23-F: 25 años despuésEscuchar artículo - Artikulua entzun

Eider LANDABEREA ABAD, Profesora de Historia Contemporánea de la Facultad de Humanidades, Universidad de Deusto-Donostia

El recuerdo del 23-F permanece inalterable no sólo en las pinturas del Congreso de los Diputados, que conservan los daños causados por los impactos de bala, sino en la retina de muchísimos ciudadanos.

Han pasado 25 años de la célebre frase ¡todo el mundo al suelo! pronunciada por el Teniente Coronel Antonio Tejero Molina, quien sobre las 18.20 horas y al mando de varias decenas de guardias civiles, asaltó, pistola en mano, el Congreso de los Diputados, donde, en esos momentos, se debatía la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del Gobierno español. 25 años desde aquellas imágenes en las que Manuel Gutiérrez Mellado -por aquel entonces, Ministro de Defensa- levantándose de su escaño e intentando imponer su autoridad, es zarandeado por Tejero, que intenta tirarle al suelo, ante la impotencia del ex presidente Adolfo Suárez, quien acudió en su ayuda. 25 años desde que el Teniente General Jaime Milans del Bosch decretara el estado de excepción en la III Región Militar y sacara los tanques a las calles de Valencia. 25 años desde que los golpistas ocuparan la sede de RTVE y ésta comenzara a emitir de forma machacona música militar. 25 años desde que Juan Carlos I de Borbón, desde el Palacio de la Zarzuela, ya de madrugada -tras siete horas sin dar a conocer su postura ante la intentona golpista-, compareciera en la primera cadena de televisión, para transmitir a los ciudadanos, que había ordenado tanto a las Autoridades Civiles como a la Junta de Jefes de Estado Mayor que adoptaran las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente y que la Corona símbolo de permanencia y unidad de la Patria no podía tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución, votada por el pueblo español, determinó en su día a través de referéndum.

A partir de ese momento, numerosos capitanes generales y altos mandos del ejército manifestaron su adhesión al Jefe del Estado. El Teniente General Jaime Milans del Bosch ordenó la retirada de las fuerzas a su mando desplegadas en Valencia y fue arrestado de madrugada. El intento golpista comenzaba a desmoronarse. Después de intensas negociaciones al más alto nivel y tras permanecer 18 largas y tensas horas secuestrados, los diputados comenzaron a abandonar poco a poco el Congreso y tras la salida de éstos, y pasado el mediodía, Tejero se entregó y abandonó el hemiciclo rodeado de altos mandos y en un coche oficial para entregarse en la Dirección General de la Guardia Civil. Sobre las 13.00 horas la Junta de Jefes del Estado Mayor comunicó que se ha resuelto favorablemente el asalto al Palacio del Congreso de los Diputados y en estos momentos reina la normalidad en toda España. El Golpe de Estado había fracasado.

Los principales periódicos del Estado de ese 24 de febrero llegaron a los kioscos con unos editoriales y primeras páginas que daban por fracasado el golpe y anunciaban la victoria de la democracia y la constitución. La prensa europea también se hizo eco de las noticias y periódicos británicos como el Daily Mirror y The Times publicaron titulares como Spain: Civil War y Rebel Spanish police storm Parliament with bursts of gunfire, respectivamente mientras el diario francés Le Figaro aludía directamente a la dictadura franquista con el titular Madrid: putsch franquiste.

Cartel de Unión de Centro Democrático para el referéndum del 6-XII-1978
Cartel de Unión de Centro Democrático para el referéndum del 6-XII-1978.

Así concluía un mes de febrero agitado en lo político. El 29 de enero dimitía el presidente del Gobierno español Adolfo Suárez. La situación de división interna de la UCD -partido conservador creado ad-hoc por el ex-secretario general del Movimiento-, resultaba ya insostenible. La solución de compromiso entre las distintas familias que lo integraban fue, precisamente, la presentación como candidato a presidente y hasta la celebración de nuevas elecciones legislativas, de Leopoldo Calvo Sotelo, cuya investidura se debatía cuando Tejero irrumpió en el Congreso.

Tampoco en Euskal Herria fue febrero un mes tranquilo. La tensión generada por la visita de Juan Carlos de Borbón -incluyendo los famosos incidentes en la Casa de Juntas de Gernika- no disminuyó en los días siguientes. Las muertes de José María Ryan -ingeniero de la central nuclear de Lemoiz, muerto a manos de ETA (m) tras un corto secuestro- y del vecino de Zizurkil Joxe Arregi -muerto a manos de la Policía tras varios días de torturas- contribuyeron a crear un clima de crispación, que se hacía sentir en las calles. Fue este el contexto en el que se produjo el intento de golpe de Estado.

Concentración contra la central nuclear de Lemoiz
Concentración contra la central nuclear de Lemoiz en la campa de la Troka en Górliz, 12 de marzo de 1978. Foto: Garikoitz Estorn?s Zubizarreta.

Los militares que participaron en el 23-F fueron juzgados y a lo largo del año 1982, se dictaron los fallos del Consejo Supremo de Justicia Militar, que fueron revisados al alza en 1983 por el Tribunal Supremo, que rechazó la eximente de obediencia y la tesis de la defensa de impulso regio y estado de necesidad. Fueron condenados como principales responsables del golpe el Teniente General Jaime Milans del Bosch, el General de División Alfonso Armada y el Teniente Coronel Antonio Tejero.

Sin embargo, las consecuencias del ruido de sables de aquella noche fueron más allá de estas condenas. Durante los meses siguientes, la titubeante democracia española dio marcha atrás en algunos de los planteamientos más abiertos que había traido consigo la constitución de 1978. El caso más claro es el de la organización territorial del Estado, que con la aprobación de la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico), supuso un claro retroceso en el proceso de descentralización.

Han pasado 25 años del golpe militar que mantuvo en vilo a una gran mayoría de ciudadanos que permanecieron aquél 23 de febrero de 1981 atentos a la televisión y con la oreja pegada a los transistores. 25 años es el tiempo prudencial que se pide a un hecho histórico para proceder a su análisis ponderado. No obstante, todavía son innumerables las incógnitas acerca del mismo, tantas que el propio Tejero señaló en su procesamiento quiero que alguien me explique qué pasó el 23 de febrero. Queda pendiente, por tanto, una investigación profunda y rigurosa no quizá del 23-F, sino de sus antecedentes y de la trama civil del golpe, ya que no estamos en disposición aún hoy de descartar ninguna hipótesis. Sirva el 25 aniversario para ello.

Zure iritzia / Su opinión
euskonews@euskonews.com
Bilaketa

Bilaketa aurreratua

Parte hartu!
 

Euskonewsen parte hartu nahi duzu? Bidali hurrengo elkarrizketetarako galderak!

Artetsu Saria 2005
 
Eusko Ikaskuntza

Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik

Buber Saria 2003
 
Euskonews & Media

On line komunikabide onenari Buber Saria 2003

Argia Saria 1999
 
Euskonews & Media

Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria

GAIAK
 Aurreko Aleetan
Bilatu Euskonewsen
2006/03/03-10