Flota pesquera vasca y su posición en los acuerdos internacionalesEscuchar artículo - Artikulua entzun

Xabier EZEIZABARRENA SAENZ
Fotografía: Xabier EZEIZABARRENA SAENZ

Durante el pasado mes de Noviembre 2004, el Foro Mundial de Pescadores Artesanales (World Forum of the Fisher People) ha celebrado su Asamblea General en Kisumu, Kenya, a orillas del Lago Victoria. Esta organización internacional, constituida en Bretaña durante el año 2001, agrupa en su seno a organizaciones representativas de pescadores artesanales de lugares muy diversos del planeta: India, Sri Lanka, Indonesia, Filipinas, Canadá, Galicia, Francia, Euskal Herria, Mauritania, Senegal, Kenya, Nueva Zelanda, Bangladesh, Pakistán, Malasia, Tailandia, Sudáfrica, Mali, Benin, Madagascar, Guinea, Uganda, Martinica, Honduras y Guadalupe son tan solo algunos de los lugares en los que el WFFP desarrolla sus actividades. Huelga decir que tras la terrible catástrofe acaecida en Asia, el propio foro se encuentra inmerso en una gran campaña de apoyo y sensibilización a los pescadores y comunidades afectadas, particularmente en India, Sri Lanka e Indonesia. Dentro de este complicado contexto, la situación estructural de la pesca artesanal en el mundo se enfrente a retos fundamentales en el marco de la situación internacional actual.

World Forum of the Fisher People
World Forum of the Fisher People.

Las pesquerías de todo el mundo contribuyen de manera notable a la nutrición humana y al progreso social y económico. En los últimos cuarenta años, la producción se ha quintuplicado, pasando de 20 a 98 millones toneladas. Pocos sectores productivos expresan con mayor claridad la contradicción existente entre la aplicación de las políticas de economía de libre mercado y los aspectos de sostenibilidad ambiental, equidad social, y soberanía y seguridad alimentarias. En este complicado contexto la situación de la flota vasca de bajura no es una excepción.

Durante los decenios de 1950 y 1960, el sector pesquero se expandió rápidamente. El pescado y los productos pesqueros pasaron a ocupar un lugar destacado en el comercio mundial. El volumen del comercio internacional se quintuplicó entre 1950 y 1980. En ese mismo período, la proporción de la captura mundial correspondiente a los países en desarrollo aumentó del 27% al 46%. Los países en desarrollo aportan ahora más de la mitad de la captura mundial. A diferencia de lo que ocurre en los países industrializados, su sector pesquero está dominado por los pescadores de pequeña escala o artesanales.

La tradicional noción de desarrollo, concebido como la expansión extractiva ilimitada y los procesos de concentración económica, transnacionalización e industrialización, se enfrentan diariamente con las evidentes restricciones de carácter biológico y ambiental que presentan los recursos y los ecosistemas marinos, incluidos lamentables eventos como el asunto “Prestige” y sus impactos. El sector pesquero es una de las pocas áreas de la economía en que los recursos son de “teórica” propiedad común y de relativo libre acceso. Frente a los actuales intentos de los estados por entregar gratuitamente y a perpetuidad sus pesquerías nacionales a la gran industria y al sector financiero, las organizaciones de pescadores artesanales, comunidades costeras, trabajadores, ciudadanos y consumidores han comenzado a demandar a los gobiernos una participación real en los procesos de toma de decisiones, transparencia y responsabilidad en la gestión de las pesquerías, acceso equitativo a los recursos y pleno respeto a sus derechos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que entre 1950 y 1996, las capturas mundiales se han quintuplicado. Las cifras totales se han concentrado en un 50% sólo en seis países: China, Perú, Chile, Japón, Estados Unidos y Rusia. A comienzos de la década de los 50, aproximadamente el 80% de las capturas pesqueras mundiales correspondían a los países industrializados. Cuarenta años más tarde, el 64% de las capturas provienen de países en desarrollo.

A los casi 100 millones de toneladas de desembarco mundial de recursos hidrobióticos, hay que agregar como consecuencia directa del empleo de artes, aparejos y métodos de pesca no selectivos, entre 17 a 39 millones de toneladas de capturas accidentales, normalmente descartadas directamente. A comienzo de la década de los noventa, aproximadamente el 69% de los recursos pesqueros de los que la FAO tenía datos se encontraban plena o excesivamente explotados (44%), sobreexplotados (16%), agotados (6%) o en lenta recuperación tras haber colapsado (3%). En 1992, la FAO advirtió sobre la denominada "Crisis Global de las Pesquerías", al señalar que 13 de las 17 principales pesquerías del planeta presentaban signos de declinación en sus capturas.

