Reedición de Nihilismo y violencia del exiliado Cástor NarvarteEscuchar artículo - Artikulua entzun

José Ramón Zabala

La obra Nihilismo y violencia es probablemente la más conocida, compleja y ambiciosa del filósofo Cástor Narvarte, profesor en la Universidad de Chile y exiliado vasco que ganó con este libro, en 1982, el Primer Premio de Ensayo de la Municipalidad de Santiago. Editado entonces, el paso de los años había hecho difícil la localización de una obra fundamental para comprender el pensamiento del filósofo irunés, ahora recuperada por la Editorial Saturrarán de Donostia y Hamaika Bide Elkartea, con la colaboración del Ayuntamiento de Irún y de la Gipuzkoa Kutxa, en una edición corregida por el propio autor y por un grupo de colaboradores que han depurado el texto original.

Cástor Narvarte  
Cástor Narvarte.

Pero antes de seguir adelante se hace necesario recoger algunos apuntes sobre la personalidad de un intelectual que, junto con Juan David García Bacca y Eugenio Ímaz, constituye la aportación más importante del exilio vasco al pensamiento y a la reflexión filosófica. Como ya hemos indicado, Cástor Narvarte nace en Irún (Gipuzkoa) en 1919, en el seno de una familia de ideología republicana y autonomista. Tras sus primeros estudios en el Licée de Baiona, completa la secundaria en el Instituto de Irún. Tiene dieciséis años cuando estalla la guerra civil y la familia Narvarte inicia un peregrinaje por los albergues del Gobierno Vasco en territorio francés: Hendaia, Baiona y, finalmente, Arraute-Charritte. Posteriormente marchan a París. Tras un año en la capital francesa, Cástor cumple dieciocho años y decide incorporarse al ejército republicano; atraviesa la frontera por Cataluña y se enrola en el Batallón Vasco-Navarro. En esas mismas fechas se afilia al partido Acción Nacionalista Vasca, ideológicamente situado a la izquierda del PNV. Tras la derrota, vuelve a París y con su familia se traslada a Santiago de Chile. El gobierno chileno no deseaba exiliados intelectuales sino mano de obra cualificada, por lo que Cástor entró a trabajar en una fábrica de calzado hasta que pudo montar su propio taller de cartonaje.

Aunque los negocios le iban bien no era a eso a lo que aspiraba el filósofo en ciernes. Así, en 1948, a la edad de treinta años y ya padre de familia, con el apoyo siempre de su esposa, retoma los estudios. En 1954 finaliza la carrera de Filosofía; abandona el negocio del cartonaje y se vuelca en la investigación y la enseñanza. Su primer trabajo es una ayudantía en el Departamento de Filosofía y Letras. Años más tarde, gracias a una beca, se traslada a Europa con el fin de ampliar sus estudios. Primero en Alemania y después en Madrid, Castor Narvarte se doctora con un estudio sobre La doctrina del bien en la filosofía de Platón. En 1967 vuelve a Chile y asume la dirección de dos cátedras: “Introducción a la filosofía” y “Ética”. Tras unos años de tranquilidad, volcado a la docencia, se produce el golpe militar de Pinochet, en 1973. De nuevo el escritor se opone a un régimen injusto y sólo la intervención de algunos amigos le salvan de un futuro más que incierto. Estos mismos amigos consiguen que pueda continuar su labor intelectual en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. En 1993 pierde a su esposa y compañera en un absurdo accidente de tráfico. Jubilado en 1997, en la actualidad sigue volcado en la labor de sistematizar su pensamiento filosófico.

Perfil biográfico del pueblo vascoRespecto a su obra impresa, ésta es muy diversa, incluyendo varios libros de filosofía –Problemas de método y teoría-, novelas –La Hoz-, teatro -Ir a una estrella-, historia –Perfil biográfico del pueblo vasco y La memoria de un pueblo-. Pero sin duda la más ambiciosa es la que aquí nos ocupa, editada en esta segunda edición en dos volúmenes.

Nihilismo y violencia. Ensayos sobre filosofía contemporánea es un estudio pormenorizado de estas dos cuestiones en la obra de cinco grandes pensadores: Unamuno, Kierkegaard, Hegel, Nietzsche y Marx. En este texto el autor ha ido integrando diferentes aportaciones realizadas en cursos universitarios y conferencias. Así, las primeras se producen en la Escuela Internacional de Verano de la Universidad de Chile de 1968 en la que imparte un curso bajo el título “Fundamento humano de la violencia”. A éste le siguen otros cursos sobre Nietzsche en 1969 y 1970, varios cursos sobre Unamuno, Kierkegaard, Hegel y Marx en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Santiago y algunas conferencias sobre Unamuno impartidas en la Euzko Etxea de Santiago de Chile. Sin embargo, no se trata de un libro fragmentado sino que, por el contrario, se presenta como un trabajo riguroso y ordenado en el que analiza las ideas de cada uno estos filósofos, profundizando en sus posiciones frente a los dos temas que dan título al conjunto.

Parte el filósofo en su obra de una constatación: “intentamos mostrar algunas raíces de la violencia concebida como rasgo que con inquietante fundamento, y no sólo mera reiteración, domina el pensamiento contemporáneo. Y desde el pensamiento la cultura”. Y se plantea la gran pregunta de si no será la violencia algo vocacional en el ser humano: “la vocación del hombre por la guerra es impresionante; lleva y sumerge a las civilizaciones, una tras otra, en catástrofes colectivas y se diría que toda generación ha de pasar por el baño de sangre de la iniciación a la vida histórica”. A partir de estas y otras grandes preguntas, de la conciencia de que existen muy diversos tipos de violencia, desde la pasional e irreflexiva, hasta la crueldad refinada, la violencia cultivada, e incluso otra más sutil e “inteligente”, inicia su recorrido el profesor Narvarte, enfrentándose al pensamiento de cada uno de estos autores de una manera abierta y sin rehuir la polémica, la afirmación o la idea no asumida por el pensamiento más oficialista.

Cástor Narvarte

Con todo no se trata de una obra pesimista, aunque su realismo llegue a extremos radicales. El pensamiento de Cástor Narvarte se dibuja como el de un auténtico humanista que, al final del libro, reivindicará la tradición occidental de la no-violencia, una tradición que según Narvarte, pese a estar “entre lo más alto y noble de nuestra cultura, sufre un eclipse cuyos efectos estamos seguramente soportando”. Y dice más: “nadie tiene derecho a negar que pueda realizar la humanidad como totalidad en algún momento de su historia, lo que han realizado los mejores hombres; más aún, lo que uno solo de los hombres haya llegado a realizar. Tenemos el deber de exigirnos y exigir las condiciones de esa realización”.

Nihilismo y violencia. Ensayos sobre filosofía contemporánea. Dos tomos. Editorial Saturrarán, Donostia, 2004

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