Sistemas de Información Geográfica, una valiosa herramienta al servicio de la sociedadEscuchar artículo - Artikulua entzun

Dra. MĒ Cruz Porcal Gonzalo, Departamento de Geografía. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Como es bien sabido, desde siempre el hombre ha sentido la necesidad de conocer lo mejor posible y de representar gráficamente el territorio donde se desenvuelven sus actividades con el afán de utilizarlo, gobernarlo, gestionarlo y planificarlo de forma más eficaz. Ni que decir tiene que ello le ha exigido llevar a cabo un gran acopio de información geográfica pero también desarrollar procedimientos encaminados a su tratamiento, estudio y plasmación gráfica en mapas. Indudablemente para satisfacer dicha aspiración –máxime teniendo presente el gran valor económico y geopolítico que la información geográfica posee- cada civilización ha empleado los medios técnicos y el bagaje de conocimientos científicos a su alcance. En los últimos años, en que se ha incrementado el interés por las ciencias de la tierra -acorde, en buena medida, con una mayor conciencia ambiental y con la defensa de los principios de “sostenibilidad”- en que las estrechas relaciones entre el hombre y el medio –secular objeto de estudio de los geógrafos- parecen haberse redescubierto, y en que vuelve a defenderse con vehemencia la perspectiva global desde la que abordar el estudio de la realidad espacial, ha aumentado intensamente la demanda de información territorial por parte de la sociedad. No extraña, por consiguiente, que el desarrollo de modernas tecnologías altamente especializadas para la gestión de la misma, tales como los Sistemas de Información Geográfica, revista un notable interés.

1. ¿QUÉ SON LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA?

Los S.I.G. son potentes herramientas informáticas capaces de capturar, almacenar, recuperar, analizar y representar gráficamente grandes volúmenes de datos espaciales relativos a la superficie terrestre, lo cual les confiere amplias virtualidades para resolver problemas de gestión y planificación territorial. Hay que aclarar que un S.I.G. no es sólo un programa informático sino un complejo sistema organizado y abierto compuesto por hardware, software, datos y usuarios, que permite integrar y unificar información francamente variada (procedente –tal y como puede apreciarse en la primera figura adjuntada- de imágenes de satélite, fotografías aéreas, mapas básicos y temáticos, G.P.S., etc.). Eso sí, uno de los rasgos que diferencia a los S.I.G. de otros Sistemas de Información radica en la naturaleza geográfica o espacial de los datos que los alimentan, lo cual los hace susceptibles de ser representados cartográficamente. Entre otras consideraciones, esto comporta que en ellos se almacenen, mediante coordenadas, la localización geográfica de los objetos que representan la realidad (esto es, la georreferenciación), pero también y –lo que es más importante- sus relaciones espaciales (o lo que es lo mismo, la topología), además, evidentemente, de sus propiedades o atributos temáticos. Gracias al primer componente el sistema conocería, por ejemplo, cuál es la posición o localización absoluta de una determinada parcela de cultivo en la superficie terrestre; al segundo, con qué parcelas linda y, en suma, su posición relativa respecto al resto de objetos espaciales; y al tercero, cuál es su uso u ocupación. De este modo, en todo momento el sistema mantiene y vincula información espacial y temática, lo cual introduce una diferencia sustancial respecto a las bases de datos convencionales, en donde no existe una información alfanumérica asociada a una cartográfica.

Por consiguiente, un S.I.G. proporciona una visión esquemática de la realidad y constituye una síntesis del territorio; un territorio que, en virtud de su complejidad, habitualmente queda estructurado en el sistema informático en capas temáticas (altitudes, litología, hidrografía, asentamientos de población, usos del suelo, red viaria, etc.) y que se halla compuesto por entidades geográficas (un río, una edificación, una parcela de cultivo, una carretera, etc.), las cuales aparecen definidas mediante objetos espaciales distintos según el modelo de conceptualización digital empleado (puntos, líneas y polígonos, en el denominado “modelo vectorial” y celdas o pixels en el “modelo raster”).

2. APLICACIONES DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA Y UTILIDAD PARA EL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD

Se ha dicho -con razón- que un S.I.G. es una herramienta multipropósito que, desde su aparición en Norteamérica en la década de 1960 hasta la actualidad, ha demostrado sobradamente su eficacia como instrumento de ayuda en el análisis y gestión territorial y en los procesos de toma de decisiones que afectan al espacio. Tal y como se verá a continuación, ello permite entender que, en nuestros días, se haya convertido en una herramienta imprescindible tanto para las Administraciones Públicas como para un amplio espectro de profesionales que trabajan con datos espaciales pero también para el conjunto de ciudadanos que, cada vez más, pueden encontrar en estos sistemas múltiples utilidades.

Ciertamente el provecho que para cualquier analista o gestor territorial supone disponer de información espacial organizada, susceptible de una actualización permanente y con rápidas salidas cartográficas resulta innegable. Pero éste se incrementa en razón de la capacidad de estos sistemas para inferir nueva información a partir de la manipulación de las variables contenidas en su base de datos, por ejemplo, mediante operaciones de superposición entre mapas o capas temáticas distintas. Cabe subrayar que esta capacidad analítica de los S.I.G. -posibilitada por la información topológica incluida en su base de datos- ha sido considerada como su aspecto más relevante y distintivo y el que permite diferenciarlos de los programas de cartografía automática, orientados exclusivamente a la confección y edición de mapas.

