La identidad vasca en la era de la televisión por satéliteEscuchar artículo - Artikulua entzun

Josu AMEZAGA, UPV/EHU

El intento por parte de las y los habitantes de las diásporas de reproducir su identidad de grupo y de mantener el vínculo con el lugar de origen tienen tanta historia como las mismas diásporas. En el caso vasco, existen suficientes e interesantes testimonios que lo atestiguan. Hoy en día, en la era de Internet y la televisión por satélite, es necesario preguntarnos sobre cómo la presencia de estos medios está afectando a ese fenómeno de raíces históricas. Este interés general es el que nos ha llevado a realizar un estudio sobre los usos de la televisión vasca vía satélite (Canal Vasco) por parte de la diáspora en América Latina.1

Foto: Darren Hester
Foto: Darren Hester (hester@ppdigital.com)

Para llevar a cabo este estudio nos entrevistamos con unas sesenta personas en Venezuela y Argentina, la mayoría de ellas habituales consumidores de este canal. La elección de estos dos países se debió a que albergan en su seno comunidades vascas de diferentes características. En el país petrolero se trata sobre todo de una comunidad más o menos reciente, de primera o segunda generación y, en el caso de la muestra utilizada, aglutinada en torno a los centros vascos y con grandes vínculos con Euskal Herria. En el país de la plata se trata de una comunidad más heterogénea, con personas desde primera hasta quinta o más generaciones, algunas de las cuales tienen relación con Euskal Herria, mientras que otras no tienen apenas ninguna. Es necesario destacar, asimismo, que el método utilizado para la selección de la muestra nos permitió contactar no sólo con gentes que participan de las estructuras de la diáspora, sino también espectadores que, salvo ver Canal Vasco, no mantienen ninguna otra relación con personas de origen vasco ni con Euskal Herria.

Conservación frente a construcción

Al analizar los usos de Canal Vasco por parte de las personas de la diáspora, hemos constatado que este uso no es aislado, sino que se inserta en otras prácticas que de muy diversos modos se desarrollan para la construcción y reproducción de la identidad vasca. Estas prácticas son tan diversas como las maneras de vivir dicha identidad. Así, hemos visto que algunas personas en este conjunto tienen una estrecha relación con Euskal Herria, la visitan con alguna frecuencia, participan en las instituciones de la diáspora, etcétera. Otras, en cambio, apenas tienen alguna relación, no han estado nunca en Euskal Herria, ni siquiera han acudido alguna vez a un centro vasco, conocen pocas personas de origen vasco, y la transmisión familiar de la identidad se truncó antes de que les enlazara a ellas; y sin embargo se sienten vascas. Es evidente que la manera de percibir esta identidad y sus consecuencias son bien diferentes en unos y otros casos, y se refleja asimismo en los usos diversos que se hacen de Canal Vasco.

Foto: Pat Winberg (JP)
Foto: Pat Winberg (JP), ( jpkwitter@hotmail.com)

Subrayando las dos grandes actitudes que hemos encontrado en la diáspora hacia la identidad vasca, digamos que en algunos casos ésta se encuentra claramente afianzada y definida, mientras que en otros se encuentra en un proceso de formación. En los primeros, hemos denominado como conservación a la actitud que se observa en relación a Canal Vasco, mientras que en los segundos hemos hablado de construcción. Con ello, queremos destacar el hecho de que desde la primera actitud citada se espera de Canal Vasco que muestre “lo nuestro”, indicando con ello que se parte de una definición previa de lo que es “nuestro” (es decir, vasco) y lo que no lo es. Ello nos lleva a un uso en el que Canal Vasco sirve para confirmar y reforzar esa definición previa, y en el que las posibles contradicciones entre esta definición y la imagen mostrada por la televisión vasca por satélite llevan al desarrollo de una postura crítica hacia ésta. Por el contrario, desde la actitud de construcción no se parte tanto de una definición preestablecida, debido a que el contacto con la propia Euskal Herria es menor. Ello trae consigo que no se produzca de manera tan evidente el choque entre lo que se espera y lo que se recibe de Canal Vasco, con lo que la actitud hacia los contenidos de éste es más abierta. Esta actitud les lleva a una mayor flexibilidad con respecto a lo que constituye la Euskal Herria actual, lo que les hace considerar a Canal Vasco como un reflejo veraz de la sociedad vasca, del cual extraen parte de los materiales para la construcción de su propio puzzle identitario.

