Xabier Santxotena

Escultor

"Trabajo por convertir el complejo del agote en orgullo de serlo"Escuchar artículo - Artikulua entzun

Koldo LARREA
Fotografía: Usoa OTAÑO UNZURRUNZAGA
Itzulpena euskaraz

Enraizado en la tradición y en la historia, intenta recuperar y normalizar el pasado de su raza, la agote, una gente envuelta en misterio y mentiras que no sólo respetó la naturaleza sino que la honró. Prueba de tal armonía es el parque-museo que ha creado en pleno Bozate, en aquel “barrio maldito” que hizo célebre Félix Urabayen y que él ha convertido en poesía, expresada en milenaria madera. Un tesoro de equilibrio, de sosiego, de paz, consigo mismo y con esa naturaleza, que también venera y trabaja. Agote entre agotes en Arizkun, en el casi idílico valle navarro del Baztán.

¿De dónde surge la idea de crear, de habilitar un museo en Arizkun, en pleno barrio de Bozate?

El museo nace como una reivindicación por la vejación que ha padecido la gente y por el complejo que existe. Mi padre, allá por los años 30, antes de la Guerra Civil, se presentó a unas oposiciones y consiguió el primer lugar pero el puesto se lo dieron a otro porque mi padre era agote. Cuando alguien pregunta aquí “¿existe algo de los agotes?, las gentes responden que eso son tonterías, como si fuese una vergüenza reconocer la verdad. Además, al tratarse de un enigma, nadie ha dado razón de fundamento, lo que hace crecer el interés por los agotes, por saber quiénes eran, su origen. El museo de Bozate tiene mucho sentido pues los agotes siempre han trabajado la madera, material con el que yo esculpo. Lo creé en 1998, en la casa Gorrienea, que heredé. Cinco años después, en 2003, se abrió el parque.

Argazkia
Parte de dos esculturas.

¿Y a qué responde la distribución de estos museos, el de la casa y el del parque?

Los historiadores nunca han estudiado el barrio de Bozate en su faceta arquitectónica. Las casas de los agotes eran adosadas, en grupos de seis, diminutas. Hay que tener en cuenta que no se les dejaba talar más de un árbol para hacer la vivienda. En Gorrienea enseñamos las seis viviendas, unidas en un todo pero claramente diferenciadas. Para ellos era un medio de aprovechamiento ante la escasez de material, una limitación del espacio. Las casas tenían unos veinticinco metros cuadrados en la planta baja y otros tantos en la superior. Sólo podían tener un cerdo y patos, que vivían en la regata, en Guñekoure. Por tanto, en la vivienda no tenían animales, a diferencia de los hijosdalgo, de los ciudadanos normales. Las plantas bajas de las viviendas de éstos estaban destinadas a cuadras. Por tanto, ese mito de que el agote era un ser hediondo se cae por sí mismo pues queda claro que más suciedad hay donde se guardan animales, con el consiguiente peligro de infecciones, de enfermedades.

Equilibrio e influencias

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En el centro, auditorio del parque.

Al contemplar el museo y, sobre todo, el parque, se descubre una tranquilizadora armonía con la naturaleza. ¿Es ésta su filosofía de vida?

Por supuesto. Antaño, los agotes éramos los hombres del bosque, como nos denominan los historiadores franceses. El agote tenía un respeto total a la naturaleza. De hecho, pedían perdón al árbol cuando iban a talarlo. Por eso, soy organicista, aprovecho las formas que aporta la naturaleza. Las ocho bordas que hay en el parque contienen encinas de más de quinientos años. La frondosidad de la naturaleza, cuando se fosiliza, se convierte en escultura.

¿No encierra demasiada dependencia, excesivo influjo de su maestro Jorge Oteiza?

Le conocí en 1969. Entonces, él estaba trabajando en la estatuaria de Aranzazu. Yo tenía un restaurante que se llamaba igual, Aranzazu. Esta coincidencia le llamó la atención y un día entró. Vio unas tallas mías y comenzamos a hablar. Conocía el entorno de Bozate y así se desató la idea, la vorágine del museo. Me dijo que tenía que crearlo y lo hice. De este modo, he estado treinta años tutelado por él. Pero somos opuestos como artistas. Yo soy organicista y él, racional, geométrico. El concepto del vacío sí lo tomo de él. Además, en euskara, tenemos en común una literatura oral, unas leyendas, que plasmamos en nuestra obra. En este aspecto, también se puede observar la influencia de Jorge.

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Eguzkilore.

La familia es un valor importante en su vida. Coincidentemente, su obra se agrupa por familias. ¿Le delata su subconsciente en su creación? ¿Qué nexo existe entre esas dos familias, entre la suya y las de su obra, las de su creatividad artística?

No tienen nada que ver. La escultura no se encierra en una pieza Una cualquiera de ellas va generando otras, tiene más lecturas, bien añadiendo bien quitando. Porque el concepto de quitar también es crear. Las obras son creación sobre la creación. De esta manera, creas una familia de obras, que surge del laboratorio que es mi taller, donde hay numerosísimos bocetos, muchas horas de estudio. Trabajo por y para el barrio, por convertir el complejo del agote en orgullo de serlo.

