La atención a la enfermedad psiquiátrica en Osakidetza - Servicio Vasco de SaludEscuchar artículo - Artikulua entzun

Alvaro Iruin Sanz, responsable de Asistencia Psiquiátrica y Salud Mental. Subdirección de Asistencia Especializada. Osakidetza/SVS

Con frecuencia se plantea la pregunta en torno a la salud mental de los vascos cuando se solicita información sobre la asistencia psiquiátrica dentro de Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. Sin embargo, la realidad es que un servicio asistencial sólo puede responder acerca de la población que atiende en sus servicios; dejando fuera de la respuesta a una buena parte de individuos que, por uno u otro motivo, no acuden al servicio público en caso de precisar tratamiento por un problema de tipo psiquiátrico. Es el Departamento de Sanidad quien, a través de las Encuestas de Salud podrá determinar la importancia de los trastornos mentales en nuestra Comunidad y reflejarlo así en los Planes de Salud plurianuales que elabora.

Por tanto, quizás, la pregunta más adecuada a la hora de divulgar esta actividad versaría sobre qué tipo de enfermedades son las que más frecuentemente hacen que un individuo sea remitido a un psiquiatra para valoración, y cuáles son los recursos públicos existentes para su tratamiento.

La asistencia psiquiátrica, dentro del Servicio Vasco de Salud/Osakidetza, se encuentra integrada dentro de la Asistencia Especializada junto con el resto de especialidades médicas y separada de la Atención Primaria, quien, a su vez, constituye la puerta de entrada del ciudadano al sistema sanitario. Como asistencia especializada, su premisa básica es la prestación de una mayor dedicación a aquellos casos de especial gravedad, sirviendo de asesoría al nivel primario para aquellos otros en los que la levedad del cuadro o su carácter menos incapacitante lo hace subsidiario de un tratamiento en el “médico de cabecera”. Y es aquí donde radica la necesidad de que los pacientes sean evaluados en Atención Primaria y sea por tanto en este nivel donde se decida la necesidad o no de un tratamiento especializado.

Si bien este planteamiento puede parecer claro y lógico, han sido necesarios muchos años de trabajo para que la psiquiatría se haya integrado como un nivel especializado más dentro del sistema sanitario general. No podemos olvidar que tan sólo hace 20 años, la asistencia psiquiátrica estaba centrada en los hospitales psiquiátricos; hospitales desgajados del sistema sanitario (los tradicionales “manicomios”) e incluso del sistema social mediante su alejamiento de los núcleos de población.

Sin embargo, las especiales dificultades que suelen presentarse a la hora de que un paciente con enfermedad mental se reconozca como tal, hacen que dejemos una puerta abierta a la iniciativa desde otros ámbitos distintos a la Atención primaria a la hora de derivar pacientes (iniciativa propia, familia, escuela...). Globalmente, podemos señalar que un 80-85% de casos proceden desde Atención Primaria (médico de cabecera, o pediatría en el caso de la atención infanto-juvenil) y el resto proviene en su mayor parte de la iniciativa propia o familiar, en el caso de los adultos, y del sistema escolar en la edad infanto-juvenil.

La Red de Asistencia Psiquiátrica en nuestra Comunidad atendió en el pasado año 2002 a casi 70000 personas diferentes que consultaron por problemas relacionados con la salud mental. De ellos, el 40% correspondían a trastornos “neuróticos” (incluyendo trastornos depresivos leves, trastornos de ansiedad, trastornos adaptativos, etc.), algo menos del 20% correspondían a trastornos psicóticos (incluyendo esquizofrenia y trastornos afectivos, entre otros), el 15% a alcoholismo y otras toxicomanías y el 25% restante se repartía entre trastornos de personalidad, demencias y trastornos psiquiátricos de base orgánica, y pacientes sin diagnóstico psiquiátrico que requirieron valoración.

Por grupos de edad y sexo, el mayor número de casos se agrupa en el intervalo de 35 a 44 años con un reparto equitativo entre hombres y mujeres (50%). Este equilibrio se rompe en el grupo de edad de 15 a 24, con un 66% de varones, y a partir de los 45 años con un predominio de mujeres (62%), resultando globalmente algo mayor el número de mujeres que acude a nuestros servicios (1,2:1).

