Manu AHEDO SANTISTEBAN, investigador. Institute of Organization and Industrial Sociology (IOA). Copenhagen Business School (CBS)
La ciencia social todavía no ha encontrado una explicación consensuada sobre los factores que llevan a los entornos geográficos próximos, léase municipios, provincias, regiones, etc. a especializarse en unos productos y procesos productivos concretos. Como en otras cosas, aquí también es necesaria una adecuada perspectiva histórica.
Asociaciones y Clusters Industriales en la sociedad y la economíaYa en el inicio de la ciencia social y de la sociedad industrial moderna, a finales del s. XIX, las asociaciones industriales ocuparon un tema de interés de primer orden en los dos fundadores de la sociología y ciencia social. De hecho, no hay mejor ejemplo histórico de un cluster que un gremio profesional de la época pre-moderna, que a través de su organización llevaban a cabo dos tipos de funciones relacionales y normativas:
a) internas: normas de cooperación y competencia respecto a los gremiados o asociados.
b) externas: prácticas de buena relación y legitimación respecto a las instituciones de poder y autoridades. Para E. Durkheim, las asociaciones profesionales eran uno de los ligamentos más importantes de la emergente sociedad moderna, dentro de la creciente especialización y división del trabajo. Para M. Weber, los grupos de estátus eran una importante forma de agrupamiento y organización social que producían un tipo de bien colectivo o grupal de carácter excluyente.
La ciencia económica, a principios de los años 80 del s. XX, recupera las teorizaciones de A. Marshall de la primera mitad del s. XX sobre los distritos industriales del Reino Unido. En la historia económica, S. Pollard, en 1981 argumenta que la principal unidad espacial de análisis macro-económico es la región, y no el estado-nación. En España, uno de los libros claves de la historia industrial se titula “Pautas regionales de la industrialización en España”. El impulso clave viene de las investigaciones sobre la Tercera Italia. Una reciente actualización de estas teorizaciones con estudios sobre el País Vasco, Baden-Württemberg, Emilia-Romania y Wales se puede encontrar en Cooke y Morgan (1998).
En la actualidad, la mayoría de los clusters industriales y empresariales en los paises democráticos disponen de una organización que les representa. En la mayoría de los casos estas organizaciones suelen ser asociaciones, caracterizadas por disponer de algún tipo de colaboración público-privada. Una importante diferencia es el nivel espacial o territorial de su existencia: municipal o ciudad, provincial o condado, región. Uno de los factores que mayormente incide en el nivel espacial de las organizaciones-cluster es la estructura de la Administración Pública y la importancia real de cada nivel de gobierno.
En la Comunidad Autónoma Vasca, la política de clusters desde inicios de
los años 1990 ha servido para vertebrar unas organizaciones asociativas industriales
integradoras de las empresas sectoriales de las 3 provincias, y de las diferentes
comunidades socio-empresariales (MCC, grupo IBV, PYMES, etc.). A pesar del
importante costo para el erario público del informe de Monitor-Porter de 1991,
los sucesivos Departamentos de Industria han sabido mantener este instrumento
de política pública. Quizá en una posición de cierta periferia política respecto
a otras políticas y prioridades presupuestarias, pero que ha servido para
el crecimiento de la confianza en las relaciones del gobierno con las 11 Asociaciones
Cluster constituidas. Ver el monográfico de la revista Ekonomiaz n. 53 sobre
la política de clusters del País Vasco.
http://www1.euskadi.net/ekonomiaz/taula1_e.asp?nrev=53
Las Asociaciones-Cluster (AC)
La estructura socio-relacional de las AC presenta tres tipos de relaciones principales:
a) horizontales: las relaciones entre empresas que producen un producto igual o similar
b) verticales: relaciones entre empresas a lo largo de la cadena de valor del producto o proceso de producción
c) institucionales: relaciones con instituciones públicas de conocimiento, de la Administración Pública, y algunas otras instituciones privadas.
Cada cluster y su asociación tiene y desaarrolla su propia figura, unos más cerca y otras más lejos del equilibrio del cuadrado. No se puede evaluar normativamente a todas las organizaciones-cluster. La evaluación de cada uno de ellas debe basarse en un análisis de la evolución pasada y reciente de su industria, y de la contribución de la organización-cluster para la mejora de la competitividad de la industria en cuestión.
