Nahia
Gartzia Bengoetxea
Traducción: Koro Garmendia
Jatorrizko bertsioa euskaraz
En la Alta Edad Media, unas tres familias decidieron asentarse en la desembocadura del río Artibai, en la demarcación de la Anteiglesia de Berriatua. Estos colonizadores, pescadores de profesión, alcanzaron durante el siglo XIII tal poderío económico, que María Díaz de Haro, Señora soberana de Bizkaia, les otorgó el 28 de septiembre de 1327 el "Fuero de Logroño", mediante el cual se fundó la villa de Ondarroa, denominación derivada de la conjunción de los términos Ondar y Ahua.
Las edificaciones más emblemáticas de este municipio eran la iglesia de Santa María y el Puente Viejo. Las actividades relacionadas con la pesca se desarrollaban en las proximidades del citado puente: a su derecha se extendían las zonas destinadas a la limpieza y reparación de las redes, los astilleros y la única fuente de agua potable, mientras que a su izquierda se alzaban las viviendas. La iglesia de Santa María, por su parte, dada su peculiar ubicación, en el último meandro del río, protegía de las tempestades tanto el municipio como, muy especialmente, el puerto. Precisamente por tal motivo protector se fue Ondarroa extendiéndose geográficamente en torno a la iglesia.
Dado que la antigua villa de Ondarroa apenas disponía de terrenos donde edificar, el municipio fue creciendo hacia las empinadas laderas de las inmediaciones, ya que el terreno restante lo ocupaban las marismas y junqueras del río Artibai (imagen nº 1). En el año 1911 se presentó un proyecto para sanear y urbanizar las marismas de Ondarroa (AGCAPV, exp. 555), y ocho años más tarde otro proyecto urbanístico (AGCAPV, exp. 871), como consecuencia de los cuales todas las prolongaciones del municipio que tuvieron lugar en el siglo XX se localizaron en la ribera del río Artibai, disminuyendo paulatinamente la dimensión de la marisma.
Durante muchos años, además, la corriente del río era aprovechada para transportar maderas y materiales para la construcción. A lo largo de todo su trayecto, hasta casi la altura de Berriatua, había varias zonas destinadas a la carga. Como curiosidad, destacar que en el archivo municipal consta una reclamación presentada en aquella época por varios ondarrutarras, mostrando su enfado por el hecho de que un vecino del municipio había acotado una pequeña parcela de la marisma para destinarla al cultivo, con lo cual tenían una zona menos donde poder cargar (AGDFB, Libro nº 10).
A medida que la actividad laboral del municipio aumentaba, la superficie de la marisma se iba reduciendo. Se calcula que su extensión actual en la parte más alta del río, conocida como Arrabeta, es de 2.4 hectáreas.
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Ondarroa en el año 1846, según Blanche Hennebutte (Fuente: Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia). |
En 2001, Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos elaboró un estudio sobre la vegetación de la marisma de Arrabeta. Las especies vegetales de estos ecosistemas se establecen en virtud del gradiente de la marea, y, a medida que el nivel de la salobridad y la fuerza de las corrientes disminuyen, más tipos de bandas aparecen (Benito & Onaindia, 1989). Con el objeto de ahondar en esta tendencia ecológica, se analizaron las plantas situadas entre la altura que alcanza la pleamar hasta el interior de la marisma.
En la marisma de Arrabeta se constata la ausencia de varias comunidades de plantas, como, por ejemplo, las especies Zostera noltii, Suaeda maritima y Salicornia rammosisima, muy frecuentes en las riberas. En la comunidad de la semi-ribera, por su parte -es decir, en la zona que durante las pleamares habituales queda sumergida bajo el agua-, no vive más que la especie Spartina maritima. La vegetación más diversa y abundante se encuentra en la comunidad de la orilla semi-alta, donde se pueden distinguir especies como Aster tripolium, Halimione portulacoides, Inula chritmoides, Juncus maritimus y Phragmites australis o cañas. Las tres primeras soportan bien la salobridad, pero no pueden permanecer demasiado tiempo bajo el agua. La presencia de juncos y cañas, por su parte, indica que en dicha zona circula agua dulce.
La causa de que en la baja ribera se eche de menos la presencia de determinados tipos de plantas puede consistir en la escasa interacción entre la topografía y la hidrología. Para que la distribución de la vegetación sea la adecuada, las marismas deben alcanzar su altura de una forma continuada; en Arrabeta, sin embargo, al llegar la pleamar el nivel del agua sube casi medio metro (imagen nº 2). En la antigüedad tenían por costumbre cercar y rellenar el terreno de las marismas, para así aislarlos de la dinámica del agua y convertirlos en tierra de cultivo. Pero era tal la ruptura física que se producía, que obstaculizaba el desarrollo de las plantas y detenía el proceso de zonificación ecológica de la marisma, hasta el punto de que la mayoría de las especies de la orilla baja y media fueron desapareciendo.