Esto no significa, necesariamente, una mayor prevalencia de enfermedad mental entre las mujeres en población general. En todo caso, la mayor disposición de las mujeres para reconocer la existencia de un problema y solicitar ayuda en los servicios asistenciales es reconocida en la literatura existente como uno de los factores que explicarían estas diferencias.

En estos años se ha incrementado notablemente el número de pacientes atendidos a nivel extrahospitalario en la red de salud mental. Así los datos de pacientes diferentes se han incrementado de forma considerable pasando de 45622 individuos en tratamiento a lo largo del año 1993 a 69337 en el año 2002, lo que supone un incremento del 51%. Se mantiene un ritmo estable de entrada de pacientes nuevos en los últimos años, con un incremento lógico de casos que habiendo sido dados de alta en un proceso anterior, vuelven a consultar por la aparición de nuevos síntomas de tipo psiquiátrico. Se registraron, además, un total cercano a los 6000 ingresos en servicios hospitalarios, siendo la mayoría de ellos en unidades de corta estancia (media: 16 días).

Para atender estos casos, las estructuras que proporcionan asistencia psiquiátrica a la población han ido creciendo, durante los 20 años de vigencia del Plan de Asistencia Psiquiátrica y Salud Mental de la Comunidad Autónoma Vasca, hasta configurar una Red en la que se integran 36 Centros de Salud Mental, 6 Unidades Ambulatorias Específicas de Psiquiatría Infanto-Juvenil, 5 Unidades de hospitalización de corta estancia para adultos y 3 para niños y adolescentes en Hospitales Generales, 4 Hospitales propios y 3 concertados Monográficos de Psiquiatría, además de otros recursos y estructuras de rehabilitación (hospital de día, centro de día, etc.). Con todo ello, algo más de 2000 personas trabajan en la red asistencial directa, sin contar con las personas que desde asociaciones y otros foros trabajan también en el desarrollo de una mejor atención a la población con enfermedad mental. Esta red asistencial se ha constituido, por méritos propios, en una referencia para otras Comunidades de nuestro entorno tanto por su extensión como por su cualificación técnica y humana.

Sin embargo, todas las situaciones son susceptibles de ser revisadas y mejoradas. Por eso, estamos inmersos, de manera continua, en procesos de reflexión y análisis interno, planes de calidad, etc., a título individual en cada Organización, y a nivel global en un proceso de reflexión que ha llevado a la elaboración de un nuevo Plan Estratégico para los próximos cinco años, aún en fase de discusión interna, que marque las prioridades asistenciales en línea con el Plan de Salud 2002-2010, aprobado por el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, y en el que la Salud Mental es una de las líneas prioritarias de actuación.

Nuestro interés por la mejora y el intercambio de conocimientos se plasma también en los numerosos actos de carácter científico que se llevan a cabo en la Comunidad, siendo el ejemplo más cercano la Conferencia Europea sobre Salud Mental que se está celebrando en Bilbao en este momento con cerca de 200 participantes.

Para finalizar, resulta obligado realizar una reflexión sobre el Día Mundial de la Salud Mental que se celebra en el día de hoy, día 10 de octubre. Sin entrar en el significado de la propia existencia de este Día, quisiera remarcar la importancia del tema elegido para este año: “Trastornos emocionales y conductuales de niños y adolescentes”. Las enfermedades psiquiátricas en general, y las graves en particular, se caracterizan, por el momento, por la ausencia de conocimiento sobre las causas exactas que las motivan. Esto no es obstáculo para que los procedimientos terapéuticos hayan seguido avanzando y procuren en la actualidad una mejor calidad de vida a los pacientes. Sin embargo, es preciso ir ampliando el carácter rehabilitador de nuestra actividad con un enfoque preventivo que, mediante intervenciones precoces y efectivas, posibilite una mejor evolución a largo plazo; aspecto éste suficientemente basado en evidencia.

Es éste realmente, para mí, el mensaje que marca este Día Mundial de la Salud Mental: la necesidad de trabajar conjuntamente entre todos los implicados (familia, profesionales, instituciones, etc.) en la detección e intervención precoz

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