Crisis de la anchoa del Cantábrico: una perspectiva científicaEscuchar artículo - Artikulua entzun

Andrés URIARTE, AZTI-Tecnalia
Lorenzo MOTOS, AZTI-Tecnalia
Martín ARANDA, AZTI-Tecnalia

Introducción

La “Costera” de la anchoa, junto con la del bonito del Norte, constituye el principal sostén económico de la flota al cerco Cantábrica, con un total de unas 210 embarcaciones del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia dedicadas a su pesca directa. La pesquería pudo desarrollarse desde comienzos del siglo XX con el asentamiento de conserveros italianos en el País Vasco y Cantabria y alcanzó su apogeo a comienzos de los años sesenta cuando una flota de unos 570 cerqueros descargaba capturas superiores a las 50.000 t anuales (con un máximo de 80.000 t en 1965). Estas capturas no fueron sostenibles y durante los años siguientes se sucedieron un descenso progresivo de capturas y, por consiguiente, del número de barcos que podían vivir a su costa. Las capturas promedio (desde el año 1990) son de unas 15,000 t. y normalmente para mediados de Mayo se alcanza el 40% de las capturas anuales de anchoa. La anormalidad de este año 2005 radica en que para el 12 de mayo apenas se habían descargado 200 t de anchoa, cosa que no había sucedido nunca antes, lo que llevó a parar entonces a toda la flota. Incluso en los años 1982 y 1986, que ostentaban el record de las peores costeras, para final de primavera se habían capturado 4500 t y 2900 t respectivamente.

Biología del Recurso

Las características biológicas de la anchoa pueden ayudar a comprender la naturaleza de la crisis que sufre la pesquería en la actualidad.

La anchoa del Golfo de Bizkaia se considera una población independiente de las poblaciones de anchoa que habitan más al norte o al sur en las aguas atlánticas europeas (ICES, 2005). A efectos de gestión pesquera, esta población es tratada como una unidad, aunque la posibilidad de que algunas subpoblaciones habiten en su seno no puede ser descartada.

La población de anchoa es altamente variable. Aunque desde el año 1997 la mortalidad por pesca ha permanecido bastante por debajo del nivel cautelar fijado por el CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar), en los años 2003 y 2004, la Biomasa de reproductores descendió por debajo de los límites biológicos seguros debido a fallos sucesivos de los reclutamientos desde el año 2001. Por lo tanto, se califica al stock como en riesgo creciente de reducción de su capacidad reproductiva. En otras palabras, a los niveles de biomasa actuales, la producción de generaciones abundantes se puede ver disminuida.

Las características biológicas de la anchoa pueden ayudar a comprender el tremendo impacto que los niveles de los reclutamientos tienen para esta población: La anchoa presenta un ciclo de vida muy corto, pues raramente se encuentran anchoas de más de 3 años de edad. Tiene una madurez sexual temprana, pues realiza su primera puesta en la primavera-verano siguiente a su nacimiento, justo cuando cumple su primer año de vida. A su vez, la anchoa es comida por multitud de depredadores marinos (merluza, túnidos, cetáceos etc). Esta alta depredación genera una mortalidad muy alta, que sumada a la generada por la pesca, conduce a que una buena parte de cada generación se vea diezmada cada año. En estas condiciones, el mantenimiento de la abundancia de la población depende principalmente de la abundancia de cada nueva generación que entra a la población adulta cada año. Si la abundancia de estas generaciones falla, la población se reduce rápidamente a niveles mínimos. Por ello, cuatro fallos consecutivos del reclutamiento han reducido a mínimos la población de anchoa en el mar.

Por otra parte, el medio ambiente y las condiciones hidrográficas afectan al crecimiento y a la supervivencia de los alevines de la anchoa en sus primeros meses de vida, dado que afectan la productividad biológica de las aguas marinas y la abundancia de las algas y animales microscópicos del plancton del que se alimentan los alevines. De esta manera el medio ambiente afecta a la generación de los nuevos reclutamientos cada año. Desde 1998 las condiciones ambientales no parecen estar siendo particularmente favorables para el reclutamiento de las anchoas (aunque algunos buenos reclutamientos sí han ocurrido).

