Las luces se apagan lentamente y con ellas el murmullo de las conversaciones. La expectativa crece. Acomodamos el cuerpo y el alma para participar de otra velada de excepción donde la música habrá de jugar el más importante papel.
El Teatro Colón de Buenos Aires es el ámbito elegido y el Mozarteum Argentino la entidad que nos acerca a este mundo mágico.
Grandes orquestas, prestigiosos solistas, afamados conjuntos de cámara y ballets de renombre, han formado parte de la programación que año a año nos ofrece esta institución considerada como la más relevante del país en lo que hace a difusión musical.
Serían muchos los aspectos a destacar: la calidad de los espectáculos, su meticulosa organización , un intento sostenido de brindar lo mejor y la continuidad en una tarea que no declinó aún en los momentos más difíciles.
“Aunque Argentina (se hace referencia al año 2001) atraviesa momentos de dificultad económica, queda intacta la potencial riqueza espiritual de su gente y los que nos hemos ocupado de mantener esta llama enriqueciéndola con una labor de difusión musical, nos sentimos felices y motivados para continuar en este camino.”
Palabras de la Sra Jeannette Arata de Erize que ejerce la presidencia del Mozarteum Argentino desde 1955.
Jeannette Arata de Erize. |
Distinguida por innumerables asociaciones nacionales e internacionales, condecorada por diferente organismos, instituciones y países, la Sra. de Erize ha transitado un camino de esfuerzo y trabajo en el campo de la cultura.
Ella misma lo confirma al decir:
“Cuando acepté ponerme al frente del Mozarteum, ignoraba que había dado comienzo a una nueva vida. Desde entonces, mi existencia, la de mi familia y colaboradores, ha estado regida por la ambición de difundir lo mejor de la música de todos los tiempos en Argentina y favorecer el surgimiento de sociedades semejantes en otros países de América”.
Toda historia tiene un comienzo. Toda gran idea alguien que la impulsa.
El Mozarteum Argentino tuvo su origen en una pequeña sociedad de amigos que se reunían en Buenos Aires para escuchar y estudiar la obra de Mozart, a la manera de las tertulias musicales de otros tiempos.
En 1952 se crea como entidad, siendo su primer presidente don Cirilo Grassi Díaz. Entre sus colaboradores se encontraba la Sra. de Erize que perteneciente a una familia de arraigada tradición cultural ,entendió la necesidad de compartir con otros un privilegio que disfrutaba desde pequeña.
Su padre el Dr. Luis Arata, médico, se había casado con Valentina Rufz de Lavison joven francesa de una distinguida familia con la que formó un hogar donde la música y la literatura eran temas cotidianos de conversación.
Jeannette Arata realizó sus estudios en el Colegio Santa Rosa de las Misioneras del Corazón de Jesús y muy joven contrajo matrimonio con Francisco de Erize, un joven abogado interesado en las tareas del campo.
Los Erize provienen de Navarra. El apellido se origina en el nombre medieval Eriz, que con el correr del tiempo se transforma. Ya en el siglo XIV se los encuentra en las proximidades de Pamplona con caserío a unos 30km. al norte de la ciudad.
El primer Erize llega a Argentina en 1869. Tenía 12 años y se llamaba Juan. Lo enviaba su familia a casa de parientes y amigos y venía como tantos otros inmigrantes a probar fortuna.
Trabajando en el campo logró una buena posición económica que sus descendientes acrecentaron. Cerca de Puán en la Provincia de Buenos Aires, creó la “Posta de Erize”, hoy Estación del mismo nombre, cercana a la cual la familia conserva la estancia que dio nombre al lugar.
Y es a esta mujer, portadora por matrimonio de este antiguo apellido navarro, a quien en 1955 se le ofrece la Presidencia del Mozarteum.
Empeñada en hacer llegar el arte de una manera diferente y más completa, planteó una serie de ideas originales que pudieron llevarse a cabo gracias a su empeño, al de sus colaboradores y al apoyo sin restricciones de sus familiares.
Fueron sus objetivos “poner en contacto a los individuos entre sí y con lo mejor de ellos mismos y compartir con toda la gente, la sabiduría y la felicidad que los integrantes de la flamante sociedad musical y los intérpretes nos brindan”.
Si bien Buenos Aires contaba y cuenta con entidades musicales de importancia quiso acercarse y acercarnos al arte de un modo nuevo.
Comprendió que este esfuerzo no debía restringirse solo a la promoción de la creación mozartiana, por lo que propuso divulgar la obra de autores internacionales en espacios hasta el momento no pensados.
Comenzaron entonces los conciertos en los museos de Buenos Aires que habían sido mansiones de grandes familias, como el Palacio Errazuriz (sede del Museo de Arte Decorativo).