Las Asociaciones-Cluster como instituciones de relación Gobierno-Empresas
Unas relaciones sinérgicas entre Gobierno y Empresas-Industrias han sido consiederadas como uno de los factores claves de todo proceso de modernización y desarrollo. Esto ha sido más notorio en sociedades de fuerte tradición democrática, y de forma muy sui-generis en los pequeños países de la Europa Central y Nórdica (Katzenstein, 1984). La clave para el éxito de estas relaciones reside en el equilibrio moral de las dos partes. Es decir, en el nivel de autonomía incrustada de cada una de las dos partes: que el gobierno y su política industrial no esté excesivamente dominada por una serie de grupos de interés, y que los intereses empresariales e industriales organizados tengan la suficiente autonomía para no depender de las contingencias y los privilegios políticos. En una relación de colaboración, basada en la autonomía moral de cada parte, las dos lógicas se encuentran en sinergia: la legitimidad de la lógica política y la eficacia de la lógica empresarial.
Las Asociaciones-Cluster como Organizaciones de Interacción
El papel de las AC se puede representar en un continuum que va desde:
a) la representación de los intereses de las empresas asociadas, a modo de tradicional asociación empresarial sectorial
b) la coordinación en la promoción y realización de una serie de proyectos y/o areas de actividad
c) el liderazgo, cuando, basado en las dos previos funciones, la asociación ha adquirido el nivel suficiente de legitimidad entre sus asociados, y recursos como para llevar a cabo iniciativas de impulso y reforzamiento del cluster o industria.
Para que una AC alcance funciones de liderazgo, el factor clave es la gestión de la interacción organizada. Toda acción colectiva de cooperación viene precedida de una serie de interacciones entre actores, a través de las cuales acuerdan unas interpretaciones compartidas de la realidad, y unos intereses comunes. En una asociación-cluster, el nivel y la forma de organización y gestión de la interacción entre los asociados determina el nivel y el contenido de la cooperación, y por lo tanto el éxito en la función de liderazgo.
Los retos actuales y futuros de las Asociaciones-Cluster del País Vasco.
Se puede empezar ya a hablar de la ventaja asociativa o de capital social de las sociedades y las economías. En este sentido, la acción colectiva asociativa y la colaboración público-privada son factores claves en la continua adaptación de las industrias y las tecnologías a las dinámicas de los mercados globales.
Como retos actuales de las AC yo destacaría los siguientes. Dentro del marco actual de colaboración entre el Gobierno Vasco y las 11 asociaciones-cluster, éstas pueden dedicar un mayor esfuerzo y atención a las siguientes áreas:
a) mayor atención a projectos tractores, y por lo tanto, mayor énfasis en la gestión de projectos)
b) mayor promoción de la cooperación entre empresas, especialmente PYMEs: explorar las diferentes formas de agrupamiento entre empresas a través de projectos, consorcios, redes colaborativas de suministradores, etc.
c) innovación desde abajo: estímulo e incorporación de los actores más debajo de los procesos de innovación, como las PYMES, colectivos de trabajadores cualificados, etc.
Como retos a futuro de las AC, yo señalaría dos:
a) como referencias de economía asociativa: las AC existentes deben de servir de referencia para la emergencia de otras organizaciones similares que integren a actores empresariales y económicos de diferente carácter y peso, y de diferentes provincias y comarcas.
b) como instrumentos de políticas públicas de conocimiento y de industria: además de ser instrumentos en las actuales políticas de innovación, calidad en la gestión empresarial, e internacionalización, las AC pueden también ser un eficaz instrumento para una mayor sectorialización de varias políticas públicas, como las de formación, las empresariales y de relaciones industriales, y también en la promoción de la “empresa innovadora” en la políticas de innovación.
Bibliografía
Cooke, P. y Morgan, K. (1998) The Associational Economy. Firms, Regions and Innovation, Oxford University Press. Ekonomiaz N. 53 2003, La política de Clusters del País Vasco. Katzenstein, P. (1985) Small States in World Markets. Industrial Policy in Europe, Cornell University Press. Pollard, S. (1991) La Conquista Pacífica, Prensas Universitarias de Zaragoza (Original de 1981).
![]() | Aurreko Aleetan |