![]() | José Ángel Irigaray Poeta |
Koldo LARREA
Itzulpena euskaraz
Koldo Izagirre dijo hace unos años que la poesía de Irigaray era “un gran intento por expresar la navarridad”. No se equivocaba. Las palabras de este poeta pamplonés, su pensar, encierran generosa preocupación por su entorno, por su civilización, por sus raíces... y por el mundo; sensibilidad a raudales, no sensibilería, reforzada con un sentido de crítica contra quienes actualmente llevan las riendas de su tierra natal.
¿Ser poeta en el siglo XXI es un contrasentido?
En tanto siga viva, no parece que las grandes cuestiones que gravitan sobre la condición humana (vida, muerte, amor, odio, libertad, justicia, solidaridad, soledad, paz, guerra...) vayan a desaparecer. La poesía, el arte en general, es una de las expresiones de la voluntad, y necesidad, por superarlas, trascenderlas, por acceder a estadios más elevados y sanos de la existencia. La poesía, como toda expresión artística en general, se inscribe en ese contexto. Podría decirse que sería superflua si la sociedad humana viviera plenamente en los valores poéticos, en la poesía, lo que, en su expresión última, es un fin que nunca se alcanza, una utopía. El no cejar en ir en su búsqueda, en esa aventura, es, por tanto, la meta.
En estos tiempos de prisas, de materialismo, donde las imágenes, vía televisión o vía ordenador, imperan en el ser humano, ¿qué sitio le quedan a las letras?
Tan grande o mayor que en otros tiempos. Pero creo que esta pregunta queda respondida con la anterior.
¿Merece la pena ser, sentirse poeta?
No es cuestión de merecer la pena o no. El "ego", que ya es sabido "okupa" enseñoreado la casa del arte, y muchas otras, por supuesto, hace que algunas personas "sientan, necesiten" y se expresen y comuniquen escribiendo poesía, por ejemplo, intentando abrir nuevos mundos, encontrar y/o crear realidades escondidas o insospechadas. El resultado trasciende el nivel personal y accede al colectivo. Si lo hace bien o no, si tienen eco o no es otro problema...
Y siempre en euskara, en una lengua minoritaria, frente al castellano, que es hablado por una mayoría y que, por tanto, conlleva la posibilidad de mayor número de lectores. ¿Por qué? ¿No supone ser más desconocido?
Inquirir a alguien por qué escribe en su lengua -tan frecuente desgraciadamente- me parece, siento decirlo, inconcebible y ofensivo. Reducir la producción literaria al aire de los intereses y dictados políticos, al mercantilismo, es atentatorio contra el lenguaje humano, su variedad y riqueza; alienante respecto de la literatura como actividad creativa. Y eso no quiere decir que no sea consciente de que las producciones literarias necesitan de un mercado, todo lo contrario. Lo que me niego es a entrar en cuestiones que alteran y alienan el orden de los factores.
¿Fue el batua un gran acierto para el porvenir del euskara o, por el contrario, el conversor de una lengua al latín?
En toda sociedad moderna, tecnificada, es fundamental que la lengua estandarice estructuras gramaticales. Tanto más en una en situación diglósica. En ésta, las medidas unificadoras deben tener siempre en cuenta la situación de dependencia en que se encuentra. Por tanto la unificación debe tener una compañera de viaje inseparable: la vitalidad de la lengua. Hay que unificar siempre a favor de la lengua viva, de su vitalidad. El que se haga más o menos apropiadamente dependerá de la conciencia, sensibilidad, nivel cultural y estratégico de los hablantes responsables al respecto. En nuestro caso, y por resumir, yo diría que se han superado actitudes y medidas, rígidas y encontradas, de los primeros tiempos. Creo que los criterios en torno a la estandarización de la lengua gozan ahora de mejor salud.
¿Morirá algún día ese idioma que los romanos denominaron "linguae navarrorum"?
Eso pregonan y procuran, por todos los medios, las dominaciones que sobre ella han gravitado y gravitan (autóctonos que se suben a ese carro incluidos), los despotismos de toda especie, no precisamente "ilustrados". La pervivencia secular de la "linguae navarrorum", acepción usada al parecer por el rey Santxo el Sabio, demuestra la voluntad, y capacidad, de los euskaldunes por sobrevivir; no parece que vayan a renunciar a la misma. Yo desde luego no.
¿Cómo ve la situación del euskara en Navarra?