Dominadas por un número cada vez menor de compañías transnacionales y economías industriales de escala, la actividad pesquera se está transformando en una industria globalizada, no existiendo en la actualidad ningún recurso pesquero de importancia comercial que no haya sido explotado. Hoy las compañías transnacionales y el sistema financiero internacional privilegian en todos los océanos del planeta las operaciones de naves industriales de gran escala, autonomía y capacidad de pesca y procesamiento a bordo, sin que el sistema internacional haya intervenido con firmeza. A través de estas "fábricas flotantes" se desplazan las inversiones desde Asia, Estados Unidos o la Unión Europea hacia la pesca blanca (pasta de pescado ("surimi"), las conservas para el consumo humano, materias primas como aceite y harina de pescado para la alimentación industrial animal y de mascotas, la acuicultura y los fertilizantes. El 80% de las incorporaciones de grandes barcos entre 1991 y 1995 provinieron de 13 países y tan solo cuatro de ellos concentraron el 53% del total.

Xabier Ezeizabarrena acompañado por un grupo de niños del lugar
Xabier Ezeizabarrena acompañado por un grupo de niños del lugar.

En la actualidad hay un millón de naves de gran escala y dos millones de embarcaciones pequeñas y medianas, que totalizan 26 millones de toneladas de registro bruto. Sin embargo sólo 37000 barcos (menos del 1% de la flota pesquera mundial) concentran el 60% de las toneladas de registro grueso en la pesca mundial. Ello significa que en la actualidad existe en todas las aguas del planeta mas capacidad de captura que recursos. Aquí radica una de las principales causas de la destrucción de los recursos y ecosistemas marinos. Se estima como resultado de esta aguda situación que el 40% de la flota industrial mundial, especialmente la de la Unión Europea, se encuentra sin áreas de pesca.

Los países en desarrollo han ido perdiendo el acceso a sus propios recursos. Los Tratados Internacionales, los Acuerdos de Libre Comercio y, en general, las políticas neoliberales han generado condiciones para que las políticas pesqueras tiendan a la privatización de los recursos y a la expansión de la industria transnacional, que presiona sobre la propiedad de los recursos, debilitando a las comunidades de pescadores en una disputa por los mismos espacios y recursos. En este difícil contexto, las pesquerías artesanales proporcionan más del 25 por ciento de la captura mundial. Son una importante fuente de alimento, ingresos y empleo en el mundo en desarrollo, pero sus comunidades de pescadores carecen de condiciones generales para el desarrollo, a pesar de dar trabajo a millones de personas en todos los niveles, desde la captura, el desembarco y la elaboración, hasta la comercialización, el apoyo y los servicios.

En estas pesquerías participan algunos de los grupos más pobres y desposeídos de la sociedad. Son pescadores a menudo en una precaria situación, a merced de condiciones climáticas extremas que limitan sus capturas y, por consiguiente, sus ingresos. En muchos casos la pobreza y la malnutrición se ven agravadas por el aislamiento geográfico y la falta de instalaciones y servicios, saneamiento, vivienda, atención médica, transportes y comunicaciones. Estas comunidades pesqueras se encuentran excluidas de las principales corrientes de la vida política y económica. Para generar una mejora de su situación se precisan medidas urgentes que mejoren las condiciones básicas de vida de las comunidades pesqueras y les garanticen una parte más equitativa de los recursos pesqueros disponibles, cuestión que actualmente no se atisba en el corto plazo, dada la generalización de las políticas neoliberales y sus efectos privatizadores.

La generación de ingresos es indudablemente un motor que impulsa mejoras sostenibles en el bienestar social. Por lo tanto, a largo plazo el objetivo principal debería ser elevar los ingresos que obtienen los pescadores, garantizar su acceso a los recursos y el reconocimiento de su identidad social y cultural, entre otros elementos fundamentales. Es este el reto de subsistencia que ha animado e impulsado en muchos lugares del mundo a la gestación del WFFP, incluso con el reconocimiento explícito de la ONU sobre sus evidentes potencialidades en el marco internacional. En el ánimo de todos sus miembros persiste la idea y la necesidad de participar abiertamente en los distintos foros e instituciones internacionales, particularmente allí donde sus respectivos gobiernos no representen debidamente sus derechos e intereses legítimos. Desde la perspectiva puramente jurídica, una muestra más de que el Derecho Internacional no es ya un patrimonio exclusivo de los Estados.

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2005/01/14-21