La radio, siempre viva

Julian BELOKI, Director Coordinador del Grupo de Radio de EITB

La configuración actual y los resultados de audiencia de las emisoras públicas de radio del Grupo EITB son el mejor reflejo de lo que en los años más recientes ha acontecido en el panorama de la radiodifusión vasca. Frente a las grandes cadenas de ámbito estatal, tanto públicas como privadas, que ocupan una buena parte de las frecuencias del dial en el espectro de la radiodifusión en Euskadi, las emisoras de EITB se han consolidado como el gran y casi exclusivo referente de comunicación radiofónica que responde desde la inmediatez y la cercanía, con calidad y profesionalidad, al espacio comunicativo de nuestra plural realidad sociopolítica. Los 400.000 oyentes diarios de las emisoras del Grupo [Radio Euskadi, Euskadi Irratia, Radio Vitoria, Euskadi Gaztea y EITB Irratia] avalan, en este sentido, la salud de la radio pública vasca en la actualidad. Es desde esa perspectiva desde donde queremos afrontar estas líneas de reflexión sobre la realidad cambiante de la radiodifusión en general.

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En esta última década, a caballo en el paso de siglo, también la radio se ha beneficiado de importantes avances tecnológicos que han revolucionado la producción del sonido, su difusión y reproducción. Se ha universalizado la grabación en disco duro y se ha generalizado de forma exponencial la capacidad de almacenar ficheros de audio; la recuperación instantánea y reproducción de documentos sonoros digitales previamente catalogados permite programaciones automatizadas de horas y de días y, además, la transmisión a través de la red Internet posibilita que incluso la estación de radio más local llegue a los confines de la tierra. En fin, que lo que hace sólo 10 años era para el mundo técnico de la radio prácticamente ciencia-ficción es, en la actualidad, aquí y en todas partes, el pan nuestro de cada día de la producción radiofónica.

En cambio, otros aspectos técnicos, estilísticos y de consumo, apenas sí se han modificado y avanzado al mismo ritmo. Por ejemplo, salvo honrosas excepciones como la del Reino Unido y el continente americano en el hemisferio norte [EEUU y Canadá], poco se ha avanzado en la digitalización de las emisiones y en la transmisión de datos asociados. Aquí y ahora, seguimos estando, básicamente, en la banda de FM, Frecuencia Modulada, y en la banda de AM, Onda Media, subidos a un carrusel de confusión que promete grandes cambios y oportunidades, pero aferrados cada cual a su negocio, más o menos seguro, de seguir donde estábamos. Entre tanto, las emisiones en Onda Media dejan mucho que desear en variedad de productos y calidad de recepción, y la FM va en creciente riesgo de saturación del dial y, en consecuencia, degradación de la convivencia de las señales de programación emitidas.

La radio sigue disfrutando de la fama del buen hacer, la credibilidad y la fidelidad, pero en consumo diario no acaba de romper la barrera del 60% de oyentes entre la población de más de 14 años [Estudios de mercado EGM y CIES], lejos de los parámetros de consumo de la tele. Y entre los más jóvenes, además de la televisión que siempre es más vista, otros entretenimientos vienen a ocupar su tiempo y dinero: juegos de consola, comunicación interactiva en la red, consumo personalizado de música a la carta, telefonía móvil y comunicación por SMS… En fin, que a veces da la impresión de que la radio nada contracorriente en el animado baile de los nuevos surfistas de la comunicación interpersonal.

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Se podría decir que al mundo de la radio, en un momento de éxito, se le están acumulando algunas asignaturas pendientes. Estudios de audiencia más cualificados y detallados que permitan una penetración social mayor. Traslación al mundo de las emisiones digitales [DRM, digitalización de las emisiones en OC y OM; DAB, Digital Audio Broadcasting, en la utilización de una nueva banda de emisión; digitalización de la FM en los estándares que posibiliten su adaptación, etc..], para experimentar nuevos servicios de comunicación e información y enriquecer las ofertas de programación. Prácticas innovadoras en los formatos de comunicación y realización, para no perder la capacidad de formar e informar, pero sobre todo de entretener, y abrir la comunicación a nuevos referentes. Una mejor adaptación a los soportes comunicativos audiovisuales que la rodean, desde la telefonía móvil a Internet, pasando por la TDT [Televisión Digital Terrestre] y cuantos medios requieran de la voz humana para contar historias, informar y entretener.

Evidentemente, también la radio está inmersa en la revolución que la implantación universal de las nuevas tecnologías informáticas y de telecomunicación supone para el desarrollo humano hacia una sociedad del conocimiento, plenamente digitalizada, con lo que ello conlleva de capacidad de adaptación constante a los cambios que los oyentes y consumidores de radio requieran. En cualquier caso, también en la coyuntura actual existen tres aspectos que siempre tendremos que considerar como factores clave de éxito para que la radio, como medio de comunicación, se mantenga siempre viva:

. Capacidad de adopción de tecnologías excelentes que simplifiquen y abaraten los procesos y costes de producción y emisión.

. Innovación como motor de desarrollo de productos de información y entretenimiento que incentiven permanentemente la demanda de consumo de radio.

. Oportunidades de negocio tanto para radiodifusores y gestores de programación, como para fabricantes y vendedores de receptores.