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La marisma Arrabeta de Ondarroa en bajamar, en la época de las mareas vivas que tuvieron lugar en septiembre del año 2001. Fotografía: Nahia Gartzia Bengoetxea |
Especie vegetal | Cobertura (%) |
Aster tripolium | 15 |
Atriplex hastata | 15 |
Corylus avellana | + |
Elymus pycnanthus | 5 |
Festuca rubra ssp. pruinosa | + |
Frankenia laevis ssp. laevis | + |
Halimione portulacoides | 15 |
Inula chritmoides | 15 |
Juncus maritimus | 5 |
Mentha aquatica | + |
Oenanthe crocata | + |
Paspalum paspaloides | 5 |
Phragmites australis | + |
Scirpus maritimus ssp. maritimus | 5 |
Scirpus sylvaticus | + |
Spartina maritima | 5 |
Spergularia maritima | 2 |
Triglochin martima | 15 |
Cuadro nº 1: Las principales especial vegetales presentes
en la marisma de Arrabeta y la proporción de su cobertura.
El signo + indica que la especie en cuestión está presente,
pero sin que su cobertura en la marisma sea especialmente destacable.
Además de la vegetación, se estudió cómo afectan las mareas a la marisma de Arrabeta. Para ello, se colocaron nueve estacas a lo largo de ella, en bajamar, y se examinaron las marcas que durante las pleamares de las mareas vivas que tuvieron lugar entre el 17 y 19 de septiembre dejaron las aguas en las mismas, calculando, asimismo, la superficie que quedaba sumergida. Del total de 2.44 hectáreas iniciales de la superficie, en las mencionadas pleamares quedaron por encima del nivel que alcanzaba el agua un total de 700 m2; es decir, que durante la época de las mareas vivas el 97% de la marisma queda sumergido. Esta cifra pone de manifiesto tanto la pequeñez de sus dimensiones como la falta de espacio físico suficiente para el crecimiento de las plantas. En cualquier caso, en las pleamares habituales la mitad de la marisma queda por encima del nivel del agua y de tal forma se facilita la aparición en las orillas altas de especies como Phragmites australis y Elymus pycnathus.
La marisma de Arrabeta comparte, en términos generales, las mismas características que los demás ecosistemas degradados por la intervención del ser humano. La comunidad vegetal no está distribuida según su zonificación natural y la fragilidad del ecosistema es más que evidente, más aún si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de la marisma y la contaminación antrópica que sufre el río Artibai del municipio de Berriatua en adelante (Gobierno Vasco, 1998).
Por último, señalar que la situación ecológica de la marisma localizada en los albores de la villa de Ondarroa es muy preocupante; no obstante, en el Avance del Plan Territorial Sectorial de Zonas Húmedas de la Comunidad Autónoma Vasca (1998) ha sido definida como zona degradada a recuperar. Con la recuperación de las tierras que tiempo atrás fueron destinadas al cultivo, la extensión de la marisma ascendería a 8 hectáreas. Además, con la supresión de los diques y cercos que en su día se levantaron, la dinámica del agua se reestablecería en toda la marisma y, por consiguiente, el hábitat empezaría a diversificarse, permitiendo el desarrollo de distintas comunidades de plantas y de invertebrados terrestres, habida cuenta de que estos últimos están estrechamente vinculados con la aparición de aves y, sobre todo, de limícolas de las marismas. La finalidad de este esfuerzo no es otra que recuperar un entorno social y cultural que toda marisma ofrece a la sociedad.
Bibliografía
Archivo General de la Comunidad Autónoma del País Vasco (Vitoria/Gasteiz). Fondo Puertos de Bizkaia. Concesiones. Exp. 555.
Archivo General de la Comunidad Autónoma del País Vasco (Vitoria/Gasteiz). Fondo Puertos de Bizkaia. Concesiones. Exp. 871; AGA. Leg. 1.786.
Benito, I. & Onaindia, M. 1991. Estudio de la distribución de las plantas halófitas y su relación con los factores ambientales en la marisma de Mundaka-Urdaibai. Implicaciones en la gestión del medio natural. Cuadernos de sección Ciencias Naturales (8), Eusko Ikaskuntza.
Departamento de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente. 1998. Avances del Plan Territorial Sectorial de Zonas Húmedas de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. Vitoria/Gasteiz.
Euskal Autonomi Elkarteko Ibaietako Uren Kalitatea eta Ingurunearen Egoera Zaintzako Sarea, 1998. Lurralde Antolamendu, Etxebizitza eta Ingurugiro Saila. Eusko Jaurlaritza.
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