22 de junio de 1940: Francia, rendida ante la ofensiva alemana, firma el Armisticio. Pero aún en aquella fecha, los ejércitos invasores no habían cubierto ni mucho menos la totalidad del país galo. Comenzaba así la segunda fase del avance, ahora de forma decidida, en dirección sur. Para ello se destinaron una serie de unidades mecanizadas, dotadas de una gran capacidad de movilidad, al objeto de extenderse con la mayor rapidez posible hasta la frontera con España.
Tres infantes de las SS en compaƱia de cantineras y mandos del Alarde del año 1940, en la ermita de San Marcial. (Foto cedida por J.R. Vega). |
Al XIV Cuerpo de Ejército Motorizado del teniente general von Wietersheim se le designaron tareas de ocupación a lo largo de la fachada atlántica aquitana. Este mando, junto con su homólogo español destacado en la zona fronteriza, el general López Pinto, fueron los protagonistas del primer encuentro militar de alto rango que tuvieron alemanes y españoles en la frontera del Bidasoa.
Infantería “hipomóvil”
En el citado XIV Cuerpo figuraban tres unidades mecanizadas de las Waffen-SS: el regimiento “Leibstandarte”, y las divisiones “Totenkopf” y “Verfügungs”. Constituían las vanguardias del avance de las fuerzas de Wietersheim. Gracias a su alto nivel de equipamiento móvil (se podría calificar de “excepcional” para la época), lo hicieron con bastante rapidez. Los franceses no ofrecieron resistencia alguna en aquel proceso... si cabe, algunos obstáculos colocados en las carreteras para entorpecer el camino a los invasores, aunque sólo fuera temporalmente.
Para el 25 de junio ya estaban presentes en tierras labortanas. J.BELLAY recuerda la gran impresión causada por el ruido de los tanques y de las botas de los infantes germanos en su marcha. Para muchos franceses, aquello era entonces algo “quasiment inconnu”.
El mariscal Rommel en Hendaya. |
El 27 llegan a Hendaia. Aquí, la población les recibió con las calles vacías y las ventanas cerradas, como ocurriría en muchas otras localidades de la République. A las 16:00 horas las vanguardias motorizadas alcanzaban el Puente Internacional de la Avenida. El avance germano alcanzaba así sus últimos objetivos en Francia.
Según R.BAREA, a la cabeza de aquellos efectivos figuraba la agrupación motorizada “SS-Leibstandarte” (4.000 hombres), guardia del corps de Hitler. Por su parte, la “SS-Totenkopfdivision” vendría a ocupar el triángulo comprendido entre Baiona, Hendaia y Ustaritz, a decir de BELLAY. El primer oficial nazi en asomarse al citado Puente sería un comandante de la “Leibstandarte”: Wilm Brand.
Primeras confiscaciones de casas
Las tropas alemanas, en un principio, se apoderaron de muchas casas particulares, para luego acomodarse en edificios de mayor empaque (hoteles, castillos y chalets). Entre aquellas primeras viviendas en ser tomadas, se cuenta la de una mujer irunesa, Marichu Anatol (que fuera una destacada colaboradora de la Résistance), que entonces vivía al otro lado del Bidasoa con su familia; eran refugiados de la Guerra Civil. M. RODRÍGUEZ nos apunta que quince soldados alemanes se alojaron en una parte de su casa en el verano de 1940.
Unos soldados admirados y bien recibidos
Entendemos que Irun sería el primer municipio de la provincia guipuzcoana en ser visitado por los “soldados de la calavera”. Puede sorprender la buena acogida que, en general, les dispensaron los iruneses, pues sabido es el protagonismo de aquellos en un sinfín de crímenes y atrocidades a lo largo de la contienda. Pero entonces aquello no había trascendido a la opinión pública. J.R.VEGA vivió aquellos encuentros y nos lo explica: “hasta que finalizó la guerra mundial no nos enteramos de las barbaridades que cometieron los alemanes en los campos de exterminio. La censura era muy severa y la prensa en ningún momento comentó lo sucedido”.
