Eduardo RUBIO ARDANAZ, Sección de Antropología de Eusko ikaskuntza. Universidad del País Vasco / Departamento de Psicología Social.
Dentro del proceso del Desarrollo Sostenible, nos acercaremos a uno de sus conceptos clave, que es el de la participación. Esta participación es especialmente necesaria cuando corresponde a las actuaciones llevadas a cabo en los ámbitos económico, social y político (los tres ámbitos están conectados de forma inseparable), y se demuestra especialmente decisiva en lo que corresponde a la planificación y ordenación de cada uno de estos ámbitos (participación en los procesos de toma de decisiones), y no solamente a su ejecución.
Foto: Fernando (http://ferguweb.tx.com.ru/). |
Dentro de la complejidad de la puesta en marcha de un proceso de Desarrollo Sostenible, está implícita la posibilidad de que en su práctica quede bloqueado, habida cuenta de la diversidad de agentes necesariamente implicados en el mismo (y con frecuencia la diversidad de intereses, y de maneras de entender la misma realidad) (Lohmann, 1990; Dernbach, 2002). No podemos olvidarnos que por definición, el Desarrollo Sostenible, o lo es para todos/as o no lo es para nadie (recordemos el sugerente título del informe planteado por Brundtland: Our Common Future)(World Commission on Environment and Development, 1987). El Desarrollo Sostenible no puede ser una imposición (puede ser una auto-imposición, o un ajuste a circunstancias externas de fuerza mayor, pero no puede ser una imposición de unos/as sobre otros/as, si es que queremos que realmente funcione). El acuerdo entre partes, a veces contrapuestas, es inevitable, y la mejor manera de que todas ellas puedan sentirse implicadas y representadas es la participación. De esa forma garantizaremos que el acuerdo sea duradero, y se facilitará la desaparición de algunas de las contradicciones que amenazan al proceso de Desarrollo Sostenible en cada una de sus fases (Princen, 2003; Ratner, 2004).
Económica y socialmente se participa de manera directa al tomar parte en las actividades referidas a estos ámbitos, principalmente a través de la disposición y utilización de los medios económicos que nos lo permitan (Reed, 2002). Políticamente se participa de manera directa a través de los cauces de expresión y de intervención políticas. Debemos destacar que participar no consiste en la mera voluntad de querer hacerlo, sino que requiere el tener las posibilidades reales para ello, poseer los instrumentos que lo posibiliten.
Como ha quedado de manifiesto en el caso francés de las últimas semanas, en el que la violencia se ha adueñado de las noches de nuestros vecinos galos, la falta de participación en la vida económica y social, y la falta de cauces de participación política, conducen a la agudización y a la puesta en evidencia de los conflictos que de otra manera pasarían desapercibidos con mayor facilidad.
Foto: Clara (clarita1000@gmail.com). |
Estos estallidos de violencia no han sido causados por motivos religiosos, ni tan siquiera culturales, ni podemos hacerlos coincidir con variables étnicas (como de forma interesada y apresurada nos han querido hacer ver algunos). Estos estallidos de violencia son el síntoma de una sociedad que ha excluído sistemáticamente y durante un período prolongado de tiempo a una parte de la población que la integra, de los cauces de participación social (ciudadanos/as franceses/as que se ven excluídos/as de una sociedad a la que pertenecen por derecho, pero no de hecho), de los cauces de participación económica (ciudadanos/as franceses/as que están inmersos/as en un entorno cultural consumista y que gira en torno al poder adquisitivo, excluidos/as de estas participaciones al no tener acceso a las formas de acceso a la disponibilidad económica, por ejemplo mediante la inserción laboral y la adquisición de un salario mínimo que lo permita), y finalmente, de los cauces de participación política (ciudadanos/as franceses/as que pueden ejercer su derecho al voto, pero que en realidad no pueden participar de la toma de decisiones políticas a ningún nivel).
Sin igualdad de posibilidades laborales, y por lo tanto sin la posibilidad de un salario digno, no hay manera de participar en la vida económica, social o política (Rauch, 1998), lo cual combinado con un sentimiento de exclusión permanente nos lleva ante los actuales acontecimientos en Francia. En cualquier caso no deberíamos sorprendernos ante ellos, puesto que las condiciones para que sucedieran estaban sembradas desde hace largas décadas, y era solamente cuestión de tiempo que apareciera la chispa desencadenante de una nueva muestra de crisis en un sistema político en el que a semejanza de otros muchos, se niega esa participación a gran parte de sus ciudadanos/as.
Falta de participación, frustración por no alcanzar aquello que vemos disfrutar a otros a nuestro alrededor (un alrededor no necesariamente geográfico, a veces más mediático), identidades colectivas e individuales no integradas socialmente, o mal reconocidas. Todo ello como caldo de cultivo compuesto de los errores que no debemos cometer, e incluso de las actuaciones que debemos emprender con urgencia, como necesidad y justicia sociales. Incluso sin estallidos de violencia, u otros síntomas negativos (y no solo por miedo a ellos), debemos preguntarnos si no debemos de cambiar algo a nuestro alrededor para hacer de esta una sociedad más participativa (y por tanto más fuerte y capaz ante los futuros retos del Desarrollo Sostenible).
Foto: Clara (clarita1000@gmail.com). |
La participación va a requerir todos los cauces de expresión política y social posibles (y seguramente algunos nuevos que tendremos que ir descubriendo y ensayando, que la potencien aún más), así como unas condiciones económicas mínimas de distribución y justicia, en el marco de la disponbilidad de una información completa y no partidista. Sin esta información, el proceso de participación se convierte en un proceso fácil de manipular, es decir lo más lejano del proceso participativo hacia el que debemos tender, y en el que deberíamos centrar nuestros esfuerzos y nuestras reflexiones sin más dilación.
Bibliografía
DERNBACH, J.C. (2002). Achieving Sustainable Development: The Centrality and Multiple Facets of Integrated Decision Making. En Indiana Journal of Global Legal Studies. Vol. 10: 247-285.
LOHMANN, L. (1990). Whose Common Future? Ecologist 20: 82-4.
PRINCEN, T. (2003). Principles for Sustainability: From Cooperation and Efficiency to Sufficiency. Global Environmental Politics. Massachussets Institute of Technology. 3:1, febrero.
RATNER, B.D. (2004) "Sustainability" as a Dialogue of Values: Challenges to the Sociology of Development. Sociological Inquiry. Vol. 74, nº 1 Febrero. 50-69.
RAUCH, W. (1998). Problems of decision making for a sustainable development. Water Science Technology. 38 (11), 31-39.
REED, D. (2002). Poverty and the environment: Can sustainable development survive globalization? Natural Resources Forum, 26. 176-184.
WORLD COMMISSION ON ENVIRONMENT AND DEVELOPMENT (1987). Our Common Future (Oxford University Press, Oxford).
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