Poético enigma

Además de escultor, es también poeta. ¿Qué relación encuentra entre ambos campos artísticos?

La relación es tremenda. La escultura me ha incitado a meterme, a profundizar en la poesía. En realidad, una escultura es un poema. Pongamos el ejemplo de un personaje mitológico. Eguzkilore, la flor del sol para alejar los malos espíritus. Tienes que plasmar el concepto de la flor, sus espinas, cómo se colgaba en los dinteles de las puertas de entrada de las casas.... Ese diálogo en el subconsciente puede llevar a un poema o a un montón de ellos. Cuando a los visitantes del museo les explico su contenido, también estoy haciendo poesía. Y aquí vuelve a aparecer Oteiza. La faceta poética de Jorge es brutal. Él me solía decir: “¿por qué no escribes?”. Hasta que un familiar sufrió un accidente mortal, que me afectó profundamente. Fue entonces cuando compuse un poema, que leí en el funeral. Así empecé a escribir y ahora tengo cientos de poemas, en los que el estado de ánimo juega un papel primordial.

¿Había poesía en los agotes?

Sin duda alguna. Guardan relación con los cátaros, que se desenvolvían en todos los oficios y que eran también trovadores. Los agotes asimismo son músicos. Recuerdo que en Bozate, tras la Guerra Civil, había tres acordeonistas magníficos y con su música se organizaban unas romerías estupendas. Por esa sensibilidad, la poesía existía en los agotes. Y no hay que olvidar todo lo referente a su trabajo, a la carpintería, a su obras de madera, que eran poesía visual y también auditiva. El ruido del mecer de las cunas, el chirrido de las ruedas de los carros que construían...

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Basoko erotika.

Llegados a este punto, se hace necesario concretar. ¿Quiénes eran los agotes?

Es la historia de un enigma. La palabra “agote” aparece por primera vez en Francia. El término “le cagot” está escrito en una cartografía cifrada en 990-1000. Este periodo es el de la plenitud del románico. La orden de Cluny construyó más de mil monasterios e iglesias. Debía ser gente marginada, como maldecida, pues no se vuelve a hacer referencia a ellos hasta el siglo XIII y dentro de una categoría. Las llamadas “cagoterías” eran una especie de guetos para leprosos, gitanos, agotes, judíos y gentes de mal vivir (fugados, criminales...). Estos guetos estaban esparcidos por todo el Pirineo, desde Occitania hasta Bayona, pasando por Champaña, Borgoña y Bearne. Guardaban relación con los cátaros, pues ambos eran herejes para la iglesia de Roma.

Pero todo lo narrado se refiere a Francia y no a la tierra que nos interesa.

Tiempo al tiempo. Como intentaba decir, agotes y cátaros sufrieron una cruenta persecución en 1208. Tal injusticia provocó un lógico éxodo. Muchos de ellos pasaron al otro lado del Pirineo, al nuestro, para entendernos. Y lo hicieron justo cuando los templarios estaban realizando el románico en la ruta del Camino de Santiago. Es decir, como los agotes trabajaban la madera, había mucho trabajo para ellos. Los vestigios de estas obras los tenemos en Eunate, Leire, en el castillo de Olite, en Armentia y en la catedral románica que es La Antigua, en Zumárraga. Es así como se instalan en estas tierras. Para entender su asentamiento en Arizkun, esa época es la del mando pleno de Pedro de Ursúa, que se construye su torre fortificada. Es el señor feudal, el jauntxo, de aquel tiempo (1200-1300). Y se convierte a la vez en protector y explotador de los agotes, con el único fin de autoabastecerse, con el egoísta objetivo de estar siempre abastecido mediante el trabajo y los productos que le proporcionaban los agotes.

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Amona ama.

¿Por qué eran gentes malditas, marginadas?

Es fácil de saber. En Francia hay documentación. Al ser paganos, tenían otra religión y otras costumbres. De ahí venía su marginación. Se les obligaba a entrar por una segunda puerta a las iglesias, tenían que colocarse en un rincón del templo, el agua bendita y la pila bautismal eran distintas para ellos.... Por otro lado, agotes y cátaros incineraban los cadáveres, pues creían en el poder purificador del fuego, y las cenizas eran enterradas en monumentos megalíticos. Estas creencias, estos ritos, la Iglesia de Roma no las admitía. La segunda razón de esta marginación no es otra que la carencia de medios de esta gente. Vivían a la sombra de Ursúa pues sólo poseían tierras los hijosdalgo. Los agotes no las podían tener y, por tanto, tampoco tenían derecho a ocupar cargos civiles, militares o eclesiásticos. No poseían nada. Eran los parias de aquella sociedad, simples artesanos, carentes de categoría social. Fue a partir del siglo XVII cuando comenzaron a comprar tierras y cambió tal situación.

Tras los diversos paralelismos, después de estas numerosas características comunes, ¿se puede afirmar que cátaros y agotes eran lo mismo?

Se mueven en un mismo entorno. Ambos grupos eran artesanos y ambos, perseguidos también. Están muy relacionados y, por tanto, es una posibilidad aunque para aclarar este tema sería necesario un estudio profundo de la orden de Cluny.

