La gaita y la danza en Pamplona: la gaita y su función sociocultural en la década de 1650Escuchar artículo - Artikulua entzun

Rebeca Madurga Continente

La gaita en los comienzos de la segunda mitad del siglo XVII fue un instrumento muy importante y utilizado en Pamplona, principalmente para las fiestas de San Fermín y para las fiestas del Corpus, según las numerosas referencias que encontramos en el Archivo Municipal de Pamplona (Negociado de Diversiones Públicas, sección de Libranzas), en las que se cita la gaita o el gaitero en diversas conmemoraciones.

En Euskal Herria los términos de “gaita” y “dulzaina” son confusos, y a menudo son sustituidos el uno por el otro. Habitualmente al apelativo “gaita” le acompaña el adjetivo “navarra” que se identifica con la dulzaina: no hay que confundirla con la gaita de odre, puesto que la gaita navarra es un instrumento de soplo directo.

Nada cierto se sabe sobre el origen de la gaita en Navarra, aunque dada la simplicidad y la relativa facilidad con que se puede fabricar, se puede sospechar que viene siendo usada en el ámbito popular desde tiempos antiguos. Según afirma el Padre Donostia en Tudela se hallaron documentos que prueban la existencia de la gaita en el año 1587.

Argazkia
Dulzaina.

En la catedral gótica de Pamplona encontramos un número elevado de instrumentos musicales, entre ellos, la gaita: en la Puerta del Amparo (en una de las jambas y en un capitel), en la arquivolta que corona la Epifanía de Perut y en la puerta del Refectorio en manos de un centauro.

El hecho de que la gaita figure en la ornamentación del edificio no implica que ésta fuera utilizada dentro del templo.

Actualmente el conjunto habitual en el que aparece la gaita consta de dos gaiteros y un tamborilero que les acompaña. El papel que ha ejercido este instrumento ha sido, sobre todo, para acompañar bailes populares, danzas, acompañamientos en desfiles (dianas y pasacalles), procesiones y ceremonias religiosas y civiles. El sonido fuerte y estridente de este instrumento, que a la vez es su riqueza y limitación para músicas de conjunto, ha circunscrito su uso a la música de la calle, donde la gaita se desenvuelve con profunda soltura.

La gaita, según las referencias consignadas, en la década de 1650 aparece siempre ligada a las danzas, en las que habitualmente intervenían, además del gaitero, ocho hombres, (ver anexo, 1).

Poco sabemos acerca de las características musicales y coreográficas de las danzas citadas en las fuentes. La única descripción documentada es que algunas de las danzas son paloteadas, (ver anexo, 2).

Podemos afirmar que la tradición de los gaiteros, en la mayoría de los casos, era familiar. Encontramos una cita de 1653 en la que se nombra a un muchacho que toca el tambor identificándole como hijo de un gaitero, (ver anexo, 3).

En general los músicos estaban bien remunerados, aunque el pago dependía de la calidad artística de la pieza y del lugar de procedencia de los danzantes, que recibían un extra para los gastos del camino. Los grupos de danzas asistían y participaban en los festejos de Pamplona viajando de diversas localidades, como Tafalla, Puente la Reina, Tudela, Olite, Cornago, Logroño... además de los vecinos de la ciudad.

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Gaiteros de Tudela tocando por las calles durante las fiestas de San Juan en el barrio de Lourdes de Tudela el 23 de junio de 2001. Foto B. Aldanondo, 2001.

El gaitero cobraba mucho más que los demás miembros del grupo, según una referencia en la que un gaitero cobra 50 reales por una actuación, (ver anexo, 4), considerando que como media el maestro de danzas recibe 200 reales por acto para repartir entre todos los miembros, el gaitero cobra una cuarta parte del ingreso. El tamborilero sería el que menos ganancias recibiría, según una referencia en la que se le paga a un muchacho que toca el tambor en un acto, ocho reales, (ver anexo, 3).

Un dato interesante, y a la vez confuso, es que en varias referencias aparece el término de “jular” en la misma posición en la que se encuentra el de “gaita”, (ver anexo, 5). Podemos explicarlo con tres posibles respuestas: el apelativo de “jular” y el de “gaitero” se usaban indistintamente para nombrar a la misma persona; puede referirse a un “juglar”; o bien, el jular era otro instrumento, que podría ser el txistu.

La gaita, junto con la danza, participaba en acontecimientos que se celebraban anualmente, principalmente las fiestas del Corpus y las dedicadas a San Fermín.

Es a partir de 1606 con el obispo de Pamplona Don Antonio Venegas de Figueroa (1606-1612) cuando las fiestas del Corpus adquieren mayor importancia. Éstas se celebraban en ocho días y para ello se preparaban las calles y el templo con gran esmero. Incluso se elegían las mejores letras, danzas e instrumentistas. Se interpretaban motetes, romances, villancicos latinos, castellanos, vascongados, portugueses, y se representaban autos sacramentales. También se programaban concursos de poesía. Pero sin duda, la procesión era el acto más multitudinario y a él acudían toda la ciudad, el cabildo catedralicio, dignidades, canónigos y capellanes, el Consejo Real y el Regimiento. La procesión transcurría en el marco del claustro gótico de la catedral habiendo colocado en cada esquina un altar, y ésta era acompañada por danzas con música, (ver anexo, 6).