Así pues, un S.I.G. alberga, entre otras, un amplio abanico de funciones de búsqueda, análisis y modelización de la información gracias a las cuales pueden efectuarse consultas simples (¿qué hay en una localización geográfica determinada?, o viceversa, ¿dónde se localiza un atributo concreto?) pero también preguntas mucho más complejas, tales como las siguientes: ¿dónde se cumplen o no unas determinadas condiciones -de topografía, pendiente, litología, accesibilidad, ocupación y calificación del suelo, etc.-, esto es, unos óptimos de localización que permitan decidir, por ejemplo, la mejor ubicación para un nuevo equipamiento o actividad?, ¿qué distancias existen dentro de un territorio respecto a determinadas características?, ¿cuál es el camino óptimo entre dos puntos teniendo en cuenta la intensidad de tráfico, la categoría y el estado de las vías, los rasgos topográficos, etc.?, ¿qué impactos o efectos territoriales produciría la construcción de una determinada infraestructura o equipamiento?, etc.

Teniendo en cuenta esas potencialidades sucintamente expuestas, he aquí algunas de las aplicaciones más habituales de los S.I.G.: gestión de recursos naturales (bosques, control de la contaminación del agua, prevención de la contaminación atmosférica, dinámica de paisaje, etc.) y también de recursos culturales (patrimonio histórico-artístico, arqueológico, industrial, rural, etc.), evaluaciones de impacto ambiental, prevención de riesgos (inundaciones fluviales, erosión, incendios, peligrosidad sísmica, riesgos volcánicos, etc.), gestión de áreas agrícolas (seguimiento de cosechas, control de plagas, planificación de riegos, etc.), dinámica de usos del suelo, mantenimiento del Catastro de propiedad rústica y urbana, estudios de mercado y búsqueda de localizaciones óptimas (escuelas, hospitales, comercios, empresas, vertederos, alojamientos turísticos, etc.), análisis de la capacidad de acogida del territorio en el marco del planeamiento (esto es, asignación idónea de usos urbano-residenciales, industriales, agrarios, zonas de protección, etc.), mantenimiento y control de grandes infraestructuras (redes de abastecimiento y evacuación de agua, red de telefonía, red eléctrica, etc.), trazado de rutas y cálculo de caminos mínimos (el más corto, el más rápido, el más barato, etc.), análisis de las pautas de difusión de enfermedades y estudios epidemiológicos, gestión rápida de los servicios de emergencia (bomberos, policía, ambulancias, etc.) y de cuestiones relacionadas con la protección civil e, indudablemente, producción de mapas de calidad.

Este amplio espectro de posibilidades testimonia el desarrollo exponencial experimentado por estos sistemas desde el decenio de 1970 que, como no podía ser menos, se ha producido al compás de intensos avances técnicos. Así pues, entre las numerosas razones que han contribuido a ese crecimiento acelerado destaca la aparición de programas cada vez más perfeccionados pero, a su vez, menos áridos de manejar que sus predecesores, capaces, además, de funcionar en ordenadores personales -y no sólo en grandes y costosos equipos como sucedía hace no demasiado tiempo-. Por otra parte, merece la pena subrayar que uno de los acontecimientos recientes más significativos –por lo que atañe a la difusión de los S.I.G. al conjunto de la sociedad- ha sido, sin lugar a dudas, su creciente vinculación con Internet. Han progresado los S.I.G. corporativos, unos sistemas que permiten que los datos espaciales georeferenciados y los datos alfanuméricos asociados a ellos, elaborados por diferentes organismos o departamentos, puedan analizarse conjuntamente a través de Internet. Tal es el caso del S.I.G. Corporativo desarrollado, con un carácter pionero, por la Diputación Foral de Alava (vid. Figura 2) o del S.I.G. Territorial de Gobierno de Navarra (vid. Figura 3), ampliamente utilizados para gestionar ambos territorios. Pero, a su vez, la red ha servido de plataforma para poner a disposición de los ciudadanos cartografía variada a distintas escalas, en formato digital (mapas, planos, imágenes de satélite, fotografías aéreas, etc.), así como para ofrecer servicios diversos (consulta del callejero, búsqueda de rutas óptimas y ayuda a la conducción, cálculo de distancias, búsquedas de localización y búsquedas temáticas sobre servicios y equipamientos variados, posibilidad de efectuar vuelos territoriales en 3D, esto es, con efecto tridimensional, etc.).

A la luz de su evolución cabe pensar que, en los próximos años, se producirá un uso creciente de este instrumento de análisis y gestión territorial que, cada vez más, se introducirá en la vida cotidiana. En ese supuesto, la realidad demostrará que las nuevas tecnologías, particularmente los Sistemas de Información Geográfica, así como los mapas pueden y deben estar al servicio del conjunto de la sociedad.

SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA BÁSICA SOBRE LOS S.I.G

BASILDO MARTIN, R.M. Y LOPEZ NIEVA, P. (1998) " Aproximación bibliográfica a los Sistemas de Información Geográfica aplicados a la Ordenación del Territorio y los Recursos Naturales", Anales de Geografía de la Universidad Complutense, nº 18, pp. 319-355.

BOSQUE SENDRA, J. (1997) Sistemas de Información Geográfica, Ediciones Rialp, 2ª ed. corregida, Madrid.

BURROUGH, P. (1986) Principles of Geographical Information Systems for land resources assesment, Clarendon Press, Oxford.

COMAS, D. Y RUIZ, E. (1993) Fundamentos de los Sistemas de Información Geográfica, Ariel, Barcelona.

GUTIERREZ PUEBLA, J. Y GOULD, M. (1994) S.I.G.: Sistemas de Información Geográfica, ed. Síntesis, col. Espacios y Sociedades, Madrid.

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