En el corazón de Baztán

Regresando a su tierra, ¿cuál es la razón por la que el –llamémosle- fenómeno agote, cobra especial relieve, difusión, en Navarra y no en otras regiones?

El protagonismo de Navarra hay que buscarlo en el éxodo agote de Occitania, emigración que les lleva a asentarse en esta tierra. Los agotes se instalan en Navarra por el auge del románico y por la rica forestación del por aquel entonces reino de Navarra. Por ejemplo, en Roncal, los almadieros eran agotes pero actualmente ya no se sabe nada de ellos. Sin embargo, Bozate es el crisol y mantiene el misterio.

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Vista parcial de una escultura.

Un misterio del que, actualmente, en Arizkun, todavía resulta incómodo, casi molesto, hablar de él.

Así es, precisamente por la ignorancia que se arrastra sobre este tema. Se ha escrito sobre él pero en un tono peyorativo, casi insultante. Es el caso de los Baroja, que, pese a su cercanía, no aportaron nada, o de Sánchez Dragó. Se mantiene esa sombra y por eso resulta incómodo hablar de los agotes. Con conocimiento, no sucedería esto, no subsistiría ese complejo por el que se han sentido inferiores.

Ante este panorama, ¿continúa habiendo agotes en Bozate?

Claro que los hay. Todo el que nace allí lo es, si sus antepasados lo son. Pero ha habido un cambio. Ahora se sienten orgullosos de serlo. En las fiestas de San Juan, por ejemplo, nos juntamos más de cien. No hay que olvidar, por otra parte, que muchos tuvieron que emigrar a América, por lo que en ese continente también vive un buen número. En este sentido, me viene a la memoria una curiosa anécdota.

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Homenaje a Miguel de Unamuno.

Cuente, cuente...

Hace cuatro años, llegaron a Arizkun dos matrimonios desde América. Visitaron Arizkun, luego Bozate y, por último, Elizondo, donde vive mi hermana. Buscaban su origen. Dos semanas después, enviaron una carta agradeciendo la atención que habían recibido y en la que preguntaban “no somos agotes, ¿verdad?”. Posiblemente, podían ser nietas de unos tíos míos. Pero ¡qué interés tenían en no ser agotes! No querían serlo.

Por último, ¿es usted el último agote, el último representante de esta estirpe?

No, por Dios. Tengo un nieto de un año. Tiene sangre de mi sangre, y será agote.

Xabier Santxotena (Arizkun, 1946)

Xabier Santxotena nació en la localidad navarra de Arizkun el 5 de octubre de 1946. Hasta los 13 años estudió en los Capuchinos de Fuenterrabía y Alsasua. Dos años después, comenzó a trabajar en la frontera con Francia. Una vez concluido el Servicio Militar, cursó estudios de Cocina. Ya con el título de restaurador, se instaló en Ezkioga, donde puso en práctica sus conocimientos. Después, el destino le llevó a Treviño y, seguidamente, a Vitoria, donde posee un prestigioso restaurante.

El año de 1997 marcó su vida. Rompió con todo y decidió dedicarse en cuerpo y alma a la escultura, impulsado por el ánimo de su maestro Jorge Oteiza. Son ya 35 años los que lleva profundizando en este arte, en obras de madera que encierran todo su sentir. Actualmente, en su taller de Artziniega (Álava) vive entregado a su tres pasiones: a la escultura, a la poesía y al misterio de los agotes, que encierra su pasado, su presente y su futuro.

 

Argazkia
Ventana en la parte “homenaje al abuelo”.

El último poema que ha escrito Xabier Santxotena.

Cociente del saber

Me dicen los escribas que vas hediondo
Seña de identidad tu sufrimiento
Me limito a cuatro razones, escurriéndome el secreto
Cinco pasos por cinco
Fuego, yunque, telar, la viruta del misterio.

Hogar, dulce hogar,
cerrando la grieta del perjuicio ajeno
Náufragos de la nada, con su cociente del saber
Crepitan los lares en la noche infame
Cortando el suspiro con la tos en un dormitorio aciago.

  Argazkia
Ironia de Ursua.

Seduce tu lágrima agorero
El porqué, con qué razón me hieres sin razón
Misterio del libre pensamiento
Pozo de la ciencia con sus cenizas del olvido
Esperando pasará la maldición
Establo reconvertido

No más preguntas a los ancianos
Riñe la tontería y el destino
Si soy del más allá y el cielo se oscurece
Maldita sombra calcinada de presagios
Hojarasca de interés
Salpicado errante con tu alforja.

Se me anuda al corazón
Pensar que la vejación es orgullo
Entumecidas gramaticales lenguas
Vocablos de interés y risas
Crearé esa atmósfera en relieve
A base de aliento
Estallido blanco con pétalos rojos.

Sonreiré a tu paso
Enigma disfrazado de aventura
Fluye el arroyo con su murmullo
Serás torrente confundiéndote en la marisma
Lejos tu palpitar, mezclado y olvidado

Xabier Santxotena.
2004-XI-15

 

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