La experiencia digital

En nuestro trabajo hemos descrito también cómo aquellas personas con poca relación directa con Euskal Herria practican una especie de experiencia digital a través de Canal Vasco. En cualquier grupo social amplio, la identificación con la comunidad no se produce solamente a través de la identificación con los símbolos más emblemáticos de la misma (personajes reales o imaginarios), sino que necesita también poder experimentar directamente personas concretas para poder reconstruir una imagen considerada más fiel del grupo de referencia. Lo mismo sucede con respecto a la identificación con un lugar, en la que para que dicho lugar sea algo más que la silueta de un mapa es necesario transitar por él. Quien tiene la oportunidad de viajar a Euskal Herria o de contactar directamente con personas del grupo encuentra el modo de practicar este tipo de experiencia directa de la comunidad, pero quien no dispone de dichas oportunidades puede recurrir a Canal Vasco para, siquiera en modo virtual, poder acceder a la misma.

Foto: Anita Patterson
Foto: Anita Patterson (http://www.geocities.com/abpphotos)

Esto que denominamos experiencia digital adquiere gran importancia para algunas personas de la diáspora. Mirado desde Euskal Herria, lo vasco es tanto algo vivido (materializado en gentes o lugares concretos) como imaginado (el discurso globalizador que da sentido a nuestra experiencia). Mirado desde la diáspora, en algunos casos lo vasco está reducido a lo vivido concreto, materializado en la relación con gentes de origen vasco (la familia); en otros casos es poco más que algo imaginado (la abstraccción de una realidad que no se ha experimentado directamente). El uso de Canal Vasco puede servir para complementar, de alguna manera, el aspecto más débil en cada una de ambas situaciones extremas. Es decir, en aquellos casos en los que la experiencia de lo vasco es concreta y directa, Canal Vasco ofrece la posibilidad para la elaboración de un discurso más abstracto e inclusivo, por medio de la difusión de símbolos que ayudan a reproducir e imaginar la comunidad. En los casos en los que Euskal Herria se vive más como una comunidad imaginada con la que apenas existe relación directa, pero sí una gran identificación, podemos encontrar el uso de Canal Vasco como vía para la ilusión de la relación directa con personas, sucesos y lugares a través, precisamente, de la experiencia digital.