En situación muy crítica (y en el resto no mucho mejor). A pesar de ello, la voluntad de la ciudadanía en favor de la pervivencia, recuperación y expansión lingüísticas sigue vigente y tratando de plasmarse a nivel social. Expresión del irrenunciable derecho universal que corresponde a toda la población navarra respecto del euskara. Quizá sea la única esperanza y garantía cara al presente-futuro.
¿Y la situación de su tierra natal, Navarra?
Creo que la política en sus diferentes niveles y campos de actuación está interrelacionada y se autoafirma. Aunque no se puede hacer tábula rasa mecánicamente, la política general (desde el tratamiento de la tierra y de los recursos naturales hasta la jurídico-administrativa, pasando por la economía y la cultura), se corresponde con la lingüística antes apuntada.
¿Qué se puede, que se debe hacer para que en Navarra se recupere su lengua madre, de tal modo que en un futuro pueda ser hablada y escrita por una gran parte de la población?
La conciencia y voluntad de la gente es fundamental. Como es sabido, esas cualidades son permeables, influenciables y cambiantes. La voluntad y apego afectivo a la lengua, hecho secular que es el que la ha hecho pervivir, junto a una política lingüística que, además de garantizar los requisitos legales que toda lengua necesita, sea creativa y atractiva, son presupuestos que siguen permitiendo albergar esperanzas de recuperación y normalización. Junto a ello, evidentemente, que la razón, la justicia y la democracia venzan sobre los des-valores imperantes. Y en ello, de nuevo volvemos al inicio: la conciencia, voluntad y coherencia de la gente es la clave.
Y, como experto del mundo editorial, ¿cómo se puede evitar que el libro, los libros acaben desapareciendo de los hogares y sean sustituidos por videojuegos, dvdés y demás inventos de estos tiempos?
Aunque la crisis en el sector es grande y el desafío de los nuevos soportes técnicos mayor, creo que el libro sigue y seguirá teniendo vigencia. A pesar de que acarrea crisis, y grande, y haya por tanto que acrecentar la imaginación para superarla, o contrarrestarla y/o complementarla -no digamos cuando las medidas administrativas en vez de apoyar el libro y la editorial de aquí que lo publica, los ningunean-, no creo que, hablando en general, los soportes técnicos modernos arrumben totalmente la cultura del libro.
En el fondo, ¿no cree que avanzamos hacia un deterioro humano e intelectual de la persona?
Por una parte hay mejoras en las condiciones en que vive, se organiza y relaciona la humanidad; por otra, a pesar de proclamas y soflamas sin fin, se está lejos de alcanzar niveles de libertad, dignidad y justicia suficientemente satisfactorios. En estos tiempos el fundamentalismo y la bunkerización imperan en el mundo. De cualquier manera, creo que el ansia y sed de poder y consecuente crueldad, tiranía y deterioro de la condición humana, desgraciadamente, es tan antiguo como la humanidad misma. El que así sea, evidentemente, no es óbice para cejar en su denuncia y contestación, en luchar por darle la vuelta; todo lo contrario.
Poesía, escultura, pintura, dibujo... arte en definitiva. ¿El arte está reñido o condenado a reñir con la política?
Con el poder en general está, o debería estar; es su naturaleza y razón de ser. Tanto más cuando se trata de un poder alienante... y de tan poca talla ética y cultural.
Por último, imagínese por unos momentos todopoderoso. ¿Qué tres cosas eliminaría del planeta y qué otras tres mejoraría?
De poco sirve decir qué eliminaría. La única garantía para ir realmente eliminando las bases que llevan a terrenos de indignidad la condición humana, y los perpetúan, es el trabajo diario consecuente y coherente, el no renunciar a un mundo más libre, justo y solidario, desde el nivel personal al colectivo universal, el colaborar el que esa conciencia se plasme en acción social a nivel estratégico de vida... Y eso, para ser creíble y coherente, siempre y en todas partes empieza por el "aquí y ahora". Creo esas condiciones siguen vigentes a un nivel suficiente en toda Navarra, que es como decir Vasconia.
José
Ángel Irigaray
De familia originaria de Auritz/Burguete, José
Ángel Irigaray Imaz nació en Iruñea/Pamplona. Según
su propio deseo, basta decir que, además de estudiar y ejercer como
médico, ha dedicado mucha energía, y lo sigue haciendo, a temas
de carácter social y cultural, labor que se ha visto plasmada en la
publicación de varios libros, sobre todo poéticos, y en la participación
en diversas sociedades culturales.
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