Iglesias y residencias particulares de importancia se sumaron a los museos, ofreciendo un ámbito más que propicio para alojar a la música. Se la disfrutaba en un entorno de privilegio.
Eran tiempos en que los grandes artistas permanecían en la ciudad durante varias semanas, lo que permitía establecer profundos lazos de amistad entre visitantes y visitados.
Jeannette Arata de Erize. |
Naturalmente, la casa de los Erize era el referente generoso para quienes llegaban al país. Con eficacia y sentido de la oportunidad se daba solución tanto a cuestiones artísticas como a planteos casi domésticos.
En busca de una mayor difusión, en los años 60 el Mozarteum llegó a la televisión. Por el canal estatal se transmitieron una serie de conciertos realizados en antiguas residencias de la ciudad.
Ello, además de extender al gran público las actuaciones de artistas de fama, permitió mostrar las colecciones de arte que los dueños de los lugares elegidos atesoraban.
Innumerables anécdotas jalonan esta etapa. Al decir de la Sra de Erize, “más de una vez, los que gustosos cedían sus casas se habrán preguntado si los objetos de sus colecciones saldrían indemnes de la experiencia.”
La entidad creció y se hizo necesaria la búsqueda de otros espacios. Comenzaron entonces los conciertos de abono en grandes salas como el Teatro Coliseo, el Gran Rex y finalmente el Colón, donde hoy se llevan a cabo todas las funciones de la temporada.
Llegar a los jóvenes fue otra de sus metas. Gracias al Programa Música para la Juventud más de mil jóvenes menores de 25 años acceden a las funciones a un bajo costo.
Provoca un verdadero placer contemplar y compartir el entusiasmo de chicos y chicas que suben bulliciosos las escaleras del teatro, algunos de ellos con las partituras bajo el brazo.
Asimismo, jóvenes argentinos y sudamericanos de talento, se han beneficiado y se benefician con becas y cursos de perfeccionamiento.
Esta vasta tarea se complementa con el apoyo a conjuntos nacionales y la concreción del ciclo gratuito “Conciertos del Mediodía” que desde 1959 se lleva a cabo en las salas céntricas de la Capital.
Pero la labor no se detiene en Buenos Aires, sino que llega al interior del país a través de filiales que en su medio realizan una valioso trabajo.
Dada la relación establecida con organismos similares de Venezuela, Brasil, Uruguay y Chile se organizan también giras de grandes orquestas, conjuntos de cámara y ballet. Tarea paciente y esforzada que permite encarar los altos costos que demanda el transporte de músicos e instrumentos.
Ya en el plano internacional, desde 1965 el Mozarteum cuenta con un atelier en la Cité Internationale des Arts en París.
Esto la convierte en la única institución privada que ofrece residencia temporaria a quienes desean perfeccionarse en las diferentes disciplinas del arte. Grandes nombres hoy de la música, la plástica y la literatura argentinas han gozado de este beneficio.
La sola enunciación de estas actividades nos da idea de la relevancia de una labor que ha ido más allá de la de una mera sociedad de conciertos.
Con un enfoque dinámico han logrado como dice su Presidenta “forjar un puente entre culturas de distintos países, poniendo en contacto a los creadores, los intérpretes y el público".
Sabemos que la Sra. de Erize prefiere que prevalezca la imagen del Mozarteum por sobre la suya propia. Pero es casi imposible deslindar una de otra. Su figura inconfundible, presente en cada función nos recuerda sus palabras: “solo sueño con aquello que puedo realizar” y nos demuestra que a la comunidad también se la sirve desde el campo de la cultura.
El año pasado la institución cumplió su cincuentenario. Coincidentemente, la Sra de Erize festejaba sus ochenta años de vida. Tanto ella como la entidad, recibieron una serie de importantes distinciones y homenajes.
El gran cellista ruso Mstislav Rostropovich protagonizó quizás,el más conmovedor.
Al finalizar una de sus memorables actuaciones le hicieron entrega de un enorme ramo de flores. Con rapidez, bajó del escenario y por el pasillo central llegó al palco de la Sra de Erize a quien hizo entrega de las flores con un gesto cargado de cariño.
El teatro iluminado a pleno y una ovación que parecía no tener fin , fueron el marco adecuado para una escena poco común.
Quienes tuvimos ocasión de participar de ella, sentimos que en las rosas que se ofrecían iba prendido nuestro reconocimiento.
Fuentes:
Fotografías e información: gentileza del Mozarteum
Argentino
“Los valores del espíritu” Jeannette Arata de Erize. La Nación 21 11/
2001 Discurso de la Sra de Erize. Rotary Club de Montevideo el 14/ 5/ 2002
“Un ramo de rosas para su Presidenta” La Nación, espectáculos 11/06/2002.
“Por amor a la música”. La Nación Revista 30/ 06/ 2002
Aurreko Aleetan |