Batería costera del muro del Atlántico, en Urruña. |
Otro hecho que provocó la admiración del vecindario bidasoarra fue su estética: “altos, rubios, fuertes y saludables”, con unos uniformes bastante llamativos. Era la visión novedosa de un ejército muy diferente a las típicas semblanzas de militares y milicianos que habían visto en la última guerra civil. Igualmente, existe una tercera justificación para que en 1940 muchos bidasoarras hablaran bien de ellos, al convertirse pronto en unos asiduos clientes del comercio local. En este sentido, VEGA apunta que “hacían buenas compras y su trato era afable. Café y frutas eran los productos más solicitados. Cuando llegaban en amigable formación a la plaza San Juan, los iruneses se acercaban a saludarles”. Sin embargo, no todo eran alabanzas hacia ellos, pues un sector de la población mantenía sus reticencias: “unos tenían simpatía por la causa alemana, otros preferían a los aliados, y en alguna ocasión había discusiones sobre ese tema”.
Uno de los primeros encuentros con aquella tropa, para no pocos iruneses, tuvo lugar en el histórico monte de San Marcial, destino de la romería que celebra la población anualmente en honor al santo patrón del día, en recuerdo de una sonada victoria sobre los franceses en aquel lugar, ocurrida el 30 de junio de 1522. Este hecho es celebrado en la ciudad a través de una serie de actos festivos, civiles y religiosos, cuya máxima expresión es el Alarde de San Marcial: la población civil lo forma con escopetas, tambores, pífanos, banda de música, artillería y caballería. Constituye todo espectáculo de gran impacto visual y sonoro. Así lo cuenta el citado testimonio, a través de una curiosa, a la vez que significativa, anécdota:
Reunión de Hitler y Franco en Hendaya. 23 de Octubre de 1940. |
“Nos vimos sorprendidos cuando en la romería del 30 de junio vimos a soldados alemanes con sus flamantes uniformes compartiendo amigablemente con el general y los mandos del Alarde en el monte San Marcial. Cuando el Alcalde presentó a Don Eusebio Pedrós como general del batallón de San Marcial, los oficiales alemanes se cuadraron con el taconazo reglamentario, saludando militarmente a Don Eusebio. El general correspondió a su saludo y con su característica sorna les dijo: Soy General del Batallón del Alarde de San Marcial, solamente este día”.
¿Preparados para una inminente invasión de España?
La presencia de estas importantes fuerzas de choque de las SS (de lo mejor que Alemania podía ofrecer entonces en soldados para el combate), junto con algunas unidades acorazadas, próximas a la muga del Bidasoa (acuarteladas hasta finales de 1940 entre Bordeaux y el sur de Lapurdi) no era caprichosa. De por medio estaban los preparativos para el desembarco en Inglaterra (Operación “León Marino”) y la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaia. Además, el dictador nazi barajaba la posibilidad de una invasión de la Península Ibérica, con la estratégica base militar de Gibraltar en su punto de mira. En este sentido, nuestro testimonio conoció de la mano de un soldado alemán que frecuentaba un almacén de frutas cercano a su vivienda, que aquellas tropas estaban a la espera inminente de recibir la orden de ataque a la España de Franco.
BIBLIOGRAFÍA ORIENTATIVA:
- BAREA, R.: “Gipuzkoa 1940”, 2003.
- RODRÍGUEZ, M.: “Maquis: la guerrilla vasca (1938-1962)”, Txalaparta, Tafalla 2001.
- VEGA, J.R.: “Mis recuerdos de Irún en los años de la II Guerra Mundial”, (inédito).
- VV.AA.: “Gerra eta Literatura (1914-1944)”, en Cuadernos de Lengua y Literatura, 14, Eusko Ikaskuntza, San Sebastián 1997.
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