Nika Cuenca, periodista
El Athletic es, de largo, uno de los focos de actualidad más atractivos para los medios de comunicación de Bizkaia. Pocas entidades son capaces de ser seguidas diariamente por más de treinta empresas dedicadas a prensa escrita, radio y televisión. Hasta algún medio electrónico empieza a generar información y, por qué no, tratar de conseguir rentabilidad con la difusión de todo lo que sucede en el club rojiblanco.
En una sociedad vasca -y más concretamente vizcaína- menos compacta por otros aspectos, el Athletic es un nexo de unión capaz de llamar la atención a diestro y siniestro. Aficionados impenitentes o no, todos se identifican con el club, al que más de un millón de personas se asomó a saludar a la Ría por sus dos años de títulos a principios de los ochenta. Es una realidad palpable por las encuestas el hecho de que las páginas que se refieren al club de Ibaigane son las más leídas en los diarios más importantes de información general. De ahí su seguimiento especial. Euskal Telebista puede decir lo mismo con las retransmisiones de los partidos e incluso también algunas radios su hora punta en los partidos. El Athletic pide paso, preocupa y ocupa.
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Temporada 2003-2004. |
Mundo Deportivo, el diario que dirijo en Euskadi, es el más vivo ejemplo de la necesidad de información rojiblanca. No se entiende de otra manera que, en cuatro años, un diario deportivo pueda aumentar en más de sesenta mil lectores diarios, sin una inversión cienmillonaria. Nadie pensaba que se pudieran ofrecer con éxito una media de diez páginas, cada mañana, sobre un club al que una década atrás le sobraba media sala de prensa en Lezama y hace bien poco debió ampliarla. ¿Cuál es el motivo? El Athletic interesa, está permanentemente en la cabeza y corazón de muchas personas, y es un punto de referencia para el negocio periodístico. Por eso, por lo que afecta, también cuesta más ser crítico y duro con él. La propia filosofía del club, la que obliga a jugar con futbolistas vascos o crecidos en equipos de la tierra, es el principal vínculo de unión. Sobre todo en los momentos complicados.
Que el Athletic calaba hondo en la población y se convertía en el dogma de fe de todo un pueblo, lo escenifican las celebraciones. Ese paseo en gabarra por la Ría no fue sino la versión más moderna de aquellos desfiles de gigantes y cabezudos que precedían a los héroes de los cuarenta. El orgullo de jugar con vascos y triunfar con ellos era un mensaje que contenía buena parte de los cánticos de otras épocas. "Al Athletic cuando era vasco, todos le tenían asco, ahora que es campeón, todos le piden perdón", era una tonadilla de las que se entonaban. Y es que el sentimiento nacionalista de su gente tiene en el propio club a uno de sus principales motivos de satisfacción, de referencia.
Es por todo ello por lo que informaciones y decisiones de la entidad se miran con lupa, con mimo. Así como el aficionado enciende la señal de alarma cuando existe el menor problema económico, también mira hacia otro lado en el momento en que salen a la luz asuntos más espinosos, de fricción. Y si no mira hacia otro lado, les resta importancia.
Por encima de todo, está la pulcritud y mantener la esencia del pasado. La publicidad en las camisetas, el suplemento, el nuevo campo... ¿Qué mejor mensaje puede llevar el club por todo Europa que anunciar el nombre de Bizkaia en su camiseta? Hay momentos en los que a Ibaigane le cuesta evolucionar porque el propio socio no quiere cambios traumáticos con referencia al esquema que tiene en su cabeza.
Eso sí, la aceptación del fútbol femenino con las señas del Athletic ha supuesto, más allá de un pequeño tirón de orejas a los chicos, un detalle de modernidad. ¿Quién iba a pensar que más de 20.000 personas se concentrarían en San Mamés para celebrar el título de la Superliga? Existían otras referencias ajenas a la primera plantilla, como los masivos desplazamientos a Soria y Logroño para las finales de Copa Juvenil ante Betis y Barcelona. En esta última, se concentraron en Las Gaunas más de diez mil hinchas rojiblancos. Es ése, el orgullo de cantera, el bien más preciado por los seguidores. Pero la demostración del femenino viene a dejar claro que es la marca Athletic la que tira del carro. Porque el fútbol de chicas ha estado y está desamparado en los modestos campos de la provincia.
Puede celebrar el club la fidelidad de una prensa que ayuda en los momentos difíciles, que entierra parte de la información para no dañar. El mejor ejemplo, la discreción en la penosa enfermedad de Javier Uria y sus ingresos hospitalarios. Aunque la diversidad de medios apunte hacia extremos diferentes y encuentre el apoyo o la crítica más fuerte en unos que en otros, los productos de mayor firmeza periodística son más escrupulosos que en otros lares. Y eso que la mayor competencia podía suponer abrir la mano a informaciones más frívolas.
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San Mamés |
La prensa vizcaína está muy sensibilizada con lo que traslada a sus consumidores en cuanto al Athletic se refiere. Me dicen leones de otras décadas que los periodistas actuales somos unos angelitos de la caridad comparados con los de antaño. Quizás también porque el listón de exigencia se haya bajado. El equipo rojiblanco competía antes por títulos con mayor frecuencia y ahora se van a cumplir dos décadas sin levantar un trofeo y la filosofía del Athletic no ha sido puesta en cuestión, por lo menos a nivel público. Sí que es importante, sobre todo de cara a las futuras generaciones de periodistas y, sobre todo, de futbolistas, saber que captando cada palabra y hecho están muchos oídos jóvenes, el futuro sostén del club. El Athletic es la segunda escuela de cada niño de Bizkaia. A medida que nuestros más pequeños aprenden la tabla de multiplicar, memorizan los números de las camisetas de los leones y eso hay que cuidarlo.
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