Esta es la semblanza de una familia euskaldun con accidentada historia, una de las primeras de la Diáspora en América, en el turbulento Siglo XIX mexicano, que muestra el temple, la adaptabilidad a las circunstancias y el coraje para defender las causas con las que nos identificamos los vascos.
Los hechos que sus miembros protagonizaron constan en documentos oficiales, en relatos históricos y en tradiciones familiares, por lo que decidimos aprovecharlos, pero lo mismo podría tratarse de la historia de esta familia que de la de otra de las muchas familias vascas que tras la consumación de la independencia de México decidieron quedarse a compartir la construcción del nuevo país con los naturales, sus glorias, sus alegrías, sus penas y sus derrotas, como antes habían participado en la pacificación y colonización de los nuevos territorios conquistados.
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Pablo Víctor de Unda y Ricardos. |
Es importante señalar que en 1810, la familia había pasado por un acontecimiento trágico cuando el caudillo insurgente Miguel Hidalgo fusiló en Guanajuato a Juan Antonio y a su esposa por haberse negado a entregarle las rentas reales que estaban bajo su custodia.
Continuando con la genealogía, Ana Apolinaria Ricardos de Iberri, hermana de Leonarda, se desposó en 1780 con José de Herrera y Campo, y procrearon a José Joaquín de Herrera, destacado General y luego Presidente de México, personaje decisivo en la guerra contra Estados Unidos en 1847, y quien casó con Ana de Alsugaray; Ana Apolinaria fue hermana de Ignacia Ricardos de Iberri, casada con el Coronel Jerónimo Narciso José de Echeagaray, con quien tuvo a Miguel María, Narciso José y Manuel Echeagaray. El primero alcanzó el grado de General y ocupó importante posición en el Ejército, con el que participó en la guerra de Texas, la guerra contra Estados Unidos en 1847, la guerra de Reforma, contra la Intervención Francesa y contra el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, entre otras campañas. Sus dos hermanos sólo alcanzaron hasta el grado de Coronel pero también participaron en esos y otros acontecimientos históricos, como veremos más adelante.
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Carolina de Eguía y González de Arana. |
Los hechos extraordinarios que sin sacarles la vuelta protagonizó esta familia fueron algo cotidiano, según lo exigían las circunstancias históricas, como la participación simultánea de sus miembros, cuando el asalto a la ciudad de México en septiembre de 1847 por parte de las fuerzas estadounidenses, en que el General Herrera fungía como comandante de las fuerzas defensivas, el General Echeagaray mandaba en jefe en la batalla de Molino del Rey, el Teniente Eduardo Unda participaba en esta misma batalla en el Tercer Regimiento de Caballería, su hermano Adolfo caía prisionero con la Segunda Compañía de Alumnos del Colegio Militar y el Teniente Coronel Joaquín Fuero, Subdirector de este plantel y tío de los Unda, caía gravemente herido en la batalla de Padierna.
Es interesante mencionar otros hechos, como la hazaña de Manuel Echeagaray en el sitio de Querétaro, en 1867, cuando siendo capitán del Ejército imperial de Maximiliano defendía una posición dentro de la ciudad: cierto día en que notó que el armamento de la tropa a su mando estaba a punto de caducar definitivamente por el intenso uso que se le daba y la imposibilidad de reponerlo por ser un ejército sitiado y que, en cambio, los republicanos contaban con armamento estadounidense nuevo y de mejor calidad y efectividad, organizó un asalto nocturno relámpago a una posición enemiga sólo para capturar armamento suficiente y, de paso, también municiones para sus soldados, acción que llevó a cabo con éxito.
Más adelante, cuando los republicanos penetraron a la ciudad y los sitiados tuvieron que rendirse, en vez de entregar su espada, Echeagaray la partió en dos y se la arrojó a su aprehensor, al no estar de acuerdo con la forma en la que tomaron la ciudad los republicanos, y con esto firmó su sentencia de muerte y le pusieron centinela de vista para ser pasado por las armas al amanecer. Durante la madrugada le pidió un cigarro al centinela y luego lo lanzó contra la pólvora que tenía en un rincón de la trinchera. Milagrosamente, la pólvora no explotó pero de todas maneras la intención fue muy clara. De todas maneras, Echeagaray finalmente se les escapó y sólo volvió a saberse de él tiempo después, cuando ya reincorporado al Ejército como Coronel participó en una rebelión del General Porfirio Díaz con parte del Ejército contra el gobierno establecido y se encerró en una fortificación urbana conocida como La Ciudadela, en donde se defendió bravamente sin rendirse; finalmente fue hecho prisionero y fusilado ahí mismo al día siguiente, según orden que sus mismos captores se resistían a cumplir.
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Carlos Fueiro Unda. |
Terminada la lucha con el Imperio, sólo se dieron revueltas internas, hasta quedar triunfante el General Porfirio Díaz, quien gobernó el país durante 33 años y en este tiempo lo pacificó con mano férrea y los Unda se dedicaron a actividades menos violentas, de acuerdo con las nuevas circunstancias, sin dejar de reforzar sus genes y cromosomas vascos enlazando con familias como Uranga, Mendoza, Mauleón, Aranguren, Arreola, Arriola, Butrón, Arzate, Lejarza, Asúa, Manterota, Arsuaga Zubiría y otras más, cuyos nombres escapan de momento a nuestra memoria.
No sabemos exactamente cuántas familias vascas más vivieron con tanta intensidad en el agitado Siglo XIX mexicano pero seguramente fueron la gran mayoría, como puede comprobarse al leer la lista de próceres y héroes históricos como Iturbide, Allende, Aldama, Abasolo, Michelena, Anaya, Escutia, Múzquiz, Urrea, Cortazar, Berriozábal. Zuloaga, Arizpe y muchos otros que sería prolijo enumerar o no conocidos quizá por haber actuado en las infanterías pero cuya participación fue no menos valiosa.
Fuentes:
- Recopilación histórica, genealógica y heráldica de la familia De Unda.
- Certificación del Cronista y Rey de Armas Don Juan Félix de Rújula. Febrero 19, 1796.
- Real Provisión de Nobleza y Vizcaína. Real Chancillería de Valladolid, 1796.
- Archivo Militar de Segovia, España.
- Archivo de Cancelados, Secretaría de la Defensa Nacional, México. Expedientes relativos a los militares aquí citados.
- Memoria de la Academia Nacional de Historia y Geografía México. Año XI
- Revista “El Soldado”. México, Abril 1946
- Revista del Ejército. Abril 1944
- Las Glorias de México, por Juan de Dios Peza, 1893.
- Presidente sin Mancha por Alfonso Trueba, Ed. Jus, 3ª. Edición, 1959.
- Artículos, reportajes y otras constancias
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