El Periódico Universitario
Fotografía: Jessika GONZALEZ CUEVAS
Rakel Barroso preside la Confederación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de la Comunidad Autónoma del País Vasco, (Ekartean), que aglutina a un colectivo de más de 16.000 personas. El empleo y los problemas de accesibilidad constituyen sus mayores trabas de inserción en la sociedad, a pesar de que la Ley vasca de Accesibilidad es una de las más exigentes del Estado si bien su cumplimiento no lo es tanto.
¿Cuáles son los problemas que más afectan a las personas con discapacidad del País Vasco?
El problema estrella que sufre este colectivo es la accesibilidad, en el sentido más amplio del término. Esto es, desde la barrera arquitectónica puramente dicha hasta las barreras sociales de aceptación y convivencia con la ciudadanía. El acceso al empleo también supone otra traba cuando no debería ser así si tenemos en cuenta que hablamos de personas preparadas intelectualmente. Sin embargo, desde la óptica del empresario se observa que valoran extraordinariamente la discapacidad lo que convierte el proceso de incorporación al empleo en algo muy complicado. Respecto a problemas en la formación nos encontramos que, en la educación obligatoria, no hay grandes carencias ya que se dispone de los recursos específicos que necesitamos. Pero no ocurre lo mismo en el caso de la incorporación a la universidad. Las necesidades especiales (transporte, asistente...) que necesitan las personas con discapacidad están siendo cubiertas o bien por las propias familias o complementadas con las ayudas que conceden las diputaciones. Y eso sin hablar de los innumerables problemas de barreras arquitectónicas de los campus que obligan, en muchas ocasiones, a elegir carrera en función de la facilidad en la accesibilidad y no según la opción personal de capacidad, vocación o carrera más adecuada a la propia carencia física.
Al ser un colectivo tan heterogéneo que aglutina a personas con discapacidad mental y física, ¿las soluciones también deben ser distintas?
La discapacidad hay que entenderla en su totalidad, aunque el tipo de respuesta que se dé sí que debería ser distinta y específica de cara paliar las carencias de la discapacidad. Considero incluso que podría ser tema de estudio en los proyectos universitarios. Así, para los que sufren graves limitaciones físicas las ayudas tienen que ser técnicas, con soluciones domóticas. Y para los enfermos intelectuales la respuesta es más social, con incidencia en las relaciones, el cambio de hábitos de comportamiento... Lo importante, en definitiva, es que la sociedad admita la diferencia de la discapacidad y facilite una incorporación amable de este colectivo.
¿Qué opinión le merece la Ley vasca de Accesibilidad?
Creo que la Ley vasca de Accesibilidad es una de las mejores del Estado, que recoge con carácter totalmente universal la obligatoriedad de cumplimiento en todos los ámbitos, públicos y privados. El Gobierno Vasco siempre ha mostrado una especial sensibilidad con las personas con discapacidad siendo pionero en 1980 con la promulgación de la primera ley de eliminación de barreras arquitectónicas. Además, la Ley vasca de Accesibilidad está muy detallada, explicita mucho el nivel de ejecución lo que la convierte en una especie de catecismo sin espacio para la interpretación. La única pega que se le puede poner es que no se cumple rigurosamente. Si todos los agentes implicados en su cumplimiento fueran responsables con su obligación Euskadi sería hoy mucho más accesible. Con todo, hoy por hoy, creo que la Ley vasca de Accesibilidad es la más amplia en exigencias.
¿Tiene el País Vasco, frente a otras autonomías, grandes problemas de accesibilidad que corregir?
El problema de Euskadi no es diferente al de otras comunidades: están construidas y modificar y/o adecuar los edificios cuesta. Creo que Euskadi tiene que ir adaptando todas sus edificaciones a la Ley de Accesibilidad de tal modo que si los planes en esta materia se van ejecutando en muy poco años tendríamos un País Vasco mucho más accesible. Teniendo en cuenta la especial orografía de Euskadi sería lo único difícil de corregir respecto a otras autonomías.
¿Qué sensibilidad muestra la sociedad vasca hacia las personas con discapacidad?
La sociedad vasca no tiene que mostrar una especial sensibilidad con las personas con discapacidad. Simplemente tiene que reconocerlos como un miembro más de una sociedad totalmente inclusiva y, desde ahí, considerarlos como ciudadanos con sus deberes y derechos, con sus diferencias, pero siempre como uno más, sin sensiblerías y exceso de proteccionismo. La ciudadanía debe invitar a desarrollar políticas sociales donde se cree un verdadero Estado de Bienestar.
¿Y cuál es la actitud de la Administración respecto a este colectivo?
Siempre ha sido muy positiva y ha colaborado estrechamente con las organizaciones que representamos a las personas con discapacidad. Además, ha financiado numerosas campañas de mentalización y ha invertido mucho dinero en propiciar la participación de este colectivo en la sociedad. Pero siempre hay carencias, como el hecho de que la partida presupuestaria dedicada a la discapacidad haya mermado considerablemente frente a otros años, en parte por culpa de las propias organizaciones que no se han preocupado por solicitar las ayudas y subvenciones para la ejecución de los planes de accesibilidad.
¿Cuál es la labor que desempeña Elkartean?
Elkartean recoge todas las necesidades, tanto a nivel social como personal, de las personas con discapacidad, e informa y conciencia al afectado y a sus familiares en cada situación. Además, revindicamos y gestionamos ante los órganos competentes soluciones eficaces para satisfacer las necesidades del colectivo.
Entrevista publicada en El Periódico Universitario
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