El nivel de la población reproductora es también un elemento importante para la generación de buenos reclutamientos capaces de mantener la población, en particular niveles muy bajos pueden mermar la capacidad de regeneración de la población. De hecho la explotación de pequeños peces pelágicos (como la anchoa) en otras partes del mundo ha generado en concurrencia con el medio ambiente situaciones de hundimiento o colapso de estas poblaciones de peces, que llevaron bastantes años recuperarse. El caso más famoso fue el de la anchoveta del Perú, de la que llegaron a pescarse 12 millones de toneladas en 1971, un 20% de las capturas mundiales de aquel año, sufriendo finalmente un colapso del que no se pudo recuperar en 20 años. Este colapso se dio por acción combinada de fenómenos oceanográficos (El Niño de 1972-73) y niveles de pesca excesivos. Otros casos famosos fueron los de la sardina de California, el arenque de Noruega etc. Mas cerca y en la península Ibérica se ha producido el declive de la anchoa del mar de Alborán. La pesquería declinó en los años 80 pasando de unas capturas medias de unas 28 000 toneladas a 1000 toneladas en 1988. De acuerdo al Grupo de Trabajo de Pelágicos del Mediterráneo (2004), la pesca redujo la biomasa reproductora del stock a niveles en los que la capacidad de producir generaciones abundantes se reduce.

Los pequeños peces pelágicos como la anchoa, se concentran en cardúmenes como mecanismo para defenderse de la predación. Pero este mecanismo de protección contra los depredadores no les protege contra las artes de pesca, dado están diseñadas para pescar cardúmenes enteros. Estas poblaciones tienden a disminuir el área de su distribución conforme disminuye su abundancia, pero la avanzada tecnología de detección de la flota permite encontrarla y mantener tasas de explotación rentables, aún a costa de reducir más la población. Es por ello que en la literatura científica, las pesquerías de pequeños pelágicos se han considerado como pesquerías de alto riesgo, siendo las especies explotadas excepcionalmente vulnerables a la sobrepesca. Y he aquí un motivo adicional por el que estas poblaciones necesitan sistemas de gestión que protejan al recurso en momentos de baja abundancia.

Medidas de Gestión

Todas estas características han llevado a la adopción para la mayor parte de poblaciones de peces pelágicos en el mundo, de políticas de gestión que aseguren explotaciones moderadas y el sostenimiento de la población por encima de unos niveles mínimos (o biomasa límite). Por debajo de estos niveles, los riesgos de mayor hundimiento de la población, por fallos sucesivos del reclutamiento o por sobreexplotación, pueden aumentar fuertemente. Sin embargo, para esta pesquería de la anchoa no hay todavía definidos objetivos claros de gestión. El Consejo Internacional de Exploración del Mar (CIEM) ya ha propuesto niveles de explotación sostenibles y una biomasa mínima de salvaguardia (21.000 t) basados en criterios biológicos propios de esta población. El diagnóstico sobre el estado de esta población venía indicando que la explotación era sostenible y que las biomasas se hallaban bien por encima de la biomasa límite salvo en los últimos 3 años en los que las biomasas, como hemos explicado más arriba, cayeron substancialmente.

Si repasamos la serie histórica acumulada en nuestros estudios, únicamente el año 1989 tiene cierta analogía con este año. En aquel año la biomasa de la población de anchoa también era muy baja, estando la biomasa probablemente por debajo del nivel mínimo (Blim). Al igual que ahora, en aquel entonces cabía temer por la capacidad de recuperación de la población. Sin embargo, las condiciones ambientales que se dieron aquel año favorecieron la regeneración natural de la población dando lugar a una muy abundante generación que entró a la población el año siguiente. En la situación actual, no obstante, desconocemos cuáles serán las condiciones ambientales predominantes en primavera y comienzos de verano y cómo pueden afectar al éxito del reclutamiento que se genere durante este año 2005, del cual dependerá la recuperación de la población. El estudio de esta especie nos ha mostrado cuan fluctuante es esta población y lo capaz que es de recuperarse en situaciones transitorias de crisis anteriores. Aunque no queremos dejar de ser optimistas, es nuestra obligación como expertos y asesores científicos para la gestión de esta pesquería prevenir de los riesgos de su explotación en situaciones de escasez como la actual.

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