En el siglo XVII se dedicaban dos fechas al año a San Fermín: el 7 de julio día del santo, que hasta 1590 se celebraba el 10 de octubre y por petición de la ciudad se traslado a julio, y el 25 de septiembre que se recuerda el martirio de San Fermín. Desgraciadamente en las referencias no se indica cuál de las dos fiestas se celebra. Tan sólo una referencia especifica la celebración para el día del martirio del santo, (ver anexo, 7).

Podemos suponer que las danzas participarían en la procesión, pero en ninguna de las referencias se alude a este dato: “[...] por haver regocijado la fiesta del glorioso San Fermín con una dança de ocho hombres y el gaitero [...]”, algo que en las citas referidas al Corpus sí se concreta.

La danza también intervenía en acontecimientos extraordinarios acontecidos en la década.

En 1652 se celebró el fin de la guerra dels segadors (1640-1652), en un primer intento de Castilla de someter a Cataluña, en que Barcelona fue finalmente tomada, pero logrando conservar su autonomía, aunque representó el desmembramiento de Cataluña pasando la parte norte a dominio francés, que perdura hasta nuestros días.

Según las referencias fue un día jubiloso, ya que se celebró una misa de acción de gracias, con el cántico del Te Deum Laudamos, y misa solemne. Dos danzas acompañaron a la ciudad a la iglesia de San Lorenzo. La corrida de toros fue otro día, por lo que puede que esta celebración se festejara en varios días, o bien se le pagó al maestro de danzas por dos actos distintos, (ver anexo, 8).

En 1657 se celebró la incorporación del santo Fermín al patronato de Navarra junto con San Francisco Javier. Ese día se contrató a varios maestros de danza, junto con sus ocho hombres y el gaitero, incluso en una de las referencias aparece otro personaje más, llamado “bobo”, para festejar el copatronato. Aunque no se indica de qué manera intervinieron en los actos.

Como hemos comprobado, la gaita aparece siempre ligada a la danza y su actuación se limita a los espacios abiertos. Desgraciadamente, no podemos describir la música ni la coreografía de las danzas. Su uso se enmarca en festejos y celebraciones populares en las que participa la ciudad, con actuaciones de diferentes artistas del reino, y aunque no tengamos documentos al respecto, seguro que su interpretación en el ambiente doméstico era muy usual.

ANEXO

1. 1654: “[...] pague a Joseph Ramirez maestro de danças vezino de cornago la suma de cuatrocientos reales que se le han librado por la dicha ciudad por haver regocijado la fiesta del glorioso san Fermín con una dança de ocho hombres y el gaitero […]”.

2. 1657: “[...] pague a Francisco de Suescun maestro de danças vezino desta ciudad doscientos reales por una dança de paloteado de ocho onbres que a sacado para regocijar la fiesta del día del Corpus deste presente año con la gayta [...]”.

3. 1653: “[... ] pague a Pedro Ramírez muchacho hijo de Pedro Ramírez gaitero vezino de Tafalla la suma de ocho reales que sele an librado por la ciudad por haver regocijado con un tambor la fiesta del santísimo sacramento [...]”.

4. 1653: “[...] pague a Domingo Abarca gaitero cinquenta reales que la ciudad leha librado por lo quea celebrado la fiesta del santísimo sacramento en la procesión tocando la gaita en una de las tres danças [...]”

5. 1654: “[...] pague a Domingo de Yauar jular vezino de Muruastrain treinta y tres reales por tantos que la dicha ciudad lea librado por las ocupaciones y trabajo que atenido en festejar y regocijar la fiesta del santísimo sacramento y asistido en la procesión della tocando el jular en una de las tres danças […]”.

6. 1654: “[...] pague a Francisco de Suescun maestro de danças de vezino de la esta ciudad ciento y sesenta reales que dicha ciudad lea librado por una dança que ha sacado de ocho hombres y el gaitero para el festejo y regocijo de la fiesta y procesión del santísimo sacramento […]”.

7. 1659: “[...] pague a christobal de Reta maestro de danzas doscientos y veinte reales por aver sacado una danza de paloteado con ocho hombres y el gaitero para celebrar la fiesta del ymbicto martir san fermín patron de este Reyno del día de su martirologio [...]”.

8. 1652: “[...] pague a Francisco de Suescun maestro de danças vezino desta ciudad la suma y cantidad de ciento y ochenta reales por tantos que la ciudad lea librado por una dança de ocho hombres y el gaitero que asacado para el regocijo y festejo del [...] quese atenido en la restauración de Barcelona y han acompañado a la ciudad al Te Deum Laudamos y missa solemne que se dijo en la capilla de San Fermín y también a las cassas de la plaça del castillo el día de la corrida de los toros [...]”.

9. 1657: “[...] pague a Martín de Erroz vezino de esta ciudad doscientos reales por una danza de paloteado de ocho hombres el bobo y el gaitero que a sacado para celebrar las fiestas del patronato de los gloriosos san fermín y san francisco [...]”.

BIBLIOGRAFÍA

J.A. DONOSTIA, “Instrumentos musicales del pueblo vasco”, en Anuario musical, 7 , 1952. pgs.25-28.

IRUÑEKO GAITEROAK, Julián Romano Ugarte. Aproximación a su vida y obra musical, Gobierno de Navarra, Departamento de Educación, Cultura y Deporte – Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1990.

FERNÁNDEZ-LADREDA Clara, “Iconografía musical de la Catedral de Pamplona” en Música en la Catedral de Pamplona, nº 4, Capilla de música, Pamplona, 2004.

GOÑI GAZTAMBIDE José, “La Capilla Musical de la Catedral de Pamplona en el siglo XVII” en Música en la Catedral de Pamplona, nº 5, Pamplona, 1986.

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