Destinatarios de la conservación de cascos históricos
(I Foro Arabarri)
Alberto Garate Goñi

Vivimos los albores de la mundialización, llamada por los anglófilos globalización. Y vivimos estos albores con esperanza pero también con temor y, por parte de algunos, incluso con hostilidad.

La mundialización de los intercambios financieros no se ha acompañado, en la misma medida, con la de los intercambios de mercancías, discriminándose negativamente la agricultura y la industria intensivas en mano de obra, típicas del Tercer Mundo. Son conocidas y sangrientas las limitaciones a la movilidad geográfica de las personas, la no mundialización de los derechos del hombre, conculcados no sólo por los terroristas, la necesidad de un nuevo orden internacional, etc. Pero aún colocándonos en la utopía de la verdadera mundialización, ¿todos los bienes deben ser mercancías?

En el pensamiento común europeo, el de los socialdemócratas, demócratas-cristianos, liberales progresistas y muchos más, existe un consenso mínimo sobre los bienes que son derechos, no meramente mercancías: alimentación, sanidad, vivienda, educación, medios para combatir el infortunio, medio ambiente, etc. Pero colocándonos en el campo de Arabarri, ¿ la conservación y mejora del patrimonio cultural, público y privado en su titularidad, se incluye en ese listado de consenso mínimo? ¿En caso de respuesta afirmativa, con qué rango y en qué medida?.

La construcción y la permanencia de ámbitos de cohesión social, llámese naciones o tengan amplitudes mayores o menores, puede pretenderse priorizando "diferencias", reales o míticas, o, por el contrario, proponiendo sugestivas tareas de futuro a colectivos humanos cada vez con más plurales intereses e identidades. Esta segunda opción es, en mi opinión, la más integradora en sociedades complejas como las nuestras. Ahora bien, la vida humana, caracterizada por el ejercicio de la libertad, lúcidamente no puede olvidarse de sus condicionamientos entre los que está su herencia cultural, incluida la patrimonial inmueble. La propuesta ya formulada por Platón, de la "creación ex nihilo" dirigida por los "aristoi", es totalitaria y falsamente utilitaria pues el valor no es equivalente al precio ni la determinación del valor es competencia de los autoproclamados "mejores".

Creyendo haber argumentado en pro de la inclusión de la conservación y mejora del patrimonio cultural entre los bienes que no deben ser considerados meramente mercancías y con la convicción que esa inclusión está en el pensamiento común europeo, ¿qué propongo que se estudie con relación a Arabarri?:

  • Su ámbito espacial, ahora limitado a los centros históricos, excluido el de Vitoria-Gasteiz. En mi opinión Arabarri deberá abarcar toda la provincia de Alava excluida la zona urbana, no la rural, del municipio de Vitoria-Gasteiz, no pudiendo pretenderse modelos como el de Guipúzcoa, provincia con pueblos importantes. Los llamados centros históricos abarcan un porcentaje muy significativo del patrimonio cultural inmueble de Alava pero evidentemente es insuficiente el listado. Pondré dos ejemplos: Municipio de Valdegovía y la totalidad de la Cuadrilla Ayala-Aiara, excuidos Artziniega y Retes de Tudela. Valdegovía y Ayala, por ejemplo, con una tipología de viviendas rurales muy diferenciadas del resto de la provincia.
  • La ampliación de los bienes a rehabilitar. Si uno repasa el listado de centros históricos se da cuenta que el patrimonio de mayor histórico enclavado en dichos centros está construido antes del siglo XIX. Pero también somos hijos de la Industrialización, de la Urbanización, de las ideologías contrarias al Antiguo Régimen preliberal, etc. En mi opinión, debe haber actuación de Arabarri en el campo de la arqueología industrial (por ejemplo: las fábricas de luz), las villas de los indianos, las escasas viviendas obreras existentes en los pueblos,....

¿CON QUÉ FONDOS DEBE CONTAR ANUALMENTE ARABARRI?

  • Un intelectual español, republicano, afirmó que los cuadros del Museo del Prado valían más que la vida de un republicano. Yo no estoy de acuerdo con esta afirmación formulada, espero, en la confusión de la defensa de Madrid, contra el fascismo, en la Guerra Civil. Entre los bienes que no deben considerarse mercancías deben establecerse prioridades en el gasto público y ésta es labor que debe realizar en este caso, fundamentalmente las Juntas Generales.
  • Según las informaciones que dispongo raramente Arabarri ha sido objeto de atención por parte de grupos junteros y esto se ha reflejó en el año 2001 con una disminución, porcentualmente significativa respecto al año anterior, en su presupuesto de gastos operativos, excluidos los de estructura. Ya sabemos que los partidos políticos, probablemente por falta de medios de todo tipo, no acostumbran a cifrar sus programas electorales, pero estimo que una mínima concreción pre-electoral era imprescindible. En cualquier caso, deseo señalar mi sorpresa ante la pequeña cuantía del presupuesto de Arabarri.

Finalmente, la organización de este foro nos pregunta sobre los destinatarios de la rehabilitación. Es evidente que el destinatario es la persona en general, no específicamente los más capaces de acercamiento a la llamada obra artística. La actuación de Arabarri, o de cualquier otro ente análogo, contribuye a la igualitaria socialización de las personas mediante la conservación del paisaje cultural e histórico, lo cual se logra tanto rehabilitando un palacio o una iglesia como haciéndolo con una chimenea industrial, un potro de herrar o un lavadero. Cuestión complementaria a la planteada en este foro es la de la política artística, tema apasionante pero que es para otro día. Aunque no debemos olvidar que Mnemosyne, la Memoria, es la madre de las musas, protectora de las Artes.


Alberto Garate Goñi, ex-presidente de la Sociedad Landazuri
 

Euskonews & Media 213. zbk (2003 / 06 / 6-13)

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