Desplazamiento del objeto: Euskal Herria como presente

Otro cambio que puede aparecer de la mano del uso de Canal Vasco es el referido a la disponibilidad del material para la reelaboración de la identidad en la diáspora. Tal y como muestran las indagaciones históricas sobre la emigración vasca, las comunidades diaspóricas siempre se han alimentado de las ideas, informaciones, innovaciones y transformaciones que iban llegando del lugar de origen junto con el equipaje de quienes seguían la cadena de la migración. Pero en el momento en el que cesó la migración vasca, se redujeron también las vías de retroalimentación de la diáspora. Ello hubo de influir también en el lugar que el presente y el pasado iban a ocupar en la elaboración cotidiana de lo vasco a través de las conversaciones de las gentes de la comunidad vasca, ya que ante el menor aporte de elementos de la actualidad (tanto elementos humanos como informativos) la referencia al pasado hubo de ganar un protagonismo cada vez mayor. Hoy en día, sin embargo, las transformaciones surgidas de los procesos de globalización en general y del uso de las nuevas tecnologías de la comunicación en particular, como es el caso de Canal Vasco, permiten que la referencia a la Euskal Herria actual vuelva a ser una cuestión cotidiana en la vida de la comunidad diaspórica. De ahí se derivaría que el presente ha de ocupar un lugar cada vez mayor en la reelaboración constante del discurso identitario en esta comunidad. En la diáspora de hoy, referirse a Euskal Herria no es sólo referirse a las y los antepasados, a la historia, al folklore, a lo que contó quién “llegó recién”; en las mesas de los centros vascos actuales, así como en los hogares de la diáspora, se habla cada vez más de los temas que nos ocupan y preocupan a las y los vascos de este lado del Atlántico, pues unas y unos, otras y otros, los contrastamos y elaboramos tras haber visto el mismo Teleberri. Euskal Herria es pues, para la diáspora, pasado. Pero es en la misma medida presente; y en algunos casos, como es el de aquellas personas que están pensando establecerse en ella, futuro. Con ello no sólo es el objeto el que se desplaza del pasado al presente, también el sujeto queda desplazado. Efectivamente, si la única actitud posible frente al pasado es la de su reproducción, frente al presente y al futuro se hace posible la participación del sujeto, con lo cual las gentes de la diáspora pueden sentirse invitadas a la construcción del mismo. Ello, obviamente, ha de influir en su implicación con lo vasco.

Desplazamiento del sujeto: la defensa y promoción de lo vasco

Las imágenes y discursos sobre la sociedad vasca que, como consecuencia de las coyunturas políticas de los últimos tiempos, destacan los aspectos conflictivos, son una fuente de preocupación para las gentes de la diáspora en general. La presencia de estas imágenes les hace adoptar una postura defensora de lo vasco ante los posibles estereotipos negativos que pudieran estar estableciéndose. Esta defensa de lo vasco es, en primer lugar, una suerte de autodefensa, en la medida en que se intenta recuperar y afianzar una imagen propia ante terceras personas que hasta ahora se consideraba como positiva. En esa labor, encuentran en Canal Vasco un material de gran importancia, en la medida en la que les permite participar de informaciones y argumentos con las que hacer frente a los puntos de vista expresados en otros medios acerca de la sociedad vasca y que son reproducidos entre terceras personas de su entorno. Es lo que hemos calificado de una especie de valija diplomática para quienes se sienten embajadores de Euskal Herria en las diferentes partes del mundo. Parece lógico pensar que esta implicación traiga consigo un mayor desarrollo de la identidad vasca, acompañado además de un desplazamiento que ya hemos señalado: a saber, en la medida en que gracias a la disponibilidad cotidiana de la información Euskal Herria deja de ser pasado para convertirse en presente, el sujeto se sitúa ante una realidad que permite no solamente ser observada o reproducida (como lo es la realidad pasada) sino que le invita a actuar, de diversas maneras, y a producirla.

Quienes consumen Canal Vasco también encuentran oportunidades para desarrollar y extender entre terceras personas estereotipos positivos sobre las y los vascos. Esto les permite abundar en una percepción que durante décadas ha dominado el imaginario de la diáspora, que es la idea de que las personas de origen vasco están, en general, socialmente bien valoradas en Latinoamérica. Canal Vasco ofrece recursos que ayudan a establecer nuevos estereotipos, como son la imagen de un país “europeo” (con las connotaciones que ello trae), rico, con un modo de vida tranquilo, solidario, etcétera. Ese es el país que muchas y muchos vascos observan a través de la televisión por satélite, y esa observación les facilita la reivindicación de su identidad vasca ante otras personas.

El alcance de los cambios que la presencia de la televisión por satélite puede suponer para la reproducción de la identidad vasca en la diáspora habrá de ser estudiado desde una perspectiva diacrónica. Hoy por hoy, con los datos que disponemos, sí podemos afirmar que se están abriendo nuevas dimensiones a este fenómeno histórico.

1Publicado en Amezaga, Josu. (2004). Satelite bidezko nortasunak. Latinoamerikan Canal Vasco ikusten. Donostia: Utriusque Vasconiae.

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