Joxe Arriaran Arriaran II-Miguel Soroa. Campeones, también después de medio siglo
Zuriñe VELEZ DE MENDIZABAL ETXABE
Traducción: Zuriñe VELEZ DE MENDIZABAL ETXABE
Jatorrizko bertsioa euskaraz
Son dos grandes nombres en la historia de la pelota vasca: Arriaran II y Soroa, o Soroa y Arriaran II. Mondragonés Joxe y de Elduain Miguel, los dos nacidos en 1926. Ambos campeones y con cantidad de partidos jugados entre ellos. Continúan siendo amigos, después de muchos años. Han transcurrido 50 años desde que jugaron la final del campeonato manomanista en el Astelena eibarrés y nos hemos reunido en Mondragón, para recordar aquella época y, a la vez, para hablar sobre la actualidad de la pelota.
Miguel Soroa no se planteó ser pelotari hasta bien cumplidos los veinticinco años, y ello sucedió una vez casado. “Con veinticinco años comencé en la pelota profesional. Anteriormente no le prestaba gran dedicación ya que bastante tenía con mi afición a la acordeón. Iba de fiesta en fiesta, con mi “fuelle del infierno” tocando por todos los rincones. Además era el organista de Elduayen. Pero al casarme cambiaron radicalmente mis costumbres y me di cuenta que la pelota no se me daba mal, que cada día jugaba mejor. Y decidí dar el salto a profesionales”.
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| Arriaran y Soroa. |
Joxe Arriaran nació en una familia de deportistas y a los dieciocho años comenzó de profesional en el mundo de la pelota. Según Joxe, de muy pequeño le venía la afición y la decisión de hacerse profesional la tomó junto a su hermano Paco. “Debuté con dieciocho años y tuve que jugar contra todo tipo de pelotari. Me enfrenté a Gallastegui, Atano III, Onandia y a todos los buenos y no tan buenos de la época. ¡Calcula: casi desde el inicio tuve que intervenir en dos partidos por semana!”.
Para que Miguel Soroa pudiera jugar su primer partido profesional tuvo que pedir permiso a su jefe en la empresa, y que le dejara hacer solamente ocho en vez de las normales doce horas. Así, por lo menos, podía entrenarse un poco. Y, recuerda él, por aquel primer partido jugado en el Gros donostiarra cobró 175 pesetas. En la fábrica le pagaban 125 por ocho horas. Ganó los primeros siete partidos y “Empresas Unidas” le ofreció su primer contrato. Durante veintidós años actuó como profesional, jugando cada año alrededor de ochenta partidos.
El caso de Arriarán II es diferente ya que desde muy joven conoció el ambiente del frontón y -quiere recalcar- la entidad “Empresas Unidas” era cualquier otra cosa que unidad. “El negocio lo manejaban cuatro sinvergüenzas y los pelotaris éramos muñecos en sus manos. Gracias a que nuestro padre tenía negocio propio, a la hora de discutir los contratos Paco y yo teníamos algo más de fuerza que el resto de compañeros, que dependían casi por completo de la pelota, y podíamos estar sin jugar algunos partidos sin necesidad de doblegarnos ante aquellos granujas”.
Nuestros dos pelotaris actuaron en su quehacer profesional como zagueros. Lógicamente, existen miles de razones para que su opinión sea digna de tener en cuenta a la hora de analizar aspectos de este deporte y -aunque parezca curioso- los dos piensan que no ha sido Retegui II el mejor pelotari del siglo XX. No se arriesgan a dar el nombre del ganador de ese hipotético título pero sus preferencias apuntan hacia Atano VII. De entre los actuales, los dos citan el nombre de Aimar Olaizola.
“Como decimos en Elduain, yo era “larre motzekoa” (traducción literal: de campo corto) es decir sin experiencia apropiada en el mundo de la pelota. Todo lo tuve que hacer yo mismo, sin ayuda alguna y -hay que decirlo alto- a menudo era difícil salir vivo de aquel ambiente enrarecido por intereses ajenos a la pelota. Supongo que actualmente también sucederá lo mismo” nos ha confesado Soroa.
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| Arriaran y Soroa en el frontón de Arrasate. |
A propósito del mal de manos, José Arriaran nos ha dado alguno de los ejemplos que muestran lo inexplicable del mundo de la pelota: “En cierta ocasión, siendo presidente Bombin, vino una delegación de la Federación Española a negociar con nosotros. Tras una larga y sinuosa conversación, les planteamos que los pelotaris no podíamos jugar cuando teníamos las manos estropeadas. Ante nuestras palabras, un personaje pintoresco de aquella delegación preguntó a Bombin si era cierto lo que decíamos. Aquel individuo no sabía absolutamente nada de pelota y ¡estaba en la Federación Española!” Joxe recuerda que cuando oyeron aquello los pelotaris se levantaron y exigieron interlocutores más indicados.
Los partidos entre Soroa y Arriaran II solían resultar espectaculares -siendo los dos, como eran- zagueros de magnífica planta. “Cuando jugué mi primera final, en 1954, tuve a José como contrario en la semifinal. La final la tuve contra Barberito. Fui a Eibar a elegir las pelotas y Gallastegui me llamó para decirme que anduviera con cuidado, que Barberito era muy peligroso ya que no me dejaría jugar a mi estilo. Yo le contesté que más miedo le tenía a Arriaran II, por su poderosa viveza”.
La única final jugada entre los dos se desarrolló el 15 de mayo de 1955 en el Astelena de Eibar y, como había vaticinado Soroa, la ganó Arriarán II, 22-13. “Aquel día, como siempre que a él me enfrentaba, en la cancha tuve a un gran caballero de rival. Para mí ganar la final a Miguel Soroa fue un gran honor”.
Joxe Arriaran y Miguel Soroa son dos de los grandes protagonistas en la amplia historia de la pelota vasca. Caballeros ambos en las canchas. Y hoy en día enciclopedias vivas sobre nuestro deporte nacional. ¡Felicidades a ambos!
