese acercamiento no fue del todo
feliz. De hecho Ibarbia asegura que llegó a tener "una
discusión muy fuerte con Aldasoro que estuvo a punto de terminar
en una gresca" debido a la injerencia perniciosa de la
Delegación en las gestiones del Comité; y lamenta
que eso haya enfriado su entusiasmo, orientado a establecer una
relación sin límite temporal con ese gobierno a fin
de crear "una organización permanente al servicio
de la inmigración vasca a la Argentina" (para la
cual la acción del Comité sería la experiencia
piloto).
Lo cierto es que a partir de la idea y del impulso de Diego Ibarbia
-y con el concurso de las numerosas personalidades enumeradas- se
obtuvieron dos decretos presidenciales que dieron marco jurídico
a la llegada de los vascos, en un contexto en el que el país
había acentuado las restricciones para el ingreso.
Los instrumentos legales
El primer decreto, con la firma del presidente Roberto
M. Ortiz, dispuso el 20 de enero de 1940: "El Ministerio
de Agricultura permitirá el ingreso al país de inmigrantes
vascos, residentes en España o Francia, con la documentación
que posean y bajo la garantía moral y material en cada caso,
del Comité Pro-Inmigración Vasca, o la que en su defecto
puedan suministrar los funcionarios consulares respectivos, sobre
los antecedentes de buena conducta y aptitudes físicas y
morales de las personas en cuyo favor interceda el citado Comité".
El Lehendakari Aguirre agradeció telegráficamente
la gestión expresando: "con intensa emoción
entéranse vascos decreto facultando libre entrada noble Nación
Argentina" (6-2-1940). Ciertamente el decreto podía
trascender la esfera de la solidaridad para convertirse -como señaló
Andrés María de Irujo en el homenaje al presidente
Ortiz que se realizó en el año 1970- en un antecedente
de derecho público internacional, al dar un "sentido
de unidad" al pueblo vasco y reconocer "su propia personalidad
nacional".
Complementariamente, el 18 de julio de 1940 y con la nueva firma
del vicepresidente en ejercicio de la presidencia, Ramón
Castillo -que había sucedido a Ortiz quince días antes
debido al empeoramiento de su enfermedad-, se emitió otro
decreto ampliando el anterior, que agregaba: "a) Comprender
a los vascos sin distinción de origen y de lugar de residencia
en los beneficios que acuerda ese decreto; b) El Comité Pro-Inmigración
Vasca podrá intervenir en la regularización de la
situación de pasajeros vascos que ya se encuentran en el
País, exceptuando el caso de los tripulantes de barcos que
hubieren desertado".
Cuando la solidaridad de hacía carne
Si se dejan de lado las diversas banderías políticas,
es justo reconocer que toda la década del '40 es un ejemplo
de solidaridad y el Comité Pro-Inmigración Vasca es
un exponente de la época.
Durante la presidencia de Roberto M. Ortiz cientos de vascos entraron
en este país -que fue su segunda patria- gracias a la organización
gestada por Ibarbia. Es innegable que tuvieron en la sociedad argentina
una acogida muy favorable. La actuación cultural y política
de la diáspora es una muestra del marco de libertad y progreso
que se les brindó.
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El Lehendakari Aguirre con el Presidente Ortiz.
De izquierda a derecha:
Florentino Ayestaran, Ramón M. de Aldasoro, el Lehendakari,
el presidente
Ortiz, José Urbano de Aguirre y Elpidio Lasarte. |
Durante la misma década, en la presidencia de Juan Domingo
Perón cambió el signo ideológico; y el nuevo
gobierno, con otras simpatías, también salió
al auxilio de los europeos. En esa oportunidad de la España
franquista, aislada del mundo. Y todo ello con una enorme cuota
de riesgo político, diplomático y financiero.
Por fortuna el cambio político llegó cuando los exiliados
vascos ya habían sido ayudados. No parece haber quedado ninguno
sin asistencia.
El giro determinó que nuevamente Argentina ayudara a la
península ibérica. Así, miles de españoles
comieron gracias a los envíos de carne y trigo argentinos
-como muchos recuerdan actualmente- mientras el gobierno hispano
contraía una deuda que nunca fue saldada satisfactoriamente.
Como si eso fuera poco Argentina se comprometió a recibir
350.000 inmigrantes españoles por año con los mismos
derechos que un ciudadano argentino.
Era la confirmación -con distinto signo ideológico-
de la apertura motorizada por el Comité Pro Inmigración
Vasca.
Hoy, a la distancia, en un mundo en el que cada vez hay más
demanda de solidaridad internacional y cada vez menos respuesta,
la formulas fraternas de la década del '40 son piezas de
museo. Restos de un mundo que frente a la desgracia y el horror
conservaba también señales evidentes de generosidad
humana: personal y colectiva, jurídica y política.
Hoy, en cambio, sólo parece haber quedado la desgracia y
el horror. Más allá, casi nada.
Bibliografía
Anasagasti, Iñaki (coordinador), Homenaje al Comité
Pro Inmigración Vasca en Argentina (1940). Fuentes Documentales,
Donostia, Editorial Txertoa, s.f. [¿1988?]
I., A. M. de [Irujo, Andrés María de], "Homenaje
al Presidente Dr. Roberto M. Ortiz y al Comité Pro Inmigración
Vasca", Boletín del Instituto Americano de Estudios
Vascos, Año XXI Vol. XXI N° 82 (julio-agosto-septiembre
de 1970), pp.128-129.
García Heras, Raúl, Una amistad particular,
Clarin (Buenos Aires), 30-6-2002, Suplemento Económico, p.
24.
Ibarbia, Diego Joaquín, "Orígenes del
Comité Pro Inmigración Vasca", Boletín
del Instituto Americano de Estudios Vascos, Año XXI Vol.
XXI N° 82 (julio-agosto-septiembre de 1970), pp.129-134.
Pisani, Silvia, "Cuando la Argentina era una buena
noticia", La Nación (Buenos Aires), 20-1-2001, Suplemento
Enfoques, pp.1-2.
Gonzalo J. Auza,
gonzalo@juandegaray.org.ar
http://www.juandegaray.org.ar/fvajg/docs/Gonzalo_J_Auza
·Fotos de Diego Joaquín Ibarbia |