Joseba
Agirreazkuenaga, Catedrático de Historia Contemporánea de
EHU/UPV
Itzulpena: Koro Garmendia
Jatorrizko bertsioa euskaraz
Campión según óleo de Javier Ciega. |
Campión inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Oñati, y los concluyó en la Universidad de Madrid. Su actividad de proyección pública se desarrolló, en el intervalo de las guerras civiles, 1872 y 1936, en un País Vasco sumido en plena transición. En 1876 redactó un escrito en el que defendía las instituciones públicas vascas desde una perspectiva fuerista liberal, y al decretarse la abolición de las instituciones públicas forales vascas, se convenció de que la civilización vasca estaba inexorablemente acercándose a su fin. Fue entonces, a los 25 años, cuando se propuso aprender el euskera, la última seña de identidad de la civilización vasca.
Antes, de que se fundara Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos conviene recordar su contribución a los distintos intentos de la institucionalización académica de la cultura vasca, que deben ser interpretados como la antesala del Congreso de 1918. A. Campión, se comprometió en 1878 en la Fundación de la "Sociedad Euskara de Navarra" En los próximos años actuaría como un ferviente defensor de las fiestas vascas, y, en este sentido, en 1891 fue invitado a los Juegos Florales celebrados en Barcelona en los que no perdió la oportunidad para ensalzar la nación catalana. En 1897 pronunció un memorable discurso interpretativo en el seno de un congreso sobre la tradición vasca en San Juan de Luz, anunciado con emblemas del Zazpiak Bat y en 1901 participó activamente tanto en las asambleas para el fomento del euskera y su unificación ortográfica que dieron lugar a la creación, en Hendaya y Ondarrabia a la asociación Euskaltzaleen Biltzarra, destacando en las ulteriores reuniones, por ser el representante más diligente del País Vasco peninsular. De este modo, se convirtió, merced a su obra y su actividad, en una personalidad cultural vasca.
En 1918, adentrado ya en la última fase de su vida, asistió al Congreso de Oñati de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos y apoyó las iniciativas propuestas por las nuevas generaciones. Para entonces, Arturo Campión gozaba de un renombre y aceptación incuestionables. El Congreso de Oñati de 1918 fue un evento de gran relevancia: por una parte, por haber sido promovido por las instituciones públicas, y, por otra parte, por contar con la participación tanto de obispos de las diócesis de Vitoria/Gasteiz, Pamplona y Bayona, como del rey Alfonso XIII. Entre las prioridades de este Congreso se encontraba acordar la creación, en breve plazo, de una universidad vasca que permitiera institucionalizar académicamente la actividad cultural vasca y encauzar las iniciativas de la comunidad científica del País Vasco. Asimismo, se fundó la institución académica permanente de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, que contaba con un sólido fundamento socio-político.
Homenaje a Arturo Campión. |
El 22 de diciembre de 1918 se dieron cita en San Sebastián los máximos responsables de las secciones académicas, elegidos en septiembre en el Congreso de Oñati, para dar a conocer los siguientes nombramientos: el Rey Alfonso XIII sería el Presidente de honor; Arturo Campión, Presidente honorario; Julian Elorza, Presidente efectivo; y Angel Apraiz, profesor de la Universidad de Salamanca, secretario general. De esta manera, un Campión entrado en años se convertía en el principal emblema y símbolo de la novísima institución que acababa de iniciar su andadura.
En 1919, en la sesión de apertura de la Asamblea de la administración municipal vasca, pronunció un discurso titulado El Municipio vasco en la Historia.
En 1920 se celebró en el Teatro Gayarre de Pamplona el segundo Congreso de Eusko Ikaskuntza, que versó sobre la enseñanza y los problemas socio-económicos, y en esta ocasión el discurso de apertura corrió a cargo de Campión, quien, partiendo de interpretaciones históricas, declaraba: "Queremos seguir siendo baskos, (sic) cada día más baskos, con sentimientos, con realismos e idealismos baskos, para que en el juicio universal de la Historia, no hayamos de padecer la ignominia de vernos arrojados al montón de aquellas infelices naciones en las que los abuelos y los nietos, aunque se apellidan igual, mutuamente no se reconocen porque hablan distinta lengua y reverencian distintos altares".
Tras hacer una referencia a la influencia que había tenido la Historia de Navarra en la del País Vasco, expuso la siguiente conclusión:
"De todos modos, Navarra fue la personalidad vasca por excelencia y a la hora que se trata de restaurarla y vigorizarla, no renegará de su sangre. Así, bien congregado está en Iruña el segundo Congreso de Estudios Vascos.
Mete grima sentir que es necesario recordar verdades tan triviales y trilladas cual la de la consaguinidad de alaveses, guipuzcoanos, navarros y vizcainos, que sin contradicción posible divulga, desde hace siglos la ciencia. Mas, la pasión política, de la mano con la ignorancia, se propasa a discutir la santidad de la cosa juzgada, y los mismos hombres que quieren incluir en la quimérica raza hispana a los navarros, pugnan por excluirlos de la vasca. Cierto: la Historia separó a lo que había unido la Naturaleza y ha prestado argumentos favorables a esa impía disociación. Pero omitiendo el caso de que las leyes históricas no son fatales porque en parte las crea el hombre, ser racional y libre, he de añadir que también la Historia conoció felices períodos de plena unidad vasca, que nuestra volición, aleccionada por las amargas enseñanzas de la discordia social, podrá resucitar ahora."
Un año más tarde, en 1921, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos fundó en Pamplona el Instituto de Estudios Históricos del País Vasco, sobre las aportaciones y fundamentos ideados por Campión. No obstante, el Instituto no prosperó.
En 1922, la Diputación de Navarra instituyó dos cátedras de euskera, una en el Seminario, y otra en la Escuela de Magisterio. Campión fue miembro del tribunal examinador. Aquel mismo año tenía lugar en Gernika el tercer Congreso de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, dedicado al estudio del euskera, fue citado para el desarrollo de diversos cometidos.
Por otra parte, cabe destacar que Campión fue uno de los cuatro académicos seleccionados por la Comisión de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos en 1919 para la creación de Euskaltzaindia-Real Academia de la Lengua Vasca. Al cabo de un año, además, publicaría junto con P. Broussain una obra sobre la unificación del euskera.
En 1925 fue designado miembro del jurado para la concesión de unos premios teatrales, pero ya para entonces sus ojos empezaban a nublarse.
Fue en estas circunstancias, en el año 1930, cuando Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos decidió rendirle, a instancias de R.M. Azkue, un sentido homenaje en los cursos de verano. Se le hizo entrega de una escultura de bronce y pasó a convertirse en símbolo y emblema de la institución académica. Arturo Campión trabajó en pos de la institucionalización académica de la lengua y cultura vascas hasta los últimos momentos de su vida.
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